2º día de info-interpretación de resultados chilenos PISA 2009
Diciembre 9, 2010

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Análisis adicionales de la prensa sobre PISA 2009. La pauta interpretativa parece ser ahora: Sí, hay avances, pero también hay problemas. Puede sonar banal, pero es un paso adelante respecto del análisis interpretativo previo de la prensa local, luego de años de apostar a la tesis del “desastre” de la educación, su estancamiento y crisis.
Entre tanto, el gobierno parece poco interesado en ahondar en el tema. No le resulta cómodo tener que aceptar progresos evidentes, desde el momento en que su diagnóstico previo ha sido el del “desastre/estancamiento”, tesis muy conveniente para luego auto-exaltarse como “campeón” de la “revolución ducacional”…
Textos transcritos más abajo:
— ¿Y qué pasa con la educación privada?, editorial, El Mercurio, 9 diciembre 2010
— Necesaria participación de los padres , editorial, El Mercurio, 9 dicimbre 20
— Sin tiempo para seguir esperando, columna opinión La Tercera, 9 diciembre 2010
— Pisa: Chile sube 40 puntos en lenguaje y registra la mayor mejoría de la Ocde en 10 años, reportaje, 8 diciembre 2010


¿Y qué pasa con la educación privada?
El Mercurio, opinión editorial, 9 diciembre 2010
La discusión sobre la calidad de la educación ha girado tradicionalmente en torno a los deficientes resultados obtenidos por la educación pública y la brecha con la educación privada. Sin embargo, se destina poca atención a lo que ocurre con la educación privada en Chile. De acuerdo con el Simce 2009, dado a conocer a mediados de este año, al analizar los resultados segmentando por nivel socioeconómico, en el nivel alto -que corresponde principalmente a los colegios particulares pagados- el 51 por ciento de los estudiantes no sabe lo que debe saber en 8° básico. Así, la mitad de los alumnos que asisten a un colegio particular pagado no están aprendiendo aquello que deberían.
La insuficiente calidad de la educación privada no es una novedad. En el año 2000, el informe del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico ya consignaba que el desempeño de los estudiantes del nivel socioeconómico superior no alcanzaba al de un estudiante promedio de dicha organización. Según esta misma medición, en 2006 sólo uno de cada mil alumnos de 15 años alcanzó el estándar superior de competencias.
Sin duda, parte de la responsabilidad en esta insuficiente calidad de la educación privada radica en los mismos colegios particulares pagados. Antecedentes dados a conocer en estos días muestran que, teniendo el sector privado mayor libertad para efectuar modificaciones curriculares y establecer incentivos, no se percibe que sus planteles estén adoptando medidas para mejorar la calidad de sus profesores. Por el contrario, hay escasa rotación; la participación en actividades de perfeccionamiento es más baja que en la educación municipal; entre 2005 y 2009 el salario por hora de los docentes de aula subió sólo en cinco por ciento -contrastando con el 10 por ciento en la municipal y particular subvencionada-, y el de los directivos se mantuvo en el mismo nivel (el aumento en el sector municipal fue de 16 por ciento, y de 10 en el particular subvencionado). Con todo, llama la atención que el alza de remuneraciones en los colegios municipales se dio principalmente en los profesores de mayor edad, mientras en la educación particular fue en aquellos menores de 30 años.
Por cierto, lo antes expresado se aplica a promedios y admite muchas excepciones. Pero, en todo caso, no parece posible dar el salto en la calidad educacional sin una profunda transformación en los sistemas de selección, formación y desarrollo de carrera de los docentes, encabezada por el dinamismo de la educación privada.
