Ministro de Educación habla por primera vez de las medidas que tomará al interior de la sala de clases: Propone red pública de colegios abierta a los particulares subvencionados, con nuevo financiamiento y Estatuto Docente
“Puede estar también integrada por colegios no estatales, pero así como tendrán derechos en términos económicos, tendrán más deberes. Entre ellos, el Estatuto Docente”, adelanta. Afirma que esta semana partió una nueva etapa: “Necesitaba que esta reforma no fuera territorio exclusivo del Mineduc y hubiera mayor interacción con el resto de los ministros”.
MACARENA TORO y MANUEL FERNÁNDEZ
“Esto es difícil, pero posible, como Chile contra España”.
Calefaccionado por una estufa eléctrica y sentado en el sillón que da a la Alameda y que él mismo denomina la “silla eléctrica” por la breve permanencia de los ministros de Educación en su cargo, Nicolás Eyzaguirre afirma que está iniciando una “segunda etapa” en su gestión. El foco ya no será solo el diseño de proyectos sino la negociación para ir sacándolos adelante a tiempo.
En esta nueva fase asegura que necesita aliados de otros ministerios y que espera que tanto estudiantes como profesores, sostenedores, expertos y parlamentarios le den un voto de confianza para desplegar una agenda “sistémica” de cambios a la educación chilena. Una agenda que, afirma, parte de la convicción de que Chile no está en crisis ni parte desde cero, pero se quedó atrás en el ámbito de la enseñanza.
“El sistema educacional ha tenido avances. Pero cuando miras los puntajes de la prueba internacional PISA respecto de los países más igualitarios y del mismo nivel de desarrollo económico, nos sacan la mugre. Aquí tenemos un problema. En los indicadores de desempeño económico, Chile está mucho más adelante. Y en educación está mucho más atrás. ¿No tendremos un problema? ¿O descubrimos que se podía seguir progresando teniendo mala educación? ¡Por favor!”, plantea.
Chile debe invertir más en educación, añade, pero “además se necesita mejorar la organización del sistema, porque los incentivos están mal puestos. Algunos dicen que el problema está en la sala de clases, pero no es un problema de la sala de clases aislada de su entorno”.
-Un informe de la consultora McKinsey indicó que el techo de calidad de un sistema lo da el nivel de sus profesores.
“El problema de los profesores es sistémico desde quiénes entran a Pedagogía, cómo son las carreras de Educación, cómo se entra a la carrera docente, cómo se progresa en ella y cómo se jubila. Todo eso hay que reformarlo. ¿Por qué no parto por ahí? Porque un docente, para llegar al máximo de su valor agregado, tiene que trabajar en comunidades educativas con buenos directores de escuela. Y, además, si mejoras los profesores y los directores, pero tienes un sistema competitivo que trata de arrebatarse alumnos en vez de cooperar en red, tampoco vas a solucionar el problema. Entonces hay problemas en tres niveles: insuficiente carrera profesional docente, insuficiente incentivo para atraer a los mejores directores a las escuelas y un ambiente no cooperativo”.
-¿La anunciada Política Nacional Docente introducirá cambios en la carrera de profesores y directores?
“En el ámbito de los profesores, estamos trabajando en el Plan Nacional Docente. En el de los directores, eso se llama la desmunicipalización. La forma en que los directores se eligen y remueven y la participación de la comunidad en su designación y remoción van a cambiar completamente. Como en las mejores experiencias del mundo, está en nuestros planes que la comunidad tenga una voz muy significativa en opinar sobre el proyecto educativo y las competencias de quienes dirijan la educación”.
-¿De los directores o los jefes de los futuros servicios locales de educación?
“Entre mayor responsabilidad esté sometida al escrutinio ciudadano, más fuerza tiene el escrutinio. Si solo das opinión sobre el profesor o el director, resulta que ellos reciben instrucciones de una autoridad superior y terminas echándole la culpa al cartero. Tienes que ir a la autoridad que decide”.
-Llama la atención que hasta hace poco los directores eran casi inamovibles. Eso se flexibilizó y se creó la selección por Alta Dirección Pública Pedagógica. Y ahora se cambiaría antes de ver si dio resultado…
“¿Sabe quién presentó la Alta Dirección Pública?”.
-Usted.
