Nadie, ningún ciudadano o ciudadana chilena puede negarse a entregar información cuando lo solicita, por ejemplo, un fiscal, porque es parte de las labores investigativas.
¿Hay que instar entonces a los rectores a entregar la información que tengan respecto a identidades?
Desconozco el detalle pormenorizado, pero reiteraría que ningún ciudadano puede negarse a entregar información, que es necesaria para una labor investigativa, especialmente cuando se ha señalado, por el subsecretario, la necesidad de un fiscal específico.
Mencionaba también que los RICE se han ido aplicando, pero en Santiago, con más de 100 detenidos, solo ha habido cinco expulsados, ¿de verdad funcionan?
La respuesta como autoridad en Educación es que sea el RICE el que establezca las sanciones y se aplique como corresponde. Los RICE tienen que resguardar siempre la educación como derecho y a estudiantes como sujetos de derecho. Usted puede perfectamente a través del RICE llegar a esa sanción más drástica. Yo hablaría de efectividad.
¿Son poco efectivos entonces?
No conozco el detalle. La invitación es a hacer una buena aplicación del RICE, que tenga esa consecuencia que señala. Si es poco efectivo no podría decir cuáles son las razones, pero tenemos que convertirlo en un instrumento efectivo.
Los estudiantes tienen derechos, pero también deberes, ¿llegó el momento de ponerse más firmes y no solo quedarse en condenas? Por ejemplo, ¿respaldar políticamente a los sostenedores para tomar decisiones drásticas?
Repito: diría que la complejidad de esto no es el instrumento en sí mismo, sino más bien la aplicación. Como autoridad lo único que puedo señalar es que hoy están absolutamente disponibles todos los instrumentos normativos y legales para ser implementados. Cuando me preguntan por Aula Segura, si alguien me dice ‘¿puedo usarla?’, por supuesto, si es una ley de la República. ‘¿Puedo usar el RICE?’. Por supuesto. El problema no es el instrumento, es el otorgamiento de espacios de autonomía para que rectores apliquen ese RICE.
Si consideran mala herramienta Aula Segura, ¿por qué no impulsar una nueva ley?
El RICE es una muy buena herramienta, pero eso requiere de mucha capacidad de gestión. Usted no pierde el factor formativo. No podemos legislar en torno a 10 o 15 establecimientos altamente incendiados. Aquí hablamos de hechos derechamente delictuales. Quien tiene que actuar es la seguridad y lo educativo usted lo tiene que dejar al ámbito de la educación. Bien aplicado el RICE, perfectamente, se pueden aplicar las sanciones más graves.
¿Está de acuerdo con que se aplique Aula Segura?
Más que estar de acuerdo o no, puedo orientar formativamente no solo como autoridad, sino como experto en educación, por eso soy el ministro y conozco el ámbito.
¿Cuál sería esa orientación?
Que los establecimientos tienen la posibilidad de aplicar las leyes formativas que existen. Ahora, mi recomendación, por cómo se genera esta ley, es que llegando al mismo resultado puedo no implementar la ley, sino que el RICE.
¿Quedó atrapado el oficialismo con la condena a la violencia por sus palabras antes de gobernar?
No, diría que la distinción es, porque sigo validando a los estudiantes que vienen a conversar, que creo en la legítima manifestación pacífica es parte de un derecho. A ese sector dialogante es al que hemos defendido, no los otros actos derechamente delictuales. Yo pongo en duda que algún dirigente, al menos del Frente Amplio, pueda validar el rociar con bencina a un profesor o incendiar una sala.
¿Cómo se revierten las cifras de desescolarización y ausentismo? ¿Se traza metas concretas?
Es poco adecuado decir que quiero llegar al 40%, pero también es irreal decir que llegaré a cero. Al menos debemos retomar la senda, que veníamos a la baja.
¿Se ha identificado el porqué?
Tenemos que entender que muchos de ellos son secundarios y dentro de las causales es que muchos comenzaron a trabajar para apoyar a sus familias, las mujeres muchas ayudan con labores de cuidado en sus casas. Y de estos, 28% está inscrito en exámenes libres, son personas que, si bien están desescolarizadas, están inscritas para ello. Y 16% son extranjeros, que se van moviendo. Nuestra tarea es salir a buscarlos, traerlos a las escuelas. Ese es el llamado que hice hace más de una semana con actores de distintos colores. Entonces, vuelvo a su pregunta inicial, cuando alguien dice que hay inactividad, perdón, yo encuentro que eso es un poquito injusto. Estamos haciendo, con recursos reasignados, con un presupuesto que no era el propio y donde no había necesariamente un diagnóstico tan claro.
¿Ve avances concretos en el Plan de Reactivación Escolar a un mes del cierre de año?
La inasistencia grave afecta y el proceso educativo es acumulativo. Nosotros superamos esa primera etapa inicial, nos dimos cuenta de que hemos empezado a avanzar con cifras de inasistencia. Ahora tenemos que esperar los resultados del Diagnóstico Integral de Aprendizajes. Si me pregunta, puedo advertir que no serán buenos. Por eso potenciamos nuestros programas. Hemos estado preocupados y trabajando en los aprendizajes.
