Los niños no van al colegio en Colombia desde hace más de un meS
Junio 15, 2017

Los niños no van al colegio en Colombia desde hace más de un mes

El Gobierno de Juan Manuel Santos y el principal gremio de profesores no alcanzan un acuerdo para acabar con una huelga que afecta a más ocho millones de estudiantes.
ANA MARCOS, Bogotá 14 JUN 2017
Los niños y las niñas de Colombia que acuden a colegios públicos llevan más de un mes sin ir a clase. Sus profesores decidieron convocar un paro el pasado 11 de mayo que no se levantará, dicen, hasta que el Gobierno de Juan Manuel Santos mejore las condiciones económicas de 322.473 maestros, invierta en infraestructuras para las instituciones educativas y garantice el transporte y la alimentación de 8.500.000 estudiantes.

Con las aulas vacías, el Ejecutivo y Fecode, el principal gremio que representa a los profesores colombianos, negocian en dos mesas. Sobre la oficial hay un pliego de demandas que mantiene en una gran distancia a las dos partes. Los maestros reclaman una nivelación salarial hasta 2021 que el Ministerio de Educación no acepta. “Ya les hemos dicho que no nos vamos a comprometer con recursos que le corresponden al siguiente gobierno”, ha asegurado Yaneth Giha, titular de la cartera. “La pregunta es por qué hacen concesiones a 15 y 20 años, por ejemplo, con la construcción de vías y no con la educación”, ha respondido Carlos Rivas, presidente del gremio, en una entrevista en la revista Semana.

“Hasta el momento se ha cumplido el acuerdo alcanzado en el anterior paro de 2015. Anualmente se han subido los puntos salariales pactados”, explican desde Educación. Este año, todos los funcionarios colombianos tendrán un aumento del 6,75% en sus nóminas, un 8,75% para los profesores. Una medida que no satisface los reclamos del sector educativo. Un profesor en Colombia gana entre 260 dólares (para aquellos que acaban de empezar) y 1.570, en el caso de profesionales con más de 15 años de experiencia, un máster, una especialización y un doctorado, según datos de Fecode. “Nuestra brecha salarial es del 28,3% respecto al resto de trabajadores”, asegura Carlos Rivas, presidente del gremio. Para intentar compensar esta situación, no solo demandan subidas directas, también bonificaciones de las que ya disfrutan otros funcionarios. “El Gobierno nos ofrecen un 15% adicional con independencia del salario cuando otros empleados públicos reciben el 35% si cobran más de 500 dólares y un 50% si están por debajo de esa cifra”.

El Ministerio usa el mismo argumento que el Gobierno para justificar sus propuestas sobre la mesa: “Hay que ajustarse el cinturón”. Las previsiones económicas para Colombia auguran un crecimiento que no llegará al 3%, lastrado por el precio del petróleo y la desaceleración en toda la región. “No podemos decirles mentiras, mal haríamos en ofrecerles algo que la situación económica del país no puede cumplir”, les ha contestado Santos. El Ejecutivo recuerda constantemente que el presupuesto de Educación es el más alto de la historia: 33,5 billones de pesos, el 29% de las cuentas generales del país, por encima, por primera vez, del dinero que se invierte en Defensa. “El presidente no nos puede salir con la disculpa de que no hay plata. Este año se están ahorrando 28 billones de pesos de la guerra, acaban de hacer una reforma tributaria y un incremento del IVA del 16% al 19%, ¿y dicen que no hay recursos para la educación?”, contesta Rivas en Semana.

Además de los salarios, el sector educativo reclama mejoras en los colegios, en los servicios de alimentación y transportes para así conseguir la meta de la que presume Santos: “Colombia será el país más educado de la región en lo urbano en 2025, en lo rural en 2030”. Hasta que ese día llegue, los niños colombianos van al colegio dependiendo de las condiciones del territorio en el que viven. En este país no hay una jornada escolar única por el momento: de los más de ocho millones de estudiantes, solo medio millón tienen este horario. El resto va a clase por la mañana, por la tarde y por la noche porque las capacidades de las instituciones no dan abasto. “Queremos pactar un Estatuto único de los docentes para que entre otras cuestiones se establezca cuántos alumnos debe haber por docente”, relata el representante gremial. “La OCDE establece 12, en Colombia tenemos más de 26 por cada maestro. Por tanto, se necesita contratar más y mejorar las instalaciones para bajar esta media”.
Algunos niños pueden comer en sus escuelas, otros no. Son constantes las corruptelas que roban los presupuestos de alimentación en los colegios de las ciudades y los pueblos de Colombia. Cuando no es la inseguridad el problema en un territorio en el que se ha terminado la guerra con las FARC, pero que aun lidia una batalla contra la guerrilla del ELN, el narco y otras bandas criminales.

En la otra mesa, la extraoficial, los maestros salen a las calles de las principales ciudades de Colombia casi semanalmente para que su lucha no se quede en los pasillos administrativos. Cortan las principales vías provocando el colapso de las urbes. Realizan caceroladas, pitazos, organizan caravanas desde las regiones hasta la capital. El plazo legal de 40 días para dialogar se ha cumplido. Las partes intentan pactar un negociador que destrabe la situación. Si tampoco se ponen de acuerdo en este punto, el Ministerio de Trabajo tendrá que designar uno. En caso de que esta mediación fracase, organismos de control públicos como la Procuraduría pueden intervenir con sanciones.

Por el momento, Santos ha anunciado que cada maestro tendrá que reponer los días no trabajados si quiere cobrar su sueldo. El Ministerio, por otra parte, usa los medios de comunicación para intentar contraatacar: “No hay necesidad de un paro cuando las puertas al diálogo están abiertas. Las posibilidades de llegar a un acuerdo se crean en una mesa”.

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