Contribuciones al debate sobre la reforma educacional propuesta por el Gobierno
Diciembre 6, 2010

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Nuevas contribuciones:
— Educación: ¿se justifica la urgencia?, columna de opinion, 5 diciembre 2010
— Proyectos de reforma educacional costarán cerca de $700 mil millones entre 2011 y 2014, ( diciembre, 5 diciembre 2010
— Profesionales del programa “Enseña Chile” evalúan los cambios propuestos por el Gobierno: Cómo se ve la reforma desde el aula, 5 diciembre 2010
Recursos asociados
Colegio de Profesores declara la guerra al proyecto de reforma del Poder Ejecutivo, 1 diciembre 2010
Proyecto de ley de calidad y equidad de la educación del Gobierno Piñera, 30 noviembre 2010
A propósito de las medidas educacionales: Ministro Lavín interrogado por Beyer y Brunner, 28 noviembre 2010
Nuevos apoprtes a la reflexión crítica sobre la reforma educacional impulsada por el Mineduc, 27 noviembre 2010
Se agudiza la crítica al cambio curricular y otras medidas promovidas por el Gobierno Piñera, 26 noviembre 2010
Heckman pone mala nota a la filosofía que inspira una parte de la reforma educacional del Gobierno, 25.11.2010
Más opiniones en torno a la reforma educacional, 24.11.2010
Ecos del debate que se inicia sobre la reforma educacional propuesta por el Gobierno Piñera, 24.11.2010
Incentivos (dinero) + presión (exámenes): un análisis de Soledad Concha, 23.11.2010
Entrevista en 24 horas sobre propuestas educacionales del Gobirno Piñera, 22.11.2010
Comentario al plan de reforma educacional propuesto por el gobierno chileno, 22.11. 2010
Educación: más horas y menos sentido, 22.11.2010
Opiniones críticas frente a la propuesta gubernamental de redistribución del plan horario entre 5º básico y 2º medio, 21.11.2010
/mt.educarchile.cl/MT/jjbrunner/archives/2010/12/a_mejorar_la_re.html”>A mejorar la reforma, columna de opinión, JJ Brunner, 5 dicimbre 2010


Tribuna
Domingo 05 de Diciembre de 2010
Educación: ¿se justifica la urgencia? Patricia Matte Larraín, Presidenta Red de Colegios
El Mercurio, 05 diciembre 2010
El Gobierno ha enviado, con carácter de suma urgencia, un proyecto de ley para reformar un aspecto trascendental de nuestro sistema educativo. Ese carácter de urgencia ha sido criticado fuertemente por la oposición y, es muy probable, será algo que el Gobierno deberá flexibilizar. Llama la atención esa crítica tan severa, sobre todo tomando en consideración que los temas que aborda este proyecto de ley son parte de un gran paquete de acuerdos que comenzó a gestarse después del levantamiento pingüino, al comenzar el gobierno de la Presidenta Bachelet.
En los debates y comisiones sucesivas que precedieron a este gran acuerdo que permitió con posterioridad la tramitación y aprobación de la Ley General de Educación, había temas en que la gran mayoría coincidía: la calidad de la educación que se estaba entregando a los alumnos, sobre todo a aquellos con menor capital cultural y más vulnerables, pasaba por la mejoría de las capacidades de los profesores y directivos de los establecimientos educacionales a los que estos niños asistían. Los que fuimos parte de esas sucesivas comisiones, sabíamos que la nueva ley marco (LEGE) no traería aparejada ninguna mejoría en calidad, si los actores del sistema educativo no mejoraban sus capacidades y, a la vez, no se les traspasaba mayores responsabilidades en un marco de mayores exigencias y mejores remuneraciones e incentivos económicos. Todos estos temas son hoy abordados en este proyecto. Sabíamos también, y lo discutimos ampliamente no sólo en la Comisión respectiva sino que en el Parlamento, que si al sistema no se le sometía a un mayor control y mayor exigencia de transparencia y entrega de información, junto a un acompañamiento de aquellos establecimientos con mayores déficits, nada cambiaría tampoco en los resultados de los alumnos. Es así que hoy se encuentra ya en sus últimos trámites legislativos la ley que crea una Superintendencia de Educación y el Sistema de Aseguramiento de la Calidad, sin el cual la recientemente aprobada Ley General de Educación no sería operativa. El marco legal, que está en vías de aprobarse, tuvo inexplicables retrasos, al desconocerse parte de los acuerdos que se habían alcanzado en el gobierno anterior y por parte de los mismos actores que habían suscrito dichos acuerdos.
