Más sobre la educación en Corea: página oficial
Octubre 22, 2012

abc-2.gif En sceuencia con nuestros dos artículos anteriores (aquí y aquí), se contiene a continuación información oficial sobre el sistema coreano de educación.
El sistema educativo de Corea del Sur
página oficial sobre corea en castellano, reproducida en ABC.es, 19.10.2012
Corea del Sur daba la campanada en el último informe PISA al arrebatar a Finlandia el primer puesto mundial como el país con mejores resultados en comprensión lectora y conocimientos matemáticos y una buena nota en competencia científica. Era la constatación de un «milagro» educativo, que en 60 años no solo ha sacado al país del analfabetismo que existía tras su liberación de Japón en 1945 sino que lo ha elevado al podio de la OCDE. Y se estima que en el próximo informe PISA de 2012, que se conocerá a finales del año que viene, Corea del Sur mantendrá su puesto entre los mejores.
«El fuerte anhelo de educación de los coreanos no se percibe en ninguna otra parte del mundo», destaca un informe de la OCDE de 1998, algo que secundaba el pasado junio en ABC el embajador surcoreano en España. «La pasión del pueblo coreano por la educación es extraordinaria», afirmaba Oh Dae-sung. Tanto es así, que hay autores como Michael J. Seth que han definido esta «pasión» como una auténtica «fiebre» que «provocó una de las transformaciones sociales más importantes de la historia».
«Una tierra de campesinos analfabetos y semianalfabetos con solo una muy pequeña clase urbana se ha transformado en una de las naciones con mejor educación del mundo», constata el profesor estadounidense.
A través de la educación se reconstruyó el país después de la guerra tanto social como económicamente, un objetivo que aún hoy se mantiene en esencia. «El principio fundamental de todo el sistema educativo coreano es fomentar la formación como medio para el crecimiento económico del país. El sentimiento patriótico es muy profundo y la voluntad de los estudiantes de contribuir al desarrollo de su país está muy extendida», aseguran desde la asociación española de cultura surcoreana Han-Association.
Más de 10 horas de clase al día
El sistema educativo comprende de uno a tres años de preescolar, seis años de escuela primaria, tres del ciclo medio de la escuela secundaria, tres del ciclo superior de secundaria (preparatoria), y cuatro años de facultad en la universidad. La educación primaria es obligatoria y gratuita, con almuerzo incluido y los tres primeros años de secundaria también son obligatorios. En 2010, se contaba con 411 instituciones de enseñanza superior en Corea, con un total de 3,64 millones de estudiantes y 77.697 profesores, según la página oficial sobre Corea en castellano.
El 98% de los estudiantes termina la educación secundaria y casi un 60% obtiene un título universitario en Corea del Sur. Detrás de este éxito, hay jornadas maratonianas de estudio: Seis o siete horas de clase en la escuela, más cuatro o cinco horas de clase privadas, más tiempo de estudio en casa o en bibliotecas para un estudiante de secundaria. Los alumnos surcoreanos estudian 16 horas más a la semana que la media de la OCDE.
El 90% de las familias coreanas gasta de media unos 400 euros al mes en academias privadas fuera de horario escolar para completar la formación de sus hijos, según Han-Association. «Las familias invierten mucho en la educación de sus hijos, y al mismo tiempo exigen muy buenos resultados», constata Oh Dae-sung.
Los surcoreanos «consideran que todo en la vida es competición» y entienden que para lograr sus objetivos «todo pasa por una buena educación y para eso tienen que competir para asistir a las mejores escuelas y universidades», explican fuentes de la asociación.
A la disciplina y el esfuerzo acompaña un gran respeto por la figura del profesor. «En Corea se sigue el dicho “al profesor no se le pisa ni la sombra”», aseguran desde Han-Association, porque «es una persona que eligió la vocación de transmitir sus conocimientos, no la profesión de funcionario y, por tanto, se agradece siempre su esfuerzo». Los profesores se encuentran entre los profesionales mejor pagados del país y se someten a evaluaciones en las que participan los estudiantes y los padres para mejorar su nivel de especialización.
