CONICyT: Apoyo a la investigación educacional
Enero 29, 2008

conicyt.gif En su último Boletín de Prensa, CONICYT reporta sobre el tema: Educación: un tema prioritario. Dado el importante papel que -por primera vez- este organismo está jugando en el fomento de la investigación educacional en el país, se transcribe a continuación el reportaje in extenso. Más abajo se publican las entrevistas realizadas por CONICYT a los directores de los dos proyectos ganadores del Primer Concurso Nacional para la Creación de Centros de Investigación Avanzada en Educación , encabezados respectivamente por la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica. Cada uno recibirá, a través del Programa Bicentenario de Ciencia y Tecnología (PBCT) de CONICYT, 450 millones de pesos para su primer año de ejecución, y por un período de 3 años.
Durante la actual administración, la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica ha definido como uno de sus pilares fundamentales la formación de capital humano avanzado, lo que ha significado, entre otros hitos, el apoyo a un número inédito de iniciativas relacionadas con el tema Educación.
La Educación y sus temas afines constituye una de las áreas prioritarias o disciplinas científicas más transversales dentro de los proyectos de investigación -tanto básica como aplicada- y las becas de postgrado que CONICYT ha financiado históricamente. La actual administración de esta entidad, que inició sus funciones a partir de marzo de 2006, ha reforzado la mencionada área con numerosas propuestas de apoyo a este importante sector.
Un ejemplo de ello es el recientemente adjudicado Primer Concurso Nacional para la Creación de Centros de Investigación Avanzada en Educación que, a través del Programa Bicentenario de Ciencia y Tecnología, PBCT de CONICYT, seleccionó dos de los proyectos postulantes, presentados por la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica, cada uno de los cuales recibirá 450 millones de pesos para su primer año de ejecución, por un período de 3 años.
Entre los objetivos de ambos centros está desarrollar investigación de excelencia en educación, la formación de capital humano avanzado, generar innovación y apoyar el desarrollo de políticas públicas en el área. Además, se establecerán vínculos con otras instituciones, chilenas y extranjeras, para atraer a estudiantes y profesionales para ser formados en metodologías innovadoras e investigación de punta.
También durante la actual gestión de CONICYT, el Departamento de Recursos Humanos y Becas de Postgrado de la institución, en conjunto con el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP) del Ministerio de Educación, llamaron a fines de 2007 a un nuevo concurso, con el fin de otorgar becas para realizar estudios conducentes a la obtención del grado académico de Magíster o Doctor en Educación.
A todos los niveles
Los fondos que entrega CONICYT benefician tanto directa como indirectamente a estudiantes y profesores a través de todo el sistema de educación; y contribuyen a hacer más eficiente y moderna la enseñanza en todos sus niveles, comenzando por la escuela hasta llegar a la universidad.
Desde el Programa EXPLORA, cuyo público es el de menor edad entre todos los beneficiarios de CONICYT, y que tiene por objetivo desarrollar la capacidad de apropiación de los beneficios de la ciencia y tecnología en particular por parte de niñas, niños y jóvenes escolares, se constata un interés constante de la institución por el ámbito educacional.
Las positivas repercusiones de la gestión de este programa, desde que fue creado en 1995 son de tal magnitud, que en septiembre de 2005, por Decreto Exento 1367 del Ministerio de Educación, se declaró que todas las actividades de divulgación de la ciencia y la tecnología de CONICYT que realicen los estudiantes de enseñanza parvularia, básica y media y que hayan sido aprobadas por los directores de los respectivos establecimientos educacionales en el marco del Programa EXPLORA, constituyen un complemento de la educación formal y serán consideradas como actividades extraescolares para todos los efectos legales y reglamentarios.
Apoyo a través de la ciencia básica
El Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, Fondecyt, programa más antiguo de CONICYT, con 25 años de existencia, tiene incluida “Pedagogía y Educación” como disciplina en todos sus concursos.
Fondecyt tiene la misión de fortalecer y desarrollar la investigación básica –entendida como creación de conocimiento en “estado puro”- para lo cual financia proyectos de excelencia. En palabras de su directora, María Elena Boisier, todas las ramas del conocimiento son importantes y específicamente Educación es uno de los temas prioritarios definidos por este Gobierno. “Nos gustaría que pudiésemos tener más proyectos en ésta, como en todas las áreas, porque tiene una relevancia muy grande para el país”, agrega.
