El ministro de Educación, Joaquín Lavín, desgrana los detalles de la reforma: “No todos los directores podrán cambiar al 5% de los profesores”
Dos de los más connotados especialistas en Educación del país, José Joaquín Brunner y Harald Beyer, interpelan al ministro tres días después del anuncio de la reforma. Lo interrogan por el poco reconocimiento al trabajo de la comisión de expertos, la reducción de las horas de historia, las jubilaciones anticipadas de los profesores y, entre otros puntos, la ausencia de la educación preescolar en la iniciativa que mañana ingresará al Congreso con suma urgencia.
ROCIO MONTES, El Mercurio, Reportajes, domingo 28 de noviembre 2010
Lo dijo el ministro de Educación, Joaquín Lavín, al terminar esta conversación con Harald Beyer y José Joaquín Brunner: “Es un honor ser interrogado por dos de las personas que más saben de Educación en Chile”. Lo indicó el pasado jueves a las 18:30 horas, en “El Mercurio”, tras un debate amable y ágil, pero sumamente apasionado.
Fue la semana en que el Gobierno anunció “la mayor revolución educacional de las últimas décadas”. La oposición no sólo criticó algunas de las propuestas, que calificaron de un conjunto de medidas sueltas, sino que también la forma: señalaron que el proyecto de ley, que ingresará mañana con trámite de suma urgencia al Congreso para intentar su aprobación antes de marzo de 2011, no fue consultado con los actores políticos y sociales. El Presidente Sebastián Piñera y el ministro Lavín, por otro lado, llamaron a “un gran acuerdo nacional en torno a la Educación”.
Como todavía la iniciativa no se conoce en detalle, Beyer y Brunner interrogaron e interpelaron al secretario de Estado durante dos horas que transcurrieron bastante rápido. Los tres estaban tan concentrados que, prácticamente, ni el café ni el jugo ni las galletas fueron tocados, pese a que era ya media tarde y en Santiago hacía mucho calor.
Harald Beyer Burgos, coordinador académico del Centro de Estudios Públicos (CEP), estuvo a cargo de la Comisión de Educación del grupo Tantauco, que trabajó en el programa del actual Gobierno. Antes, en 2005, cuando Piñera y Lavín se enfrentaron en las presidenciales, Beyer fue parte del comando del candidato de RN. José Joaquín Brunner Ried, investigador, consultor y académico, director del Centro de Políticas Comparadas en Educación de la Universidad Diego Portales, fue ministro del gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle entre 1994 y 1998. Antes, en el período del Presidente Aylwin, encabezó la llamada “comisión Brunner” para reformular la educación chilena.
Uno y otro fueron parte de la comisión de doce expertos que, en mayo pasado, formó el ministro Joaquín Lavín para elaborar propuestas en el área de carrera docente y administración de la educación pública. Fue dirigida por Beyer y entregó sus conclusiones el 30 de junio. Justamente sobre el trabajo de esta comisión comenzó disparando Brunner:
–Estoy sorprendido, porque buena parte de las medidas, las mejores, son sugerencias del panel de expertos que convocó el gobierno. Me ha parecido, sin embargo, que hay una enorme falta de generosidad, porque ni en la cadena nacional del Presidente Piñera ni en el acto de La Moneda hubo una sola mención al trabajo que previamente había realizado la comisión.
-Lavín: Efectivamente gran parte de la reforma está inspirada en lo que el panel de expertos propuso. Y siempre lo dijimos. Ahora, si todavía falta más reconocimiento, estamos dispuestos a hacerlo y parto por decirlo aquí. Esta reforma tiene una mezcla de continuidad y de “revolución”. Es la evolución de ideas que ya venían y tiene aspectos que son audaces, porque efectivamente hasta ahora nadie había tenido el coraje de modernizar el Estatuto Docente. Y buena parte de esas ideas salieron del panel de expertos. Pero el proyecto debería enriquecerse en el Congreso.
-Brunner: El segundo hecho que me llama la atención es que el Gobierno ha instado a sostener un debate rápido -extraordinariamente rápido, con lo cual yo no estoy de acuerdo- y yo he estado llamando al Ministerio de Educación para pedir el proyecto de ley que se dijo que se había firmado el día lunes y ¡no hay proyecto de ley!
-Lavín: El proyecto obviamente que existe…
-Brunner: Pero no se ha entregado.
-Lavín: El Presidente lo firmó. Entrará el lunes al Congreso. Por el informe financiero que tiene que revisar la Dirección de Presupuesto, siempre hay unos días entre que el Presidente lo firma e ingresa.
