Obligatoriedad Kínder: muy temprano para aplaudir
El anuncio del Presidente de la República de hacer obligatorio kínder, indica el grado de consenso alcanzado sobre la importancia de este nivel educativo. Su consagración en la Constitución es una oportunidad para discutir aspectos pendientes en la educación parvularia y que son los que delinearán el carácter de este gran avance.
Los efectos de este anuncio para la población no serán mucho puesto que, de acuerdo a la Ley N°20.162, la gratuidad está garantizada, según la CASEN 2011, el nivel de cobertura alcanza un 94% y las diferencias entre el primer y quinto quintil no es más de 3 puntos. Distinto hubiese sido plantearse la inclusión de prekínder, desafío que Educación2020 estima aún pendiente, donde la cobertura no supera el 75% y la diferencia entre el primer y el quinto quintil es de 9 puntos. Sin embargo, y más allá de las cifras, los aspectos de fondo que necesariamente serán parte de la discusión para hacer efectivo este anuncio son los importantes y esperamos que, una vez resueltos, aún queden ganas de aplaudir.
Estamos a tiempo de definir la manera en que será aplicada esta medida así como también para definir cuáles serán las políticas públicas que darán las condiciones para hacer efectiva la ley. De este modo, la discusión debería abordar dos niveles: Por un lado, cómo se asegurará la calidad en este nivel educativo y, por otro, decidir si esta educación simplemente replicará los problemas que hoy existen en la educación escolar o si se lograrán superar la inequidad y segregación.
Hay suficiente evidencia internacional para afirmar que no es cualquier tipo de educación parvularia la que sirve, sino la que es de calidad. Aún más, los estudios afirman que esta educación incluso puede llegar a ser nociva para el futuro y el desarrollo de niños y niñas si no es impartida adecuadamente. Así, asegurar la calidad en este nivel educativo requiere revisar una serie de temas.
Uno de los más importantes es la necesidad de mejorar la formación inicial de los educadores de párvulos, que permita abordar apropiadamente los desafíos de desarrollo de los niños y niñas de esta edad. Poner atención a este aspecto es especialmente relevante dado que existe un riesgo de responder a los problemas que hoy se enfrentan en primero básico al kínder, escolarizando tempranamente a niños y niñas sin atender a otros aspectos de su desarrollo.
Actualmente, el Estado gasta montos diferentes para educar a niños y niñas en iguales condiciones de vulnerabilidad debido al problema institucional existente hasta ahora. Con este proyecto, este es un tema que requiere ser zanjado de una vez, por ejemplo, creando una secretaría en el Ministerio que permitan estandarizar la provisión del servicio.
La vulneración de derechos en la infancia requiere también atención debido a que, tal como ha dicho el Presidente, estos niños no marchan, es decir no son capaces de articular sus necesidades ni defender sus derechos. La política pública de infancia, y su efectiva articulación, es fundamental para que el establecimiento educacional pueda cumplir las expectativas de desarrollo y formación que la sociedad les ha otorgado.
Respecto a la necesidad de romper con las lógicas perversas observadas en el ámbito escolar es necesario establecer herramientas para que no suceda lo mismo en la educación parvularia. Urge que en este nivel se asegure gratuidad total en los colegios subvencionados por el Estado, al mismo tiempo que se controle de manera efectiva la prohibición de selección, práctica que pese a estar prohibida hasta sexto básico, se realiza soterradamente.
Asimismo, se abren una serie de dudas en términos de financiamiento y medición de calidad. ¿Se financiará este nivel a través de una subvención por asistencia tal como lo hace el resto de la educación escolar? ¿Resulta correcto castigar la inasistencia en menores de 5 años?; y, en la misma línea, ¿Cómo se evaluará la calidad? ¿Se realizará de acuerdo a resultados instaurando un símil “SIMCE kínder” o nos preocuparemos por el desarrollo de los niños y niñas en otros aspectos también importantes como el desarrollo socioemocional, lenguaje, etc.?
En definitiva, la definición de las condiciones en las que se hará efectivo este anuncio es el que definirá su relevancia. Cualquier avance en cobertura y obligatoriedad debe hacerse considerando su calidad.
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