Desde 1982 hasta la fecha, Fondecyt ha financiado 214 proyectos en su Concurso Regular, por un valor ascendente a más de 6.300 millones de pesos. A través de los Concursos de Postdoctorado, de Cooperación Internacional y de Iniciación en Investigación, se adjudicaron en total otros 25 proyectos, por $ 194,68 millones.
Ciencia aplicada
El Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico, Fondef, es uno de los programas de CONICYT que más fondos ha entregado a iniciativas relacionadas con el área Educación.
Creado en 1991 con el propósito de fortalecer y aprovechar las capacidades científicas y tecnológicas de las Universidades e institutos tecnológicos, para incrementar la competitividad de las empresas, Fondef también destina recursos a áreas que implican beneficios de tipo eminentemente social, como la propia Educación y también Salud.
Desde su aparición y hasta el pasado año 2007, Fondef ha entregado financiamiento equivalente a 9.749 millones de pesos, a un total de 78 proyectos de investigación en Educación.
En su última adjudicación, correspondiente al XIV Concurso anual, fueron 3 las iniciativas seleccionadas en esta área. Dos de ellas, específicamente vinculadas a la enseñanza de las matemáticas: “Estrategias y herramientas para la enseñanza de la matemática basadas en metáforas”, presentada por la Universidad de Chile, que recibió 300 millones de pesos, y “Diseño de una metodología de perfeccionamiento y enriquecimiento en matemática para alumnos y profesores basada en la estructura del razonamiento lógico-matemático”, de la Universidad de Concepción, UDEC, a la que se entregarán 199 millones de pesos.
Ambos proyectos responden al bajo nivel de aprendizaje de la mencionada asignatura por parte de los escolares, sumado a un insuficiente dominio de la disciplina por los profesores. Las soluciones propuestas consisten en diseñar y validar diversas metodologías que integren el razonamiento lógico-matemático y estrategias de resolución de problemas.
La otra investigación apoyada por Fondef en el último concurso se titula “Creación del Sistema de Registro, Monitoreo, Evaluación y Certificación de los servicios de Asistencia Técnica Educativa a establecimientos educacionales” y será ejecutada, también por la Universidad de Chile, con un aporte de $ 262 millones. El problema al que se dará respuesta en este caso es que el Ministerio de Educación, administradores educacionales y las propias escuelas están invirtiendo recursos en contratar servicios de Asistencia Técnica Educativa para iniciar o sostener procesos de mejoramiento.
Los científicos de la Universidad de Chile a cargo del mencionado proyecto, esperan crear un Sistema de Registro, Monitoreo, Evaluación y Certificación (SIRMEC) de los servicios de asistencia técnica educativa a establecimientos educacionales al cual irá asociado un sistema de información para los usuarios. Ello implica definir estándares de calidad, potencial y demostrada.
Evidenciando el énfasis en el tema de la enseñanza, CONICYT, a través de Fondef, creó en 2002 el Programa Tecnologías de Infocomunicación Efectivas para la Educación (TIC EDU), después de una serie de reuniones con académicos y empresarios, las que permitieron distinguir varios ámbitos relevantes para el desarrollo de las TICs en Chile, entre los cuáles, las TICs aplicadas a la Educación fue señalado como uno de alta prioridad y potencial.
La finalidad del Programa TIC EDU es contribuir con el sistema educativo chileno mejorando su efectividad, mediante el establecimiento y utilización de capacidades para el suministro de productos y servicios tecnológicos.
Hasta el presente, TIC EDU ha realizado 3 concursos, a través de los cuáles se han adjudicado alrededor de $1.861 millones. Considerando el aporte de las instituciones, empresas y otras contrapartes asociadas, el costo total de los proyectos asciende a $ 3.814 millones.
Todos los esfuerzos realizados por CONICYT en el ámbito de la enseñanza demuestran la alta prioridad otorgada por el Estado al aumento de la calidad, equidad y cobertura de la educación para todos los chilenos. Esta es sin duda una de las metas que permitirán al país orientarse hacia una sociedad y economía basadas en el conocimiento, como es el objetivo del actual Gobierno.