-Beyer: Da la impresión que lo que está en el fondo de esta polémica es la sensación de que el Gobierno es muy crítico de la gestión de la Concertación en materia educacional y que, por otra parte, la Concertación estima que no lo hizo tan mal. ¿Cuál es su opinión real?
-Lavín: Destaco el aumento de cobertura en la educación preescolar y en la educación superior. Pero soy crítico de otras medidas. Por ejemplo, de no haber reformado antes el Estatuto Docente. La educación municipal sufrió un deterioro muy grande en estos años: la cantidad de alumnos pasó de 58%, hace 30 años, al 40% en la actualidad. Y si no hacemos esos cambios ahora, esa tendencia va a seguir irreversiblemente. Tampoco estoy de acuerdo con la manera en que se aplicó la jornada escolar completa: se hizo una inversión muy grande y eso no se tradujo en calidad. También soy crítico en que las brechas de desigualdad no se hayan reducido al interior de la educación chilena.
Polémica reducción de las horas de historia
– Brunner: En la propuesta que conocimos esta semana, se intenta aumentar las horas de matemáticas y lenguaje en desmedro de historia, ciencias sociales, tecnología y arte, cuando se podría haber puesto énfasis en algunas áreas simplemente aprovechando la enorme cantidad de horas flexibles que tiene el currículum chileno. Y, perdone ministro: no tiene ningún sentido la justificación que han dado de que, para entender, hay que saber primero leer, porque qué mejor que leer sobre historia para aprender a interpretar documentos. Entonces, ¿cuál es la razón de fondo para querer cortar algo tan importante?
-Lavín: Esta discusión es un poco de élite. Chile hoy día está fallando en el ABC de la educación, que es el lenguaje y las matemáticas. En los sectores socioeconómicos altos, a lo mejor con las horas flexibles es suficiente. Los niños tienen un ambiente distinto, los papás poseen mejor vocabulario, tienen más acceso a medios de comunicación, a películas, etcétera, y, en definitiva, son capaces de obtener y de ampliar su lenguaje de maneras que no tienen las personas más pobres. Este cambio curricular apunta a eso: a que si no tenemos las bases sólidas en lenguaje y matemáticas, es muy difícil que los niños y jóvenes puedan entender los otros ramos. Y los países que han sido exitosos en eso así lo han hecho.
-Brunner: ¡Pero eso se hace con las horas flexibles, ministro!
-Lavín: Los colegios exitosos, incluso en los sectores vulnerables, ya estaban ocupando efectivamente el currículum de libre disponibilidad en lenguaje y matemáticas, pero eso es en algunos colegios. Nosotros queremos que todos los colegios tengan un mínimo de lenguaje y matemáticas y que las horas además las ocupen de un diferente modo. Que haya una hora en la biblioteca, lectura en voz alta de parte del profesor, exposición oral de los alumnos… Esa es la razón de fondo. Ahora, quien no quiera perder una hora de historia, puede usar las horas libres para castellano.
-Brunner: ¿¡Entonces para qué se hizo todo esto!?
-Lavín: Porque no todos lo están haciendo y necesitamos darles señales a estos colegios.
-Brunner: Pero no había que cortar historia. Es mejor reconocer que, en realidad, se equivocaron.
-Lavín: El cambio curricular es claro: aumentan dos horas lenguaje y dos horas matemática, disminuyen en dos las horas de libre disponibilidad, y disminuye una de historia y una de educación tecnológica.
Exigencias y atribuciones de los nuevos directores
-Beyer: Un aspecto novedoso de la propuesta del Gobierno es el sistema de Alta Dirección Pedagógica, que podrá elegir a los directores de los colegios. Ya que no conocemos el proyecto de ley, ¿nos podría explicar mejor esta medida?
-Lavín: Lo que llamamos modernización del Estatuto Docente incluye una parte clave que son los directores. Entendemos que su liderazgo es clave en un colegio y el motor de este cambio de calidad que buscamos. Lo que perseguimos es una mejor selección de los directores en las escuelas municipales. Y la idea es que sean elegidos a partir de una aplicación de la Alta Dirección Pública a lo pedagógico. Esto significa que se van a crear comisiones descentralizadas que, con la colaboración de head hunters, permitan escoger bien a los que llegan al final del proceso de selección. Estamos apostando también a que, desde el punto de vista de las remuneraciones, ser director sea atractivo. Hoy día la asignación es muy baja: un profesor que pasa a ser director sube su sueldo en $100.000. Lo que pretendemos establecer es una escala que hace subir las asignaciones hasta en $850.000, que finalmente les tocará a los colegios de 1.200 alumnos hacia arriba. Esto irá aparejado de otras cosas que tiene que hacer el ministerio, como es licitar “un magíster de directores”.
