Flagrante contrasentido
Joé Joaquín Brunner, La Tercera, 13 de diciembre de 2014
El proceso de admisión a la educación superior pone nuevamente en claro unos pocos hechos fundamentales.
Primero, la magnitud del fenómeno. A esta altura, Chile tiene cifras de acceso perfectamente comparables con las del promedio de los países de la OCDE. Con todo, superamos ampliamente este promedio en el caso de programas cortos, orientados al mundo laboral. Significa que como proporción del grupo de 20 a 29 años de edad, Chile inscribe un 27% de los jóvenes, casi el mismo promedio de la OCDE (28%) y por encima de Austria, España, Francia, Irlanda, Italia y el Reino Unido. Significa, además, que los niños que hoy comienzan sus estudios escolares obtendrán a lo largo de la vida un promedio de 3,6 años de educación superior, muy por arriba de la cifra de la OCDE (2,7 años).
Segundo, los procedimientos vigentes de selección y admisión están lejos de responder a la masividad y variedad de los estudiantes que ingresan. De hecho, solo 10 universidades –5% del total de instituciones y menos de un 20% de las universidades– admiten este año postulantes con más de 600 puntos promedio: cinco tradicionales, 1 estatal nueva y 4 privadas creadas con posterioridad a 1981. Es decir, empleamos un instrumental concebido para ‘medir’ y clasificar a un estudiantado de elite para un proceso masivo que apunta al acceso universal. Es un flagrante contrasentido.
Tercero, los ajustes aplicados a la PSU –como el ranking’, por ejemplo– tienen solo un efecto marginal. Favorecen competitivamente a la minoría de jóvenes más empeñosos de cada curso con independencia de su cuna, lo que es positivo. Pero no cambian el foco de atención del sistema de selección que debe apuntar hacia la mayoría.
Cuarto, la selección dejó de ser el eje del acceso y en adelante debería ser administrada por el club de universidades que la necesitan para elegir meritocráticamente a quienes postulan a ser parte a las elites del país. En cambio, el centro de gravedad de los procesos de acceso debe trasladarse a diagnosticar la situación de entrada de los estudiantes vulnerables y en cómo evitar su deserción y reforzar sus competencias de aprendizaje, disciplina de estudio, habilidades de empleabilidad y su formación cultural.
0 Comments