Colombia: problemas (bien conocidos) de la formación de futuros docentes
Junio 21, 2012

logo_footer.png Dos reportajed del diario colombiano El Tiempo sobre el problema de las debilidades del sistema de formación inicial de profesores en ese país.
Expertos plantean la necesidad de ajustar currículos en facultades
EL TIEMPO, 21 de junio de 2012
La alerta se dio por los bajos desempeños de sus estudiantes en las pruebas de Estado.
Detrás de la intención del Gobierno de atraer, con atractivas becas crédito a bachilleres brillantes a la carrera docente, está la creciente preocupación por la baja calidad y los pobres resultados que arrojan las facultades que forman a los futuros profesores.
Para el Ministerio de Educación Nacional (MEN) es diciente el hecho de que de 491 licenciaturas ofrecidas por 78 instituciones de educación superior, sólo 72 tienen acreditación de alta calidad; y que de las 419 restantes, hay 18 a las que la entidad no les ha renovado el registro calificado por sus incumplimientos a la hora de funcionar.
Pero si la situación es complicada en las facultades, en las llamadas escuelas normales superiores el panorama no es mejor: de 137 que ofrecen programas de formación complementaria de educadores para el nivel preescolar y el ciclo de básica primaria, 38 tienen registro calificado condicionado.
Expertos en el tema sostienen que ese bajo nivel se refleja en el desempeño de sus estudiantes. Julián de Zubiría, director del Instituto Alberto Merani e impulsor del Movimiento Pedagógico y Social por una Educación de Calidad, asegura que “de todo el sistema educativo universitario, los futuros profesores son los que muestran en las pruebas Saber Pro el peor balance en comprensión lectora, y esto es una alerta”.
¿En qué fallan?
Javier Botero, viceministro de Educación Superior, sostiene que las fallas más recurrentes en programas no acreditados están relacionadas con la planta docente; de hecho, muchos de los profesores de estas facultades no son de tiempo completo, no tienen estudios de posgrado y su producción académica e investigativa es escasa. A eso se suman los problemas de infraestructura física.
Luis Grubert, secretario de asuntos pedagógicos de la Federación Colombiana de Educadores (Fecode), admite que la malla curricular de estas facultades se mantiene estática y no va al ritmo del conocimiento; no obstante, se queja de que el Gobierno sólo califique a los estudiantes al egresar, en lugar de supervisar permanentemente los currículos. Este panorama explica el hecho de que el Ministerio de Educación haya puesto en marcha un proyecto de acompañamiento para las 18 licenciaturas que han tenido dificultades para renovar su registro calificado.
Hay atraso
Julián de Zubiría insiste en que estas facultades “tampoco se han adecuado a los cambios que está pidiendo la sociedad, y aun cuando siguen con currículos similares a los de hace 20 o 30 años, a sus estudiantes los someten a las nuevas pruebas de Estado”.
Daniel Bogoya, exdirector del Icfes, coincide en la necesidad de introducir reformas; afirma que si bien muchos licenciados tienen gran capacidad pedagógica, les falta un desarrollo disciplinar más profundo, pues esta debilidad hace que algunos colegios prefieran contratar, en lugar de licenciados, a profesionales; los planteles consideran que estos tienen un mejor dominio del campo y que pueden desarrollar habilidades en educación con cursos de pedagogía.
Alumnos con carencias
Las facultades de Educación afirman que sí han renovado sus currículos, que deben lidiar con estudiantes que llegan con muchas carencias de la educación media y que el Gobierno ha roto los canales de comunicación con ellas. Myriam Ochoa, decana de la Facultad de Educación de la Universidad Externado de Colombia, indica que “les viven cambiando” los requisitos para formar a los docentes. “Tenemos que aceptar que hay desigualdades en la formación que estamos empeñados en atender. Hay que fortalecer en nuestros estudiantes sus competencias en el manejo de una segunda lengua y de las TIC”, afirma el rector de la Universidad Pedagógica, Juan Carlos Orozco.
Carlos Arturo Sandoval, presidente de la Asociación Colombiana de Facultades de Educación (Ascofame), afirma que la mayor parte de las facultades sí han hecho un trabajo de renovación curricular y no tiene validez señalar que los currículos son viejos. William Castrillón, decano de la Facultad de Ciencias y Educación de la Universidad Distrital, admite que es necesario revisar currículos, pues muchos de ellos no miran realidades sociales.