La otra gran crítica que se le ha formulado a la propuesta del Gobierno es que no aborda temas trascendentales como serían la educación preescolar y la formación técnica profesional. Probablemente, la forma en que comunicacionalmente se dio la noticia indujo a error, pues se pensó que este paquete de medidas abordaba todo lo que había que cambiar en educación. Los cambios que se deben enfrentar en educación son de tal profundidad que implican al sistema completo y, obviamente, y como todos los que estamos involucrados en educación sabemos, la suerte de los niños de sectores más deprivados se juega en sus primeros años de vida. Pero también se sabe, y hay una gran cantidad de evidencia al respecto, que no es cualquier tipo de atención preescolar la que requieren los niños más vulnerables. Se necesita, por lo tanto, evaluar en forma urgente las modalidades de atención preescolar que se están entregando hoy día y lo más probable es que, de esa evaluación, se desprenda que se deban rediseñar paquetes diferenciados de programas preescolares que den cuenta de las diferentes características y necesidades de la población infantil chilena.
Lo mismo sucede con la educación técnica profesional que hoy día estamos entregando. ¿Será la que requiere el Chile del siglo XXI? ¿Habrá que entregarles a los alumnos destrezas específicas o habilidades generales? ¿No nos dice nada el hecho de que un porcentaje muy alto de egresados de educación técnica hoy día no va al mundo del trabajo, sino a la educación superior, con todo lo que ello implica? Por ende, la premisa básica, que sustenta el diseño de la educación técnica actual, no se estaría cumpliendo. Antes de extender estas modalidades deben ser evaluadas y hay un compromiso del actual Gobierno de hacerlo lo más pronto posible.
Finalmente, se ha dicho que este proyecto de ley no aborda el fortalecimiento de la educación pública, algo en el que yo al menos no coincido: al levantarle parte de las trabas que hoy día tiene la educación municipal estamos dando un primer gran paso, para que esta detenga su deterioro y pérdida de alumnos. Faltan muchos pasos más, que no hay duda vendrán muy pronto, ya que hace algunos días el Panel de Expertos hizo entrega al Gobierno de una propuesta que tiene por objeto darles a los niños de nuestro país la real posibilidad de acceder a una educación pública de calidad.
Se requiere, por lo tanto, un cierto ritmo que permita avanzar sobre aquellos puntos en los que hay más acuerdos, pero no por ello debemos abandonar o postergar aquellos que son de más difícil despacho, pues afectan a grupos de presión extraordinariamente poderosos.
Perfeccionemos las propuestas, pero no retrocedamos en los acuerdos ya alcanzados. Los niños de Chile se merecen que tratemos estos temas con un sentido de urgencia.
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Según los informes financieros entregados por la Dirección de Presupuesto para la tramitación de las iniciativas:
Proyectos de reforma educacional costarán cerca de $700 mil millones entre 2011 y 2014
El monto podría variar, dependiendo de la fecha en que estén operando la Agencia de Aseguramiento de la Calidad y la Superintendencia, que tendrán un costo anual de $19.900 millones.