“Y fue un avance, pero no basta. La Alta Dirección Pública va a ser un cedazo para que las personas que postulen sean competentes, pero no reemplaza la responsabilidad política. Y el responsable político frente a la comunidad y sus superiores es quien está a cargo de la educación en un determinado distrito”.
-¿Cómo potenciará el trabajo en red?
“Ese tercer principio no lo vamos a lograr pensando que el financiamiento es solo por asistencia. Una parte del financiamiento debe ir por asistencia y matrícula, porque hay costos variables. Pero hay también una cantidad enorme de costos fijos. Si solo ingresas por la cantidad de alumnos, desatas una competencia feroz, porque no tienes otra forma de apalancar los costos. Eso es particularmente cierto en la educación pública, que tiene muchos costos agregados, porque produce bienes públicos. Como es mucho más inclusiva, es más costosa”.
-¿Esto viene en el plan de fortalecimiento de la educación pública?
“Por cierto”.
-¿Y ese modelo de subvención sería solo para los colegios públicos?
“Para todos los que sean de la red pública, que tendrán una cantidad de derechos y deberes, como la no selección, como el deber de estar en lugares apartados y otro elemento muy importante: para Chile, el tener una carrera nacional docente es fundamental. Si yo soy un chico de 4° medio con vocación pedagógica, voy a sentirme mucho más atraído si sé que el salario de entrada es mejor y que si me la juego, mi progreso va a ser importante, porque dependerá más del mérito que de la antigüedad. Esto implica pagarles mejor a los profesores y en Chile solo la educación pública paga el Estatuto Docente, no así la particular subvencionada. Y es la carrera que hacen en la educación pública la que puede resultar más atractiva. Entonces, si un colegio particular subvencionado quiere honrar el Estatuto Docente, hay que compensarlo adecuadamente”.
-O sea, los colegios subvencionados que accedan a la red pública tendrán que adscribir al Estatuto Docente para recibir esos dineros extras.
“La red puede estar también integrada por colegios que no son estatales, pero así como tendrán derechos en términos económicos, tendrán más deberes. Entre ellos, el Estatuto Docente”.
-Si un colegio subvencionado se suma, ¿va a estar integrado a los futuros servicios locales de educación y le podrán escoger al director?
“Es que tendrá una gradiente. Puede aceptar todos los deberes y por tanto tiene todos los derechos, o algunos deberes y algunos derechos, porque algunos van a querer tener más autonomía en su gestión, en eso no hay problema”.
-Un tema relevante para la calidad es que los profesores tengan horas para planificar sus clases.
“¡No me haga mostrar todas las cartas! Pero un dato duro es que se necesita aumentar las horas no lectivas. Ahora, los profesores son increíbles, pero también tienen intereses corporativos. No les vamos a regalar una reivindicación a cambio de nada. Eso será apreciado por ellos y alguna concesión nos tendrán que dar para el Plan Nacional Docente”.
-¿Y qué pasa con la formación de profesores?
“Un primer elemento es que posiblemente discriminar solo por PSU no es una buena idea. Pero también tienes que estar ingresando a la carrera docente con becas y una cantidad de alumnos consistente con las necesidades que hay. Hay una cantidad de pedagogías y de profesores que francamente no sé dónde van a encontrar empleo”.
-Mientras, faltan en especialidades como Matemática y Física…
“Hay que ir cambiando el mix con incentivos. Siempre el que pone la plata pone la música, dicen. Si faltan cosas, pones los incentivos. Tú decides si das beca o si es gratuito. No va a ser gratuito cualquiera que está en Pedagogía. Primero, es obligación que sea una carrera acreditada. Y difícilmente puede estar acreditada una carrera que promete buenos profesores y admite niños con bajísimos puntajes. Además, tenemos que hacer un sistema de acreditación mucho más exigente para saber si esas carreras están generando valor agregado. Por eso está la Prueba Inicia”.
-¿Habrá prueba obligatoria para egresados, como el Examen Médico?
“Me quieren preguntar todos los detalles de las iniciativas por venir y conforme me preguntan queda más en evidencia que esto es sistémico. No puedo hacer todo al mismo tiempo”.
-Algo que preocupa a los colegios es la “burocratización” por las cada vez más detalladas rendiciones de cuentas a la Superintendencia de Educación.
“Se dice mucho, y posiblemente hay parte de razón, que la Superintendencia ha tenido un giro más punitivo que colaborativo. Lo estamos revisando”.
