Breve columna de opinión sobre la PSU publicada hoy domingo 2 de enero de 2011 en el diario El Mercurio.
La PSU rinde examen
No es razonable emplear un único instrumento de selección en un sistema con una oferta amplia y una demanda heterogénea.
JOSÉ JOAQUÍN BRUNNER
Con la masificación de la educación superior o terciaria, las puertas de los claustros se han abierto de par en par. La visión elitista de la enseñanza superior terminó por refugiarse en unas pocas universidades: aquellas que, legítimamente, aspiran a preparar a los grupos dirigentes del país en los ámbitos del Estado, la economía privada y la cultura.
En realidad, únicamente para estas universidades selectivas, y unas pocas más que buscan intervenir en la formación del segundo escalón del personal profesional o experto de la sociedad, la PSU resulta ser un instrumento vital para el reclutamiento de sus estudiantes. En cambio, para el sector masivo de jóvenes, hace rato dejó de ser un examen de vida o muerte; de inclusión o exclusión de la educación terciaria. Sólo tiene alcance masivo debido a la decisión del gobierno de emplear sus resultados como criterio para la asignación de becas y créditos estudiantiles.
En estas condiciones, la PSU ha dejado de ser una solución racional, eficaz y equitativa para la distribución de oportunidades de enseñanza y para determinar el financiamiento de los estudios superiores.
Por lo pronto, no es razonable emplear un único instrumento de selección en un sistema con una oferta tan amplia y variada y una demanda tan masiva y heterogénea como existen en Chile. En seguida, este instrumento se limita a medir ciertas habilidades cognitivas, dejando al margen una serie de otras cualidades que la sociedad considera valiosas. Tercero, es sabido que dichas habilidades son altamente sensibles al origen socioeconómico y cultural de los jóvenes. Y, por último, la administración del instrumento en manos de una o unas pocas universidades le resta transparencia y otorga ventajas competitivas a estas instituciones en la competencia por la formación de las élites.
En suma, urge revisar la PSU, complementarla con otros medios que identifiquen mejor el potencial de los postulantes, alinear los procedimientos elegidos con fines de interés social y crear una agencia pública independiente que administre aquellos procedimientos de cobertura o alcance nacional.
Ministro Educación sobre educación superior
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