Directores de la Nueva Educación Pública han visto “impactos significativos”, pero ven como pendientes la falta de recursos, ineficiencia y burocracia
La Nueva Educación Pública (NEP) es el sistema público de educación creado en 2017 y que transfiere al Estado la función de educar a los escolares chilenos. Así, los municipios, que hasta aquí funcionaban como sostenedores, deben traspasar sus servicios educativos, los que pasarán a ser administrados por 70 Servicios Locales de Educación (SLEP) a lo largo de Chile.
Cada SLEP agrupa por territorios a cierto número de comunas y aunque el calendario original ha sufrido retrasos (y los seguirá sufriendo por pedido de diversos actores), hasta aquí ya se han creado 11 servicios, con 43 municipios traspasados.
Con el fin de evaluar cómo ha sido ese proceso, el Programa Liderazgo Educativo y la Facultad de Educación de la U. Diego Portales realizaron una encuesta a 260 directores de establecimientos educacionales que ya son de un SLEP, lo que representa un 34,9% de la NEP.
El estudio levantó información sobre la experiencia cotidiana del liderazgo educativo y estableció una lista de situaciones definidas como “contingencias”, a partir de las cuales los directores determinaron la frecuencia (diariamente a nunca) de ellas en 2022. En ese sentido, la contingencia que los directores enfrentan con mayor frecuencia es resolver problemas relacionados con la gestión del ingreso o salida de estudiantes del establecimiento (28,1%). En la otra vereda, la contingencia menos frecuente es gestionar asuntos relacionados con movilizaciones de estudiantes o docentes (6,5% diariamente y 52,7% nunca).
En línea con lo anterior, el estudio preguntó cómo los líderes educativos usan su tiempo, quienes identificaron que las tareas que en promedio requieren de mayor dedicación en una semana son: atención a estudiantes para resolver distintas situaciones (13%), atención a apoderados y padres/madres (10,8%) y responder tareas y demandas administrativas del sostenedor, Mineduc y/o Superintendencia de Educación (9,1%).
Además, la encuesta indagó en la percepción de bienestar de los directores, quienes, en general, tienen una percepción positiva. Por ejemplo: el 92% declara estar muy de acuerdo o de acuerdo con que su establecimiento es un buen lugar para trabajar y el 94% recomendaría su establecimiento a las familias que se encuentran buscando un centro educacional.
Eso sí, la otra cara de esto es la mirada sobre algunas condiciones de trabajo: el 84% considera (muy de acuerdo y de acuerdo) que es difícil tomarse un día libre o pedir una licencia, el 74%, que el ritmo de su trabajo es demasiado rápido; el 65%, que nunca tiene el tiempo suficiente para terminar su trabajo; menos de la mitad -45%- está de acuerdo o muy de acuerdo con que cuenta con los recursos apropiados para hacer su trabajo, y apenas el 26% dice que tiene el tiempo suficiente para hacer observación del trabajo docente.
La encuesta también abordó la percepción que tienen los directores sobre lo que ha sido su experiencia como parte de la NEP.
Y es que, como se ve en la imagen, si bien las definiciones son mayoritariamente positivas, también las hay negativas, donde el concepto más presente es la falta de recursos, problema que convive con conceptos como ineficiencia y burocratización.
“Puestas en perspectiva, estas definiciones negativas de la NEP –aunque minoritarias respecto a la mirada más bien positiva– son consistentes con las principales preocupaciones de los directores”, señala el estudio.
Los encuestados opinaron también sobre la implementación del nuevo sistema. La mayor parte de los directores (57%) cree que la NEP ya ha “impactado significativamente” el trabajo de ellos, así como también ha impactado en el trabajo del establecimiento (48,9%). Asimismo, un 45,8% está de acuerdo con que “la NEP se ha traducido en un mejor trabajo de gestión en mi establecimiento”, y un 41,5% considera que “la NEP se ha traducido en un mejor trabajo pedagógico en mi establecimiento”.
