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Agosto 9, 2015

 

Una carta y una infamia

 

Gustavo Vega Delgado
Expresidente del CONESUP, Ecuador
Agosto de 2015
http://gustavovegadelgado.blogspot.cl/

El lunes 3 de agosto de 2015, el señor Orlando Pérez, en Diario El Telégrafo, publica una carta abierta dirigida a GkillCity y Mónica Mancero. Ella responde al día siguiente al remitente, asunto que las redes sociales han dado respaldo ampliamente. Por ello, ahora me circunscribo a responder únicamente aquellas preguntas por parte del articulista, referidas a mi gestión en el CONESUP (Consejo Nacional de Educación Superior).

En julio del 2006 fui elegido por unanimidad Presidente del CONESUP por parte del colegio electoral correspondiente. Mi condición de ex rector –por cinco años- y antes vice rector de la histórica Universidad de Cuenca, me confirió los avales para recibir tan alta responsabilidad. Permanecí en funciones hasta octubre del 2010.

El CONESUP bajo mi administración, procuró siempre ser un organismo democrático. No puedo decir lamentablemente lo mismo de la gestión de mi predecesor. Estaba conformado por representantes elegidos –no designados-  por universidades públicas, privadas, escuelas politécnicas oficiales, institutos superiores, gremios profesionales, dando cabida a dos ministros. Tuvo en su composición una clara mayoría del sector público. Buscamos siempre como herramienta inicial de regulación –sin que nos tiemble la mano- el diálogo, la motivación, los cambios desde dentro.

El CONESUP bajo mi presidencia fue amplio, diverso, pertinente, incluyente, sin dejar de ser ejecutivo. Esto difiere de la composición actual del CES, su ente sucesor, en el cual el peso lo tiene el gobierno con franca mayoría, conforme los propios miembros de minoría que ganaron su puesto por concurso, han manifestado públicamente su malestar en varios comunicados.
Ni el CES ni el CEACCES de hoy son autónomos, facultad clave derogada por la Constitución y la Ley vigentes, lo cual les deja expuestos para que sea la SENESCYT, la que verdaderamente dirija el sistema, a pesar de que esta secretaría del ejecutivo no conste en la Constitución de Montecristi.

El CONESUP tuvo logros: en mi período resolvió, por primera vez en la historia, aprobar o negar cada carrera de pregrado, retirando tal facultad de las universidades, lo que alimentó niveles de responsabilidad y ética en el sistema.  Así mismo, creó un reglamento especial para doctorados  equivalentes a PhD y reformó los demás de pre y posgrados. Levantó la primera macro investigación estadística nacional del sistema. Apoyó los procesos inter y transculturales en programas indígenas y afro ecuatorianos. Respaldó la universidad indígena. Reguló con autoridad sin perder firmeza, jamás con autoritarismo. Estimuló la excelencia, pero erradicó fuera de su diccionario la persecución y la práctica policial de “vigilar y castigar”. No obstante, cerramos también universidades e institutos sin muestras de debilidad,  asumiendo que la educación y la academia siempre son un constructo inconcluso, hay mucho por hacer. No creemos como este gobierno, que narcisista asume, que la historia comienza recién con él.

Resolví, con el consenso de todo el Consejo, la cesación de dos universidades con incorregibles deficiencias (Cooperativa de Colombia y Jefferson). La cesación de 91 institutos superiores que no cumplían con su cometido. La intervención en cuatro universidades adicionales para sujetarles a un plan de superación y comprobado perfeccionamiento. El CONESUP fue además el proponente que elevó a la Constituyente de Montecristi, el pedido documentado para respaldar procesos de transformación de la regulación y la evaluación del sistema de Educación Superior, el cual devino en el Mandato 14. Además, a pedido del Presidente de la República, fue el CONESUP, a través de juristas de excepcional calidad, quien elaboró un borrador de la Nueva Constitución para entregárselo a la Asamblea Constituyente.

Problema complejo fue cesar jurídicamente sendos puestos que la incorregible Universidad Cooperativa de Colombia había logrado tenerlos tanto en el CONESUP como en el CONEA. Una vez cesada dicha institución se logró la erradicación de su infiltración en el sistema. Persisten aún hoy decenas de juicios en mi contra por parte de esta institución expirada.

Frente a la tendenciosa sugerencia de que en mi período se han creado “universidades de garaje”,  declaro con énfasis: El CONESUP durante todo mi ejercicio creó solamente una universidad, la Universidad ECO TEC, con sede en Guayaquil, luego de demostrarse su patrimonio, infraestructura, claustro académico, oferta académica, laboratorios. Y pruebas al canto, el tiempo y la historia nos juzgan mejor: esta joven universidad, fue acreditada oficialmente por el CEACCES en el 2014.

