Desafío para la educación superior chilena: La relación entre la calidad y la deserción
Mayo 30, 2013

Desafío para la educación superior chilena: La relación entre la calidad y la deserción

En Chile, cerca del 30% de los alumnos deja su carrera en primer año. ¿Una casa de estudios que trabaja por calidad también debe hacer frente a esa situación? El experto en Educación José Joaquín Brunner asegura que sí, y entrega algunas pautas de cómo debiera realizarse esta tarea.  

Publicado: El Mercurio, Ediciones Especiales, Calidad en la Educación Superior, Jueves, 30 de Mayo de 2013

 

Las cifras de deserción en Chile son considerables. Según un informe del Servicio de Información de Educación Superior (SIES) del Ministerio de Educación, al analizar la cohorte de estudiantes 2008, se pudo ver que el 30,6% desertó en primer año. De esta cifra, el 44% reingresó a la educación superior en los tres años siguientes, por lo que, según el estudio, solo se podría decir que hay un 17,2% que deserta de modo más definitivo y no vuelve al sistema en el corto plazo.

En el análisis del SIES se observa que el reingreso de estudiantes que provienen de establecimientos particulares pagados supera al de los alumnos que vienen de otro tipo de colegios, llegando al 72,6%. Esto -explican- es significativamente mayor que el reingreso de estudiantes provenientes de establecimientos subvencionados y municipales, en cuyo caso el porcentaje de reingreso a la educación superior es de 53,4% y 45,6%, respectivamente.

También se puede ver que el reingreso en el corto plazo de los desertores es significativamente mayor en universidades (alrededor del 54%) que en los institutos profesionales y centros de formación técnica, donde el porcentaje de reingreso es de 38,9% y 31,9%, respectivamente. Asimismo, el reingreso se da más en las carreras profesionales que en las técnicas, con porcentaje de 51,9% y 32,3%.

¿Se puede decir que la deserción tiene relación con la calidad de un plantel? José Joaquín Brunner, experto en Educación y académico de la Universidad Diego Portales, opina que la deserción existe en instituciones de muy diversa calidad, pues, en la práctica, estas no conciben el fenómeno como de su propia responsabilidad, sino que lo atribuirían íntegramente a los alumnos.

En este sentido, dice que es importante que los estudiantes asuman su responsabilidad, pero también considera que las propias instituciones debieran responder por su capacidad de retener o no alumnos.

¿Cómo hacerlo? Dice que en muchos países la política de financiamiento de las universidades se preocupa de incentivar la retención y de penalizar la deserción.

Por parte de los planteles, considera que estos también deben diseñar sus currículos, métodos y estrategias pedagógicas de acuerdo con el perfil de sus estudiantes y desarrollar programas especiales de alerta temprana y de apoyo por diversas vías, como tutores, cursos remediales, actividades compensatorias, aprendizaje asistido por computación y la creación de equipos de alumnos que se hagan cargo de monitorear y asistir a los compañeros con dificultades, entre otros métodos.

Brunner asegura que las instituciones de educación superior necesitan, además, contar con servicios de consejería y de atención personalizada y que también puedan dar becas suplementarias y ofrecer actividades de diverso tipo que refuercen las competencias de aprendizaje autónomo de los estudiantes.

“Estos últimos tienen que asumir sus propias responsabilidades en los procesos de aprendizaje y deben informar a los respectivos servicios de la universidad cada vez que enfrenten problemas que pudieran en el futuro llevarlos a abandonar los estudios”, agrega.

El académico manifiesta que, en este camino, el Gobierno puede disponer de fondos especiales para favorecer el desarrollo de programas antideserción, como ha hecho en unas pocas ocasiones vía convenios de desempeño.

Además, le parece que debiera tener más políticas en este frente, como incluir las tasas de deserción en el cálculo de fórmulas para entregar aportes directos a las instituciones y becas de mantención que faciliten a los estudiantes vulnerables permanecer en jornada completa dedicada a sus estudios.

Mensaje del 21 de mayo

José Joaquín Brunner considera que los anuncios del Presidente de la República en su discurso del 21 de mayo fueron pobres en general en materia de educación superior.

Le parece interesante la creación de una subsecretaría, aunque señala que prefiere la creación de un Ministerio de Educación Superior ,Ciencia y Tecnología, posición que sostiene desde hace varios años.

También considera que poco se hizo para buscar los consensos que son necesarios para impulsar cambios y para demostrar un liderazgo del Gobierno en este sentido.

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