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Necesaria participación de los padres
El Mercurio, Editorial, 9 diciembre 2010
En momentos en que el Ejecutivo presenta al Legislativo un proyecto de importantes reformas al marco institucional que regula la educación en Chile, es de gran relevancia considerar a todos los actores que inciden en el éxito de dicho proceso. Así como es de máxima importancia focalizar los esfuerzos en la formación docente y el fortalecimiento y perfeccionamiento del liderazgo del director del establecimiento educacional, también lo es fomentar la participación de los padres en las instituciones que forman a sus hijos. Un paso positivo a este respecto fue la creación de los consejos escolares en la reforma a la Ley N° 19.979 sobre Jornada Escolar Completa Diurna. Esta instancia -obligatoria para los establecimientos subvencionados- permite la concurrencia del director, del sostenedor, de un representante de los profesores, de los alumnos y de los padres y apoderados, para proponer, opinar e informarse sobre la marcha del colegio. Esta instancia formal y colegiada no busca compartir el gobierno del plantel, sino establecer un canal fluido de información entre los diversos estamentos que confluyen en el proceso educacional. El consejo escolar debe ser informado, entre otros, sobre el proyecto educativo, programas extracurriculares, aspectos presupuestarios, resultados de concursos de contrataciones de personal en los establecimientos municipalizados. Experiencias similares en América Latina y Europa indican que esta instancia influye positivamente en el proyecto educacional de cada colegio.
Recientes medidas para aumentar la información que reciben los padres sobre la marcha de la escuela a que asisten sus hijos favorecen la transparencia de la calidad de cada establecimiento, y también fomentan el involucramiento de los padres en ese proceso, y no ya como “clientes”, sino como actores fundamentales. La tendencia a entregar a expertos las decisiones sobre la educación de los niños ha alejado a los padres, desdibujando su papel de protagonistas naturales y fundamentales en la formación de sus hijos. Diversos estudios confirman que el compromiso del padre y de la madre en la educación de los niños previene de riesgos sociales como el alcoholismo y la drogadicción. Asimismo, la función protectora de la familia incide directamente en el rendimiento escolar. Es oportuno, pues, que en esta reforma educacional se impulse la concurrencia de todos los actores que influyen en procesos educacionales exitosos y, en especial, de los padres. Los lineamientos que inspiran a los referidos consejos escolares deben reforzarse y llevarse efectiva y sistemáticamente a la práctica.
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Sin tiempo para seguir esperando
Es posible lograr avances notables al asignar recursos a cambios fundamentales y de probado efecto sobre el aprendizaje de los alumnos.
por Juan Enrique Froemel – La Tercera, 09/12/2010
EL MARTES pasado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) -de la cual Chile es miembro pleno- entregó los resultados del Estudio Pisa 2009 en 75 países y territorios, centrándose esta vez en el aprendizaje del lenguaje, aunque también incluyendo matemática y ciencias. El país con más alto logro en lenguaje fue Corea del Sur, con 539 puntos. Los resultados obtenidos por nuestro país, que, a priori, podrían aparecer positivos, de alguna manera cambian de signo al profundizar en el análisis.
Por un lado, y siguiendo la tendencia sugerida en 2006, Chile consolidó su liderazgo regional logrando los más altos puntajes de América Latina para lenguaje (449) y ciencias (447), siendo sólo superado en matemática por Uruguay. Por el otro, y en casi una década (2000-2009), nuestro país logró un avance de 40 puntos en lenguaje, el segundo mayor del mundo, luego de Perú, que remontó 43 puntos en nueve años.
Sin embargo, y aunque el foco principal del estudio en 2009 fue lenguaje y en 2006 fue ciencias, la comparación en las tres áreas es permisible para el período. Es así como, al considerar el avance en estos tres años, Chile muestra sólo modestos progresos en las tres áreas -entre 7 y 10 puntos- comparado con otros países de la región, como Argentina y Colombia, que en mismo lapso pasan de 20, y sobre todo con Qatar, que en 2006 era penúltimo de la lista y que hoy muestra progresos de entre 30 y 60 puntos en tres años, los más altos del mundo.
El hecho es que en este lapso el país árabe logró avances de entre un 9% y un 19%, mientras que Chile avanzó menos del 2,5 % en las tres áreas. La reforma educacional qatarí, iniciada en 2004, se centra en la libertad de gestión administrativa y curricular de las escuelas, la sujeción irrestricta a estándares curriculares muy exigentes, la implementación de sistemas de última generación para la medición del aprendizaje de los alumnos y para la evaluación del logro de las escuelas, y la aplicación de métodos de enseñanza de probada eficacia.
La reforma recién planteada por el gobierno del Presidente Sebastián Piñera incorpora algunos de los rasgos de su símil en Qatar, como es el caso del incremento de la libertad de gestión de las escuelas y el fortalecimiento del sistema de medición del aprendizaje, aunque se echan de menos avances en la evaluación de la gestión real de las escuelas, la implementación de estándares y de medidas que apunten a la sala de clases.
