López Obrador responde a los críticos de los libros de texto: “Ni siquiera los han leído”
El mandatario mexicano asegura que “no hay nada que temer” por los textos, y reitera que el rechazo viene de la oposición: “Ven comunistas por todos lados”
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha respondido este jueves a los críticos de los libros de texto editados por su Gobierno, que llegarán a los colegios mexicanos en las próximas semanas. “En la mayoría de los casos ni siquiera los han leído […] Pueden ser perfectibles, pero están bien hechos”, ha expuesto en su conferencia de la mañana. Los cambios en los ejemplares desataron la polémica y las quejas entre algunos miembros de la comunidad educativa, que decidieron llevar la discusión a los tribunales en mayo. La justicia frenó la producción de las ediciones, pero el Ejecutivo decidió continuar y tratar de introducir los textos para el reinicio del ciclo escolar.
“No hay nada que temer, no hay que preocuparse. Los libros están muy bien hechos por especialistas, pedagogos, pero sobre todo participaron maestras y maestros. Fue todo un proceso”, ha desarrollado el mandatario. Los modelos diseñados por el Ejecutivo reestructuró las enseñanzas en cinco áreas —según las versiones que circularon en la comunidad educativa—: “múltiples lenguajes”, “nuestros saberes”, “proyectos de aula”, “proyectos escolares” y “proyectos comunitarios”. Las quejas más comunes despertadas tras la filtración de los libros el pasado martes fue la de no haber consultado a los distintos actores involucrados en la educación infantil.
López Obrador ha asegurado que los críticos han mostrado su queja por pura ideología: “Es un rechazo por consigna y sobre todo por la carga ideológica, es mucho el conservadurismo. Ven comunistas por todos lados, así como los ovnis”. El mandatario comentó unos días antes que los que criticaban los textos son “los grupos conservadores”.
La doctora en Pedagogía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Irma Villalpando explicó a este diario —tras revisar el contenido de los libros— que los textos presentan ciertos vacíos: una reducción excesiva de temas relacionados a matemáticas, errores en los conceptos, saltos en los contenidos, desorden de los materiales y la exclusión de la literatura universal. Esto implicaba “un enorme retroceso”, según exponía la doctora.
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