Jóvenes con falencias en lectoescritura, pensamiento crítico, matemáticas e interacción cultural, que en su mayoría vienen de sectores socioeconómicos bajos y con poca convicción de ser docentes, es el perfil de quienes están llegando a muchas licenciaturas.
Daniel Bogoya, exdirector del Icfes, aclara, por su parte, que la capacidad académica de los estudiantes de las carreras de educación es sensiblemente menor que la de quienes optan por carreras profesionales. Los más talentosos -sostiene Hugo Ñopo, investigador del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)- optan por carreras que exigen puntajes más altos y son más prestigiosas y lucrativas.
Mal en lectura crítica
En las pruebas Saber Pro de 2011 sólo el 17 por ciento alcanza niveles aceptables de inglés, un 43 por ciento lo logra en escritura, en lectura crítica apenas un 14 por ciento obtiene puntajes altos y en razonamiento cuantitativo sólo el 9 por ciento tiene un muy buen desempeño. Entre los programas de educación superior con más bajos resultados en pensamiento crítico en las pruebas de 2010 hay 19 programas de licenciatura y en comprensión lectora hay tres licenciaturas en los últimos lugares. Al comparar los desempeños de los estudiantes de licenciaturas acreditadas con las no acreditadas, los primeros obtienen mejores resultados en general.
ANDREA LINARES
Redactora de EL TIEMPO


Ser maestro oficial, una profesión que está en crisis
El Tiempo, 21 de junio de 2012
Los profesores enfrentan bajos salarios, problemas laborales y pobres desempeños académicos.
Los universitarios que están a punto de convertirse en la nueva generación de docentes que formarán a millones de niños de colegios públicos del país tienen, de acuerdo con los resultados de las últimas Pruebas Saber PRO (2011), pobres desempeños en áreas fundamentales para su labor, como la comprensión de lectura.
Este no es, a juicio de este examen que mide las competencias genéricas de los universitarios que están por graduarse, el único aspecto en el que muestran debilidades preocupantes. También tienen pobres resultados en inglés (solo el 17 por ciento alcanza niveles aceptables) y en la capacidad para resolver problemas sencillos con números. (Lea también: ‘Se necesitan estímulos para que sea más atractivo ser profesor’).
“Los datos no son una sorpresa. De los desempeños mostrados en las pruebas del 2009 por estudiantes de 43 carreras y programas, en el área de comprensión lectora, siete especialidades docentes clasificaron en los últimos diez lugares”, dice Hugo Ñopo, investigador del Banco Interamericano de Desarrollo. (Siga este enlace para ver el video: ‘Soy docente por vocación, no por obligación’ Lucy Torres).
Un panel de expertos en el tema, convocado por EL TIEMPO, concluyó que estos bajos desempeños obedecen a múltiples causas, ligadas, incluso, al perfil general de los docentes y estudiantes de licenciatura y pedagogía.
En Colombia los jóvenes que optan por la carrera docente no son, a juicio de los investigadores, los de mejores desempeños académicos. Los más “talentosos”, sostienen, optan por carreras que exigen puntajes más altos, son de mayor prestigio y pueden ser más lucrativas.
Ñopo advierte, por ejemplo, que en comparación con técnicos o egresados de otras carreras, los maestros están subpagados: “Un profesional con experiencia devenga, en promedio, 80 por ciento más que un recién egresado de su carrera. Eso no pasa con los docentes. Su progresión salarial, durante la vida laboral, es mínima”.
Preocupan desempeños
Aunque Colombia es un país acostumbrado a los bajos resultados en educación, hay una creciente preocupación por lo que ocurre con los futuros docentes, no solo porque su papel es vital en el éxito o el fracaso escolar de sus estudiantes, también porque el cumplimiento de las más ambiciosas metas educativas del país depende en buena medida de su labor.
De acuerdo con el plan Educación de calidad, el camino para la prosperidad, que establece los objetivos que se deben cumplir en esta materia para el 2014, el 25 por ciento de los niños de quinto de primaria del sector oficial deben haber mejorado su desempeño en las Pruebas Saber, que miden competencias en lenguaje, matemáticas y ciencias.
