Negativo balance del año 2007 realiza el Colegio de Profesores
Diciembre 28, 2007

jg.jpg Jorge Gajardo, Presidente del Colegio de Profesores de Chile, A.G., entregó hoy un negativo balance de los avancdes de la educación chilena durante el año 2007.
Su toma de posición puede resumirse en dos puntos centrales [ver texto completo más abajo]:
1. Podemos afirmar, pues, que después de la revolución de los secundarios, lo que fue una oportunidad se convirtió en una enorme decepción. No obstante, este desencanto genera condiciones para la formación de un gran movimiento por la defensa de la educación pública y la democratización del sistema escolar.
2. El fin de la municipalización y la restitución al Estado de su responsabilidad en la dirección, gestión, administración y financiamiento del sistema, junto con la construcción de la carrera profesional, sistema único para todos los docentes –tanto del sector municipal como particular subvencionado- son las grandes tareas para el 2008.
En suma: nada nuevo bajo el sol. Los dirigentes del Colegio insisten en sus bandereas tradicionales pero no ofrecen propuestas específicas que pudieran permitir un análisis de ellas.
Recursos asociados
Las grandes ausencias: cambios al Estatuto Docente y a la formación de profesores, 25 noviembre 2007
Enseñanza de calidad mundial: Excelentes profesores y apoyo constante para los alumnos más lentos son la clave, 28 octubre 2007
¿Hacia dónde va el Colegio de Profesores?, columna de opinición, J.J. Brunner, 21 octubre 2007
Sin buenos profesores no hay buena educación, columna de opinión, J.J. Brunner, 17 septiembre, 2007


Comunicado oficial
Presidente del magisterio entrega su balance anual en educación
En conferencia de prensa efectuada en la sede nacional del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo expresó su decepción por los logros alcanzados en materia de educación, tras las expectativas creadas por la revolución de los secundarios del año 2006.
Santiago, Viernes 28 de Diciembre de 2007
Después del movimiento de los estudiantes secundarios el año 2006, el país entero pensó que por fin empezaba la recuperación definitiva de la educación, después de más de veinticinco de años de abandono, mercantilización y deterioro. Todo el país simpatizó con el movimiento de unos jóvenes, casi unos niños, que nacieron después de la dictadura y que demandaban de las autoridades políticas del país y de los adultos en general, que se hicieran cargo de una de las deudas pendientes del Estado con la sociedad.
El bullado acuerdo nacional en educación, que terminó suplantando el trabajo del Consejo Asesor, no es más que la reedición de los acuerdos binominales que han mantenido durante diez y siete años a la educación en condiciones deplorables y que son la causa de la revolución “pingüino”. Estuvimos de acuerdo con este movimiento en cuanto a demandar el fin de la municipalización; concordamos también en cuanto a la necesidad de relevar el derecho a la educación sobre la libertad de enseñanza; en la democratización de los órganos responsables de definir las políticas educacionales y en la revisión y cambio del régimen de Jornada Escolar Completa, sin considerar las reivindicaciones propias de los estudiantes como el pase escolar y las becas de alimentación.
La demanda se pudo resumir en una frase: Fin a la LOCE. Sin embargo, esta demanda nacional, se transformó en la oportunidad que esperaban algunos para perfeccionar una política educacional basada en la delegación de la responsabilidad de la nación para con la educación en sostenedores privados que lucran con ella. De manera que el derecho a la educación sigue siendo responsabilidad de las familias; las normas para ser sostenedor les permiten a estos seguir obteniendo ganancias con fondos fiscales y el esfuerzo de las familias; el Consejo Nacional de Educación estará sujeto al veto que la derecha ejerce en el Senado, y sobre la JEC el desencanto es aún más apremiante.
Podemos afirmar, pues, que después de la revolución de los secundarios, lo que fue una oportunidad se convirtió en una enorme decepción. No obstante, este desencanto genera condiciones para la formación de un gran movimiento por la defensa de la educación pública y la democratización del sistema escolar. Ya nadie defiende la administración delegada de la educación, la que ha arrastrado a los municipios al endeudamiento crónico y la sobrecarga administrativa. Este sistema además genera inestabilidad en el trabajo de los docentes y asistentes de la educación. Peor aún en el caso de quienes trabajan en el sector particular subvencionado, sector que año a año se expande a costa de las necesidades educativas de las familias chilenas.
El fin de la municipalización y la restitución al Estado de su responsabilidad en la dirección, gestión, administración y financiamiento del sistema, junto con la construcción de la carrera profesional, sistema único para todos los docentes –tanto del sector municipal como particular subvencionado- son las grandes tareas para el 2008, desafíos que sin lugar a dudas, debe encabezar nuestro Colegio de Profesores. Este trabajo debe involucrar también a las organizaciones de docentes del sector particular, a los asistentes de la educación, a los estudiantes, a los padres y apoderados y a todos los sectores democráticos del país.
Jaime Gajardo Orellana
Presidente Nacional
Colegio de Profesores de Chile A.G.

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