Aaparecida en El Colombiano.com, Medellín, Colombia, 21 de agosto de 2011
¿El Chile de hoy es la Colombia de mañana?
JOSÉ JOAQUÍN BRUNNER es un experto chileno en políticas de educación superior. Sus respuestas entregan claridad sobre lo que pasa en su país y sirven para analizar el caso colombiano con las reformas que vendrían al sistema.
Alejandro Gómez Valencia | Medellín | Publicado el 21 de agosto de 2011
Desde las aulas universitarias chilenas se gestó un sismo que sacude a la sociedad austral y que esta semana tendrá una réplica más.
Para el miércoles y el jueves se convocó a un paro nacional que si bien está llamado por la Central Unitaria de Trabajadores y la Asociación Nacional de Empleados Fiscales, tiene base en las exigencias que un grueso de los universitarios consolidó hace dos meses.
¿Qué es lo que exigen los chilenos? ¿Por qué tomó tanta fuerza este movimiento? ¿Hay similitudes entre el caso Chile y la coyuntura colombiana?
Luces sobre esas respuestas las entrega José Joaquín Brunner, un investigador que ha trabajado como consultor de políticas de educación superior en 30 países, tiene (como autor y coautor) 35 libros y dirige la Cátedra Unesco de Políticas Comparadas de Educación Superior en la Universidad Diego Portales.
¿Cuál es su interpretación sobre el sistema chileno?
“El sistema de educación superior en Chile tiene tres tipos de instituciones (estatales, privadas subvencionadas por el Estado y privadas sin subsidio estatal). Todas cobran un arancel (matrícula) y el 100 por ciento de los estudiantes tiene que pagar. Con ese sistema la tasa de cobertura en Chile ha aumentado de una manera muy importante entre 1990 y hoy día. Pasamos de tener 250 mil alumnos a un millón 100 mil este año. La tasa de participación que se ha alcanzado está en torno al 50 por ciento. ¿Cómo es posible eso en un sistema que paga aranceles?, por que se cuenta para los alumnos provenientes de familias de bajos recursos con un sistema de créditos y de becas, pero particularmente de créditos”.
¿Cuál es la razón de la presente movilización?
“La forma cómo se concibió en los años 90 el régimen de créditos quedó superado por las dinámicas de masificación de la educación superior. También por las necesidades que tienen estas nuevas generaciones de jóvenes que provienen de los dos quintiles (estratos sociales) de hogares con más bajos ingresos. Lo que tenemos es una crisis de financiamiento de la educación superior donde en la práctica lo que ocurre es que el gran peso lo llevan las familias o los estudiantes que van a entrar al mercado laboral con una deuda muy pesada. Eso hace que los jóvenes sientan que es un sistema muy injusto”.
¿Qué cree que pueda resultar de las manifestaciones?
“Una redefinición de los esquemas de becas y de créditos que para nuestro país se necesita que funcionen bien. Hoy en día tenemos una crisis de esos sistemas”.
¿Cuál es el camino que recomienda para Chile?
“Si todo sale bien lo que va a resultar de este conflicto que tenemos es que se va a declarar gratuidad con becas para los jóvenes que provienen de los dos o tres primeros quintiles y muestren estar haciendo un esfuerzo para obtener un título. Para los dos quintiles superiores los jóvenes van a tener acceso a un régimen de crédito más generoso y mejor construido”.
Algunos sectores de los manifestantes piden gratuidad, ¿eso es viable?
“No es viable y tampoco me parece recomendable. La solución en el mundo no va por el lado de asegurar una gratuidad completa si es que queremos una educación superior de mejor calidad. Se está cobrando un arancel tanto en universidades públicas como privadas porque se ha llegado a constatar que el Estado no puede financiar una educación masiva que tenga real calidad. Eso en particular en un modelo en que nuestros países todavía tienen como prioridad invertir más recursos en educación temprana de los niños, preescolar, primaria y secundaria. La mayor inequidad en nuestras sociedades proviene de la mala distribución de oportunidades y de la calidad de la educación que damos a los niños de menores recursos. Ahí debe estar la prioridad del gasto público”.
¿Cuál debe ser la salida del Gobierno chileno?
“Si el Gobierno logra armar un buen paquete de medidas de carácter básicamente económico con criterios de equidad y agrega recursos orientados a fortalecer y mejorar la calidad en distintos tipos de instituciones universitarias podría lograr que los estudiantes recuperen algo de confianza en él y estén dispuestos a negociar”.
¿Hay paralelos entre Chile y Colombia?
“En torno al tema del lucro. En Colombia eso ha sido muy discutido y en Chile es un tema que está todo el día en el debate. Me parece que centrar la discusión en torno a aceptar que existan instituciones con fines de lucro es una equivocación porque los problemas mayores no están ahí para ningún país latinoamericano o del resto del mundo. La educación superior otorgada por instituciones con fines de lucro siempre será una parte menor de los sistemas”.
» Punto de debate en Colombia
¿Para qué el ánimo de lucro en la educación?
Para José Joaquín Brunner, que existan universidades con ánimo de lucro no debe ser un punto importante de la discusión por la escasa participación que tienen en los sistemas educativos. “Siempre se habla de las instituciones con fines de lucro de Estados Unidos pero nadie dice que no tienen más que el tres por ciento del total de la matrícula”, dijo Brunner. ¿Entonces por qué algunos gobiernos -como el colombiano- intentan abrirles la puerta? La respuesta del experto es que en países donde las tasas de cobertura son bajas podría ser que las instituciones con ánimo de lucro satisfagan la necesidad de tener un crecimiento rápido en cobertura. En su concepto el asunto depende de las estrategias que quiera cada país y advirtió que no puede decir cuál es la mejor opción para el nuestro porque es acá donde eso se debe definir. Las cuestiones son, según él, si el Estado tiene el dinero para dar un salto en cobertura en poco tiempo, si podría hacerlo manteniendo la gratuidad y garantizando instituciones con calidad. “Porque uno siempre puede ofrecer en el sector público más vacantes a cambio de bajar el gasto por alumno pero sabemos que eso conduce a deteriorar la calidad”.
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