-Brunner: ¿Un solo magíster?
-Lavín: Varios, con pluralismo. De esta manera se irá formando una especie de élite de directores top. En esta postulación a la Alta Dirección Pública, los que tengan hecho un curso, certificación de competencias a través de las mismas instituciones, tendrán un puntaje extra. La mejor selección, y a mayores remuneraciones, irán de la mano mayores exigencias y atribuciones.
-Beyer: La atribución de los directores de cambiar al 5% de los profesores de su equipo va a ser una de las medidas más controvertidas en la discusión del Congreso.
-Lavín: Cuando a ti te dicen que tienes trabajo independientemente de cuál sea tu desempeño, esa es una señal equivocada. Tenemos el deber moral de reemplazar a un profesor que no sea bueno y que el director tenga esa atribución.
-Brunner: Pero ¿cómo se evita que esto sea mal usado, políticamente, por ejemplo?¿Que los directores saquen al profesor muy bueno pero muy rebelde, que siempre reclama?
-Lavín: Primero, se busca darle mayor atribución a los directores designados basados en este nuevo sistema. Se establecen ciertas restricciones que tienen que ver con la Evaluación Docente actual y que dicen que, en ese 5%, no podrá incluir profesores destacados. Esto sin perjuicio de que en el futuro se establezcan evaluaciones descentralizadas que tendrá que ver la Agencia de Calidad de la Educación. Efectivamente, establece también indemnizaciones en el caso de esos profesores. Pero se quiere dar esa atribución a los directores limitando razonablemente el grado de discrecionalidad.
-Brunner: ¿Pero será una atribución que solamente tendrán los directores nombrados a través de la nueva estructura de Alta Dirección Pedagógica?¿Vamos a tener dos tipos de directores?
-Lavín: La idea es que esto sea para los nuevos directores o para directores actuales que sean especialmente certificados. Pero no todos los directores actuales van a tener automáticamente la atribución de cambiar al 5% de los profesores.
Incentivo para la jubilación
-Brunner: Cuando uno lo escucha, ministro, da la sensación de que todo esto está fortaleciendo el rol del ministerio, lo cual a mí me parece bien, pero es un poco contradictorio con lo que uno siempre ha escuchado en las posturas de la derecha. Al mismo tiempo, en algunas propuestas todavía resuena la filosofía neoliberal de que todo se puede manejar poniéndole presión al sistema a través de exámenes y poniendo incentivos en dinero, lo que ha sido un fracaso en EE.UU. Al respecto es interesante lo que le dijo a usted directamente James Heckman, Premio Nobel de Economía: “Ojalá, ministro, tenga la posibilidad de revisar un poco sus planteamientos”.
-Lavín: Lo que me dijo Heckman cuando vino a Chile fue que nos cuidáramos de copiar el plan de Bush, porque tiene el problema de que el niño y el colegio trabajan para el test. No pensamos copiarlo, porque nuestras propuestas pueden tener ciertos elementos de eso, pero son más amplias. Efectivamente, nosotros reconocemos un rol clave del Ministerio de Educación en dos aspectos cruciales: conducir el sistema a través de las políticas públicas y el apoyo pedagógico a los colegios. Esperamos el próximo año apoyar a los mil colegios con niños más vulnerables e ir aumentando este número en el tiempo.
-Beyer: Otra de las propuestas es el incentivo a los profesores que están en edad de jubilar. ¿Cómo se estructurará este beneficio?
-Lavín: Los planes de retiro siempre han existido. Quizás este tiene la particularidad de que es más generoso. Lo que ocurre es que los profesores tienden a quedarse porque tienen sueldos más altos y pasan a jubilaciones que son sustancialmente más bajas. Obviamente, si uno quiere mejorar la formación de profesores, las becas de pedagogía, todas estas iniciativas, esto requiere en el mediano plazo una renovación de profesores. Hoy día hay 7 mil profesores en edad de jubilar. Pero el proyecto no los obliga a jubilar inmediatamente, sino que establece un itinerario. Me explico: el bono, que es de 20 millones de pesos para 44 horas, es decreciente en el tiempo dependiendo de cuándo el profesor elija salir. Dentro del período de gobierno se estima que 16.900 profesores cumplan la edad de jubilación y podrían acogerse a este plan.
