La evaluación por pares en cuestión: ¿mérito, amiguismo o resentimientos?
Febrero 13, 2008

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El suplemento Campus del diario El Mundo de España aborda hoy uno de los temas tabú de la academia: el amiguisimo –y sus corolarios: el ventajismo, las lealtades intra-institucionales, los resentimientos, las envidias, los rechazos y las venganzas– y su influencia sobre la determinación de las carreras de profesores e investigadores en las universidades españolas.
No se trata, sin embargo, de un fenómeno exclusivamente español. La literatura especializada contemporánea abunda en el análisis de situaciones donde el compadrazgo y el clientelismo, las cuñas y las redes de influencia, se introducen en la academia distorsionando la “carrera abierta del talento” e introduciendo ventajas y desventajas de dudosa (o sin ninguna) legitimidad.
Ver artículo completo más abajo.
En general, los procedimientos de evaluación por pares, aplaudidos en muchas ocasiones en los países anglosajones como un método que hace justicia a los méritos académicos de un profesor, sus proyectos o publicacciones, se hallan sujetos a mayor discusión en el mundo hispánico, ya sea por la intromisión de mediaciones burocráticas, la influencia de los recursos políticos y, frecuentemente, el afán de hacer ajustes personales entre colegas a través de los procedimientos de calificación de antecedentes, proyectos, becas o publicaciones.
En Chile no se han efectuado aun estudios en profundidad sobre esta materia.
Recursos asociados
Revisión por pares de las publicaciones científicas: un estudio sobre la opinión de los investigadores, 25 enero 2008
Un comentario esceptico sobre el juicio de pares en las ciencias, 3 diciembre 2007


Hacer carrera en la Universidad española: ¿mérito o amiguismo?
Un estudio revela que más del 95% del profesorado logró su plaza en el centro en el que ya trabaja; los docentes denuncian que muchos se aprovechan de la autonomía universitaria par ‘hacer de caciques’
Decía Jacques Necker, ministro de Luis XVI, que “los puestos de poder son como las cimas de las montañas rocosas. Sólo las águilas -y los reptiles- pueden alcanzarlas”. La Universidad, ese ‘templo del saber’ libre de mácula’,’ lugar idílico donde los haya, donde -libres- investigan y enseñan los sabios, parnaso de la aristocracia intelectual.
‘Aristocracia,’ que en griego significa “el gobierno de los mejores”. Algo hermoso -y sobre todo- lejano, porque la Universidad española está también regida por el gobierno de los mejores. “Pero de los ‘mejores amigos’. El otro día me llamó un profesor -no puedo decir nombres- para contarme que era el único de su sección que no tenía relación familiar con el jefe de departamento”.
Este testimonio de Iñaki Piñuel, profesor de la Universidad de Alcalá, debería ser una excepción en esta presunta inmaculada institución. Pero para la mayoría de los profesores a los que se ha dirigido este diario “es lo normal”.
Las universidades funcionan como las antiguas cortes europeas. No se debe olvidar que la institución es de origen feudal. “Puede que éste sea el origen de la endogamia. Y áquel que no traga, se le hace la vida imposible”, concluye Piñuel.
La máxima expresión de endogamia se encuentra en los concursos y tribunales para acceder a las plazas oficiales de docencia universitaria: profesor titular y catedrático. Siempre se coge al candidato de la casa” – el que ha trabajado como becario y asociado de un departamento del centro convocante -. Sus propios superiores le votan seguro. Y a los miembros del tribunal ajenos a dicha universidad se les exhorta a votar al candidato bajo el lema ‘hoy por mí mañana por ti’.
Está claro que es tan importante labrarse buenas relaciones como los méritos académicos.
Pero ¿qué ocurre con los que se muestran en desacuerdo con este sistema? Se ven acosados por una ‘checa’ académica que les impide proseguir con su tarea docente o de investigación. El caso de Mariano García Pechuán es muy ilustrativo. Este profesor de la Universidad de Valencia denunció a una catedrática cuando ésta empezó a perjudicar su carrera, excluyéndole de decisiones, amenazándole. ¿Por qué? García Pechuán se había negado a presentarse a un concurso para una plaza de titular en el centro valenciano en el que concurría otro candidato que no era del agrado de la catedrática: “O te presentas para que ese canalla no entre, o atente a las consecuencias”.
Después comenzó el boicot, que quedó ejemplificado cuando García Pechuán fue informado de que la catedrática tenía su tesis encima de su mesa pero… para usarla “de pisapapeles”. Al final García Pechuán retiró la demanda.
El término endogamia no se refiere sólo a los ‘enchufes’, sino también a las relaciones que rigen la Universidad.
Otro caso extremo de endogamia, esta vez en la Universidad de La Coruña.