Alejandra Muñoz Costa
El Mercurio, 5 diciembre 2010
Cerca de 700 mil millones de pesos entre 2011 y 2014 costará la aplicación de los cuatro proyectos de ley que considera la reforma educacional del Gobierno y que actualmente se tramita en el Congreso, de acuerdo con los cálculos realizados por la Dirección de Presupuesto (Dipres).
El paquete legislativo está compuesto por la norma que crea la Agencia de Calidad y la Superintendencia de Educación. Incluye el aumento de la Subvención Escolar Preferencial, hace obligatoria la prueba Inicia, da incentivos a los mejores egresados y modifica el Estatuto Docente.
Asumiendo el inicio de actividades de la Agencia y la Superintendencia en 2012, los informes financieros de la Dipres apuntan a que los cuatro proyectos, entre 2011 y 2014, tendrán un costo para el Estado de $694.355 millones.
El subsecretario de Educación, Fernando Rojas, destacó que la cifra podría variar, ya que no está claro cuándo se aprobará la creación de los dos nuevos organismos estatales.
“Vemos auspiciosamente los avances de la comisión mixta. Esperamos que en pocas semanas tengamos un acuerdo definitivo y en enero tengamos el proyecto aprobado”, sostuvo.
Iniciativas sin ley
Rojas dijo que la reforma educacional del Gobierno considera otras medidas que no requieren ley, como la creación de las becas para estudiar pedagogía, los convenios de desempeño con casas de estudio para mejorar las carreras de educación, el apoyo a los establecimientos educacionales con bajo Simce o el aumento de las evaluaciones.
Los costos de dichas iniciativas están dentro de las partidas presupuestarias de Educación.
“Ninguna de las medidas por sí sola va a lograr los cambios que Chile necesita, pero esperamos que la suma de las leyes más el resto de los programas generen un punto de inflexión para las mejoras”, destacó.
En el caso del proyecto que establece la obligatoriedad de la prueba Inicia y premia a los mejores egresados de Pedagogía, los costos incluyen tanto la elaboración y la aplicación del test, así como los aportes para los nuevos docentes.
Entre 2011 y 2014, la iniciativa tendrá un costo de $40.500 millones.
A su vez, el cálculo de la Dipres sobre el presupuesto anual para el funcionamiento de la Agencia y la Superintendencia alcanza los $19.942 millones.
El incremento de la Subvención Escolar Preferencial considera dos variables: la incorporación de los estudiantes de séptimo y octavo básico en 2011 y 2012, respectivamente, y el incremento en el monto. Cuando ambos procesos estén en régimen, a partir de 2013, el costo anual llegará a los $41.566 millones.
Las prioridades
El proyecto más costoso de los cuatro que se encuentran en el Congreso es el que reforma el Estatuto Docente, ya que no sólo considera un aporte de $20 mil millones para los municipios, sino también un alza de la subvención general destinada a financiar los incrementos de sueldo de los directores.
En sus informes financieros, la Dipres establece que el costo de implementar los proyectos estará a cargo del presupuesto del Ministerio de Educación.
El subsecretario destacó que eso implicará un desafío para la repartición en los próximos años.
“Va a requerir crecimientos y ajustes presupuestarios. En los proyectos uno va mostrando las prioridades y luego se van ajustando los presupuestos para recoger esas prioridades”, dijo Rojas.
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Profesionales del programa “Enseña Chile” evalúan los cambios propuestos por el Gobierno: Cómo se ve la reforma desde el aula
EL Mercurio, 5 diciembre 2010
Están recién titulados de sus carreras y llevan al menos un año haciendo clases en colegios de sectores vulnerables que registran bajos puntajes en el Simce. Desde adentro del sistema analizan las modificaciones que impulsa el Ministerio de Educación y relatan su experiencia de servicio comunitario.