El “reconocimiento moral” de la deuda histórica
-Beyer: Uno de los anuncios que a mí más me sorprendieron es que hay un reconocimiento a la llamada deuda histórica, a través de un pequeño bono a los docentes de menor jubilación, aunque no era lo que pedía el Colegio de Profesores. Y la verdad es que es bastante discutible que esta deuda exista desde el punto de vista jurídico e incluso moral. De hecho, de los gobiernos anteriores se negaron a reconocerla. ¿Por qué se tomó esta decisión?
-Lavín: Efectivamente, en términos jurídicos, no existe. Por lo menos es lo que han determinado los tribunales. Pero el Presidente Piñera lo dijo en su campaña: es necesario reconocer a los “viejos profesores”. Ellos son personas que han dado su vida por la educación pública y que tienen hoy día bajas jubilaciones. Esto no tiene impacto educativo, porque son docentes que no están en el sistema, pero se establece que al jubilar con menos de 250 mil pesos, hay un bono. Y ese bono va entre 1 millón de pesos y dos millones de pesos, dependiendo de las jubilaciones. Es un reconocimiento, efectivamente. No a un hecho legal, pero sí a un hecho moral.
Profesores jóvenes
-Brunner: Respecto de los profesores jóvenes, se optó por una fórmula que consiste en definir los sueldos al inicio de la carrera según el puntaje que obtienen en la Prueba Inicia. Ese examen no mide las reales capacidades de un profesor en la sala de clases, sino cuánto conocimiento adquirió en la universidad. Esto, ministro, no se ha hecho en ninguna parte del mundo, y no le veo ningún sentido.
-Beyer: Efectivamente, ¿por qué se optó por un modelo distinto al que propuso el panel de expertos, que señaló que era recomendable elevar las exigencias y subir las remuneraciones a todos lo que egresaban de la carrera docente?
-Lavín: Esto partió cuando se iniciaron las becas de pedagogía, una forma bastante agresiva de estimular que los buenos estudiantes quieran ser profesores. El que tiene 600 puntos, estudia gratis. Pero obviamente los eventuales postulantes empezaron a preguntarse legítimamente: “¿Pero qué pasará cuando yo egrese?”. El panel de expertos que ustedes integraron también señaló que había una brecha entre los sueldos de los profesores y los sueldos de profesiones equivalentes. El incentivo es decirles a los estudiantes de buenos puntajes: “Entre gratis a este carrera, pero después probablemente usted también va a tener un ingreso mejor”. Esa es la explicación. Con esta iniciativa, pretendemos un aumento de los sueldos para los mejores medidos al egresar de la carrera de Pedagogía. Eso se extingue en tres años y la idea es que empalme con el aumento que viene en el proyecto de la asignación de la excelencia pedagógica. Esta asignación es pagada por el ministerio directamente y sigue a este profesor donde él esté. Pero tenemos un año para volver a mirar la Prueba Inicia.
-Beyer: El riesgo, más allá de la revisión indispensable de la prueba Inicia, es que finalmente la negociación futura con los docentes se concentre en este tipo de asignaciones. Y una de las cosas que estaba en el espíritu del panel de expertos es que sean los sostenedores los que tomen el control de las remuneraciones.
-Brunner: Ligado a lo que dice Harald, es bien contradictorio fortalecer el rol del director, darle manejo sobre su personal docente, pero decirle que parte de la remuneración se va a manejar desde el ministerio.
-Lavín: Efectivamente tiene ese riesgo, pero nosotros también veíamos el riesgo contrario: que el mercado no funcionara, que los colegios, al tener que pagar más, no contrataran a estos buenos profesores. Entonces les decimos: “Si usted contrata a estos profesores buenos, el costo de personal va ser el mismo que el de los otros porque nosotros se lo vamos a subsidiar”.
-Beyer: Uno de los puntos de esta reforma que no está suficientemente enfatizado es la formación inicial docente, porque sabemos que alumnos capaces no van a entrar a las Facultades de Educación que no sean atractivas, que no sean desafiantes. Pareciera ser el punto cojo de esta propuesta.
-Lavín: Es que ese aspecto no requiere proyecto de ley. Sí requiere recursos en el presupuesto 2011 y eso está. Pero aquí hay que decir lo siguiente, y esto también viene del panel de expertos: aquí los cambios en educación son cambios de largo plazo y el ingrediente esencial son los buenos profesores. Y sabemos lo que significa, porque un profesor, durante su vida profesional, enseña a dos mil alumnos. Entonces efectivamente aquí le estamos dando mucha importancia, primero, a que volvamos a revalorizar socialmente la formación docente. Pero, en segundo lugar, esto requiere que la formación de profesores sea cada vez mejor. Hemos puesto un ingrediente para intentar ir subiendo los puntajes de corte: las becas de Pedagogía -pagarles los estudios a los estudiantes que hayan sacado más de 600 puntos, y de darles $80.000- son para aquellas universidades cuya carrera esté acreditada y corte en 500 puntos. Además se establecieron recursos en el presupuesto 2011 para lo que podríamos llamar un programa Mecesup de pedagogía, que son convenios de desempeño. El objetivo es el mejoramiento de las mallas curriculares, renovación de los equipos de profesores, formación de capital avanzado en los docentes, etcétera. Todo esto sujeto a ciertos resultados, es decir: el Ministerio de Educación apoya a la carreras de Pedagogía a cambio de algo.