ccoxd.jpg ENTREVISTA A CRISTIÁN COX, Director del nuevo Centro de Estudios de Políticas y Prácticas de Educación de la PUC.
Poseedor de una gran experiencia en el área docente, el Dr. Cristián Cox realizó su Doctorado en la University of London (Gran Bretaña) con Basil Berstein, considerado el mayor sociólogo de la educación en los países de habla inglesa.
El Dr. Cox dirigirá uno de los dos proyectos seleccionados por CONICYT en el Primer Concurso Nacional para la Creación de Centros de Investigación Avanzada en Educación, cuyos resultados se hicieron públicos a principios de enero del presente año.
Con el nombre de Centro de Estudios de Políticas y Prácticas de Educación, la entidad, a cargo de la Pontificia Universidad Católica de Chile, PUC, recibirá financiamiento por 450 millones de pesos anuales, durante los próximos tres años.
La nueva entidad se ha trazado como objetivos principales producir conocimientos basados en evidencias, formar capacidades de alto nivel; y establecer y alimentar redes de influencia e impacto en la arena pública y en las instituciones educativas. Indagamos con su director cómo esperan llevar a cabo estas tres metas.
“Las instituciones, como los expertos convocados, combinan experiencia dilatada y reconocida, que se asocia estrechamente con los tres ámbitos de acción que demanda el proyecto: investigación avanzada, formación de doctores, y producción orientada a apoyar la innovación y el desarrollo de las políticas públicas en educación”, afirma Cox.
El científico agrega que el diseño del proyecto en su conjunto “obedeció al criterio de atender los tres objetivos señalados y evitar a toda costa dos riesgos: el del ‘árbol de pascua’ de líneas de investigación y actividades que no hacen sistema; y el de la irrelevancia respecto a las necesidades del sistema escolar hoy día, tanto al nivel de políticas, como al nivel de las prácticas”.
¿Por qué el nombre del centro disgrega los conceptos “políticas” y “prácticas”?
El Centro declara en su nombre –Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación- su intencionalidad más profunda: apunta a impactar en estos dos niveles y para hacerlo, sus creadores han batallado para lograr un diseño de actividades que ‘hacen sistema’ y que ‘sean relevantes’.
¿Qué áreas de investigación abordará el centro?
Realizaremos investigación en cinco áreas –enseñanza y aprendizaje en el aula; liderazgo y gestión de escuelas; TICs; formación de profesores; política educacional-, y en todas ellas, el problema de la desigualdad social marcada de las instituciones, procesos y resultados de la educación chilena constituyen un foco de las preguntas y problemas a resolver.
¿La envergadura de este proyecto implica la necesidad de que sea desarrollado por más de una institución?
Esta iniciativa demanda respuestas del campo de la investigación de una envergadura y naturaleza distintas que hasta ahora. Tanto las políticas públicas como las prácticas en educación, inundadas de nuevas demandas -así como de información evaluativa sobre su quehacer-, requieren cada vez más del conocimiento que un proyecto como el que comentamos está comprometido a producir.
Usted mencionó el tema de la desigualdad social…
Respecto a prácticas docentes de aula, es crucial determinar qué patrones de enseñanza se requieren para lograr que alumnos y grupos-curso sin capital cultural en sus medios de origen, logren resultados de aprendizaje altos.
Esto constituye uno de los focos de las investigaciones que se llevarán a cabo en base a más de 10.000 videos de clases –en todo tipo de contextos del sistema escolar- con que cuenta el Centro MIDE-UC, parte del nuevo proyecto. A nivel macro, una de las líneas de investigación sobre las políticas, aborda la discusión de las bases filosóficas de la institucionalidad educativa que tenemos. Algo clave si se tiene presente que no hay ninguna ‘policy’ (políticas) que no se base en ‘politics’ (la política). La investigación a este nivel sobre el tema de la equidad debiera ser capaz de ofrecer conceptos e interpretaciones al campo político que contribuyan a producir por éste mejores respuestas que hasta ahora a la desigualdad educativa –base de muchas otras desigualdades-.