Además se busca que para ese año, uno de cada cuatro nuevos bachilleres esté en capacidad de comprender y expresarse en inglés, algo que hoy no ocurre. Según el estudio ‘El bilingüismo en los bachilleres colombianos (2012)’, del Banco de la República, menos del 2 por ciento supera el nivel preintermedio.
Para investigadores como Julián de Zubiría, es utópico pensar en el cumplimiento de metas como la del bilingüismo en tan corto tiempo, no solo por la regular calidad de los futuros docentes, también por las condiciones actuales del profesorado.
La ministra de Educación, María Fernanda Campo, ha manifestado su preocupación por los bajos resultados mostrados por los maestros: “En la última evaluación para escalafonar a los docentes, solo el 18 por ciento de los evaluados alcanzaron niveles aceptables de desempeño”, dijo la Ministra durante la presentación de dichas pruebas.
Docentes necesitan mayores estímulos
Cerca de 200 mil maestros protestaron ayer por la falta de recursos para el sector, la intervención de los privados en el manejo de la educación pública y el incumplimiento de acuerdos por parte del Gobierno, entre estos el incremento salarial del 5 por ciento.
Estos problemas, según Senén Niño, presidente de la Fecode, se suman a las duras condiciones laborales de los docentes. Afirma que trabajan con cursos de 45 niños, bajo amenazas en zonas de conflicto y con pocos estímulos salariales.
“Los nuevos educadores enfrentan inestabilidad laboral y faltan ascensos en el escalafón. No hay estímulos reales para quienes laboran en zonas apartadas”, dice.
Desmiente que el gremio solo se haya dedicado a reivindicar derechos laborales y salariales, como dicen los críticos, y afirma que para mejorar la calidad se requieren docentes con reconocimiento social, bien pagados y con un escalafón que estimule el estudio.
‘Sí ha habido renovación curricular en las facultades’
Carlos Arturo Sandoval, presidente nacional de la Asociación Colombiana de Facultades de Educación (Ascofade), responde a las críticas sobre la formación docente.
¿Están desactualizados los currículos de sus facultades?
La mayor parte de facultades afiliadas a Ascofade han hecho un trabajo de renovación curricular importante; la ley nos ha exigido la actualización de currículos en número de créditos y de propuestas de titulación. No es válido decir que los currículos están anquilosados. Además, se han creado programas de formación avanzada en doctorado, que se traducen en una alternativa de mejoramiento de las cosas que se hacen.
Los resultados de las pruebas Saber Pro son preocupantes…
Suelen sacarse juicios de valor a partir de un agregado de datos del conjunto de facultades, sin distinguir entre acreditadas y no acreditadas… A las acreditadas nos va bien.
¿Cuál es el perfil de los docentes que se forman?
Tenemos un vacío grande en la procedencia de muchos de los maestros, lo que hace que su propia condición socioeconómica la tengamos que sufrir con procesos de formación más profundos. La mayoría de quienes acceden a la carrera docente vienen de sectores medios y bajos.
¿Cuáles son las fortalezas de los licenciados?
A diferencia de un profesional que no ha sido formado para ser docente, el licenciado tiene elementos técnicos, conceptuales, metodológicos y prácticos para adecuar la enseñanza a las características de los niños y a su contexto.
¿Y las facultades?
Hay que hacer revisión de escuelas
El panel de expertos consultados concluyó que es urgente hacer una revisión profunda de las facultades que forman a los maestros, muchas de las cuales, dicen, enseñan igual que hace 20 años.
Juan C. Orozco, rector de la Universidad Pedagógica, no solo reconoce debilidades en este campo que hay que corregir; también, que hay problemas con la valoración social de la profesión y el reconocimiento salarial, lo cual no disuade a los jóvenes de optar por la docencia. “Nos llegan aspirantes de estratos bajos, con deficiencias en términos de capital cultural y simbólico, lectoescritura y pensamiento crítico, con los que hay que hacer esfuerzos adicionales de formación”.
Panel de expertos e investigadores: Julián de Zubiría, impulsor del Movimiento Pedagógico por la Calidad de la Educación; Hugo Ñopo, investigador del BID; Alfredo Sarmiento, economista e investigador; Francisco Cajiao, subsecretario de Educación de Bogotá; Gabriel Torres, investigador y experto en educación, y Gabriel Restrepo, investigador de la Universidad Nacional.
ANDREA LINARES GÓMEZ
SONIA PERILLA SANTAMARÍA
REDACCIÓN VIDA DE HOY

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