Los coreanos estudian para fundar grandes empresas que puedan expandirse
El Gobierno surcoreano dedica casi el 7% del PIB a la educación, con partidas para permitir a los alumnos estudiar fuera, en Estados Unidos, China o Europa. Es una inversión importante, pero insuficiente para las familias. «Los colegios públicos, aún siendo gratuitos, reciben un donativo de las propias familias para mejorar las instalaciones o el profesorado», apunta Han-Association.
«Se considera la educación como la mejor inversión, pues los coreanos no estudian para ser empleados de una gran empresa, sino que estudian y trabajan para fundar sus propias grandes empresas que puedan expandirse (y con ellas la cultura coreana) a todo el mundo», añaden desde la asociación.
La cara oscura
Esta «fiebre» educativa tiene una cara oscura en su reverso. Las grandes expectativas que se ponen en los alumnos, el alto grado de exigencia, el sobreesfuerzo por aprender, sumado al gran número de estudiantes en el sistema educativo y su filosofía competitiva forman un combinado de estrés para los jóvenes surcoreanos que no todos resisten. Corea del Sur lidera la tasa de suicidios entre menores de 24 años. El 8,8% de los jóvenes encuestados en el último informe de la Oficina de Estadística de Corea del Sur confesaron que alguna vez han pensado en quitarse la vida y el 53,4% citaron la excesiva competitividad relacionada con la educación como la principal causa.
Consciente de este problema, el Gobierno surcoreano ha tomado medidas, como una nueva ley de prevención de suicidios, el establecimiento de una red nacional de centros de prevención del suicidio o la instalación de teléfonos de emergencia en los puentes.
También se ha intentado frenar el gasto en enseñanza extraescolar, para aliviar a las familias de esta sobrecarga financiera, reformando el sistema de ingreso en los colegios secundarios y en las universidades de forma que se tengan en cuenta las habilidades y personalidad del alumno y no solo sus calificaciones.

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El sistema educativo en Corea del Sur
Educarchile, sobre la base de informaciçón oficial
Hace 50 años el nivel de vida era de Corea del Sur era comparable al de Afganistán; hoy, con una de las economías emergentes mejor posicionadas a nivel mundial, ha logrado situar su sistema educativo entre los más eficientes.
Siendo aún una economía en desarrollo y con un gasto fiscal en educación bajo el promedio, Corea del Sur tiene uno de los sistemas educacionales más avanzados en materia tecnológica del mundo, sorprendiendo además con los excelentes resultados obtenidos en las pruebas internacionales. En efecto, si, de acuerdo a la OECD, hace 50 años el nivel de vida era del país era comparable al de Afganistán, hoy, además de contar con una de las economías emergentes mejor posicionadas a nivel mundial, ha logrado situar su sistema educativo entre los más eficientes.
La inversión política en esta área ha sido considerable, porque es comprendida como la base del futuro económico, aunque las proporciones con otros modelos no dan lugar a comparación: el gobierno de Corea del Sur gasta casi la mitad que el de Estados Unidos en los alumnos de la educación primaria, pero ha logrado resultados muchísimo más altos. Al buscar los comienzos de este sistema educacional nos encontramos con una larga trayectoria de políticas públicas, destinadas a mejorar constantemente la educación, uno de los bienes más preciados por la sociedad coreana.
Haciendo algo de historia, luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando las fuerzas militares estadounidenses ocuparon la parte sureña de la península de Corea, fueron asentadas las bases de este sistema, inspirado en el modelo norteamericano. Desde entonces el gobierno se preocupó de llevar adelante un sistema educacional basado en las diferentes etapas de desarrollo que vivió el país.
