Acortar carreras: ¿Cómo y para qué?
Agosto 31, 2012

tpo.jpg Vuelve a considerarse la posibilidad de un acortamiento de los programas de estudio. A continuación dos reflexiones personales y, más abajo, la información de prensa.
1) Cualquier carrera puede impartirse en tiempos más breves, a condición de que su currículo sea reorganizado de una manera razonable y que luego se empleen las estrategias y los métodos pedagógicos adecuados. Lo importante es el objetivo: qué se desea lograr y para qué. Acortar carreras no puede ser un objetivo en sí. En cambio, si los aprendizajes necesarios en una carrera como medicina u otra se pueden alcanzar en menor tiempo, con igual o mayor calidad, y mediante un uso más eficiente de recursos, entonces hace pleno sentido acortar una carrera. Va en beneficio de los estudiantes y la sociedad. Pero, ojo, si resulta que se acorta una carerra dañando el aprendizaje de los alumnos, o con espíritu puramente lucrativo, o para satisfacer alguna exigencia burocrática, o solo para luego obligar al estudiante a obtener un título adicional, entonces la solución es negativa y no debiera adoptarse.
2) Cualquier intento de acortar carreras debe ir precedido de un análisis a fondo del modelo formativo que se desea ofrecer, de las destrezas y conocimientos que se desea desarrollar en los estudiantes y de las necesidades y demandas del mercado laboral. Hay que considerar balanceadamente estos tres factores y logar que se expresen en unaa duración razonable de los estudios. Todo esto, por necesidad, debe considerar además la formación previa de los alumnos pues es muy distinto ofrecer una carrera a jovenes altamente seleccionados y que provienen de familias profesionales y de cultura burguesa que enseñar a jóvenes que provienen de hogares con reducido capital cultural y socioeconómico. El criterio más importante hoy día para acortar carreras tiene que ser acaso con la duración propuesta yo logro dar un buen entrenamiento y formación a los cientos de miles de jóvenes que acceden a la educación superior provenientes del 60% de hogares de menores recursos. ¡Esto es lo que debiera importar al país!
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Especialistas piensan que puede lograrse evitando repetición de contenidos y mejorando sistema de convalidaciones: Decanos estudian acortar Medicina y expertos creen que más carreras podrían hacer lo mismo
En su primera entrevista, el nuevo presidente de las facultades de Medicina, Luis Ibáñez (UC), dice que es tiempo de “optimizar” recursos tanto académicos como económicos en la preparación de los estudiantes.
Equipo de Ciudad, El Mercurio, 31 de agosto de 2012
En el Ministerio de Educación creen que Medicina es una de las carreras más difíciles de acortar en su duración. Pero el decano de la carrera en la U. Católica, Luis Ibáñez, quien desde esta semana está a cargo de la Asociación de Facultades de Medicina de Chile (Asofamech), está empeñado en que eso cambie.
Consultado por los ejes que tendrá su gestión, la palabra que más repite este médico internista especialista en cirugía digestiva es “optimización”. En ese sentido, cree que es momento de acortar la carrera, tanto en pregrado como posgrado.
Medicina no sólo es una de las carreras más largas (formalmente, dura siete años), sino que además, en promedio, los alumnos demoran un semestre más en titularse. Eso sí, está en mejor situación que Derecho, donde los cinco años formales de estudio terminan, en los hechos, siendo casi nueve.
La extensión de las carreras en Chile es de 6,32 años, dos más que el promedio de la OCDE. Por ello, los expertos creen que este tema debiera extenderse a otras áreas (ver opiniones), tal como han empezado a hacer algunas universidades en los últimos cuatro años respecto de carreras específicas, como ingeniería.
Ibáñez cuenta que en la UC el tema se analiza “hace dos o tres años” y que pronto debería zanjarse. Agrega que hay otras facultades de Medicina en la misma situación.
La fórmula sería así: de los dos últimos años del pregrado (que son el internado de Medicina), el primero se ocuparía para condensar los conocimientos primordiales y, en el segundo, se permitiría que los estudiantes eligieran una de las especialidades de su interés. De este modo, al llegar al primer año de la especialidad, esas materias podrían convalidarse. Así, aunque la carrera seguirá durando siete años, el último serviría para acortar la especialidad de tres a dos años.
Otra de las variaciones que Asofamech analiza es la optimización del estudio de las especialidades, reduciendo el tiempo de éstas. El ejemplo más claro es Geriatría, que pasará de ser una subespecialidad (cinco años de estudio) a una especialidad primaria, de cuatro años de duración.
