EEUU: Planes de reapertura de universidades
Agosto 7, 2020

Universidades de EE.UU. fijan sus planes de reapertura

06 de agosto de 2020

Los detonadores que podrían provocar un cambio en la mentalidad de las casas de estudios superiores son un aumento en las tasas de infección de coronavirus, que las UCI hospitalarias estuvieran llenas o si un estudiante o alguien del personal muere.

Las universidades de EE.UU. pasaron la primera parte del verano (boreal) deliberando sobre cómo reabrir los campus y las salas de clases. Ahora, están pensando sobre qué tipo de peligros serían necesarios para volver a cerrar. Las facultades que están considerando el retorno de los estudiantes a los campus esperan evitar el caos que provocó el cierre en marzo, por lo que están estableciendo planes. Así, entre los posibles detonadores para un potencial cierre están considerando la muerte de estudiantes y del personal, el aumento de la tasa de contagios y que las instalaciones UCI estén llenas.

No existen lineamientos federales claros sobre cómo hacer una pausa, lo que deja a las universidades, al igual que los estados, las ciudades y los colegios K-12 (sistema de educación con primaria y secundaria), que resuelvan sus protocolos solos. Las entidades de educación superior formaron grandes equipos para pensar planes de cuarentena y hacer rastreo de contactos en el caso de un brote, también para determinar cuándo cerrar los casinos y las salas y cómo sopesar los riesgos de enviar a los estudiantes a casa. Muchas facultades han reservado algunos dormitorios universitarios o incluso los hoteles cercanos como potenciales lugares para aislar a los alumnos con síntomas. Ellos les entregarán comida y cuidados médicos y les advertirán a otros que pueden haber estado expuestos al virus. En el evento de una crisis por un brote se les podría pedir a los estudiantes que abandonen algunos campus con poco tiempo de anticipación.

La Universidad de Texas, en Austin, dispuso una lista completa de variables que deberían ser sopesadas para cambiar el curso de reapertura, incluyendo la muerte de algún estudiante o las altas tasas de ausentismo de los empleados, instalaciones limitadas para el aislamiento y el aumento durante dos semanas sostenidas del porcentaje de test positivos.

“Desde el comienzo del proceso, una de las cosas que sabíamos era que la situación iba a cambiar durante el tiempo”, dijo Arthur Markman, profesor de la casa de estudios que forma parte de un grupo de planificación que ayudó a conducir a la institución hacia la reapertura. “Hemos hecho una evaluación sobre dónde nos gustaría estar cuando abramos así como también los distintos niveles, incluyendo cuando tengamos que salir”.

La Universidad de Syracuse ha identificado cinco niveles de brotes y trazó un plan sobre cómo reaccionarían en cada uno, desde 10 o pocos casos que pueden ser contenidos hasta un brote de más de 100 casos donde la transmisión está ocurriendo a una tasa significativa y “no hay una estrategia realista para contener o controlar la situación”, según el plan de la casa de estudios.

En el caso que ocurra el peor escenario y la institución crea que tomará más de un mes “aplanar la curva”, los estudiantes serán enviados a casa. Ellos deberían irse solo con lo necesario y todo el resto se puede quedar en las dependencias. Pero el enviar a los alumnos de vuelta debido a un brote trae sus riesgos, entre los que está exponer al virus a los viajeros y las comunidades en las que viven.

Algunos planteles están optando por no publicitar este desalentador cálculo de cuándo ya no será posible estar en el campus, incluso los límites sobre cuánto se considera muchos enfermos y cuándo se estima que las UCI hospitalarias están muy llenas, esto debido a que es un exceso admitir que ese terrible panorama se vuelva realidad.

“La mayoría tiene un plan, pero ellos no lo divulgarán”, dijo Luis Toledo, una analista de políticas e información en el centro de estudios College Crisis Initiative en el Davidson College, que está rastreando cómo las universidades de EE.UU. están lidiando con la pandemia. “Si lo divulgas y reconoces que hay una posibilidad de que los estudiantes mueran, entonces se viene la pregunta: ¿Por qué estás haciendo que vuelvan los alumnos?”.

Algunas universidades están enfocando sus esfuerzos en la logística de la reapertura. Entre las medidas se encuentra que haya menos estudiantes en cada dormitorio, la instalación de paneles de mica en las oficinas de ayuda y de registro y la respuesta de preguntas de parte de la facultad. Muchas instituciones están esperando evitar los cierres al comenzar las clases con antelación, cancelar las vacaciones de otoño y enviar a los estudiantes a sus casas para los exámenes en el Día de Acción de Gracias.

La Universidad Liberty, en Virginia, decidió hacer al menos un cierre parcial, detener las clases persona a persona, si pasan siete días desde que llega a su tope en espacios de cuarentena o si los hospitales locales están a su capacidad máxima con pacientes con Covid-19 durante 10 días o si no hay tests disponibles para personas con síntomas, según un plan que fue entregado al estado. Eso ocurriría si más del 5% de los estudiantes y el personal tiene síntomas o da positivo durante un período de dos semanas. La universidad cerraría y enviaría a los alumnos a casa si la tasa de contagios llega al 15%.

Para la Universidad de Kentucky se trata menos de números que de líneas de tendencia, dijo el portavoz Jay Blanton. Ese plantel vigilará las tasas de infección en el campus y alrededor de la región de Lexington y está revisando la capacidad nocturna en el hospital universitario.

La institución Colby College en Waterville, Maine, que está llevando a los estudiantes de regreso al campus con un protocolo de evaluación integral y una combinación de clases presenciales y en línea, ha establecido planes para cuatro niveles de operación codificados por colores, con cierres parciales de aulas, comedores e instalaciones de ejercicio.

Pero no es tan simple como decir que moverán el nivel de seguridad del amarillo al nivel naranja más crítico con cinco casos de Covid-19 en el campus, o al rojo con 10 casos, explicó el presidente David A. Greene.

El Dr. Greene dijo que está en estrecho contacto con los hospitales locales para vigilar la capacidad.

“Si estuviéramos en una posición en la que estuviéramos saturando al sistema de salud local con casos que se iniciaron en Colby, me parecería una situación insostenible”, dijo.

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