Un pensamiento para empezar el día

21 DE MAYO DE 2025 | ALEX USHER

Lo único que creo que podemos descartar con seguridad sobre la IA y la docencia es que la IA “reemplace a los profesores” (o, en versiones más extremas, “reemplace a las universidades”). Esta es una historia que hemos escuchado muchas veces. Los MOOC iban a reemplazar a las universidades, haciéndolas irrelevantes. También lo haría internet, y antes de eso, la televisión, la radio y la imprenta. Sí, hay distópicos con motivos sospechosos que podrían  querer  que esto sea cierto, pero no va a suceder. La docencia importa. Punto.

The challenge is that the essay, whatever its other pedagogical merits, is an extremely efficient assessment technology. A student goes out and spends 10 hours on a paper, which a professor can read and mark in 10 minutes (all times approximate, don’t @ me). For decades now, we have been working on the assumption that only with these kinds of student work-to-instructor-assessment time ratios can we offer courses that result in actual mastery of a particular corpus of work in the social sciences and humanities at a mass level. The alternatives to essays I have listed above, whatever their pedagogical merits, are more time-intensive for professors. Pretty much all of the methods listed above mean extra work on the part of professors relative to the work we ask students to undertake. And I think there is a real question about whether or not we can ask them to adopt all this without reducing other parts of their workload or reducing class sizes. For humanities, where student-teacher ratios are already falling rapidly, that’s not necessarily a big challenge, but in social sciences and especially business, where ratios are already sky-high, that’s a bigger challenge, and one we have yet to really face up to.

La IA y los LLM solo representan una amenaza para la educación y el desarrollo intelectual de los estudiantes si los académicos no actualizan sus métodos de evaluación. Pero en muchas disciplinas, esto casi con certeza implica un cambio en la función docente del mundo académico, un cambio que las instituciones tendrán serias dificultades para adaptarse si permanecemos en la era actual de “Nadie Quiere Pagar por la Educación”. Si las universidades e instituciones de educación superior no se adaptan, la educación que imparten se volverá deficiente y es poco probable que produzca los graduados que la sociedad necesita, un resultado que solo puede reducir la estima que se tiene por las instituciones. Y eso sería realmente desastroso.

En resumen, en la era de la IA, lo más importante es centrarse en cómo se evalúa a los estudiantes. Pero, igualmente, si se centra en la evaluación sin considerar la economía de la enseñanza, no se está tomando el asunto en serio. Este es un problema muy complejo y merece mucha más atención de la que recibe actualmente.