Soy testigo directo de la creciente incertidumbre de los estudiantes que rendirán las pruebas de admisión a las universidades “selectivas”, programadas para el próximo 4 y 5 de enero. Y con ello la angustia de sus padres y madres. En esta columna intentaré distinguir certezas, esperanzas e incertidumbres, con el objetivo de bajar estas últimas.

  I)Certezas

a.  Los estudiantes de todas las regiones podrán postular a través de una plataforma electrónica única aun cuando vivan en comunas alejadas miles de kilómetros de las universidades de sus sueños, sin tener que trasladarse región por región y universidad por universidad. Esta es una fortaleza del sistema chileno que debemos cuidar y que admiran los amigos de otros países.

b. También es una certeza que los puntajes de postulación serán calculados considerando las NEM, el ranking y las pruebas estandarizadas. Las universidades tienen libertad para valorar estos factores dentro de un marco que ya fijó la Subsecretaría de Educación Superior en marzo pasado; ponderaciones mínimas de 10% para cada uno de ellos.

  II)Esperanzas

a. Esperamos, con esperanza, que las universidades utilicen la alternativa que contempla el nuevo Sistema de Acceso a la Educación Superior (SAES) de julio del presente año[1] que abrió la posibilidad de postular “a todos los jóvenes que pertenezcan al 10% superior de mejor rendimiento académico en su colegio”; equivalente a aproximadamente 750 puntos ranking o superior. La Figura 1 muestra que entre los estudiantes Top 10% no hay brecha en los puntajes Ranking entre el decil 1° y 10° de ingresos del grupo familiar mientras que en la PSU (promedio Lenguaje y Matemática; LyM) dicha brecha bordea los 150 puntos. La esperanza, entonces, es que las universidades aprovechen esta oportunidad y de este modo mejore la calidad y equidad de la educación chilena. De acuerdo con la información entregada por el DEMRE hay cerca de 6.000 estudiantes Top 10%, distribuidos en todas las regiones de Chile, que serían habilitados para postular a universidades “selectivas” pero aún está pendiente saber qué universidades seguirán las indicaciones del SAES.