TICs aplicadas a la Educación
CONICYT ha financiado otros proyectos de investigación en educación basadas en las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación. Considerando que una de las áreas de trabajo de su Centro son las TICs, le preguntamos a Cox cuán relevantes les parecen estas iniciativas en el área de la enseñanza.
“Son muy relevantes”, contesta sin dudar. “No se puede pretender trabajar en educación hoy sin entender a cabalidad lo que la literatura está llamando el ‘aprendiz del siglo XXI’, constituido justamente por estructuras cognitivas y prácticas de relación con la información y el conocimiento profundamente influidas por su altísima y multidimensional exposición a las TIC”, añade.
¿Cómo se aplicarán las TIC en su proyecto?
En nuestro proyecto constituyen una de las cinco líneas de investigación que abordaremos y lo hacemos asociados a un proyecto del centro de investigación en educación de la OECD (Center for Educational Research and Innovation-CERI), que lidera en este campo, así como en acuerdo de colaboración con el referido programa Enlaces del Ministerio de Educación.
Consultado sobre qué motivó a la PUC a emprender este proyecto, asociándose a la Fundación Chile y a las universidades Alberto Hurtado y de La Frontera, Cox considera que estas instituciones comparten la visión de que el desarrollo de la educación del país es un asunto de naturaleza estratégica a la vez que de alta complejidad.
¿Cómo es la situación de la educación en Chile respecto de otros países de Latinoamérica?
Como dijo uno de los miembros de la misión OECD que en 2003 evaluó la educación del país (Martin Carnoy, de la Universidad de Stanford, que conocía bien la escala de notas de Chile): “En el contexto latinoamericano la educación chilena se saca un seis, en el contexto mundial, un 4”.
Sin embargo, considero que, en realidad, no es esa la comparación que nos debiera preocupar, porque el conjunto de nuestra región tiene resultados deficientes tanto en calidad como en equidad.
¿Cuál es su opinión acerca de las políticas públicas respecto del área de la educación en los últimos años?
Los últimos 15 años son los de mayor activismo público y privado en educación en la historia de Chile. Se ha avanzado notablemente en acceso y permanencia en la educación, desatándose procesos de movilidad educativa intergeneracional notables. También se ha avanzado sustantivamente en la calidad de las condiciones para enseñar y aprender –desde mayor tiempo para educarse (eso es la Jornada Escolar Completa) a mejor infraestructura y cambio revolucionario en los recursos de aprendizaje.
No se puede decir lo mismo de las prácticas de enseñanza ni de los resultados de aprendizaje, ni de la distribución social de éstos, que sigue siendo altamente desigual. Es claro que como país nos queda mucho por resolver y avanzar en educación y a las políticas les cabe mucho por hacer, como claramente testimonia la agenda actual al respecto.
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correa.jpg ENTREVISTA A CRISTIÁN CORREA, Director del nuevo Centro de Estudios Avanzados en Educación de la UCH
Rafael Correa estará a cargo del Centro de Estudios Avanzados en Educación, recién adjudicado por el Programa Bicentenario de Ciencia y Tecnología de CONICYT a la Universidad de Chile. La iniciativa recibirá un total de 450 millones de pesos anuales, durante los próximos tres años y tiene entre sus objetivos realizar actividades de desarrollo e innovación que permitan mejorar la formación de docentes, la gestión de procesos educativos y las políticas públicas.
Entre 2000 y 2007 Correa fue Director del Centro de Modelamiento Matemático; además de Director Ejecutivo de CONICYT y Vicepresidente de la Comisión Latinoamericana de Ciencia y Tecnología en la primera y segunda mitad de los años noventa, respectivamente.
Este académico ha realizado numerosas investigaciones en Fondecyt, Fondef y el MECESUP desde hace más de 30 años. Se graduó de Ingeniería Matemática por la Universidad de Chile en 1971 y tiene dos Doctorados, incluyendo uno en Ciencias Matemáticas en la Universidad Blaise Pascal, Francia, en 1986. Desde 2005, es Director del Programa de Investigación en Educación de la Universidad de Chile.
