Esta mañana se presentó el estudio Índice Generación Digital 2004-2008, realizado por la empresa VTR, Adimarc-GfK y Educarchile, el cual da cuenta del estado actual de penetración y uso de Internet en las escuelas, los hogares y la sociedad y expone una radiografía de la cultura, actitudes y comportamientos de los alumnos entre 10 y 18 años, y de sus padres, en relación con los medios digitales.
Breve síntesis de los resultados del estudio ver aquí
Estudio completo bajar aquí 3,5 MB
A continuación la presentación de dicho libro.
Los escolares chilenos y sus padres en la Galaxia Internet
José Joaquín Brunner
Director Centro de Políticas Comparadas de Educación, Universidad Diego Portales
Suele decirse que vivimos en un mundo confundido por la incertidumbre frente al futuro y ahora, además, afectado por una profunda crisis económica. En verdad, son tiempos turbulentos. Hay algo, sin embargo, que en medio de la desorientación se mantiene firmemente arraigado en la conciencia de la gente; la idea de que las tecnologías digitales serán una parte fundamental del futuro y que su dominio será de aquí en más una condición esencial para el desempeño de casi cualquier empleo y para el aprendizaje a lo largo de la vida.
En efecto, un reciente informe de las Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala que las nuevas tecnologías de información y comunicación están transformando el mundo y empiezan a convertirse en una parte integral del entorno en que vivimos, trabajamos, aprendemos, nos comunicamos, hacemos negocios, investigamos y nos entretenemos. Para las nuevas generaciones esta realidad se vuelve plenamente patente; desde temprano, los niños y jóvenes se hallan conectados a ese nuevo entorno y aprenden a interactuar e integrase vitalmente en él. Igual como hace siglos debieron hacer anteriores generaciones al volverse parte del mundo de la imprenta o, más tarde, del mundo fabril y de las máquinas.
Tan grande como esos cambios –desde la cultura oral a la escrita; desde las labores del campo a la revolución industrial– es el cambio que comienza a vivirse en estos años con la marejada digital y la expansión de la cultura de la triple “w”: la world wide web, la red global, Internet.
En el caso de Chile, el Índice Generación Digital (IGD) –nacido del esfuerzo conjunto de VTR, Adimark y Fundación Chile– ha venido midiendo, monitoreando y evaluando estos cambios de una manera continua y minuciosa durante los últimos cinco años; en particular, el uso de los medios digitales por parte de niños y jóvenes alumnos (de 5º básico a 4º medio) en sus colegios y el hogar.
La más reciente versión del IGD, correspondiente al año 2008, proporciona interesantes antecedentes sobre la difusión y el uso de Internet durante el último quinquenio. Hoy día los alumnos que no se conectan (desde el hogar, el colegio o lugares públicos pagados) son apenas un 4%, una tercera parte de los no conectados en 2004. En la generación de los padres, en cambio, sólo un 55% accede a la Red, con significativas diferencias entre los grupos ABC1 (96%) y D (35%).
El porcentaje de alumnos y alumnas que estima conocer bien Internet o ser experto en su uso alcanza en el presente a casi dos terceras partes de ellos, con una constante caída de los que declaran no saber navegar o no conocer bien Internet, porcentaje este último que ha disminuido casi a la mitad durante el último quinquenio. Durante el mismo período la confianza de los jóvenes en relación a su dominio del Internet ha aumentado en todo tipo de colegios –v.gr., colegios municipales, privados subvencionados y particulares pagados–, tanto entre mujeres como entre hombres y en todos los estratos socio-económicos, habiéndose reducido la brecha de confianza entre los dos grupos extremos (ABC1/D) de 51 a 35 puntos porcentuales. Por el contrario, la diferencia entre padres e hijos en este indicador de autopercepción de conocimiento de Internet ha aumentado en 21 puntos porcentuales entre quienes en una y la otra generación declaran tener un dominio alto de Internet.
También los usos de la Red varían fundamentalmente entre los hijos escolares y sus padres, particularmente en lo que se refiere a la utilización del Messenger msm, la posesión de un fotolog y la utilización de la Wikipedia, actividades todas en que los hijos son protagonistas y los padres se hallan casi ausentes. Por su lado, los padres superan a los alumnos en el uso de la Red solo en cuanto a consultar noticias o diarios on line.
La percepción que tienen los hijos es que ellas o ellos, cuando se conectan a Internet desde su casa, están solos, no acompañados por sus adultos más cercanos; así lo declara un 71% de los encuestados. Una mayoría de los padres (59%), en tanto, dice acompañar a sus hijos en ese momento de conexión. Hay, como se ve, una percepción claramente distinta de esta experiencia. Los hijos, que en este caso han de tenerse por más realistas que sus padres, estiman en un alta proporción (61%) que sus padres saben poco o nada respecto de las personas con quienes ellos chatean y que tienen escaso conocimientos de las páginas web que visitan (69%).
Estas brechas generacionales se reflejan también en la evaluación general del uso de Internet. Mientras 71% de los alumnos encuestados piensa que el uso de este medio es muy o bastante beneficioso, un porcentaje menor (59%) de los padres coincide con ellos. Por el contrario, entre los alumnos un 39% estima que el uso de Internet es bastante o muy perjudicial (¡lo que no es poco!), mientras un 58% de los padres piensa así.
Los principales temores o preocupaciones de los padres tienen que ver con que los hijos puedan visitar páginas de adultos o indebidas, con contenido sexual explícito o pornográfico; chatear con desconocidos o acercarse virtualmente a gente extraña o mala, o bien verse expuestos a la amenaza de la pornografía infantil y la pedofilia. Son, sin duda, preocupaciones legítimas.
Los jóvenes por su parte declaran usar la Red, preferentemente, como un medio para investigar sobre un tema, para comunicarse, como herramienta de trabajo y estudio, medio de conocimiento, vinculación con su grupo y medio de entretención. Además, dos de cada tres alumnos estiman que un mayor conocimiento de Internet permite tener cultura general, continuar estudios en la universidad, acceder a un mejor trabajo o empleo y saber relacionarse con los demás. Asimismo los alumnos que se conectan suponen ser sinceros y decir la verdad, hablar más y ser más comunicativos que fuera de Internet y ser más creativos, a la vez que reconocen –aunque en proporción menor– volverse más osados, sentirse allí más libres y poder hablar de temas tabú como de drogas y sexo.
En suma, los datos revelados por el IGD-2008 ofrecen un amplio panorama de cómo los escolares chilenos viven hoy en la Galaxia Internet, cómo se relacionan con los medios digitales, cómo los usan y evalúan y qué piensan de su propia participación en este mundo y de la actividad de sus padres en él. El estudio muestra las brechas que han ido formándose entre las generaciones jóvenes y sus padres (y, por extensión, también sus profesores), tema que necesita ser analizado con cuidado y seriedad, pues está en el centro de las contradicciones que enfrenta la modernidad a comienzos del siglo XXI. Por lo general, cuando la continuidad entre las generaciones se interrumpe, tensiona o vuelve inestable, lo más probable es que surjan crisis de autoridad en la familia y el colegio; los valores heredados pierdan legitimidad, igual que las tradiciones; y se puedan anticipar transformaciones culturales de importancia.
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