¿Es Chile un país católico? se preguntaba en 1941 —no sin inquietud— el padre Alberto Hurtado. Al cumplir la revista Mensaje 50 años, ha querido hacerse la misma pregunta de su fundador. Y dados todos los cambios que se han sucedido en este intenso medio siglo, se inquieta también por saber si es posible hoy un país católico, y de serlo, qué aporta este catolicismo. Y, finalmente, cuál sería el servicio que puede prestar a Chile en la actualidad una revista como Mensaje.
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Palabras claves: religión, cultura, modernización, secularización

Creen algunos que la fe persevera en la casi totalidad de los chilenos. Los resultados que arrojan las encuestas y estadísticas nos obligan, sin embargo, a pensar de otra manera. Es verdad que hay aún en la mayoría de nuestro pueblo un fondo de religiosidad que se manifiesta por el bautismo de los niños, por las imágenes que se conservan en las casas y por algunas prácticas, muchas de ellas más supersticiosas que religiosas. La vida cristiana, empero, se va debilitando casi hasta desaparecer en algunas regiones.
Padre Alberto Hurtado, S.J.
La intensa reflexividad característica de la modernidad tardía plantea un problema particularmente agudo a la cultura católica comprometida y a la acción de la Iglesia. Cual es cómo abordar y comunicarse con aquellos hombres y mujeres que, manteniendo abiertos su razón y sentidos a las preguntas y respuestas de la fe, sin embargo han interrumpido la práctica religiosa y su inserción pública en la comunidad de la Iglesia.
Al igual que Gianni Vattimo, el filósofo italiano contemporáneo, las personas en esa situación, habiendo hecho (bien o mal, da lo mismo) la experiencia de la filosofía moderna —el materialismo agnóstico, el pragmatismo o utilitarismo y el relativismo, como señalaba el padre Hurtado— pero de retorno a su matriz católica, se preguntan: y de ahora en adelante, “cómo me comportaré, en concreto, respecto a lo que pasa bajo el nombre de religión, cristianismo, fe y moral cristiana? ¿Volver a la práctica de los sacramentos? ¿Frecuentar la iglesia para la misa dominical y escuchar los sermones? ¿Dejarme guiar por las encíclicas del Papa en mi trabajo como estudioso de la filosofía y, part time, como observador y crítico de las costumbres contemporáneas…?”