Patricio Meller, Distintas visiones sobre Tecnologías de Información (TI) e Internet en Chile
Agosto 7, 2005

Artículo publicado en la Revista Perspectivas (Departamento de Ingeniería Industrial, Universidad de Chile), vol. 5, Nº 2, 2002 (pp. 131-142)
Las tecnologías de la información e Internet ocupan una parte importante en la agenda pública, tal como lo manifestara S.E. el Presidente Ricardo Lagos en su discurso del 21 de mayo del 2000. Hay conciencia a nivel nacional, al igual que en el resto del mundo, sobre la alta prioridad que debe tener la incorporación de estas tecnologías en los ámbitos profesionales, educacionales y productivos. Esto, porque los países que más rápidamente lo hagan quedarán mejor posicionados en el presente siglo (de la Información y del Conocimiento).
Sobre este tema surgen interrogantes de distinto tipo que la Comisión de Telecomunicaciones del Instituto de Ingenieros formuló a seis connotados expertos en la materia, cada uno de los cuales efectuó una exposición en la sede de la Corporación y las cuales se presentan en el cuerpo principal de este documento.
http://www.perspectivas.cl/ArticulosVol5-N2/01-Meller.pdf


José Joaquín Brunner, por su parte, es enfático en señalar desde el principio de su exposición que la incorporación de nuevas TI e Internet a la educación en Chile no es la solución al problema
educacional.
Desde su percepción, la educación chilena tiene un problema que es propio y típico de un país atrasado. Nuestra población, tanto adulta como buena parte de los jóvenes, no sabe leer con provecho,
no sabe comunicarse por escrito con un mínimo de eficacia, tiene un mal manejo elemental de los números y de las matemáticas, y posee una concepción bastante primitiva de su entorno físico, en términos de las ciencias. Este es el principal problema que hoy tiene la educación chilena, por lo que la reforma debiera, como meta, mejorar esta situación.
Según Brunner, entonces, las causas de los problemas en la educación chilena son múltiples y conocidas. Hay fallas notables en la sala de clases, que es lo más importante y difícil de cambiar, así como también en la metodología y prácticas docentes. Existe una falta de autoconfianza, por la débil formación de los profesores, además de una baja dotación de recursos educativos en los hogares, que es una manera bastante suave de nombrar las profundas desigualdades sociales en Chile y que hace que en una gran parte de ellos el capital cultural sea muy bajo. Muchos de nuestros estudiantes, sobre todo de secundaria, tienen padres que no cursaron educación primaria completa. En la mayoría de las casas prácticamente no hay libros ni existe una conversación articulada sobre temas con cierta elaboración simbólica.
El Estatuto Docente también ejerce una gran influencia en el problema general. El problema final en la educación es que básicamente aquí no hay manera de hacer accountable a las escuelas, sus -Meller: Distintas visiones sobre Tecnologías de Información (TI) e Internet en Chile profesores, directores y sostenedores, respecto de los resultados. Nadie se hace responsable y culpamos a la pobreza y a la poca inversión estatal de los malos resultados, lo cual es cierto. Según Brunner, el
Estado subinvierte. Dado el monto de $20.000 por subvención escolar para un niño que viene de esos hogares pobres, equivalente a un 60 ó 70%, ¿cómo se podría dar una educación de calidad? Hoy, según el autor, uno de los grandes dramas de la población y, especialmente, de los jóvenes de nivel secundario, son los cambios que están ocurriendo en el mundo y la “crisis de sentido” por no entender lo que está pasando y cómo usar el conocimiento. Esas respuestas no vienen del contacto con las máquinas. Al contrario, nacen por un proceso relativamente lento y gradual de maduración intelectual, moral, estética y humana, que, en definitiva, es lo que da la educación.No obstante lo anterior, las nuevas tecnologías son esenciales en el aprendizaje, ya que el mundo que viviremos estará plagado de ellas.
Esto efectivamente representa un reto enorme para la educación, porque en el futuro será necesario estudiar a lo largo de la vida.
¿Dónde está ubicado Chile en este nuevo mundo emergente? Si el estándar internacional al que aspiran los países dinámicos es de cinco alumnos por computador, esto implica conectar las salas de clases y poner en cada una varios terminales para uso de los estudiantes. El gobierno, por su parte, ya ha dicho que gastará 200 ó 300 millones de dólares en los próximos años para mejorar la relación de 70 a 1 a una de 30 a 1, en términos de alumnos por computador.
Otro tema es la capacitación de los profesores en ejercicio. Ya se ha hecho un gran esfuerzo a través de Enlaces. Se dice que alrededor de 40 ó 50 mil profesores han adquirido el conocimiento básico y ahora empezamos con cursos de capacitación para el uso educacional de Internet. ¿Cómo podemos estimular la demanda por el conocimiento? Hay un problema de valores, porque cuando una sociedad no tiene aspiración a la cultura, es valóricamente chata. Brunner argumenta que en esta esfera hay una gran diferencia entre Corea y Chile, en cuanto al énfasis real que se pone en la educación, no por el gobierno o por la elite, sino que por el esfuerzo que la familia aporta específicamente a la educación. Una de las cosas que está comprobada es que los alumnos rinden mejor en la medida en que la familia tiene una preocupación. Eso parece bastante obvio, pero ¿cuántas familias en Chile se preocupan o pueden hacerlo?
Nuestro país, por otra parte, es el lugar donde los privados gastan relativamente más en educación, muy por encima de los Estados Unidos. El gasto chileno en educación es de alrededor del 7,0% (PIB), de lo cual el 3% por lo menos es privado. Esto es altísimo. Sin embargo, los tests internacionales revelan que un estudiante del San Ignacio, del Saint George o del Teresita de Los Andes, comparado con un hijo de un obrero que va a un liceo público de Singapur, es peor alumno.
Para Brunner, en esto claramente interviene el que en el sector municipal, por ejemplo, el director no pueda ser removido si fue nombrado antes del cambio de la ley que les otorgaba carácter vitalicio. Es decir, se mantienen los mismos “carcamales” aun así estos establecimientos registren pésimos resultados en la prueba Simce durante los últimos diez años. Algo similar ocurre con la
dotación docente.
¿Se puede dar o no un salto en educación? El caso de Corea es sorprendente. En los años 60 era una sociedad tremendamente pobre, destruida y rural y la educación fue el motor que la llevó a hacer lo que ningún otro país ha logrado.
Por esto, José Joaquín Brunner reitera que las nuevas tecnologías son imprescindibles, que se pueden hacer miles de cosas con ellas, pero que no se dará un salto en el sentido que la gente supone, como podrían ser saltos tecnológicos en la industria, en los procesos productivos y en el marketing.
En educación no, porque al final se trata con seres humanos, que se desarrollan de una manera compleja y muy desigual.

0 Comments

Submit a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

PUBLICACIONES

Libros

Capítulos de libros

Artículos académicos

Columnas de opinión

Comentarios críticos

Entrevistas

Presentaciones y cursos

Actividades

Documentos de interés

Google académico

DESTACADOS DE PORTADA

Artículos relacionados

Conversación interesante sobre la crisis chilena

Analistas comparten y confrontan sus miradas de lo ocurrido: LA SEMANA DE CRISIS POLÍTICA Y SOCIAL vista desde cuatro costados ¿Por qué pasó?, ¿cómo estalló Santiago, y después Chile, de esta manera? ¿Qué le queda al Gobierno, y a los empresarios? ¿Qué pasa con las...

Share This