Seguido de una columna sobre el mismo tema de Carlos Concha, de la UAH.

Las comunas que perdieron más matrícula municipal en los últimos cuatro años
En promedio, el sector municipal perdió el 13% de su matrícula. Diez municipios bajaron más de 25%.
por E. Cabrera / E. Simonsen (Santiago), La Tercera, 21 de octubre de 2012
En los últimos cuatro años, la educación municipal perdió 203 mil alumnos, el 13% de su matrícula. Noventa y tres comunas tuvieron descensos superiores al promedio y en 10 casos las pérdidas, incluso, superaron el 25%, según información del Mineduc, obtenida a través de la Ley de Transparencia.
Otras 35 comunas aumentaron su matrícula. Entre ellas, la más destacada es Chaitén, que creció en 37%.
La lista de las comunas que perdieron más de un cuarto de su alumnado la lideran Putre y Salamanca (ver infografía). En la primera, la municipalidad pasó de tener 424 alumnos a sólo 256, con lo que llegó a tener un descenso de casi 40%.
En Salamanca, de 3.460 alumnos en 2009 se pasó este año a 2.241 escolares, con una caída de 35%. En cambio, la educación subvencionada subió 25%.
El diputado Carlos Montes (PS) asegura que, según los datos de los Planes Anuales de Desarrollo de la Educación Municipal (Padem), unos cien colegios, con escasez de matrícula, cerrarán este año.
En Concepción, la tercera comuna con más pérdida, la matrícula municipal bajó 31%, aunque también lo hizo la subvencionada (3%) y la particular pagada (30%). Desde 2010 se han cerrado cinco colegios. “Se está realizando un análisis de los establecimientos deficitarios. Una vez realizado esto, el concejo municipal se pronunciará sobre el cierre”, dice el director de Educación, Hugo Baeza. La resolución se tomará el 15 de noviembre.
En el resto de las comunas reconocen que hay déficit, pero que no tienen decidido cerrar colegios.
“En elecciones, ningún alcalde va a decir que cerrará colegios, pero todos sabemos que hay decenas de colegios críticos en matrícula y que van a cerrar para el próximo año”, dice Montes.
Razones
En Putre, el jefe del Departamento de Educación, Luis Jofré, atribuye la baja de matrícula a la desaparición de un regimiento, que fue trasladado a otra comuna y que educaba a unos 200 adultos. “La matrícula de la educación básica y media se ha mantenido”, dice. De hecho, en la comuna toda la oferta educacional es municipal.
En las otras comunas, las razones esgrimidas son la fuga de alumnos hacia los colegios subvencionados y la baja en la tasa de natalidad.
“Hace cuatro años había un colegio particular subvencionado y hoy hay cuatro nuevos y grandes”, señala Julia Ramírez, directora de Educación de Isla de Maipo, donde la educación municipal perdió casi 30% de alumnos y la subvencionada casi los duplicó.
Similar es lo que ha sucedido en San Miguel, donde desde 2009 se han perdido casi mil alumnos, el 24,5% de la matrícula. “Existen al menos 60 colegios subvencionados, versus 10 establecimientos municipales. Algunos subvencionados obtienen muy bajos resultados Simce, peores que los municipales, pero existe una percepción de mala calidad de los colegios municipales”, indica la directora de Educación, Ruth Carrillo.
En La Pintana, José Sotelo, director de Educación, atribuye la caída de 29% a los paros y a la desaparición de la oferta vespertina. “En 2011 tuvimos el liceo Mariano Torres siete meses en toma y perdió 300 alumnos. Por otro lado, se amplió el liceo Aurelia Rojas Burgos para pasar a Jornada Escolar Completa y tuvimos que trasladarlo mientras tanto. Por el cambio, se fueron otros 300 alumnos”, explica Sotelo.
Las municipalidades dicen que es un círculo vicioso. El descenso en la matrícula impacta negativamente en las arcas y eso les impide, a su vez, implementar medidas más eficaces para frenar las bajas. “Según nuestros cálculos, debemos tener cursos de 35 alumnos para financiarnos, y eso es difícil. El municipio nos traspasa unos $ 300 millones para educación y salud, y con suerte nos queda líquido”, explica Julia Ramírez.
