Carlos Montes, jefe del comité de senadores PS: “Hay poca claridad y poca transparencia en el proyecto de gratuidad”
El parlamentario advierte que el problema de la gratuidad no es solo de recursos, sino de “arquitectura” del sistema educacional. Además, critica el estilo “encerrado” de un Gobierno que “no abre debates”.
Fernanda Paúl, El Mercurio, 18 de julio de 2015
El senador y jefe del comité PS, Carlos Montes, asegura que no ha tenido acceso a la información de cómo el Ejecutivo está llevando adelante el proyecto de gratuidad.
“Y me parece que el que no lo sepa un senador de gobierno, jefe de bancada, no es algo grato”, afirma. Para él, la manera como el sistema educacional actual va a enfrentar este nuevo proceso es vital. Y en eso -señala- el Ejecutivo está atrasado.
-El Gobierno condicionó el plazo de la gratuidad universal al crecimiento económico. Desde el PPD han hecho hincapié en que no debe retroceder en ese compromiso de Gobierno. ¿Usted cree que durante esta administración se va a alcanzar la promesa de gratuidad?
-Esto tiene dos dimensiones: un requisito institucional -es decir, el rediseño de la arquitectura del sistema-, y otra es la cara financiera; es decir, cuántos recursos hay. Yo tiendo a pensar que el 2020 probablemente no va a ser la fecha en que se establezca la gratuidad universal.
-¿Por qué piensa que se va a postergar el plazo?
-No he podido todavía obtener las cifras del costo. Pero el mayor atraso hoy día es del marco institucional. Y es importante que en este Gobierno se acuerde el nuevo marco, la nueva arquitectura. Que la forma de la gradualidad de implementación dependa de las circunstancias económicas, pero que el marco institucional quede aprobado. Y en eso creo que hay atraso.
-¿Cree que falta claridad del Gobierno de cómo se va a rediseñar el sistema?
-La verdad es que no está claro cómo se va a hacer. No hay proyecto, no hay un debate político. El proyecto de la gratuidad no puede hacerse en privado; esto requiere de un debate público. Cualquier intento que se haga entre un grupito chico, entre cuatro paredes, no va a funcionar. Es muy importante discutir con todos, que se discutan las diferencias, y que se le exija a cada uno de los actores jugar su punto de vista.
La arquitectura
-¿Cuáles son los ítems que faltan, a su juicio, por aclarar en la arquitectura del sistema?
-Primero, distinguir los distintos tipos de universidades: las públicas estatales, las universidades privadas pero con proyectos definidos, y las que son más empresariales o ligadas a un tipo de visión. A este último grupo, en algunos países se les deja que tengan ganancias, pero en Chile está la idea de que hoy ninguna pueda tener fines de lucro. Entonces hay que ver sus exigencias, obligaciones, si por universidad vamos a entender aquella que tiene investigación, docencia y relación con la sociedad, o sólo que tenga docencia. En fin, hay que definirlo. En segundo lugar, cómo se acreditan, qué significa acreditarse. Es bien importante redefinir el modelo de acreditación. La ley que hoy tenemos fue una ley que salió con fórceps, porque la UDI se jugó porque el mercado acreditara. Pero ya hay una cierta convicción de que tiene que haber una evaluación de las carreras tanto en su calidad como en su pertinencia. Porque a veces se crean carreras que no tienen ninguna perspectiva laboral. Entonces no puede usted estar becando cualquier cosa.
-¿Y en cuanto al tema financiero que usted mencionó?
-Además está el tema financiero. ¿Cómo usted determina los costos de las carreras? Porque de eso va a depender la gratuidad, de cómo se financia. ¿Es homogéneo para todo? Porque hay universidades que tienen cuestiones más serias, carreras de mejor calidad, más laboratorio, medicinas con campos clínicos más elaborados. Hay distintas realidades, y cómo se va a hacer. Esto no es fácil. Y otro tema: ¿Cualquier alumno puede, en cualquier circunstancia, pedir gratuidad? ¿O tiene que haber ciertas restricciones? Yo leí por ahí que los argentinos tienen hasta 13 años para las carreras, y eso no puede ser. ¿Se incluirá dentro de esto el grado, el posgrado, el doctorado? ¿Qué nivel incluye? Eso es parte de lo que yo llamo la arquitectura del sistema.
