Brunner: “A la Nueva Mayoría le conviene oponerse al gobierno … “
Septiembre 1, 2018

Captura de pantalla 2016-10-13 a las 10.55.42 a.m.Joaquín Brunner: “A la Nueva Mayoría le conviene oponerse al gobierno porque neutraliza al Frente Amplio”

El ex ministro explica que a la oposición le falta un proyecto programático común y que “hay una tentación de rechazar todo porque eso le permite aparecer relativamente unida, sin que tenga acuerdo en ninguna idea”. Además, tiene una visión crítica en torno al despliegue del Ejecutivo en el Congreso. “El gobierno no ha mostrado habilidades negociadoras”, sentencia.

Autor: Javiera Barrueto, Publicado el 31 de agosto, 2018

Esta semana la agenda se le complicó al gobierno. La oposición rechazó el veto presidencial por salario mínimo y, tras el anuncio del proyecto de modernización tributaria, desde la centroizquierda se barajó la idea de negarse a legislar el proyecto. En ese contexto, surgieron varias críticas en torno al despliegue de la ex Nueva Mayoría en el Congreso.

Al respecto, José Joaquín Brunner, quien fuera uno de los fundadores del PPD -e integrante de sus filas hasta el año pasado-, y ex ministro secretario general de Gobierno, durante la presidencia de Eduardo Frei, tiene una visión crítica tanto de la gestión que ha tenido el Ejecutivo como de la oposición.

“Aquí hay una clara tentación de la oposición, por el momento, de rechazar todo. Eso le permite aparecer relativamente unida sin que tenga acuerdo en ninguna idea”, sostiene el ex secretario de Estado. En conversación con “El Líbero”, José Joaquín Brunner, aborda el actual escenario.

-Luego de que fuera rechazado el veto presidencial del salario mínimo, ¿cuál es su visión de la gestión del gobierno y de la oposición?

-No tiene ningún sentido analizar a la oposición, aquí hay que analizar a las dos partes porque, obviamente, que producto de la situación es una interacción entre las dos partes. Acá hay que ser claros, la primera responsabilidad de articular políticamente es del gobierno, nadie puede esperar que gobierne la oposición. Tiene una tarea particularmente difícil que es articular su propio programa para llevarlo adelante, pero consiguiendo apoyos y negociando hasta construir acuerdos con la oposición. Esto es algo que se puede hacer, lo que pasa es que el gobierno no ha mostrado hasta acá ninguna real voluntad de llegar a acuerdos ni tampoco habilidades negociadoras y políticas necesarias para poder responder a este enorme desafío que tienen por delante.

El Presidente es el que no está dándole conducción a sus secretarios de Estado para que funcionen más coherentemente y tengan capacidad real en el Congreso de conversar”.

-Al decir que el gobierno no ha tenido una capacidad de negociación. ¿Considera que se ha generado un problema de comunicaciones? ¿Se refiere a algunos ministros?

Cuando algo falla en un régimen presidencial como éste, el primer responsable siempre es el Presidente. Es el Presidente el que no está dándole conducción a sus secretarios de Estado para que funcionen más coherentemente y tengan capacidad real en el Congreso de conversar y de pagar los precios que hay que pagar cuando uno no tiene mayoría en el Congreso. Acá el problema está en que la estrategia que el Presidente ha diseñado no logra traducirse en articulaciones concretas con el plano político.

-¿Y con respecto a la actitud de la oposición durante los últimos días?

-Lo que uno espera es que juegue el papel del leal opositor, es decir, que se oponga pero constructivamente. O sea, cuando una oposición busca negar como se decía la sal y el agua, a lo que lleva es a malos resultados. Aquí hay una clara tentación de la oposición, por el momento, de rechazar todo porque eso le permite aparecer relativamente unida sin que tenga acuerdo en ninguna idea, sino simplemente en oponerse a lo que está presentando el gobierno bajo el argumento de que está defendiendo el legado de la Presidenta Bachelet. Además, a la Nueva Mayoría le conviene oponerse al gobierno porque neutraliza al Frente Amplio. El gran temor de la Nueva Mayoría es que la oposición real aparezca dominada por el Frente Amplio. Entonces, si se muestra muy dura, muy tajante, entonces deja descolocado al Frente Amplio que no tiene sino más que plegarse.

La oposición está en una situación muy precaria y de mucha inmadurez, de divisiones internas por todos lados, tanto en política nacional como en política internacional”.

-Con esa estrategia de neutralizar al Frente Amplio, al final, ¿existe un costo político?