Es incuestionable, sin embargo, que es posible lograr avances educativos notables al asignar recursos a cambios fundamentales y de probado efecto sobre el aprendizaje de los alumnos, en oposición a otros nominales, de corte administrativo y de raíz ideológica que soslayan modificaciones fundamentales del sistema.
El caso es que, siendo un hecho que la reforma planteada por el gobierno es perfectible, ello no es argumento para rebajar su urgencia, dado que, por una parte, Pisa 2009 nos señala que es posible generar avances notables en el corto plazo y, por la otra, que los estudiantes chilenos no pueden esperar otros 10 años para alcanzar un mayor y mejor aprendizaje.
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Pisa: Chile sube 40 puntos en lenguaje y registra la mayor mejoría de la Ocde en 10 años
Perú creció tres puntos más, pero Chile fue el que más alumnos sacó del peor grupo: bajó de 48% a 31% el porcentaje de niños en nivel básico.
por K. Pavez y E. Simonsen; La Tercera, 8 diciembre 2010
Compartir10 Chile es el país que más avanzó en mejorar el rendimiento de los estudiantes con más bajos niveles de lectura en la última década, según los datos de la prueba Pisa, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (Ocde). Esto significa que entre 2000 y 2009, los alumnos en el nivel básico o por debajo de éste (incapaces de sacar conclusiones simples de un texto) pasaron de ser casi la mitad (48%) al 31%. A inicios de la década, el 51,8% de los escolares chilenos de 15 años estaba en el nivel “competente” o superior. En 2009, la cifra había avanzado al 69,4%.
Esta es una de las buenas noticias de la nueva versión de Pisa, cuyos resultados se dieron ayer para 65 países.
La otra es que los estudiantes chilenos se ubicaron en segundo lugar, después de Perú, entre los que más subieron su promedio en lenguaje, de todos los países: 40 puntos, con lo que alcanzaron los 449 de promedio, ubicándose como los mejores de Latinoamérica. Aunque todavía se encuentran a 50 puntos del promedio de la Ocde, la distancia en lenguaje es cada vez más corta: falta avanzar el equivalente a un año y dos meses de escolaridad adicional para alcanzar el promedio de los países desarrollados.
La brecha entre alumnos de mayores y menores recursos, aunque sigue siendo alta, se redujo de 120 a 107 puntos. Esto es el equivalente a más de dos años de escolaridad.
En matemáticas, las noticias también son alentadoras, aunque no tanto. El promedio nacional es de 421 puntos, lo que ubica a Chile en el lugar 49 de 65 países, y en el segundo lugar de Latinoamérica, tras Uruguay. El 51% de los escolares chilenos no alcanza un nivel básico de conocimientos matemáticos, lo que significa que sólo pueden resolver problemas con procedimientos rutinarios y siguiendo instrucciones directas. Para cerrar la brecha con los países de la Ocde faltan dos años adicionales de escolaridad.
La noticia despertó el optimismo entre los analistas. Sin embargo, el Mineduc puso el acento en lo que falta todavía para alcanzar los niveles de países desarrollados. El ministro de Educación, Joaquín Lavín, señaló que “nos preocupa que queda mucho por avanzar”. Esto, porque “uno de cada tres estudiantes no tiene las competencias básicas en lectura y si vamos a los niveles más bajos, la mitad de los alumnos no tiene estas competencias. Esa es la urgencia de la reforma”.
Para Juan Pablo Valenzuela, de la U. de Chile, los resultados son positivos. “Somos uno de los pocos países que muestran un mejoramiento continuo. Y es el resultado de estrategias focalizadas en la población más vulnerable”, señala. Cristián Cox, de la U. Católica, explica que estas medidas son tres: jornada completa, subvención para alumnos vulnerables y que estos alumnos hayan tenido profesores evaluados.
Para Harald Beyer, investigador del CEP, el avance es significativo, pero falta mejorar aspectos que ubiquen a Chile en niveles de países como Portugal. “Si seguimos creciendo al mismo ritmo económico, en 2018 alcanzaremos a Portugal. ¿En educación sucederá lo mismo? Para lograrlo, se requieren políticas más complejas, como más autonomía para los colegios”.

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