-¿El Gobierno no ha abordado con usted ninguno de esos temas?
-Ese debate todavía no está. Y esos son requisitos de la gratuidad, de la gratuidad rigurosa. Por eso insisto en que esto hay que apurarlo, y este Gobierno debería dejar eso muy listo, muy armado, y generar consenso, acuerdo, mayorías claras. A mí este tema me ha inquietado hace rato. Desde el programa. Porque yo, francamente, no sé en qué estado de avance está esto; si hay equipos de trabajo, comisiones; no lo sé. Y me parece que el que no lo sepa un senador de gobierno, jefe de bancada, además, no es algo grato. Hay poca claridad y poca transparencia en el proyecto de gratuidad, de cómo se está llevando adelante el debate. Y creo que son debates políticos. Tienen que ser debates abiertos, políticos, porque no hay una sola visión.
-Pero el Gobierno ya debe estar barajando una fórmula…
-Aquí no va a haber una fórmula tan espectacular del Gobierno que nos va a sorprender a todos y todos vamos a tener que decir que sí. Aquí hay que desencadenar procesos de debates. ¡Si así son las reformas estructurales! ¡Requieren procesos! Hay que instalarlas en corrientes de opinión, entonces esta cuestión de que se encierren en el ministerio, de que sólo allá se discute, no me parece.
“Gobierno encerrado”
-Más allá del proyecto, ¿qué le parece el actuar del Ejecutivo en esta materia?
-A mí no me gusta este estilo de gobierno encerrado, que no abre los debates. Tiene que ser mucho más abierto. No sólo en este punto, pues en varios temas hay problemas. Como que se desprecia a la política. Y esto tiene que ver con cómo se discuten opciones de país.
-¿Cuánto cree usted que se puede avanzar en gratuidad al 2016?
-Creo que es posible que en 2016 demos un paso adelante bastante grande. Ahora, ¿con qué modelo? Esa es la pregunta. Creo que tendría que ser necesariamente en el marco de la arquitectura actual, porque no vamos a alcanzar a cambiarla. Entonces ahí hay un problema: cuánto se le pasa a cada universidad. Tiene que ver con el número de alumnos por carrera. ¿A cualquier alumno? No. Hay que poner ciertas restricciones, al que ha repetido dos veces, etc. ¿A cualquier carrera? Hay carreras que no son rigurosas, y hay que establecer los límites ahora. Y la base va a ser la beca, más un tanto. Me decía alguien del Gobierno que estaban pensando en la beca, más un 30%, y con eso se estaría cubriendo. Y sólo sería para aquellas universidades que cobran eso, y no más, como forma de asegurar que la beca, más el 30%, es gratuidad. ¿A qué porcentaje? Los primeros deciles estaría bien.
-¿Cuán lejos estamos de eso?
-En algún momento se habló de que estábamos cerca del 50%, pero algunos me dicen que esos datos están mal hechos. En fin, yo no sé qué cálculos tiene el actual Gobierno; no los conozco. Pero no es lo mismo seis deciles que el 60% del total de los alumnos, y eso puede hacer una diferencia muy grande, porque la mayor parte de los alumnos son del 30% más rico de este país.
-¿Hasta qué porcentaje cree entonces que puede llegar este Gobierno?
-Creo que es posible llegar al 70% de gratuidad de aquí al 2018. Aunque depende de cómo se entienda eso. Porque hay dos formas de entender el 70%: una forma es decir los siete primeros deciles y otra cosa muy distinta es entender el 70% del universo total de los estudiantes. Los siete primeros deciles, ¿cuánto representan del universo total? Creo que el 50%. Los tres deciles de más ingresos son muy caros, porque son muchos alumnos, y en general no hay una base de una beca, como en los otros casos.
-Ahora, usted dice que sí se puede llegar al 70%, pero, a la vez, señala que el debate sobre la arquitectura del sistema aún no ha comenzado.
