Recursos para educación en 2013
Septiembre 17, 2012

ElMercurio251110.gif Expertos creen que los recursos provenientes de los cambios tributarios son insuficientes: Proyectos de educación cuestan US$ 1.443 millones y carrera docente es el más caro
En el Gobierno explican que la reforma tributaria se hizo para cubrir sólo parte de la agenda.
Pablo Obregón Castro, El Mercurio, Economía y Negocios, 16 de septiembre de 2012
El miércoles de la semana pasada, el Congreso despachó uno de los proyectos más relevantes de la agenda legislativa en materia educacional: el que reduce el interés del Crédito con Aval del Estado (CAE) de 5 a 2% anual.
Para el fisco, esta sola iniciativa tendrá un costo de $105 mil millones, los que son parte de los $685 mil millones -el equivalente a US$ 1.443 millones- que costará implementar la batería completa de iniciativas que se discuten en esta materia. La pregunta que se hacen los expertos es si la reforma tributaria alcanzará para cubrir las nuevas obligaciones.
Mientras en Hacienda y en el Ministerio de Educación aseguran que los gastos están cubiertos -en parte con los nuevos ingresos y en parte con los dineros del presupuesto ordinario-, en la oposición y en centros de investigación de distintas corrientes creen que las platas no cuadran y que las estrecheces se harán sentir a partir de 2014.
“El Mercurio” tomó los informes financieros de los proyectos que se encuentran en trámite y constató que el gasto asociado a seis iniciativas asciende a US$ 1.322 millones. Si a esto se agrega el costo que tendrá aumentar la cobertura de la educación preescolar (ésta es la continuación de una política que ya existe), se llega a dicho total de US$ 1.443 millones anuales.
Según el investigador de Educación 2020 Manuel Sepúlveda si se considera que el ajuste tributario recaudará en promedio US$ 900 millones anuales y que existen proyectos cuyo financiamiento todavía no se conoce -como el de desmunicipalización-, es evidente que las platas no alcanzan. “Nuestra estimación, asumiendo que el Estado se hará cargo de la deuda de arrastre de la educación municipal, es de al menos US$ 3.500 millones”, señala Sepúlveda.
La recaudación proveniente de la reforma tributaria variará considerablemente entre un año y otro: en 2013, por ejemplo, se obtendrán US$ 1.212 millones y en 2014, US$ 712 millones. Ese año asume un nuevo gobierno.
Una mirada diametralmente opuesta tiene el subsecretario de Educación, Fernando Rojas, quien explica que los dineros frescos serán destinados en un 100% a tres áreas específicas y que en ningún caso el Gobierno ha pretendido cubrir con estas platas todos los proyectos que están tramitándose.
“La reforma tributaria permite acelerar las medidas para mejorar la calidad y equidad en todos los niveles de nuestro sistema educativo. También financiar nuevas iniciativas que entregarán mayores oportunidades a los sectores más vulnerables. Pero, por otra parte, los proyectos que se están tramitando se van a financiar a través del presupuesto de la nación o a través de leyes”, señala.
El gasto de la nueva carrera docente, por ejemplo, se cubrirá con los incrementos de subvención, que en un plazo de 10 años -contados a partir de 2014- se incrementarán en 25%, señala.
¿Qué cubren, entonces, los US$ 900 millones extras? Salas cuna y jardines infantiles y la cobertura en prekínder y kínder de los niños pertenecientes al 60% más vulnerable. Esto significa un desembolso anual de US$ 188 millones, dice Rojas.
En educación escolar se financiará la subvención adicional a la clase media, lo que tendrá un costo de US$ 180 millones. Adicionalmente, el beneficio tributario para las familias que realizan gastos en educación escolar y preescolar tendrá un impacto fiscal de US$ 33 millones en 2013 y de US$ 105 millones en 2014. El aumento de becas para el tercer quintil, finalmente, implica un gasto de US$ 591 millones, detalla el subsecretario.
Para la investigadora de Libertad y Desarrollo Cecilia Cifuentes es efectivo que la agenda educacional deberá financiarse en parte con el presupuesto de la Nación. El problema que advierte es qué pasará si el país disminuye su capacidad de crecimiento y, con ello, cae la recaudación: “Si la economía sigue creciendo a 5%, no se compromete la estabilidad fiscal. Si no, ahí los compromisos empiezan a cuestionarse. El nuevo sistema de créditos, por ejemplo, no va a ser un problema ahora, pero sí podría serlo si el Estado no es capaz de recuperar esas platas”, afirma.
La agenda social es más que educación
En Cieplan comentan que lo que se espera recaudar no será suficiente para cubrir todos los gastos permanentes a los que se ha comprometido el Ejecutivo: beneficios en educación, carrera docente, Ingreso Ético Familiar, extensión del post natal, 7% para salud de los jubilados.
“Esto significa que el gobierno que asuma en 2014 tendrá un espacio de gasto casi inexistente para implementar su programa, aun considerando la reforma tributaria”, señalan en este centro de investigación.
“El espacio de gasto público disponible luego de considerar el gasto comprometido es de sólo 0,8% del PIB para el período 2013-2015. Esto es un margen mucho más estrecho que el existente en las proyecciones de los años precedentes (4,0% del PIB en promedio para las cinco proyecciones anteriores). La reforma tributaria propuesta por el Ejecutivo sólo mejora marginalmente esta situación, ya que genera recursos anuales equivalentes a sólo el 0,3% del PIB.
Para el senador del PS Carlos Montes, son tantos los compromisos anunciados por el Ejecutivo, que gran parte de las platas adicionales podrían ir a proyectos que no se relacionan con la educación.
“Todo esto de los mil millones fue muy manipulado. La plata adicional se puede gastar en cualquier cosa. Incluso el fondo de US$ 4 mil millones es un anuncio discutible, puesto que sin un mandato legal que lo haga permanente y que diga cómo va a operar, puede desaparecer”.
¿Y si sube la matrícula?
Para el académico del Centro de Políticas en Educación de la Universidad Católica, Ricardo Paredes, sólo para financiar los gastos en educación superior hacen falta US$ 1.000 millones anuales, sin considerar que los nuevos subsidios harán que la matrícula aumente y, con ello, los desembolsos en ayudas estudiantiles.
“Además, el Gobierno debe estar preparado para realizar ajustes en el financiamiento basal de las universidades, una vez que salgan los nuevos aranceles de referencia que, a mi juicio, debieran dejar desfinanciadas a las universidades fundamentalmente docentes”.
Las ayudas estudiantiles -becas y créditos- cubren sólo hasta ese monto. A futuro, las universidades podrían verse obligadas a hacerse cargo de la brecha entre aranceles de referencia y real en el caso de los alumnos pobres.

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