No soy responsable de administraciones anteriores a la mía. ¿Me acusa el articulista sobre culpas o dolos anteriores a mi ejercicio? Vaya que la revolución ética cacareada por el gobierno, no se refleja en la conducta del director de su órgano de publicidad escrito. Emplazo al infamante a que corrija su olfato no documentado sobre su denuesto entregado al público.
Si el redactor de la carta fuese un comunicador profesional, si hubiese investigado con seriedad antes de lanzar confiando en su intuición tal desafuero, hubiese escrito diferente; a pesar de que niveles suficientes de pre y postgrado no exhibe él en su hoja de vida, según la base de datos del propio gobierno. Posiblemente copió algún comentario infundado. No se debe plagiar, ni personas ni papeles. Hay que investigar, hacer periodismo serio.
El CONESUP impidió con firmeza, a pesar de varias acciones legales emprendidas en su contra, la creación de más de diez proyectos de nuevas universidades, las mismas que vinieron de municipios, policía, cámaras, institutos, ciudadanos y hasta producto del tráfico de influencias desde varios ministerios del propio gobierno. Algo más, el organismo que dirigí, propuso por escrito a la Asamblea Constituyente de Montecristi, declare una moratoria para  crear nuevas universidades por quince años. Se logró conseguir dicha moratoria, aunque con una sensible frustración: la reducción del tiempo de espera a solo cinco años. Lamentable, pues era indispensable alargar el impedimento en beneficio de la búsqueda de calidad y no de cantidad para el sistema-.
De forma contradictoria, y a pesar de la moratoria, la Constituyente decidió crear de golpe cuatro nuevas universidades y reciclar otra existente, pero todas en la órbita del Ejecutivo, las cuales-siete años después de haber nacido tras la Constitución y cinco años después de haber sido ratificadas por la Ley- ya exhiben escándalos académicos, financieros y éticos. Corrupción, despilfarro, ineficiencia en varias de ellas, ha producido escarnio, vergüenza e indignación.
El perfil del modelo destinado para las universidades del Ejecutivo hoy, es tecnocrático-neocolonial. Se nutre del derroche. El poder en las cúpulas lo detenta una estructura familiar-autoritaria. Levy Strauss, autor clásico de “las redes del parentesco” hubiera saboreado investigando aquí. Sus campus son enclaves transnacionales en tierra ecuatoriana, como fueron la Standard Fruit en la costa de Balao o el Canal de Panamá.  Incluso el programa “Prometeo viejos sabios”, sigue una traza neocolonial. Sólo que en este caso, el banano es la educación, la cultura, la investigación, la innovación, convertidas en enclaves.
Se acompaña la política de Educación Superior hoy de un maltrato descastado hacia las buenas universidades y escuelas politécnicas nacionales, a sus profesores, tantos de excelencia; sus salarios y autoestima son precarios. Según la lógica formal, adolece además el modelo de incoherencia. Entre la ideología del gobierno vendida afuera del país y la realidad casa adentro hay un desquicio.
Las becas fuera del país hay que analizarlas con cuidado. No opinar muy ligeramente, dejarlas leudar para cosechar y observar impactos. La mayor parte de los estudiantes chinos estudiando fuera, nunca regresó. Hoy el gigante asiático diseña correctivos para evitarlo. He visto PhDs cuyas capacidades son más compatibles con el grado de técnico o tecnólogo que verdaderos doctores. Algunos desprecian a los que no ostentan su rango. Otros sin duda hacen honor a su título de doctor o doctora. Pierre Bordieu, a través de su breve trabajo sobre el “racismo de la inteligencia”, refuta mejor el real valor y la discriminación de los más altamente calificados. Dado el despilfarro en las universidades sobreprotegidas, las inversiones en laboratorios y bibliotecas, en remuneraciones de las restantes universidades a profesores, son indignos y desproporcionales a su sacrificio de vida acumulado.
Me pregunto,  ¿No debería el CES, cesar o intervenir estas universidades? ¿No debería el CEACCES decidir el no acreditarlas? ¿No debería pedir a  yachacs-curanderos-tradicionales practiquen en ellas una limpia con sahumerios y ortiga?  Este mismo gobierno a través del entonces CONEA, cesó a varias universidades, unas cuantas de las cuales escasamente cumplían los cinco años de vida institucional, incluida la universidad indígena que debía ser evaluada por parámetros afines a su cultura y cosmovisión y no siguiendo el catecismo de los cánones occidentales. Las cinco universidades del gobierno que nacieron siamesas deben ser evaluadas. Pero no hay señales tomadas para estudiarlas y decidir su acreditación o no.