-Al 70% podemos llegar con modelos de transición imperfectos, confusos, con riesgos también. Ya hemos visto que dicen gratuidad, pero acá tienen que regular las cosas, los aranceles. ¿Cada universidad va a cobrar lo que quiera? No es lo mismo en unas universidades que otras. Aquí tienen que establecerse las reglas. ¿Cualquier universidad en cualquier momento va a poder crear cualquier carrera y el Estado va a tener que ir detrás financiándolos? ¿O tiene que haber un sistema de acreditación de carreras? En fin, hay que buscar un método, porque son muchas las carreras y universidades. Lo otro que falta para el sistema de arquitectura es la fiscalización. El tema de la superintendencia de Educación Superior es parte importante de la arquitectura. ¿Quién va a asegurar que los alumnos declarados en esa universidad son los que se dice, y no otros? ¿Y qué pasa con todo lo que hay para atrás, con las deudas? Porque si se les da gratuidad a los alumnos, ¿qué pasa con los que están endeudados para atrás y siguen estudiando?
-Hay expertos que critican al Gobierno por improvisación. ¿Comparte esos cuestionamientos?
-Mire, no le podría decir con certeza de que esto está más o menos elaborado, porque lo desconozco. Pero me parece inadecuado que no haya un proceso político de debate, que no se les informe a los partidos, a los estudiantes, a los rectores, de cuáles son los principios. Estos son temas acerca de qué tipo de sociedad queremos; son temas globales. Puede que en el ministerio estén más avanzados de lo que uno cree, pero social y políticamente este proyecto no está en el nivel que requiere un cambio de esa envergadura.
“Discriminación a estatales”
-El martes, el Ministerio de Educación descartó incluir a las universidades privadas para la gratuidad en 2016. El senador Ignacio Walker (DC) acusó discriminación. ¿Comparte esa visión?
-Yo lo planteo de otra manera. Estoy convencido de que la principal discriminación durante muchos años fue contra las universidades estatales. Dejaron de crecer en la dictadura y también en democracia. No ha habido ningún plan de recuperación de las universidades públicas, y por eso es que hoy son un porcentaje bajo de la matrícula. Entonces si hablamos de discriminación, hay que decirle a Walker que es para los dos lados. Aquí ha habido un sistema que ha beneficiado más a las universidades privadas. Ahora, es muy complejo que a alumnos de la misma condición social en carreras acreditadas, a unos se los deje fuera y a otros no. Eso hay que conversarlo. Pero cualquiera que sea, hay que tener una estrategia para que vuelvan a crecer las universidades públicas y estatales, y tiene que haber aportes basales en función de que crezcan en cantidad y calidad de los alumnos.
-¿Cree que debería haber distinciones entre las universidades?
-Usted no puede comparar la Universidad Católica, histórica, con cualquier universidad privada. Son distintas. No puede comparar ciertas universidades, como la Alberto Hurtado, con la de Las Américas. Son distintas. Aquí se han estudiado los modelos de los distintos países, entiendo que hay países que tienen modelos abiertamente de mercado, pero tienen otro tratamiento. Tenemos que objetivar las distintas alternativas y tomar decisiones.
-Si no se llega al cumplimiento de la gratuidad, ¿se pone en riesgo la proyección del Gobierno y de la coalición, como acusó el PPD?
-Lo que dijo la Presidenta es que se revisará la implementación, pero no en la opción por la gratuidad. La gratuidad es una opción de sociedad. El eje de nuestra coalición es el tema de la desigualdad. Todo está ordenado en función de enfrentar causas y factores de desigualdad. Pero estamos atrasados en la discusión del modelo permanente de gratuidad. Puede haber buenas ideas, pero no están siendo discutidas.
”A mí no me gusta este estilo de gobierno encerrado, que no abre los debates. Tiene que ser mucho más abierto. No solo en este tema, pues en varios temas hay problemas. Como que se desprecia a la política”.
”Al 70% de gratuidad podemos llegar. Pero con modelos de transición imperfectos, confusos, con riesgos también”.
”Aquí no va a haber una fórmula tan espectacular del Gobierno que nos va a sorprender a todos y todos vamos a tener que decir que sí. Aquí hay que desencadenar procesos de debates. ¡Si así son las reformas estructurales! ¡Requieren procesos!”.
” Usted no puede comparar la Universidad Católica, histórica, con cualquier universidad privada. Son distintas. No puede comparar ciertas universidades, como la Alberto Hurtado, con la de Las Américas”.
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