La serie de planes económicos impulsados por el gobierno hasta mediados de los años 70 ponían el énfasis en el crecimiento de la industria exportadora, por lo que en esa época las políticas educaciones estuvieron enfocadas a proveer mano de obra educada a la economía, reforzando el currículo escolar con el ramo de tecnología y el área científica. El descubrimiento y la investigación se transformaban así en los principales métodos de enseñanza.
Desde 1975 y durante los 80, el gobierno fijó sus prioridades educativas en problemas sociales, como la alta competencia existente para entrar a las universidades, y se esforzó en reducir a los tutores privados, que por su gran demanda significaban una carga económica para los padres, lo que fue complementado con la integración de los ramos y el desarrollo personal integral.
Pero fue a partir de los 90, período en el que la economía coreana se diversificó considerablemente, que la calidad, relevancia y excelencia de la educación se convirtieron en las prioridades del gobierno: el currículo se focalizó en el aprendizaje, respetando la diversidad individual y buscando poner en marcha variadas políticas públicas, que fueron modificando el sistema hasta llegar a lo que existe hoy.
El escenario actual
Hoy el sistema educativo coreano consta de seis años de primaria, otros seis de secundaria y de dos a cinco años de educación superior (que pueden realizarse en institutos técnicos y universidades). La educación secundaria se divide en la académica y la profesional y la educación superior está clasificada en cuatro categorías: universidad, universidad de profesores, universidades teológicas, seminarios y educación por correspondencia o a distancia.
La administración se ha centralizado y el Ministerio de Educación (MOE) se encarga de las políticas y la administración de la educación general, profesional y técnica, regulando tanto la operación de las escuelas como las inscripciones, tarifas, el currículo, la contratación de profesores y el estado de las instalaciones.
A nivel de provincias y municipalidades existen las Autoridades de Educación Local (LEAs) que cuentan con una relativa autonomía respecto al gobierno central, y son autónomas en asegurar los recursos financieros y de personal para las escuelas.
En cuanto al gasto público, Corea del Sur es uno de los países de la OECD que gasta menos en educación, de hecho está muy por debajo del promedio. De todas formas su presupuesto ha crecido de un 14,3% del presupuesto total del gobierno en 1963 a un 20,4% en 2000.
Ese año el 78,5% del gasto del MOE se dividió en el impuesto interno a los salarios de los profesores, inversión constante en educación primaria y secundaria. Durante el mismo periodo el sector privado poseía el 55% de las escuelas secundarias y el 78% de los institutos y universidades. Este alto nivel de privatización fue llevado a cabo mediante un set de medidas, como el subsidio público y la exención de impuestos. Así, gracias a esta estrategia de igualación, en la actualidad no existen diferencias perceptibles entre la educación privada y pública.
El poder de las reformas
A partir de 1995, un comité presidencial lanzó una reforma fundamentada por un lado en la eliminación de prácticas sociales no deseadas, y por otro en darle sentido a la educación. En consecuencia, se buscó disminuir la demanda de tutores privados y se privilegió la capacitación de alumnos y adultos para la sociedad de la información. La enseñanza debía dejar de ser un ejercicio destinado solamente a aprobar exámenes.
Tres grandes políticas fueron planeadas. La primera consistió en la modificación del alto nivel de regulación del sistema, que estaba produciendo problemas de falta de flexibilidad, espontaneidad y creatividad en los educadores y las instituciones. Algunas medidas fueron el financiamiento en base al desempeño, y la abolición de la inspección directa del ministerio. Esta última fue reemplazada por evaluaciones de un panel profesional. Además se invitó a los padres y la comunidad en general, a participar de actividades extra-programáticas y de la implementación del currículo.
Fue en base al mismo currículo que se tomó una segunda y fundamental medida, destinada a permitir mayor diversificación del aprendizaje y la enseñanza. Los alumnos recibieron mayores opciones de ramos y materias, reduciendo cargas de aprendizaje innecesario. Se promovió de esta manera que los alumnos aprendieran de acuerdo a sus aptitudes, talentos y habilidades. Todo ello fue reforzado con un plan común que se limitaba a equipar a los alumnos con las llamadas “3 R”: lengua extranjera, habilidades interpersonales y alfabetización en tecnologías de información. Además, en las escuelas de enseñanza profesional se promovió una mayor experiencia práctica y se introdujo una mayor vinculación entre las escuelas secundarias profesionales y los institutos técnicos, con el convencimiento de que la especialización a ese nivel es un requisito fundamental de nuestro tiempo.