La mayoría de las campañas para evitar la fuga de alumnos son comunicacionales: avisos en radios y calles. En Antuco han ido un poco más allá y, además de la campaña de difusión, se les ofrece a los alumnos un programa complementario, con un instituto en las áreas de armado de computadores, secretariado, etc. Mientras que en Concepción han seguido un camino similar: agregar algunas especialidades técnicas de enseñanza media, para hacer más atractiva la oferta.
En San Miguel se han concentrado en ampliar la oferta: construyeron dos nuevos colegios básicos y nuevos jardines infantiles y salas cuna.

¿Quién quiere administrar la Educación Pública?
Carlos Concha A., Facultad de Educación, Universidad Alberto Hurtado, El Mostrador, 21 de octubre de 2012
La recuperación de la educación pública y el término de la administración municipal de la educación han resurgido como demandas de los estudiantes secundarios. Hay dos temas en esto sobre los que se discute menos. Las condiciones en las que se encuentra lo que queda de nuestra educación pública y cómo recuperarla a partir de esas condiciones. Es claro que su recuperación no se logrará solo con el cambio del administrador.
Algunos datos, sólo a modo de ejemplo de las condiciones a las que hemos llegado. A comienzos de los 80, cuando partió la municipalización, el 78% de los estudiantes del país asistían a colegios públicos; hoy lo hace menos del 38%, concentrándose sobre todo en los municipios más pequeños y rurales, que son los que atienden a los sectores sociales más pobres. Por cierto, en tanto caía la matrícula de la educación municipal, la particular subvencionada pasaba del 15% al 52.8%. De manera consistente los resultados de los colegios municipales en el SIMCE y en pruebas internacionales, siguen a mucha distancia de los que logran los colegios particulares. No obstante, en los sectores socioeconómicos bajos, los estudiantes municipales tienen mejores resultados que los de colegios particulares subvencionados.
El origen socioeconómico de los estudiantes de nuestras escuelas es casi perfectamente homogéneo, por lo que hace tiempo que dejaron de ser espacios en los que los estudiantes aprendían a vivir y a relacionarse con personas y grupos distintos. Y si eso pasa, lo que se ha perdido son espacios para aprender a convivir socialmente en democracia.
En definitiva, tenemos una educación municipal cuya matrícula se ha desplomado y ha perdido valor y relevancia social; ella es administrada por municipios con enormes diferencias en tamaño, riquezas, compromiso con la educación y capacidades de gestión. Tenemos uno de los sistemas escolares más segregados del planeta. El origen socioeconómico de los estudiantes de nuestras escuelas es casi perfectamente homogéneo, por lo que hace tiempo que dejaron de ser espacios en los que los estudiantes aprendían a vivir y a relacionarse con personas y grupos distintos. Y si eso pasa, lo que se ha perdido son espacios para aprender a convivir socialmente en democracia.
Hay preguntas que no hemos respondido y que son previas a definir quién administra la educación pública. ¿Cómo resolvemos la segregación social de nuestro sistema escolar?, ¿Qué incentivos serán buenos para promover la heterogeneidad social y económica de estudiantes en nuestras escuelas (también en las particulares pagadas)?, ¿Cómo aseguramos proyectos educativos inclusivos, sin ningún tipo de discriminación en los centros educativos con financiamiento público?, ¿Cómo eliminar la opción de lucrar con financiamiento público en educación?, ¿Cómo generamos un sistema en el que el foco sea el aprendizaje y desarrollo de todos los estudiantes?, ¿Cómo mejoramos la enseñanza y las capacidades de nuestros docentes y directivos?, ¿Cómo aseguramos que los mejores egresados de secundaria sigan la carrera docente?, ¿Cuáles son los sistemas de apoyo más efectivos a los establecimientos educacionales?, ¿Cuáles son las garantías de calidad exigibles para instalar y mantener un colegio y cómo se aseguran?
Entonces, el tema de quién administra la educación pública no resuelve los problemas que deben abordarse para su recuperación. La decisión de quién administra requiere previamente concordar las condiciones y las capacidades para su desarrollo efectivo y asegurar un sistema público que avance en integración social, en oportunidades y en aprendizajes de calidad para todos.