Consultado sobre cómo se corresponde su amplia experiencia en el campo de las matemáticas, como ciencia, con su interés por el tema de la Educación en general, medita un buen tiempo antes de responder:
“Por una parte la Educación es un tema que, se ha visto claramente, nos interesa mucho a todos los chilenos. Cuando uno viene del mundo científico y aborda este tema de la Educación, colectiva e institucionalmente como es nuestro caso, obviamente este interés adquiere ese acento”, asegura el investigador. “Nuestra preocupación por los problemas y retrasos, nuestro compromiso con las necesidades de desarrollo de los niños y jóvenes, nuestro sueño de igualdad de oportunidades para todos, de un país más inclusivo, culto, de gente independiente para tomar decisiones razonadas, se articuló en nuestra comunidad de científicos en torno a preguntas de investigación, a proyectos de I+D (Investigación y Desarrollo) que venimos ejecutando desde el año 2000 en el Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile. Esa actividad va creando una manera de mirar, de entender, de aproximarse al tema. Desde esa perspectiva el tema de la educación surge como un ámbito de trabajo científico complejo, extremadamente multidisciplinario, que abarca desde la investigación básica fundamental, hasta el desarrollo, las aplicaciones, la innovación”, añade Correa.
¿Considera que la participación conjunta de varias universidades en un proyecto de este tipo aporta diversidad de criterios de investigación, o puede fragmentar la perspectiva del trabajo?
El hecho de que participen, junto con la Universidad de Chile, la Universidad Católica de Valparaíso y la Universidad de Concepción se explica porque hemos establecido estrechos vínculos de trabajo conjunto en el tema, hemos desarrollado proyectos colaborativos, por largo tiempo, y hay redes de trabajo ya creadas. En estas universidades hay investigadores y equipos de trabajo con quienes hemos compartido la construcción de esta perspectiva multidisciplinaria para abordar nuevos temas en Educación. No son las únicas con quienes hemos colaborado así, pero son muy importantes; juntos representamos una diversidad interesante y el equilibrio regional y territorial es otro factor que nos atraía a todos. Ahora bien, la existencia del trabajo previo, los diálogos avanzados, las visiones compartidas, son cruciales para ahorrar tiempo. Uno de los desafíos mayores que enfrenta la iniciativa de creación de un Centro de Estudios Avanzados en Educación es el tiempo. Se requerirá ser extremadamente veloz; acelerar procesos cuya velocidad natural es insuficiente para provocar los cambios que se buscan.
Usted habla, en los objetivos de su proyecto, de “superar la segmentación de especialistas y de tomadores de decisiones”. ¿Cómo espera integrar a todas las partes? ¿A qué tipo de instancias abiertas se refiere?
Más que instancias formales, se necesita avanzar en los diálogos correspondientes. Las políticas públicas y la investigación tienen ámbitos bien distintos, restricciones, responsabilidades, propósitos diferentes que deben respetarse mutuamente. Se trata de aumentar ese respeto e interés mutuo. Y en eso las responsabilidades son compartidas. Los investigadores no debemos esperar los estudios “encargados” por el Ministerio. Y las autoridades y tomadores de decisiones deben escuchar, atender y apoyar las iniciativas de investigación seria. Esto es algo que está ocurriendo en Educación y que ya avanza muy bien.
¿Cómo explicaría usted, de manera concreta, el proceso mediante el cual la investigación avanzada que realizará el nuevo centro permitirá mejorar –específicamente la equidad- de la educación?
Dos ejemplos mostrarán esto. La mayoría de los estudiantes de menor nivel socioeconómico estudia en establecimientos administrados por los municipios; es bien notable darse cuenta que, a pesar de su relevancia evidente, el tema de la educación municipal no ha sido objeto prioritario ni de investigación ni de políticas públicas. Nuestro Centro lo ha definido como una de sus prioridades, y en este tema trabajaremos con académicos de diferentes facultades de la Universidad de Chile, con nuestras universidades socias en este proyecto, además de investigadores de la Universidad de Talca. El conocimiento que generemos acerca de los problemas y potencialidades de la gestión local de la educación pública será entregado y discutido directamente con los responsables de esa gestión.
Otro ejemplo, de un área diferente: cada vez más -nos guste o no- la adquisición de las habilidades de razonamiento matemático se han vuelto críticas para el ciudadano contemporáneo y una llave para acceder a algunas de las profesiones y puestos de trabajo de mayor prestigio. Sin embargo, Chile tiene un enorme déficit en la formación matemática de su población, lo que incluye a muchos docentes. Nuestro Centro se nutrirá del trabajo de varios matemáticos de primer nivel que han comenzado desde algunos años a acercarse a los problemas de la enseñanza escolar de las matemáticas.