Por qué quedó fuera la Educación preescolar
-Brunner: Hoy está claro que los primeros años de un niño son los decisivos. Llama la atención que no haya ni una mención a la educación preescolar y que, por el contrario, se diga: “No, eso lo vamos a abordar en una segunda etapa”. ¿Cómo se puede hacer algo en beneficio de la equidad cuando no se usa el principal instrumento que los sistemas educacionales tienen para avanzar en igualdad, que es justamente ampliar, mejorar, fortalecer la red de jardines infantiles? Por lo demás, fue un tema que usted, particularmente, enunció con mucha fuerza en algunas anteriores y frustradas campañas presidenciales.
-Lavín: Creo que efectivamente los gobiernos tienen que elegir momentos para las cosas. Y al mismo tiempo marcar prioridades. En el caso de Michelle Bachelet, ella hizo un aumento muy grande en cobertura preescolar. Pero no se pueden dar todas las batallas simultáneamente, y nosotros sentimos que este es el momento de la educación básica y media y del Estatuto Docente. Estos son temas difíciles, se requiere coraje, porque van a herir intereses gremiales. Por eso le hemos puestos presión y queremos hacerlo luego, porque sabemos que después van a venir otras batallas. Y luego estará la educación preescolar y la superior, que también requiere de cambios relevantes.
Controversia por ‘el semáforo SIMCE’
-Brunner: Uno de los puntos que va a incluir el plan del Gobierno serán medidas respecto a informar mejor sobre el resultado de las escuelas. Este año se tuvo la experiencia del semáforo (que identifica a los establecimientos con los colores verde, rojo y amarillo, según estén ubicados en el promedio nacional de puntaje SIMCE), que ha sido criticada casi transversalmente tanto dentro de Chile como fuera. ¿Cómo se va a suplir el semáforo? ¿O usted quiere más bien mejorar el invento?
-Lavín: El semáforo no es lo importante. La gracia que tiene es que es una manera muy gráfica de que la información llegue a las familias. Lo que nosotros queremos es que las mamás y los papás tengan información, cada vez más, y de mejor tipo. Cómo ha salido el colegio en los últimos SIMCE, el ranking de la PSU, si va subiendo, si va bajando. Información sobre valor agregado, precio de los colegios. Lo que nosotros queremos, y esperamos generar fórmulas de consenso, es entregar más información y que esa información se entregue de forma que los padres lo puedan entender bien. La fórmula exacta es perfectamente conversable.
-Beyer: Cuando en tres años deje el ministerio, ¿qué es lo que realmente quiere que esté funcionando bien?
-Lavín: El Presidente puso metas concretas y hay tres que son fácilmente medibles: subir el SIMCE, atraer a los mejores estudiantes a Pedagogía y cambiar la valorización social del profesor, y que la educación pública vuelva a ser de calidad. Actualmente, en la lista con los 100 mejores colegios de la PSU, sólo hay dos o tres liceos. Siempre hay dos: Instituto Nacional, Carmela Carvajal y, a veces, el República de Siria. Nosotros queremos que eso cambie. Y que liceos que fueron realmente top en materia de educación, vuelvan a serlo. Estamos hablando del Liceo 1, del INBA, el Barros Borgoño, el Lastarria, algunos de regiones.
-Brunner: Chile subió 30 puntos en lenguaje en la última prueba PISA, uno de los medidores internacionales más confiables. Es el país en el mundo que subió más de entre los que participaron. A fines de diciembre se van a dar los nuevos resultados que van a comparar 2000, 2006 y 2009. Si resultara que Chile vuelve a crecer en puntaje, eso sería una revolución. Habría que explicar por primera vez en serio una cosa que yo vengo diciendo hace mucho tiempo: que hace rato el sistema viene mejorando sus resultados, cosa que el Gobierno ha sido muy egoísta en reconocerlo. ¿Tendría que celebrar con nosotros, ministro?
-Lavín: Como ministro de Educación, obviamente habría que celebrar.
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