Sergio Acevedo e Ignacio Bazán
Son dos años los que pide la Fundación Enseña Chile a sus postulantes, jóvenes recién egresados de la universidad. Dos años dedicados a enseñar en colegios de escasos recursos y de bajo rendimiento, según el Simce. La idea de la organización es subir el nivel de aprendizaje de esos estudiantes, pero también que los nuevos profesionales conozcan el sistema educativo desde adentro. Estos profesores jóvenes, salidos de carreras tan diversas como ingeniería comercial o derecho, se insertan en la docencia del mismo modo en que lo hacen los profesores debutantes: tienen los mismos horarios y remuneraciones, que promedian los 390 mil pesos líquidos.
En ese contexto, Tomás Recart, director de Enseña Chile, evalúa las reformas educacionales del Gobierno. “Están bien direccionadas, aunque no creo que cambien mucho el sistema”, dice Recart. “Lo que más falta es gente que pueda implementar esas políticas. El gran problema hoy día es por qué nadie quiere ser profesor. Y en ese sentido, las políticas públicas son súper importantes, pero no suficientes”.
Tomás Rivadeneira -hermano del asesor presidencial Ignacio Rivadeneira- también es parte del programa Enseña Chile. Considera importante elaborar mecanismos para que los profesores tengan más tiempo para preparar sus clases: “Hasta ahora, lo que he visto es un borrador de ideas, pero echo de menos que no se diga nada con respecto a aumentar, aunque sea de forma paulatina, las horas que los profesores destinan a planificación de clases. Para hacer una clase de calidad, se necesita tiempo para prepararla, y en la mayoría de los liceos ese tiempo no existe”.
Bernardita Yuraszeck, hija del empresario José Yuraszeck, dice que faltan medidas relativas a la educación preescolar y universitaria. “Pero creo que es valioso que se realicen cambios en el área de la educación básica y media en pos de avanzar en disminuir las brechas existentes en el sistema”.
Juan Paulo Sánchez, al igual que Rivadeneira, apunta a las horas para preparar clases. “Como profesor, me he dado cuenta de que además de ir a la clase, los docentes se toman tiempo para planificar y resolver los problemas de los alumnos. Hacemos 40 horas de clase a la semana y llego a la casa a hacer el trabajo de planificación. Como se paga por hora, los profesores toman muchas para mejorar su sueldo, que promedia unos $400 mil líquidos”.
Por último, Bárbara Soto está de acuerdo con que los directores de establecimientos tengan la posibilidad de desvincular hasta el 5% de los profesores de bajo rendimiento, pero no el método a usar: “En todas las empresas del mundo se puede dar de baja a un mal trabajador. ¿Por qué no en la educación pública? No estoy de acuerdo en que sea a base de la evaluación docente, método que no es el más adecuado para medir a un profesor. A uno malo puede ensalzarlo, y a uno bueno, puede ignorarlo”.
Reforzando la educación técnica
Dice que es la tarea más difícil que le ha tocado emprender y que el desafío más grande es encontrar maneras para que los alumnos crean en sus capacidades. Bernardita Yuraszeck tiene 24 años, es ingeniera comercial de la UC y empezó a hacer clases en La Pintana en uno de los ocho colegios de la Fundación Belén Educa en marzo de este año. Sus cursos poco tienen que ver con la educación media tradicional. Por ejemplo, enseña Servicio de Atención al Cliente y diferentes especialidades de administración. También inglés. Sus alumnos ya tienen mentores en diferentes empresas, los que los guían en el mundo profesional. En clase, Bernardita Yuraszeck los llama a la calma: están ansiosos, vestidos formalmente para ir a encontrarse con sus tutores en las empresas. Algunas bromas en la sala apuntan a la proveniencia social de Bernardita, pero sin mala intención. Ella se mantiene seria. Su prioridad es que los estudiantes avancen: “Si quiero que mis alumnos aprendan, si quiero que puedan optar a mejores oportunidades y trabajo arduamente por alcanzar eso junto con los otros profesores, lo podemos lograr”.
