Ante la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados y en presencia de estudiantes de la Universidad del Mar, el Subsecretario de Educación, Fernando Rojas, en reemplazo del Ministro Harald Beyer, entregó antecedentes respecto del proceso de cierre de esta casa de estudios y las acciones futuras que se impulsarán en esta materia desde el Estado.

El Subsecretario confidenció que la Universidad no tiene registros académicos confiables y que al momento de hacer una auditoría, no pudieron tener acceso a todos los antecedentes. “Tenemos, lamentablemente, mucha evidencia de un desorden completo en la administración y en el proyecto académico”, comentó.

Especificó que la institución no presenta una contabilidad ordenada, lo que dificultó la tarea de auditar sus estados financieros y afirmó que existen niveles de información muy variados entre sede y sede, con lo cual hoy se hace difícil determinar con exactitud, por ejemplo, el universo de estudiantes de la Universidad del Mar. “¿Cuál es la cifra correcta? No lo sé. Lo digo con mucha seriedad y mucha preocupación”, sentenció.

Sostuvo que el Ministerio de Educación no tiene ninguna facultad para hacerse cargo de ninguna sede, ni para administrar ningún recurso directamente, así como tampoco para instruir al rector a que regularice durante, idealmente dentro de este mes, el proceso de clases, con el fin de dar curso a la finalización de los estudios de los alumnos que optaron por no reubicarse.

Estimó que una opción viable para acelerar los procesos es el nombramiento de un síndico que pueda tomar las decisiones al interior de la Universidad, priorizar los proyectos educativos y administrar los recursos. En todo caso, recordó que el decreto de cierre se pone en el evento que algunas carreras no logren concluir antes de enero de 2015, por lo que contempla una autorización para extender el plazo.

Respecto de las reubicaciones, sostuvo que se han establecido 25 convenios, 13 fuera del Consejo de Rectores, 12 dentro. Explicó que los acuerdos son una declaración de intención, una puerta de entrada rápida y, por tanto, no detallan ni cupos ni condiciones. Además, resaltó que no está en la intensión del Ministerio obligar a ningún estudiante a tomar una determinada decisión, ya sea para reubicarse o para concluir sus estudios en la Universidad del Mar.

“Todos los alumnos son adultos, son mayores de edad y queremos que esté en su ámbito de decisión las condiciones que ellos están dispuestos a aceptar y cuáles no”, comentó.

Detalló que alrededor de 2700 estudiantes, de las distintas sedes del país, han sido reubicados. Confirmó que la incorporación a nuevas casas de estudio significará para los alumnos una reevaluación de sus niveles de estudio que puede implicar un retroceso hacia cursos inferiores. En este plano, llamó a los afectados a evaluar en cada caso lo que realmente aprendieron, a sopesar el esfuerzo que realizaron y a reconocer lo que les podría faltar por estudiar en una determinada disciplina.

Rojas informó que los estudiantes que cuentan con Crédito con Aval del Estado (CAE) podrán conservar este sistema de financiamiento en las nuevas casas de estudio y que el beneficio será extensivo para que aquellos que no lo poseían a la fecha.

Finalmente, el Subsecretario recalcó que, para evitar situaciones como las acontecidas con la Universidad del Mar, es preciso contar con una Superintendencia que fiscalice las instituciones de educación superior y con normas que determinen procesos de acreditación más rigurosos.

Estudiantes

En la oportunidad, el dirigente de los estudiantes, Raúl Soto, criticó la ausencia del Ministro de Educación y planteó que la situación de los 18 mil alumnos afectados con el cierre de la Universidad del Mar es un asunto de mayor importancia para el país que la inauguración del Observatorio ALMA, a donde Harald Beyer asistió junto con el Presidente Sebastián Piñera.

Sostuvo que el decreto de cierre puede llegar a vulnerar las normas internas de la Universidad del Mar, que permite a los alumnos repetir un curso, con lo cual podría ser necesario un plazo mucho más amplio que el establecido.

Planteó la interrogante de qué va a pasar con la deuda que se tiene con los bancos o con la misma casa de estudio, respecto de la cual no ha habido una respuesta clara. “Se dice que es un acuerdo entre privados, pero acá es el Estado el que está cerrando la Universidad del Mar y somos nosotros los que vamos a tener la mochila a cuesta hasta mucho después que terminemos nuestros estudios”, recalcó, acotando que es el Estado el que debiera hacerse cargo.

Respecto de las reubicaciones, cuestionó su viabilidad y comentó que algunas de las casas de estudio propuestas también están hoy en tela de juicio en términos de ser instituciones que fomentan el lucro.