Es decir, en el mejor de los casos la formación de un médico podría llegar a durar dos años menos.
“Existe capacidad hoy para formar más médicos especialistas en los hospitales”
Uno de los grandes topes que tiene la atención de salud, sobre todo en el sector público, es la formación de especialistas. Este año ingresaron a estudiar una especialidad médica más de 800 personas, financiadas por el Ministerio de Salud, con lo que prácticamente se copó la oferta de programas ofrecidos por las universidades.
En total, hay más de 2.400 en formación en alguno de los tres años que duran estos programas, una cifra inédita que ha sido propiciada por Salud para, precisamente, disminuir la brecha de profesionales en el sector público.
Sin embargo, el nuevo presidente de Asofamech, Luis Ibáñez, cree que el sistema de la educación superior, que recibe en promedio $3.400.000 como arancel por estudiante, puede seguir creciendo “bastante más”.
“Pienso que existe capacidad para formar más especialistas en Chile hoy día. La mayoría de las universidades tiene la posibilidad de aumento de cupo en sus programas”, agrega.
Esta opción se podría dar “si se coordinan de mejor forma la disponibilidad de campus clínicos por parte del ministerio, y de las horas docentes por parte de las universidades”.
Respecto de los profesionales extranjeros y su bajo rendimiento en el Examen Médico -que administra la Asofamech-, advierte que no existen planes específicos para mejorar los resultados de este grupo y que, a su juicio, eso es responsabilidad del Estado.
Todavía no hay acuerdo entre rectores y el Mineduc
El tema de la extensión formal y real de las carreras preocupa desde hace algún tiempo al Ministerio de Educación. La cartera ha hecho estudios con los egresados de los años 2007, 2008 y 2009 que muestran que, en promedio, los alumnos tardan 3,1 semestres más en titularse que lo que debieran.
Por lo mismo, en marzo el ministro de Educación, Harald Beyer, solicitó al Consejo de Rectores generar una propuesta para reducir la duración de los programas. La respuesta, que llegó en mayo, fue un cronograma para cumplir la meta en cinco años, pero también incluyó medidas de corto plazo: instalar sistemas integrados de nivelación de estudiantes, avanzar en el sistema de créditos transferibles que permiten más movilidad entre planteles, permitir que durante las carreras se puedan obtener grados intermedios y revisar trabas curriculares y administrativas. Según el ministerio, la propuesta del Consejo de Rectores no es satisfactoria.
La factibilidad de acortar
Juan José Ugarte
Jefe de la División de Educación Superior del Mineduc
“A juicio del Ministerio no hay justificación para que los jóvenes en Chile tengan que demorarse más de seis años para obtener su primer grado cuando jóvenes equivalentes a ellos, en Europa o en otras latitudes, demoran tres o cuatro años”.
José Joaquín Brunner
Investigador de la UDP
“Cualquier carrera puede impartirse en tiempos más breves, a condición de que su currículo sea reorganizado de una manera razonable y se empleen estrategias y métodos pedagógicos adecuados. Lo importante es el objetivo: qué se desea lograr y para qué. Acortar carreras no puede ser un objetivo en sí”.
María Paz Arzola
Investigadora del Programa Social de Libertad y Desarrollo
“Hay carreras que permiten acortarse, por ejemplo, los años de especialización en ingeniería comercial podrían ser menos y hasta complementarse con trabajo. Eso sí, debe ser una decisión de cada casa de estudios, porque cada universidad conoce su realidad”.
Nelson Vásquez
Vicerrector Académico de la U. Católica de Valparaíso
“Cuando un plan de estudio es de seis años, pero los estudiantes tardan siete u ocho, hay que hacer un esfuerzo por acortar los tiempos reales de los planes de estudios incorporando la práctica, la tesis, investigación de seminario, todo en ese período. Eso es lo primero”.
Andrés Benítez
Rector de la U. Adolfo Ibáñez
“Es un tema que hay que revisar. En Chile las carreras son largas porque son muy especializadas. Hay mucha repetición de contenidos y sobreespecialización de carreras. De hecho, nosotros bajamos hace tres años la ingeniería, a 5 años. Nos parece pertinente revisar los contenidos, porque el modelo actual no va de acuerdo a los tiempos. La alternativa, creo, es acortar la especialización y realizar más formación general”.

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