La encuesta consultó cuánto han cambiado algunos aspectos concretos de la realidad escolar en los establecimientos que dirigen los directores. Aquí hay resultados positivos y negativos. En este último orden, más de un 70% considera que el trabajo administrativo ha aumentado; un 61%, que el nivel de estrés como director ha aumentado, y un 57%, que la disponibilidad de recursos materiales y financieros para su establecimiento ha disminuido.
“Los resultados de nuestro estudio muestran que la NEP tiene varios desafíos y pendientes, pero también que se han producido avances significativos que están afectando positivamente el trabajo al interior de los establecimientos, a pesar del poco tiempo que tiene esta reforma y que su implementación ha estado cruzada por la crisis de la pandemia”, cree Gonzalo Muñoz, académico UDP y coautor del estudio.
En esa línea, Jaime Veas, director de Educación Pública, dice que los resultados “son alentadores”, puesto que los directores conciben esta reforma “como una contribución a la justicia social”. Y suma: “Esto nos indica un avance en la comprensión del propósito y relevancia de la NEP, con un gran rol transformador que nos invita a pensar la educación de una forma diferente”.
Asimismo, cree que los desafíos que actualmente tienen como Dirección de Educación Pública “tienen que ver con las complejidades que hemos detectado en la implementación de los primeros SLEP”, antes de agregar que “con un mayor tiempo de implementación, gracias a la Ley Miscelánea y el proyecto que modifica la ley, tendremos la oportunidad de avanzar en una adecuada instalación que nos permita asegurar la entrega del servicio educativo y poner el foco en la mejora”.
La encuesta se realizó entre mayo y junio de este año, en el cierre del primer semestre de presencialidad absoluta tras dos años de virtualidad por la pandemia. “Este estudio ha indagado en primer término en la experiencia cotidiana de directores, directoras y profesores encargados de la NEP. Para esto, la encuesta ha consultado acerca de cuáles son sus principales preocupaciones, dentro de las cuales se ha buscado conocer con especial atención la percepción sobre las consecuencias de la pandemia y la suspensión de clases”.
Así fue que se abordó cuáles eran las tres principales preocupaciones de los directores. Estos señalaron que la principal es la falta de recursos para la gestión del establecimiento (37,3%), seguido por el aumento en el número de los estudiantes con problemas emocionales (28,1%), la sobrecarga de trabajo administrativo (27,3%) -especialmente en escuelas básicas y establecimientos de educación parvularia-, la matrícula del establecimiento (23,9%), y los resultados académicos del mismo (23,1%). En noveno orden aparece el “ausentismo de estudiantes” (17,3%), uno de los focos de preocupación de la educación en general hoy en día.
“La suma del traspaso a la NEP y la pandemia parece haber afectado lo que hoy los directores perciben como su preocupación central”, analizan los realizadores.
Finalmente, sobre las consecuencias asociadas al Covid, donde más acuerdan los directores es en “el retraso significativo en los logros de aprendizaje de los estudiantes” (93%), “el empeoramiento de la situación socioemocional y de salud mental de los estudiantes” (86%) y “la ampliación de las brechas de aprendizaje al interior del establecimiento” (82%).
¿El vaso medio lleno? Hay un alto nivel de acuerdo sobre el aprendizaje de la gestión de la crisis: los directores consideran que ahora existe una mayor priorización del bienestar y el aprendizaje socioemocional de los estudiantes (89%), creen que en sus establecimientos existe una mayor confianza entre los distintos estamentos (88%) y se sienten más preparados para enfrentar otras crisis a futuro (87%).
“Las políticas deberían ser sensibles a la visión que los líderes escolares plasman en esta encuesta”, asegura Jose Weinstein, director del Programa de Liderazgo Educativo, autores de la encuesta. Esto implica, asegura, “priorizar con fuerza las acciones orientadas a reactivar los aprendizajes y enfrentar las consecuencias socioemocionales de la pandemia en estudiantes y docentes, dotando también a la función directiva de los apoyos necesarios para resolver los problemas derivados de esta crisis”.
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