-Otro tema es lo que se enseña. ¿Le parece lógico que de 1° a 4° medio no se vea, por ejemplo, Grecia y Roma?
“No soy experto en currículum. Pero la visión de muchos expertos que he consultado es que se produce el problema del incrementalismo. Llegan los geógrafos y te dicen que hay poca geografía y te ponen más geografía; viene el historiador, dice que hay poca historia y pones historia, etc. Al parecer, hemos hipertrofiado la cantidad de currículum y yo creo que va a haber que hacer una especie de nivelación”.
-Además el Simce sigue mostrando que no avanzamos en Matemática. ¿Trabajará en esto?
“Ahí el problema es doble: el profesor tiene que saber muy bien Matemática y tiene que saber enseñar muy bien, y esto es muy distinto según el curso que enfrente. Si es homogéneo, las formas pedagógicas son distintas a si el curso es variopinto. En los países industrializados los cursos son variopintos y los profesores están entrenados para atender cursos así. Si existe segregación y las técnicas pedagógicas dependen de cómo se comporte el colegio del lado, ¿cómo vas a tener una técnica durable?”.
-También está el problema de la educación técnica, con alumnos que reciben menos contenidos.
“Necesitamos profundizar la educación para niños en escuelas de lenguaje, los niños con necesidades especiales, la educación de adultos, la educación intercultural, la articulación la educación técnico-profesional… ¿Entienden por qué no puede ser todo al mismo tiempo? ¡Por favor, déjenme respirar! Esto va a terminar mal si nos precipitamos en cambiar todo al mismo tiempo. Vamos a seguir paso por paso”.
-¿Se ha sentido agobiado?
“No. Estoy súper ocupado sí y a ratos muy cansado, pero no me siento sobrepasado. Sí incomprendido, atacado de manera injusta, imposibilitado de responder a todas las demandas que se hacen, de atender a todas las personas que quieren audiencia. Pero en la vida lo único que vale es la tranquilidad con tu conciencia y yo ¡cómo te explico lo tranquilo que estoy!”.
“No es que me sienta Moisés ni el barco de Colón, pero todos van a estar con la desconfianza total de que vamos a llegar a tierra firme, pero lo que corresponde es que tú estés convencido y llegues a tierra firme”.
“En Chile se abrió la economía el 75. Tuvimos una recesión de padre y señor mío y las peleas que había dentro del Gobierno por echar marcha atrás y volver a la economía cerrada fueron brutales. Pasaron los años y finalmente la cosa comenzó a madurar. Necesitas pasar por este momento de desconfianza hasta que se comiencen a notar los primeros brotes”.
“A esta edad uno no se mete en estas cosas para darle en el gusto a alguien que escribe una columna por el diario. Uno se mete por convicción”.
“Cuesta que todos crean que hemos tenido la mejor disposición y posiblemente muchos se pasaron el rollo de que los están excluyendo (…) Quienes no han tenido acceso a los detalles se sienten excluidos, muchas veces se molestan y lanzan declaraciones en contra”.
Los otros frentes: Codelco y traspasos a Salud
Un flanco extra que se le abrió al ministro fueron las palabras del ex director de Codelco Andrés Tagle, quien criticó los contratos a futuro firmados por la estatal en 2006, cuando Eyzaguirre era ministro de Hacienda. Tagle afirma que con esos acuerdos, la compañía dejó de ganar US$4.000 millones y ha llamado a la autoridad a asumir su “responsabilidad política”.
Afirma que la forma en que Codelco consiguió los recursos que necesitaba para llevar adelante sus proyectos era la más conveniente con los datos que existían en ese momento. “Lo que se hizo fue una alternativa más vieja que el hilo negro: vendes a futuro como una forma de cuasi capital; en el fondo, es un préstamo avalado por producción física que entregas a futuro. ¿Qué opción teníamos? Comparemos esos números con lo que se sabía en esa época y con lo que hubiese costado la otra alternativa que teníamos: privatizar o no hacer nada. Ese es un análisis económico, el otro es un análisis contable que no tiene otro objetivo que tratar de desprestigiarme”, expresa.
