Aportes adicionales al debate sobre la crisis del CRUCH
Julio 25, 2009

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Dos aportes adicionales al debate sobre la crisis del Consejo de Rectores (CRUCH):
— Para que el Consejo de Rectores cumpla su misión, Fernando Montes S.J., Rector de la universidad Alberto Hurtado, 25 julio 2009
— De Ues tradicionales: Decanos de Ciencias piden ampliar Consejo de Rectores, 25 julio 2009
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Para que el Consejo de Rectores cumpla su misión
Fernando Montes, S.J. Rector Universidad Alberto Hurtado
El Mercurio, columna de opinión, 25 julio 2009
En los temas universitarios la realidad se va imponiendo a pesar de las resistencias. Las universidades deberíamos dar el ejemplo de un diálogo razonable, sin exclusiones, que permitiera calmar las aguas para dar los pasos de una reforma de fondo que mejorara la calidad y la institucionalidad vigente.
Me permito presentar algunas ideas en torno al consejo para avanzar en la discusión.
Lo más obvio y conforme al buen sentido sería no destruir el consejo, sino ampliarlo. El Consejo de Rectores fue creado en 1954 para coordinar la educación superior. Poco después se fundó la Universidad Austral, y fue incorporada al nuevo consejo. No se impusieron los criterios históricos como hoy, sino el sentido común. Dos años después fue admitida la recién creada Universidad del Norte. Así el consejo podía cumplir su misión. Hoy mal puede coordinar el sistema cuando están excluidas de él más de la mitad de las instituciones.
En segundo lugar, pensamos que los cambios tienen que ser liderados por el Ministerio de Educación. En las actuales circunstancias, cualquier proyecto propuesto por los interesados aparecerá como amenazante y está condenado al fracaso. El ministerio no puede dilatar la solución, y debe incluirla entre sus políticas.
Dos motivos entraban los cambios: el tema económico y el equilibrio de poder al interior de la institución.
Por eso, si queremos avanzar, es necesario separar lo económico de la pertenencia al consejo.
Existen problemas de calidad, de equidad, de institucionalidad y necesitamos una instancia superior no excluyente para enfrentar esos problemas. Por razones de dudosa constitucionalidad, en la actualidad somos muchos los excluidos de convenios como el firmado con Bélgica para temas de doctorados y somos discriminados incomprensiblemente, por ejemplo, en la entrega oportuna de los resultados de la PSU, en el diálogo con las autoridades, etcétera. No es sólo por motivos económicos, como opina el rector Zolezzi, que el consejo debe ser ampliado. Es para su subsistencia y el cumplimiento de su misión.
El aspecto económico tiene dos aristas: la torta es pequeña para repartirla entre más y se objeta que instituciones con fines de lucro se beneficien con dineros públicos orientados a la educación. El primer aspecto hay que enfrentarlo con realismo, asegurando a quienes reciben aportes por razones históricas que esos beneficios no les serán quitados. Pero hay que asegurar que los nuevos fondos que el Estado tendrá que entregar se repartan por concurso, contra prestaciones de bienes públicos, con compromisos de desempeño, con procesos transparentes y con rendición de cuentas. Sería un claro avance en la modernización. No tendrían por qué verse desfavorecidas las universidades tradicionales que recibirían parte importante de los nuevos fondos por la calidad y experiencia que ellas aseguran tener.
El segundo motivo económico para oponerse a los cambios radica en la existencia de instituciones con fines de lucro que no deberían recibir ayudas directas del Estado. Esta razón manifiesta un profundo malestar por el incumplimiento de la ley que prohíbe el lucro en las universidades. El fondo del problema, más que el lucro, es la bochornosa falta de transparencia del sistema.
Hoy no sólo se compran y venden instituciones, sino que universidades tradicionales, incluidas las estatales, organizan consultoras y empresas que son negocios para sus académicos. No olvidemos que hay procesos judiciales en curso que afectan a autoridades universitarias.
Ante eso hay dos opciones: o se hace cumplir rigurosamente la ley o se trasparenta el sistema para que se paguen impuestos, excluyendo beneficios directos a instituciones con fines de lucro que florecen usando ventajas universitarias.
Finalmente, creo que se generarían nuevos equilibrios de poder en el consejo fomentando subgrupos que representen legítimos intereses: universidades estatales, regionales, complejas, tradicionales, etc.
En resumen: pensando en el interés superior del país, propongo que no se rompa, sino que se amplíe el consejo; que el Ejecutivo tome la iniciativa; que se desligue lo económico de la pertenencia al consejo; que se mantengan las entregas históricas como derecho adquirido; que se modernice la entrega de nuevos fondos; que se transparente el sistema para que el lucro se enfrente correctamente, y, finalmente, que se fomenten los subgrupos que puedan equilibrar las fuerzas internas.
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De Ues tradicionales: Decanos de Ciencias piden ampliar Consejo de Rectores
M. GRACIA DALGALLARANDO, El Mercurio, 25 julio 2009
Una postura contraria a la planteada por las universidades estatales dieron a conocer los decanos de las facultades de Ciencias de las 25 universidades del Consejo de Rectores, (Cruch). El presidente del organismo y decano de Ciencias de la U. de Chile, Raúl Morales, es partidario de ampliar el Consejo de Rectores a planteles privados con patrimonio propio, es decir, que no tengan fines de lucro.
La propuesta difiere de lo que plantean los rectores de las estatales, que quieren continuar con el Consejo y que valoran la creación de una conferencia paralela al Cruch que agrupe a los planteles acreditados.
Morales hizo un severo diagnóstico de la situación al interior del organismo, que se ha reflejado en la pugna de los últimos meses por el nuevo trato que exigen las universidades estatales al Estado. “El Consejo de Rectores ha alcanzado un punto de quiebre donde las confianzas se han roto entre los rectores de las universidades privadas y estatales y se ha llegado a la conformación de bloques al interior (del Consejo) que lo único que ha demostrado es la situación de crisis”, dijo la autoridad.
Por eso, los decanos de Ciencias son partidarios de crear un nuevo referente, que tenga como principios orientadores la inclusividad de todas las universidades acreditadas y sin fines de lucro; la estratificación del sistema, para que los planteles compitan entre pares semejantes; y la simetría en la gestión, por la cual las universidades tendrán los mismos derechos y deberes respecto del uso de los fondos públicos.
“El Estado tiene que iniciar una nueva política de ampliación de los recursos al sistema de educación superior. Y en la medida en que tengamos un Cruch fuerte, mejor organizado, inclusivo, nos va a permitir tener una mejor orientación en temas de financiamiento”, explicó Morales.
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