Entrevista realizada por Eleazar Garviso con el título “Nuestra educación más cara todavía no tiene estándares internacionales”, y publicada en el diario El Día de La Serena, 28 mayo 2006. Ver texto completo más abajo.
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JOSE JOAQUIN BRUNNER:
“Nuestra educación más cara todavía no tiene estándares internacionales”
Sociólogo y ex ministro, junto con señalar que resulta ridículo insistir en comparar los resultados de las escuelas particulares pagadas con las municipales, aseguró que la mejor enseñanza chilena sufre duro revés en comparación con otros países.
Por Eleazar Garviso.
Uno de los conceptos que más repite el sociólogo, José Joaquín Brunner, es que frente al análisis de la educación chilena se debe actuar con mesura. Tras participar en la inauguración del Diplomado de Liderazgo Pedagógico, organizado por el Centro de Innovación Pedagógica, (CIP), habló sobre el debate que una vez dejó la realización de la PSU.
“Se requiere trabajar con enorme perseverancia, seriedad, disciplina y rigor en los debates sin caer en pesimismos ridículos, como tampoco ocultando las dificultades que entraña esta tarea y eso les corresponde a los sostenedores, profesores, los que hacen políticas educacionales y a nosotros los investigadores”.
-Bajo ese prisma, ¿se equivocó nuevamente el debate tras los resultados de la PSU cuando otra vez se centraron en la brecha de los colegios particulares y municipales?
“Esa es una discusión completamente inútil, en el sentido que el debate tiende a centrarse en algo que aparecería como una revelación. Aquí lo único que se está revelando es que cada día más jóvenes de bajos ingresos están terminando la educación secundaria y dando la PSU. La verdad es que ese es el único gran descubrimiento y no aquel donde un alumno, que nace con padres con educación superior completa, que ganan 2, 3 ó 4 millones de pesos al mes y que gastan por los menos 200 mil pesos mensuales, saque mejores resultados que un niño que viene de una comuna pobre y donde el país lo que está invirtiendo son 28 mil pesos”.
REALIDAD OCULTA
-¿Se oculta que el niño que en Chile saca altos puntajes y que proviene de un colegio particular, no le va bien en las mediciones internacionales?
“No se dice porque hay una suerte de ocultamiento de los sectores que están pagando caro por la educación de sus hijos y sólo se tiende a comparar con los colegios más pobres del país, donde los resultados, claro que son muy superiores. Entonces preferimos hacer eso, que es muy cómodo, pero ridículo porque no nos aporta nada, puedo decir a ojos cerrados a quién le irá bien o mal. Si en estos colegios nos están diciendo que entregan una educación de nivel internacional, bueno, comparémosla con otros países y una vez que se ha hecho, descubrimos que el resultado es muy dramático. Nos muestra que nuestra educación más cara, no tiene estándares internacionales todavía y eso debiera llevarnos a los padres que mandamos a nuestros hijos a ese tipo de escuelas a decir, bueno, preocupémonos de estos recintos y dejemos de hacer este ejercicio ridículo de compararlas con colegios que son totalmente distintos”.
-¿Percibe que tras la discusión de los resultados de la PSU se busca hacer aparecer como fracasada la Reforma Educacional?
“No, esa es una cierta práctica de cómo se enfrenta la información de materias educacionales y donde se cree que lo que le interesará a la gente es el golpe informativo con: Gran crisis y fracaso. Esa es una mala práctica de cómo uno plantea el análisis de los temas educacionales, pero no tiene ningún efecto público y de hecho las encuestas lo demuestran. Revelan que una gran mayoría de los padres encuentra que, obviamente, sus hijos tienen mejores oportunidades que las que tuvieron ellos. Pero cómo no va a ser así cuando el 70% de los jóvenes que están en la educación superior es primera generación”.
EVITAR FRASES GRANDILOCUENTES
-En el último debate presidencial se habló de la declaración de emergencia educacional para enfrentar las dificultades de este sector, ¿cómo enfrenta este tema?
“Esas son las cosas que debiéramos evitar, porque se trata de frases grandilocuentes que a lo único que llevan es a la confusión porque en algún desprevenido podría crear la imagen que si se declarara la emergencia algo pasará. Pero en su momento aprobamos una ley de instrucción primaria obligatoria y nos pasamos 70 años sin implementarla, entonces, de qué sirve dictar un decreto de emergencia, si ésta no cambiará ninguno de los factores reales y el hecho de que estemos obteniendo malos resultados. Tampoco cambiará la diferencia de origen sociofamiliar de los alumnos, ni la calidad de los directivos, ni la forma cómo trabajan nuestros profesores”.
Brunner es un convencido que en conciencia todos los chilenos debieran estar constantemente en un estado de emergencia, “en el sentido de gran compromiso de voluntad y seguir trabajando por la Reforma Educacional, pero no colocarlo en un decreto y hacerle creer a la gente que por que dictamos un decreto se producirá un cambio más rápido”.
-¿Quién garantiza una mayor estabilidad?
“No creo que lo garantice ninguno de los dos (Bachelet o Piñera), porque esto no es algo que pueda garantizar un Presidente, sino que los primeros en abordarlo deben ser los que tienen la responsabilidad directa sobre la educación. En este aspecto traspasamos la responsabilidad a otros y decimos que la educación no anda bien porque la política, el Gobierno o el Parlamento no es bueno. La responsabilidad inicial la tienen el hogar y la escuela y ahí los profesores y directivos. Ahora por cierto que las políticas de Michelle Bachelet en educación poseen un sentido de futuro mucho mayor que las que podría llevar a cabo Sebastián Piñera”.
-¿Pero en este aspecto, los programas son muy similares porque los dos apuntan a potenciar la educación de las salas cuna?
“Efectivamente el programa de Piñera tomó prácticamente toda la reforma y propuestas de la Concertación, lo que me parece bien porque consolida un consenso, pero lo que importa no es lo que aparece escrito, sino que cuál será la base social y la confianza que uno puede tener en los distintos equipos para llevar adelante una determinada política”.
CURSOS MAS REDUCIDOS, LA GRAN APUESTA
-La cantidad de alumnos por curso, ¿es la clave para lograr buenos resultados?
“Es clave, sobre todo en los establecimientos educacionales que atienden en las zonas urbanas a menores de escasos recursos”.
-¿Es partidario que se reduzcan los grupos?
“El ideal es llegar a los estándares internacionales y de países desarrollados donde el promedio no es más de 20 alumnos por curso. Para llegar a eso se requiere mucha inversión, más profesores y de más calidad, pero partamos por las escuelas más críticas por su mal desempeño y las que no están enseñando prácticamente nada. Allí debiéramos dar apoyo para que existan 15 alumnos por sala de clases y apoyo de sicólogos. Además, los directores y docentes mejor pagados debieran estar en esas escuelas
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