Cuando en 1997 fui elegido representante por el pueblo a la Asamblea Constituyente de Sangolquí, contribuí para que el sistema de Educación Superior sea cada vez más visionario, eficaz, eficiente, incluida la decisión inédita de crear por primera vez un Consejo de Evaluación y Acreditación para el Ecuador. Pero nunca imaginé que la agencia de la que fuimos creadores se rija hoy por esquemas unidimensionales, subjetivos, con pesos ponderados herméticos y cambiantes, extranjerizantes, que ponga a universidades, carreras y programas a llenar formularios burocráticos, abdicando de la convicción que la mejor tarea de la universidad es alimentar el pensamiento crítico y la producción científica.  Agencia y sistema todo que se declaran obedientes a las consignas que vengan desde más arriba de sus peldaños.
Arrobados, hipnotizados por las candilejas de las revistas indexadas, sin haber estudiado que las grandes indexadoras siguen fielmente al dios mercado y no al Conocimiento en sí. Agencia y algunos colaterales que desprecian los libros y si los aceptan a regañadientes, definen libro contra el concepto de la UNESCO. Que rechaza lo que quede fuera de los casilleros sesgados de las revistas de impacto (Impacto en los bolsillos internacionales debería precisarse). Está demostrado que varios papers indexados se han des-indexado a posteriori al comprobarse fraude. El fetichismo por publicar con indexación produce vanidad y corrupción. Varias ramas del conocimiento no tienen “salida” en las indexadoras porque no son “rentables”. La producción científica mundial concentra un puñado de cuatro macro-editoriales en el mundo.
Espacios de exilio para la libertad asediada, siguiendo a Theodor Adorno, necesita la academia hoy. Una universidad sin condiciones a lo Jacques Derrida. Conciencia crítica de la sociedad, a lo Ortega y Gasset. De sede de la razón, siguiendo a Hernán Malo, la universidad ecuatoriana vuelve a ser hoy universidad ultrajada, como Pérez Guerrero lo denunció antaño, con la diferencia que el verdugo ha cambiado de maquillaje, capucha y guillotina.
Ofrezco disculpas al lector, confieso que he abusado de él, reflexionando sobre cosas de fondo sobre la Educación Superior. Lector y lectores sabios varios, ellos sí; algunos debaten con sapiencia y perspicacia en las redes sociales, los leo y aprendo de ellos con vehemencia, a contrapelo mío que me declaro un estudiante permanente de la Universidad, del Conocimiento, de la Vida.  Temas de cuya profundidad no son territorio del articulista de El Telégrafo mencionado. Perdóneme también él, por introducirle en estas honduras sin que estos laberintos sean de su interés.
Pero de vuelta a la coyuntura, ¿Por qué el articulista no tiene la valentía de dirigirse a mí y lo hace a través de un escrito a mi esposa? Ella no tiene responsabilidad alguna de las acciones u omisiones cuando ejercí la Presidencia del CONESUP. ¡A contrapelo de núcleos familiares o nepóticos vergonzantes hoy que son de dominio público! La acusación en la infamante carta para ella, no solo es ilógica sino cobarde y sexista. Difundiendo por las redes su respuesta recibió contundentes adhesiones.
Dado que dichas preguntas-tendenciosas del autor de columna y calumnia, salpican mi honor -el mayor activo moral que tenemos los seres humanos- he dado respuesta a la carta y su sevicia, reservándome el derecho a tomar las medidas legales que fuesen necesarias para defender la verdad. Decidí no ejercer el derecho a la réplica en el mismo Diario. No tengo confianza que se me ofrezca el mismo derecho que tuvo el Director del rotativo, cuando éste es juez y parte. Lo hago en el espacio abierto de las redes sociales. Umberto Eco, en su último relato que recién sale publicado, Número Cero, en labios de su personaje Braggadocio alerta: “El caso es que los periódicos no están hechos para difundir sino para encubrir noticias”. Flexibilizando la sentencia del lingüista y novelista italiano,  diré con reservas,  “algunos periódicos”.
Finalmente, ante la gentil pregunta-propuesta del articulista de si aspiro a dirigir nuevamente la Educación Superior del país, respondo categóricamente: no gracias, por una sola razón, jamás seré marioneta de ningún gobierno, tampoco testaferro de políticas que se dicten fuera de la academia. Parafraseando -con una variante- al presidente  Roldós Aguilera diré: para el papel de “insolente recadero” del poder de turno, hay nombres y apellidos que nunca faltan en cualquier régimen.

Gustavo Vega Delgado

Expresidente del CONESUP

Agosto de 2015

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