¿Cómo tomó que el protocolo de acuerdo por el presupuesto específicamente obligue a nuevas convocatorias de Liceos Bicentenario? Ustedes no querían continuar el programa, los LB se quejan de falta de apoyo pedagógico, que no hay comunicación, ustedes mismos no sumaron recursos en el presupuesto.
Siempre van a ser bienvenidos nuevos recursos en educación. Me parece bastante positiva la actitud que han tenido los parlamentarios, más allá de mi visión del programa. Lo segundo es volver a insistir y ojalá hacer un punto final: lo único que hicimos fue dar continuidad al programa, lo que no hubo fueron nuevas convocatorias. No es que baje el presupuesto, es que como se van pagando las cuotas de los convenios vigentes, el presupuesto va bajando, porque ya no hay que pagar más cuotas. No hubo nuevas convocatorias, fue lo único que pasó.
Pero ustedes podrían haber impulsado que el programa continuara, que es lo que dejaron de hacer y que hoy se ven obligados por el acuerdo del presupuesto.
Claro. Pero ahí puedo retrucar: ¿Por qué no hubo nuevas convocatorias en 2020, 2021 y 2022?
Me imagino que por la pandemia.
Pero el 2022 ya habíamos vuelto, por tanto, se podrían haber asignado recursos del presupuesto del año pasado.
Pero hoy ustedes son gobierno.
Exacto. Por eso digo, uno podría preguntar hacia atrás. Más allá del protocolo de acuerdo, quiero señalar dos cosas: estoy total y absolutamente disponible, soy bastante flexible en la conversación sobre educación. Pero hay que recordar que ese protocolo se aprueba porque somos minoría. Era una condición para su aprobación, no porque mi capacidad u opinión técnica no tuviera sustento. Lo otro es que los parlamentarios aprueban, y es algo que también venía sugiriendo, que esto esté ligado a un estudio para saber la efectividad de este programa. Cuando tenga los resultados de ese estudio y las garantías que el programa tiene efectivamente un impacto, yo no tengo problemas con los LB. Lo único que digo es que la política pública, porque son recursos de todos los chilenos, tenemos que evaluarla.
¿Lo sintió como un golpe a su gestión?
Mi opinión era claramente técnica cuando me preguntaron por qué no se había hecho el aumento. Cuando apruebas un presupuesto necesitas del acuerdo y son acuerdos propios de los procesos. No es un golpe particular. Esto no tenía un sesgo ideológico, lamentablemente la gente a veces lleva la conversación a esos ámbitos, cuesta salir de esa trinchera.
¿Y cuál es esa mirada técnica?
Son liceos que logran tener un alto capital simbólico, eso es súper positivo. Y tienen un foco en algunas áreas de desarrollo bastante específico. Mi única duda siempre ha tenido que ver con la capacidad de inclusión. Hoy todos deberían no tener niveles de selección y me da la impresión de que no, pero es distinto saberlo cuando se levanta la información, ser responsable con los recursos de los chilenos. Mi idea es mirarlo, analizarlo, mejorar lo que haya que mejorar. Me da lo mismo la marca, no tengo rollos con los nombres. Ojalá tengamos la posibilidad de universalizar un programa como este.
Con todo lo conversado, habla de trabajo conjunto, de buscar soluciones, ¿no es tiempo ya de haberlas encontrado o siente que aún hay margen?
Las soluciones están, es parte de lo que he comentado. Pero es bien importante entender que en educación no hay soluciones mágicas, quien ofrezca eso está simplificando un problema mayor. No olvidemos que nuestro país tenía debilidades antes de la pandemia, que han sido intentadas de superar por distintos gobiernos con acciones valiosas, pero que al final del día no hemos logrado resolver. ¿Hemos logrado avances? Por supuesto. No es que las soluciones no estén. Pero esas soluciones no pasan necesariamente por lo que el Mineduc y sus equipos piensen. Para varias acciones tienes al Consejo Nacional de Educación, legisladores. Las soluciones las tenemos, los recursos son insuficientes y ojalá fueran más, pero lo que hoy necesitamos no es la cosa pequeña, con ocho meses yo podría tener evidencia suficiente sobre qué pasó uno o dos gobiernos para atrás, pero ¿para qué? Hoy tenemos un problema importante. Hoy la tarea es ponerse a disposición de este gran desafío país. Tenemos personas de buena voluntad más allá de los colores políticos. Pero si nadie quiere ver lo que estamos haciendo… Usted me preguntaba al inicio y no, no es bla bla, le estoy mostrando medidas concretas, que están sucediendo.
Todo eso toma tiempo, y la violencia, el ausentismo, la falta de docentes, las brechas, son ahora…
Con las acciones que estamos realizando. No hay soluciones mágicas, yo no quiero ir hacia atrás. Cuando llegué el 11 de marzo sabíamos de la oferta educativa, producto del proceso migratorio que se dio en 2018, 19 y 20, era evidente. Pero no había información. Las soluciones que se necesitan ahora las estamos haciendo. Haría una invitación a todos los sectores a informarse, a mirar más positivamente y a colaborar.
¿No es cómodo que heredaron problemas? Ustedes decidieron ser gobierno.
Hay un cierto espacio para la defensa, que hago más formalmente en la prensa, pero no contesto a esos que diariamente me mandan un tuit diciendo cualquier cosa, uno no avanzaría. No es que sea cómodo, es constatar un hecho
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