Hace unos años, una licenciada ganó el concurso de profesor titular de Física a tres doctores. ¿Los méritos?
esde luego no sexenios de investigación en Harvard o alguna patente de prestigio. Esta licenciada tenía como principal cualidad el haber sido ‘amamantada’ por el departamento desde su graduación.
SEXENIOS TREPANDO
Para explicar la endogamia, habría que entender cómo se ‘hace carrera’ en la Universidad. Si en EEUU, las más prestigiosas universidades se agrupan en la ‘Liga de la Hiedra’, los centros españoles deberían estar englobadas en la ‘Liga de la Enredadera’, por la necesidad de saber medrar en los enredos burocráticos y la importancia de saber ‘trepar.’ El recorrido más típico es el siguiente. ”
Un profesor o catedrático de una materia se fija en un alumno. Éste es el primer hilo del viscoso entramado de relaciones que sustenta una carrera en la Universidad.
Entonces le propone entrar como becario en su departamento. Así podrá investigar mientras hace la tesis doctoral, que el mismo profesor suele dirigir. Posteriormente puede acceder al puesto de profesor adjunto, cuya precariedad laboral y debilidad le hace totalmente dependiente del jefe de departamento. Y pobre del que se atreva a discutir los criterios -ya sean académicos o políticos- del titular que le haya captado.
El ex alumno logra su doctorado y, a partir de este enero, acreditación -antes habilitación- correspondiente; y cuando surge una plaza en el departamento se convoca un concurso en el que, antes de que dé comienzo, todos ya saben el nombre del ganador.
A partir de ahí, las relaciones se hacen más fuertes. Los jefes dirigen la producción de los departamentos.
Reparten los fondos y controlan bien que los méritos individuales se reflejen siempre en la cabeza del departamento. Las envidias académicas entre el profesorado también ‘son flacas y amarillas.’ Por lo tanto es importante no destacar para evitar despertar suspicacias y recelos.
Cada universidad es una institución napoleónica. La elección del rector depende en gran medida del profesorado, siempre merced de los departamentos. Así es cómo empiezan las relaciones de poder. El control es total y alcanza incluso el estamento estudiantil. “El representante de los alumnos lleva ya siete años en la universidad. Y eso que le queda una asignatura”, dice Piñuel.
¿Y qué ocurre con los disidentes? Uno de los casos más célebres fue el de Agapito Maestre, expulsado en 2002 de su cátedra de la Universidad de Almería por un aparente descuido administrativo o, ¿fue por criticar la política universitaria andaluza?
Sin embargo no habría que culpar al Gobierno socialista de la endogamia en la Universidad. Tampoco el Partido Popular se atrevió a acabar con el caciquismo en las centros españoles. En 2002 -LOU mediante-, el Gobierno de Aznar trató de paliar -aunque no erradicar- la endogamia introduciendo las habilitaciones y creando la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca). Aunque seguirían siendo las universidades quienes elegían a sus profesores en un segundo concurso en el propio centro; cuando lo lógico quizás “hubiera sido que las opositores con mejores puntuaciones hubieran podido elegir la universidad de destino, como sucede en Francia”. Uno de los motivos por el que los populares no se atrevieron a realizar esta reforma fue porque la autonomía universitaria está garantizada por la Constitución. El pasado enero entró en vigor el sistema de acreditaciones. El problema de este método es, según el profesor Francisco Ramos, “que los currículos ofrecen una información cuantitativa. No cualitativa. No muestran las virtudes pedagógicas que ahora se requieren desde Bolonia”.
Tampoco servirá para eliminar la endogamia porque da una mayor autonomía a las universidades. Aunque en principio el Gobierno ha anunciado que vinculará la financiación a los resultados, lo que debería garantizar la elección de los mejores currículos.
No obstante de momento, esos parámetros todavía están por definir y los objetivos pueden llegar a ser bastante subjetivos.
Laura Morales es una investigadora de la Universidad de Manchester. Con tan sólo 30 años se ha visto recompensada con las más prestigiosas becas europeas y acaba de concedérsele una ‘Ramón y Cajal’, pero cree que no la aceptará: “¿Volver de España? ¿Para qué? ¿Para perder mi estatus profesional, cobrar la mitad y además pasar a depender de un jefe de departamento? Cuando me presenté a las habilitaciones sentí que tenía un buen currículo pero que había profesores más mayores que necesitaban el puesto más que yo. Así no creo que vayan a propiciar el tan anunciado retorno de los talentos porque lo único que ofrecen es paella, sol y familia. Tampoco se debe generalizar. En realidad tal y como son las cosas, la Universidad española no va tan mal como debería. Los investigadores están consiguiendo hacer verdaderos milagros”. Morales también dice que cree que no vivirá para ver una reforma efectiva de la Universidad española. “Yo suprimiría el funcionariado. Pero ningún gobierno se va a atrever nunca. Los catedráticos son uno de los estamentos de poder de este país -no hay más que ver la que se organizó con la LOU-. Con frecuencia la gente en la Universidad tiene aspiraciones políticas y muchas veces logran llegar a puestos de responsabilidad”.