Contrario a lo que muchos piensan, ellos están convencidos que enseñar la matemática más fundamental, la de los primeros cursos de la Educación Básica, es una tarea muy difícil, por lo que el país debe entregar a los profesores de esos cursos mejores herramientas que en la actualidad, comenzando por una buena formación inicial. Si no hacemos esto, las profesiones de elite seguirán siendo principalmente para los hijos de la elite.
En orden de importancia, ¿qué factores son los que más ayudarían a mejorar la educación en Chile? ¿Formación de docentes, gestión de procesos, políticas públicas?
Para estar a la altura de los desafíos nacionales en educación, se debe trabajar en varios frentes; además, Chile tiene los recursos, y la educación, la prioridad política y social, como para no tener que elegir entre uno y otro de los factores que Ud. menciona. Por otra parte, la gran mayoría de quienes se han dedicado rigurosamente a analizar la situación educacional chilena (el Consejo Asesor Presidencial, la OECD, el Banco Mundial y muchos académicos nacionales, varios de ellos de nuestro propio Centro) coinciden con esta idea. La Presidenta lo ha expresado bajo la metáfora de construir “una nueva arquitectura de la educación chilena”.
La noción intuitiva más básica en educación sigue siendo correcta: la clave consiste en tener en cada sala de clases un docente competente. El problema es que cuando se analiza porqué es tan difícil hacer esto realidad uno se da cuenta de que en política educativa es imprescindible trabajar en todos los frentes: si los salarios no son atractivos, muchos de los jóvenes más talentosos no querrán ser profesor; si las condiciones de trabajo en las escuelas no son adecuadas, muchos de los buenos profesores buscarán otro trabajo; si la gestión institucional de las escuelas no está centrada en los desafíos de la enseñanza, los profesores más débiles no mejorarán y las buenas prácticas de los más capaces no se diseminarán, etc. Tenemos que convencernos de que mejorar la educación es una tarea compleja, posible, pero compleja.
¿Considera que queda mucho por hacer en cuanto a políticas públicas?
Desde la vuelta a la democracia, Chile ha sido y es un ejemplo de un país que no está conforme con la educación que entrega a sus hijos, y ha sido enormemente creativo y persistente en implementar políticas de muy diferente tipo, orientadas a mejorar la calidad y la equidad educativas. Esta disconformidad y este sentido de urgencia no debemos perderlo. Nosotros estamos convencidos que la investigación científica puede y debe ser un complemento de esa inquietud y voluntad de cambio expresada en las políticas educacionales, aportando mayor evidencia, para ser más prudentes, para prever los efectos no deseados de las políticas, para rediseñarlas o discontinuarlas cuando sea necesario; para explorar nuevos caminos, ensayando y evaluando constantemente. En fin, en esto consiste la idea nuclear de nuestro Centro en este campo: hacer que cada vez más las políticas educacionales estén basadas en evidencia. Esto no quiere decir que los intereses y demandas de los actores sociales no cuenten, pero sí quiere decir que quienes toman las decisiones deben estar al tanto de quiénes serán los más beneficiados o perjudicados con determinadas medidas. Esto es muy relevante en educación, donde los actores más importantes (los niños, especialmente los más pobres) no tienen un grupo organizado que les represente, en un campo en que todos los demás actores son muy fuertes.
¿Cuál es su opinión de que el Gobierno, a través de CONICYT, esté destinando fondos a la investigación en Educación?
Fue a finales del Gobierno de Lagos, que un grupo de investigadores de la Universidad de Chile, logramos sensibilizar al Ministro Bitar de la necesidad de dar base científica a las políticas públicas en educación y que para esto era absolutamente necesario realizar una inversión fuerte en investigación en este campo. Que el Gobierno haya decidido implementar una iniciativa en este sentido a través del programa Bicentenario de CONICYT me parece adecuado. CONICYT es la institución nacional con mayor experiencia y prestigio en la asignación de fondos para la investigación, desarrollo e innovación, y aquí estamos hablando de investigación en educación.

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