La era TIC
Una tercera medida, y que bien merece ser mencionada aparte, fue la integración de las tecnologías de la información al sistema educacional, que abarcó desde la introducción de un sistema de reconocimiento de competencia TIC al interior de las escuelas, hasta la inversión en infraestructura TIC en las escuelas primarias y secundarias, pasando por el desarrollo de un sistema de administración de la información escolar, llamado SMIS y la entrega de mayores oportunidades de capacitación en TIC para los profesores. Estas acciones fueron coronadas con una serie de regulaciones creadas para acomodar las nuevas tecnologías a la sala de clase y el establecimiento de un centro de intercambio de informaciones: el KERIS, Korea Education and Research Information System.
La implementación de las tecnologías de información en las aulas siguió tres pasos fundamentales. El primero fue integrarlas en la infraestructura de la clase, dotando a cada profesor con un computador personal. Adicionalmente se implementó el EDUNET, sistema que vincula las políticas públicas a las escuelas.
El segundo paso se centró en el desarrollo de contenidos y la integración de los EBS (Educational Broadcasting System) que permiten realizar transmisiones de clases por internet, entre otras utilidades.
Finalmente, como tercer paso se estableció un programa bautizado como “Life Long Learning Society” (Sociedad de Educación para toda la vida), creado para integrar a los coreanos en una educación continua, que trascienda los estudios universitarios, siendo definidas como “capacitaciones para toda la vida”.
Salas de clases: el futuro en el presente
El lugar donde se hacen más evidentes las reformas del modelo coreano es, sin duda, la sala de clases, que se ha visto dotada de variadas herramientas que posibilitan el desarrollo de las TICs. La institución encargada de tecnologizar las aulas es la KEDI, Korean Education Development Institute.
Una de las más llamativas es la implementación de los “libros de textos digitales”, que son ejecutados a través de Tablet PC con pantalla táctil, por lo que se pueden leer, ver, escuchar, y manipular, trabajando y escribiendo directamente sobre ellos, como si fueran un cuaderno, a través del teclado y de un lápiz especial.
Incluso se han mantenido programas “del pasado”, que han sido modernizados, como el Air & Correspondence High School (ACHS), basado en la antigua educación por correspondencia o a distancia, que hoy se realiza por internet y que incluye entre sus características un sistema integrado de evaluaciones, de calificaciones y de asistencia, que permiten que el alumno aún cuando no asista físicamente a clases sea correctamente evaluado y que se lleve un completo registro de su desempeño, lo que se complementa con clases grabadas, acceso a profesores en vivo y comunicación con sus “compañeros de curso” a través del chat.
Otros programas fundamentales son el “E-life Long Education Center” que se preocupa de promover el aprendizaje tras la educación, el “E-teaching and E-learning Support System”, que se encarga de regular la educación en las escuelas a través de EDUNET, el “National Education Information System” (NEIS) que integra toda la información del país que sirve de apoyo a la educación y el “Cyber e-learning Home System”, que se encarga de que todos los hogares coreanos cuenten con las herramientas necesarias para aprender vía TIC, garantizando que hasta el niño más pobre tenga un computador para aprender.
Finalmente, está el Educational Broadcasting System (EBS), sistema de transmisión de las clases que se realiza por TV satelital (SAT), TV cable, e internet.
Esta estrategia país ha permitido que la educación coreana haya logrado, en poco tiempo, crear uno de los sistemas más eficientes e innovadores del mundo, cuyos principales pilares se fundamentan en la igualdad de oportunidades y el entusiasmo por educación de calidad.

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