-En este momento no está pagando ningún costo. Como estrategia más permanente para los próximos años es difícil imaginar que eso pudiera funcionar. Deja descolocado al Frente Amplio porque la posición más dura de la oposición la tiene la Nueva Mayoría. Está llevando a cabo una estrategia que tiene cierta racionalidad en estos momento, pero que en el fondo le sirve para sortear su propia debilidad a la Nueva Mayoría.

Por el momento el que está pagando el mayor precio es el gobierno porque está apareciendo como incapaz de generar los necesarios acuerdos”.

-¿Pero el costo político va a ser de aquí a las elecciones de 2020?

-Puede pagar un costo enorme. Si el gobierno lograra transmitir el mensaje de que realmente está dispuesto a negociar y a conversar, y que van a contemplar algunas de las ideas de la oposición, efectivamente la oposición pagaría el más alto precio, que es simplemente no tener ninguna posibilidad en la próxima elección parlamentaria y presidencial. Se quedaría como una fuerza marginal que lo único que hace es oponerse a todo sin razones, sin tener una alternativa. Por el momento, el que está pagando el mayor precio es el gobierno porque está apareciendo como incapaz de generar los necesarios acuerdos.

El gobierno no tiene la sensibilidad política ni la capacidad estratégica para ir articulándose de una manera tal que arrastre a la oposición a tener que jugar el juego de construir acuerdos”.

-Pero la tónica del gobierno, desde marzo, ha sido mantener conversaciones con la oposición como los cinco Acuerdos Nacionales. Eso, entonces ¿no se está viendo reflejado?

-No se está viendo reflejado, hay matices en una u otra situación, han ocurrido cosas interesantes en la perspectiva de La Araucanía. Hasta el momento me parece, por lo que reflejan las encuestas, la conversación de la élite, lo que dicen los analistas, es que el gobierno no tiene la sensibilidad política ni los recursos humanos ni la capacidad estratégica para ir articulándose de una manera tal que arrastre a la oposición a tener que jugar el juego de construir acuerdos.

A la oposición le falta de todo, no solo intelectuales, sino que también dirigencia política

Ernesto Silva señaló en su columna a “El Líbero”que “pareciera que la izquierda ha perdido líderes que elaboren y conduzcan a la reflexión sensata, siendo reemplazados por intelectuales radicalizados”. Y hacía mención a que personas como usted, Agustín Squella, Ricardo Lagos y Edgardo Boeninger llevaron a la izquierda a una reflexión con mirada de largo plazo. ¿Hoy faltan líderes que vayan por este sentido?

A la oposición le falta de todo, no solo intelectuales sino que también dirigencia política, le faltan juventudes, le falta vinculación con la sociedad civil. Lo que más le falta es visión y estrategia, o sea cómo responde a los nuevos desafíos después del fracaso real que experimentó la Nueva Mayoría. A la oposición le faltan muchísimas cosas en este momento y por eso que su tentación es cerrarse y hacer este juego de una oposición no constructiva sino que simplemente de cierre, de levantar un muro. A la oposición le falta entrar al diálogo político con sus ideas y con sus propuestas, pero también reconociendo que la derecha o que el gobierno de Piñera tiene su propio programa y sus propias ideas y que tienen que encontrarse ambos sectores en la mitad del camino.

A la oposición le faltan muchísimas cosas en este momento y por eso que su tentación es cerrarse y hacer este juego de una oposición no constructiva sino que simplemente de cierre, de levantar un muro”.

-Camilo Escalona también hizo referencia a que hacen falta propuestas en la ex Nueva Mayoría y dijo que “ni siquiera estoy seguro que las tengamos de aquí a 2021”.

-Creo que es perfectamente posible porque estos son procesos muy lentos, uno puede armar un programa en seis meses, pero un cambio real de visión, un diagnóstico acertado del país, es un proceso intelectual, cultural, político de largo aliento. Es algo parecido a lo que hizo la Renovación Socialista en su tiempo y la construcción de la Concertación. Obviamente que podría ocurrir que la oposición llegue atrincherada en su negativismo de aquí hasta el final del gobierno de Piñera y en esas condiciones efectivamente podría no tener nada interesante que presentarle al país.

-Ya esta semana se descartó la reunión semanal de la Nueva Mayoría y se van a generar encuentros bilaterales entre los partidos.

-Eso ocurría cuando estaban en el gobierno, imagínese que no vaya a ocurrir ahora. La oposición está en una situación muy precaria y de mucha inmadurez, de divisiones internas por todos lados, tanto en política nacional como en política internacional. Lo único que puede unir en estos momentos a la oposición es su propia debilidad y eso se llama “pongámonos todos de acuerdo para oponernos a cualquier cosa que nos proponga el gobierno de Piñera”.

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