Iñaki Piñuel coincide también en esta observación: “Cuando se crearon las nuevas universidades, los caciques autonómicos corrieron a colocar a sus afines. España es el único país donde no es un desprestigio vincular política y universidad”.
¿La última vez? Se acaba de abrir una comisión de investigación para investigar presuntas irregularidades en el nombramiento de la hermana de la Ministra de Fomento, María José Álvarez, en la dirección de la UNED de Málaga, tras la denuncia a los medios por parte de su predecesor Andrés Martínez Lorca. Éste había dimitido ante las presiones de la presidenta del consorcio del centro asociado de UNED, Salomé Arroyo, asimismo presidenta del Área de Educación y Nuevas Tecnologías de la diputación de Málaga.
El profesor Martínez Lorca denuncia “la frustración que produce que una persona que ni siquiera ha cursado el bachillerato controle un centro donde estudian no sólo personas que quieren licenciarse, sino doctores e investigadores”. Tampoco quiere restar méritos a su sustituta, aunque es consciente de que complementa su formación académica -al igual que sucede con Gregorio Peces-Barba, rector de la Universidad Carlos III- “con ser quién es”, como añade Piñuel.
Los lectores habituales de CAMPUS se habrán fijado en los escasos entrecomillados incluidos en este texto. Este suplemento se ha puesto en contacto con muchos prodefores pero ninguno quiere ser aludido.
Porque la única normativa que garantiza el ascenso en la Universidad española es la ‘ley del silencio.’
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Quintanilla: ‘ El caciquismo puede darse en cualquier sitio’
G. CASTRILLO
Miguel Ángel Quintanilla es uno de los responsables del sistema de acreditaciones que acaba de entrar en vigor y, por supuesto, lo defiende con uñas y dientes: “La calidad está garantizada y nadie pierde tiempo”.
P.- Guerra habilitación ‘vs’ acreditación, ¿quién gana?
R.- La habilitación se ha demostrado costosa e ineficaz. La acreditación es un sistema más racional que sigue la larga tradición académica del método de valoración ‘peer review’. Las comisiones evaluadoras, formadas por expertos cuyos currículos son públicos, revisan los expedientes de los candidatos y si consideran que tienen la calidad necesaria para ejercer el puesto al que aspiran les acreditan para que puedan presentarse a las oposiciones de las universidades que quieran.
P.- ¿Hasta qué punto la autonomía de las universidades no deja vía libre al caciquismo?
R.- La autonomía universitaria es un precepto establecido en la Constitución y una herramienta muy valiosa. El caciquismo y las malas prácticas pueden darse en cualquier organización. El balance global del uso que las universidades hacen de su autonomía es positivo, pero lo importante para nosotros es incentivar las buenas prácticas.
P.- ¿Existe endogamia en la Universidad española?
R.- No en todos los departamentos y grupos universitarios. No nos debemos aproximar a la complejidad de la realidad universitaria con generalizaciones. Es muy importante en la formación de un investigador que pase por más de un centro, español o extranjero, y poder así integrar nuevos conocimientos y formas de actuar. Por eso nosotros incentivamos la movilidad.
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Ana Pastor: ‘La acreditación no garantiza la excelencia’
Como responsable de Política Social del Partido Popular, Ana Pastor es una férrea defensora del sistema de habilitaciones que su partido puso en marcha en 2002 y que ahora muere.
P.- Guerra habilitación ‘vs’ acreditación, ¿quién gana?
R.- En el PP apostamos por la existencia de un sistema universitario vertebrado de calidad y excelencia, que asegure la transparencia y objetividad en la selección del profesorado. ¿Cómo lograr esto? Con pruebas públicas. Esto es lo que pretendía la habilitación.Desgraciadamente ahora se ha apostado por un sistema de acreditación en el que únicamente se valora el currículo.
P.- ¿Hasta qué punto la autonomía de las universidades no deja vía libre al caciquismo?
R.- Creo en la autonomía universitaria y en su capacidad de desarrollo, pero es evidente que la movilidad y un sistema de selección transparente pueden solventar la endogamia que aqueja a esta institución.
P.- ¿Existe endogamia en la Universidad española?
R.-Existe un importante grado de endogamia que en nada beneficia a la formación de nuestros futuros profesionales. En algunos países europeos o en EEUU son muy pocos los profesionales que desarrollan su actividad docente en la misma Universidad donde han cursado sus estudios superiores. No es aceptable que en España más del 90% de los docentes desarrollen su actividad en el mismo centro en el que iniciaron sus estudios.

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