Ante las acusaciones de que la operación con la firma Minmetals China se realizó a través de paraísos fiscales, dice no tener recuerdos de que algo así se le haya advertido: “Pregúntenle a cualquier ministro de Hacienda si tiene posibilidad de llegar a escudriñar aspectos de ese nivel de detalle. Yo he tenido experiencia en directorios de empresas, en organismos internacionales y uno jamás llega a ese nivel de detalle. Un directorio fija las líneas estratégicas, no el cómo y dónde se instala una firma ni qué cariz tributario tiene”.
El otro flanco abierto es un oficio de parlamentarios UDI que le solicitaron aclarar un traspaso de $17 mil millones ocurrido en mayo desde la Subsecretaría de Educación al Fondo Nacional de Salud. Plantean que se trataría de fondos destinados originalmente a las subvenciones. Eyzaguirre afirma que se trata de “recursos para una iniciativa legislativa que no prosperó y cuando eso ocurre, es una práctica habitual que esos fondos pasen al Tesoro Público y se puedan reasignar”.
¿Intervención en el Mineduc? “La Presidenta no la pediría, el ministro Peñailillo jamás se prestaría y yo jamás la aceptaría”
-En los 100 primeros días de Gobierno sus palabras, han generado duras reacciones. ¿Cree haber cometido errores no forzados en el proceso de diálogo?
“El problema fundamental que he enfrentado es que esto es tan complejo y sistémico, que cuesta extraordinariamente ganar la confianza de los que teóricamente debieran ser tus partidarios. Entender cada cuestión cuesta si no se ve el contexto y es difícil plantear el contexto. Si tú no dices nada, es como si no lo tuvieras. Si das un brochazo de lo que viene, pero no das particularidades, toda la atención se concentra en lo que no está. Entonces, uno puede cometer errores no forzados cuando trata de explicar el conjunto a partir de una parte. En mi empeño puedo haber cometido excesos de lenguaje que, lejos de mi intención, pueden ser interpretados como denigratorios hacia la educación subvencionada. ¿Por qué pude haber cometido esos errores? Primero, porque soy humano. Y segundo porque quizás tienes que forzar el ejemplo para que resuene en la visión colectiva”.
– ¿Qué pasa cuando los partidos políticos dicen que el diálogo con ellos no ha sido inclusivo?
“¿De qué forma podría, en 70 días, haber preparado la legislación, consultado a todo el mundo y tenido amplio tiempo para conversar y que todos se sintieran incluidos? No tenía cómo. La alternativa era demorar mucho más las leyes, pero como todos sabemos, en un Gobierno de cuatro años, lo que tú no presentas inmediatamente termina diluyéndose en el tiempo. Entonces dicen: ‘¿cuándo van a presentar las leyes de educación pública?’. Pero si las presento, otros van a decir que no tuvieron espacio para dialogar”.
-Esta semana hubo un refuerzo a su equipo de parte del Ministerio del Interior, que incluso se ha definido como una intervención al Mineduc. ¿Hay un cambio de estrategia?
“Cuando yo salí de Jahuel, en la primera declaración que hice en el auto frente a la situación de Claudia Peirano, dije que este era un gabinete solidario. Es el estilo con el que estamos trabajando. Obviamente, necesitaba que esta, que es una reforma central del Gobierno, no fuera territorio exclusivo del Mineduc y la verdad es que esto lo teníamos planificado así: que en esta etapa hubiese una mayor interacción con el resto de los ministros. Entonces, ¿de qué intervención me hablan? Primero, la Presidenta no la pediría. Segundo, el ministro Peñailillo jamás se prestaría para tal cosa. Y en tercer lugar, yo jamás aceptaría que alguien me interviniera”.
-Pero cambió de jefe de gabinete. Ahora llegó Harold Correa. ¿Usted tenía una relación previa con él?
“Sí, y quizás van a venir más cambios. María Inés de Ferrari, quien me ayudó muchísimo durante la primera etapa, es una experta en participación ciudadana. Cuando eso comenzó fuerte, le pedí a que se fuera a ese territorio y Harold Correa, quien llegó, es una persona que tiene mucho más bagaje en la articulación política, que es lo que ahora empieza a ser muy necesario”.
-En esa articulación política ¿hay un trabajo especial con la DC?