De ingeniero a instructor de computación
El viaje a Santiago era un premio para los estudiantes de la escuela rural del sector La Esperanza, de Cunco, por cumplir las metas escolares del año. Por lo que el docente e ingeniero civil UC Juan Paulo Sánchez gestionó con amigos y conocidos los boletos de avión, hospedaje, alimentación, entradas a Fantasilandia y al Buin Zoo de sus ocho alumnos.
Juan Paulo recuerda que cuando decidió ir a enseñar, su familia pensó que “estaba loco”, pero al verlo feliz en una visita que le hicieron en Cunco, lo apoyaron: “Hasta mi mamá fue a Patronato para comprar los polerones del curso”, recuerda.
Ahora el ingeniero recorre 20 km de ripio para llegar a dar sus clases de matemáticas y computación al colegio donde se educan 102 alumnos, de los cuales 55% son mapuches. Juan Paulo dice que su pasión es sentir lo que es dar clases, meter las manos al barro y conocer el problema educativo.
Además, el cariño de la gente de Cunco le da una felicidad extra al integrante de Enseña Chile. “Nos aprecian tanto, que una vez que nos robaron en la casa, la gente del pueblo se enteró y en la tarde nos devolvieron las cosas”.
Tomás Rivadeneira: “No es un voluntariado”
Ya en la universidad, Tomás Rivadeneira había hecho clases de reforzamiento en Matemáticas a octavos básicos en Puente Alto. Se dio cuenta de que los niños estaban atrasados, pero le gustó el desafío. Un año antes de salir de ingeniería civil en la PUC, escuchó a Tomás Recart en una charla. Ese mismo día le mandó un mail . “Mi expectativa al entrar fue la de aportar y aprender. El objetivo principal es el aprendizaje de los niños, pero también conocer el funcionamiento del sistema educacional por dentro, en caso de que me toque trabajar en algo relacionado con educación”. Rivadeneira tiene 25 años y se viste formal: terno y corbata. Además trata a todos los alumnos de “usted”. “Si no lo hago, se puede generar una confusión entre alumno y profesor”. En clase, se encarga de motivar a los que no están haciendo su trabajo. La mayoría, eso sí, están concentrados y parecen disfrutar los problemas matemáticos. “Me gano el sueldo”, subraya. “No siento esto como un voluntariado y que soy el bueno de la película. Con el conocimiento del sistema educacional que estoy adquiriendo, soy el más beneficiado de esta experiencia”.
Bárbara Soto, de CHV a enseñar lenguaje
La periodista Bárbara Soto quería ser un “rostro famoso”, como ella misma reconoce. Por eso tuvo su primer trabajo como notera de Chilevisión. Pero dejó la TV para conocer la problemática educativa: “Todo el mundo critica, pero desde afuera. Es mejor conocer, para hablar de la realidad que se vive aquí”, dice.
Bárbara sale todos los día de su casa en Vitacura para ir a laborar en uno de los colegios más vulnerables de Peñalolén. Según la directora del colegio, Alicia Arriagada, el 92% de sus alumnos sufren algún tipo de problemática social.
Por eso, Bárbara y su compañero Patricio Borgoño comenzaron a realizar cursos de preparación a la Prueba de Selección Universitaria los días sábado. Al principio asistían 5 estudiantes y terminaron el año con más de 30. Además, otros profesores se sumaron a la iniciativa, logrando que los jóvenes pasaran de 270 puntos en marzo, a más de 600 al final del semestre.
Una de las escolares cuenta que al principio “la profe” le caía mal, “era como muy cuica”, asegura, pero también sostiene que su ayuda ha sido fundamental: su promedio de notas a comienzo de año era de 2,3 y hoy es sobre 6. “Ahora la tengo en la buena”, dice la joven de 15 años, aunque no olvida que en las primeras clases Bárbara la sacó del aula por decirle garabatos.
Bárbara quiere seguir dando clases, y en el futuro fundar un colegio para niños en riesgo social.
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