“Si hablan con los parlamentarios de la comisión de Educación de la Cámara de la Nueva Mayoría, todos están completamente alineados con la reforma. Porque están súper abastecidos de información. Pero ocurre que el resto de los parlamentarios también quieren estar abastecidos. Y, como si eso ya no fuera difícil, además los senadores, que están esperando a que les lleguen las leyes también quieren estar incorporados. Cuesta que todos crean que efectivamente hemos tenido la mejor disposición y posiblemente muchos se pasaron el rollo de que los están excluyendo. Respecto de los ejes clave hay completo consenso. Ahora, cuando ya se llega a los detalles, hay matices. Quienes no han tenido acceso a los detalles se sienten excluidos, muchas veces se molestan y lanzan declaraciones en contra”.
– ¿Qué contenidos de la reforma usted está pensando en flexibilizar?
“Los principios en esta parte de la reforma son copago, selección y lucro. Los instrumentos son flexibles. Obvio. ¿Cómo voy a tener la soberbia de pensar que en 70 días voy a haber pensado, junto con mi equipo, en instrumentos que son perfectos? Pero ustedes me están pidiendo que muestre las cartas. Porque obviamente esta disposición a flexibilizar debe formar parte de una negociación. Yo flexibilizo aquí y tú dime qué cedes. Si digo ahora las cosas que estoy dispuesto a cambiar me inquietas”.
-José Joaquín Brunner ha dicho que hay puntos de diagnóstico ya consensuados sobre los cuales construir y que ustedes partieron por puntos en los que no había un acuerdo.
“Pero los consensos que había son tautologías. Que hay que mejorar la calidad. En eso está todo el mundo de acuerdo. Pero cuando uno pregunta qué se quiere decir con eso, ahí empiezan los disensos. Frente a la ley que presentamos los estudiantes dicen que es un fraude, y que no es más que la consagración del mercado y los otros dicen que es la eliminación de la educación particular subvencionada, ¿dónde están los consensos? Supongamos que yo haya dicho que vamos a partir con la educación pública y que voy a hacer un plan especial con las escuelas municipales, mejoras de infraestructura, etc. Tengo la seria sospecha de que en este momento tendríamos al movimiento social en guerra. Dirían: ¡Se olvidaron del lucro!
La gente conoce mi historia. Trabajé durante 20 años en tratar de construir un consenso en torno a la política económica y por eso mismo se me sindicó como neoliberal (…) La Presidenta dijo: Chile no parte de cero. Tenemos hoy un producto bruto que es casi cuatro veces mayor al de fines de los 80. Eso es espectacular. ¡Yo no soy un flagelante, por favor! Soy muy poco dado a subirme a ideologismos totalizantes, donde lo público es lo perfecto o lo peor, lo privado es perfecto o lo peor. Esas son leseras de pensamiento simplista”.
– ¿Por qué, como usted dice, “no nos podemos poner de acuerdo”?
“Porque tenemos insuficiente conciencia del problema. En grandes sectores, incluso en la Nueva Mayoría, hay insuficiente conciencia de todo lo que hemos progresado, y por tanto cosas refundacionales no vienen al caso, ya se quisieran muchos otros países estar como Chile. Aquí no hay crisis y hay cosas que están muy bien hechas, pero la educación está mal organizada y hay poca conciencia de lo que eso nos va a costar. Puede ser nuestra principal traba para la cohesión social y el desarrollo”.
– ¿Y les falta mirada sistémica a los universitarios cuando claman por gratuidad en la universidad?
“Yo creo que los estudiantes fueron muy visionarios en hacer conciencia de la problemática que este sistema competitivo, segregador, estaba generando. El problema es que pasar de un buen diagnóstico a la confección de soluciones es un paso no trivial. No hay en el movimiento estudiantil un diagnóstico de cómo se resuelve esto que yo pueda decir que comparto íntegramente. Hay cosas que simplemente no comparto”.
“Si ha parecido que estigmatizo a alguien ha sido únicamente por la dificultad de explicar un problema global a partir de un solo elemento y por eso dije lo de los colegios con nombre en inglés, para mostrar esta lógica de competencia. No estoy diciendo nada contra los sostenedores. Si fuera sostenedor, también le pondría nombre en inglés, porque esas son las reglas del juego”.
“Los padres buscan buenos ambientes para sus hijos. Y si tú seleccionas, generando mejores ambientes en algunos, implícitamente generas peores ambientes en los otros. Y ¿cómo voy a culpar a los padres por querer mejores ambientes para sus hijos?”.
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