Expresidente del Centro de Alumnos del Instituto Nacional: «La alcaldesa no debería caer en el error de la administración anterior de tratar este tema como uno policial»
En entrevista con The Clinic, Rodrigo Pérez, quien presidió el centro de alumnos en 2019, analiza el retorno de las protestas luego de dos años y asegura: “Falta un cuerpo un poco más robusto de personal y eso creo que es lo principal, y que mantiene a la comunidad con problemas”.
Por Sebastián Palma
Ayer lunes 25 de abril, un grupo de estudiantes del Instituto Nacional se tomó el establecimiento en una jornada donde también registraron incidentes y enfrentamientos con Carabineros y que dejaron un saldo de cuatro detenidos. Un joven de 17 años, dos de 16 y uno de 15.
Las manifestaciones marcaron el retorno de las bombas molotov y los overoles blancos, escenas que no se veían hace casi dos años, esto producto de los encierros derivados de la pandemia. Según aseguró el coronel Gilberto Garay, uno de los manifestantes resultó con quemaduras tras la inflamación de una bomba molotov. El herido habría sido ingresado al establecimiento donde fue socorrido por sus compañeros, según indicó el Presidente del centro de estudiantes Diego Jaque.
En una de sus primeras apariciones públicas Jaque indicó que la decisión de iniciar una toma se adoptó para denunciar malas condiciones de infraestructura en el recinto tras el reingreso a clases 100% presenciales tras los dos años de pandemia. También solicitó un mayor personal para controlar situaciones de violencia y que existan protocolos para enfrentar las funas.
Tras las manifestaciones la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler, criticó la violencia en las manifestaciones a través de su cuenta de Twitter.
En medio del rebrote de las movilizaciones en el emblemático liceo, The Clinic contactó al ex presidente del Centro de Alumnos del Instituto Nacional, Rodrigo Pérez, quien representó al estudiantado en el 2019, justo en un período en que el salto de los torniquetes de los secundarios, impulsaron a miles para el estallido social.
Hoy el joven va en tercer año de Derecho en la Universidad Diego Portales, trabaja esporádicamente en la cocina del bar Gran Refugio y es cercano al partido Convergencia social, del que asegura haber congelado su militancia para concentrarse en sus estudios.
-Rodrigo, mirándolo desde fuera: ¿Cómo ves la organización actual del Centro de estudiantes del Instituto Nacional?
-Al liceo no sigo vinculado. No he tenido mucho contacto con el centro de estudiantes actual. En un momento me volqué más a una participación dentro de Convergencia Social en la universidad, pero este año congelé mi militancia política y la participación política en mi facultad porque me he volcado más bien a la carrera y al trabajo. Por lo mismo me cuesta tener una opinión certera en relación a en qué está la organización del centro de estudiantes, pero sí creo que se ha mantenido el interés y la participación de los cabros y cabras que hoy están en el Nacional.
-¿Interés en qué?
-En ocupar esos espacios institucionales y organizarse a través del Centro de estudiantes. Creo que eso es algo bien importante, el 2019 estuvo en riesgo la institucionalidad de los Centros de Estudiantes. Creo que eso es algo re importante de recuperar y eso es lo que están haciéndose cargo hoy los cabros y cabras actuales del Centro de estudiantes. Me consta ello.
–El movimiento secundario fue trascendental en la germinación de las protestas sociales que se generalizaron en el país. En perspectiva: ¿Cómo miras al país y al proceso constituyente?
-Cuando veo el proceso constituyente yo creo que claramente hay un cambio importante. Creo que el proceso ha tenido sus altos y bajos, pero es lo esperable. Son procesos democráticos, de discusión, de generar consensos, pero a través de las diferencias y todas esas diferencias son muy enriquecedoras. Las democracias necesitan tener diferencias y que discutamos, pero siempre el objetivo último va a ser ponernos de acuerdo. Es un proceso muy importante y si bien individualmente algunos convencionales han tenido errores comunicacionales, sí creo que están haciendo su trabajo muy en serio.
–¿Crees que Chile es un lugar mejor al de antes del estallido social?
-Esa es una pregunta bien interesante. Yo creo que no, que no es un lugar mejor, pero no por culpa del estallido social, sino porque también se han vivido distintas crisis que trascienden las decisiones internas. Yo creo que el estallido social solo ha aportado a la discusión política del país. Nos dio la entrada a un proceso constituyente que era necesario hace años.
«Yo creo que el estallido social mejoró Chile. Replanteando un poco tu pregunta, pero para que no sea engañosa esa pregunta ¿Chile es un lugar mejor del de antes del estallido? Yo creo que no porque los niveles de desempleo y pobreza han ido aumentando. Los niveles de personas en situación de calle son mayores, pero también hay una pandemia. Hay una guerra, una inflación alta. Hay varios factores que no son precisamente por el estallido social que han hecho de Chile un lugar más complejo para vivir».
-Con base en lo mismo, ¿por qué crees que en el Instituto Nacional volvieron a haber manifestaciones que incluyeron enfrentamientos con carabineros? ¿Qué elementos consideras que no se han solucionado desde tu egreso?
-No sé cuáles son las condiciones actuales, más allá de lo que nosotros acordamos y demandamos en su momento. Eso en gran parte fue cumplido: tenemos baños mixtos, tenemos una remodelación importante en los baños. Hay una inversión en el Nacional que es bien importante. No creo que sea justo desconocer ello, hay una avance importante desde el 2019 a la fecha en términos de infraestructura, eso a diferencia de otros colegios de la comuna. Ha habido una inversión importante, eso hay que decirlo. Pero de todas formas cuando hablamos de condiciones dignas hay cuestiones que se escapan de ello.
-¿Como qué?
-En términos de seguridad, de personal, en cuanto a profesores. Ahí sí falta un cuerpo un poco más robusto de personal y eso creo que es lo principal y que mantiene a la comunidad con problemas.
-Hoy hay un gobierno distinto al que estaba cuando tú presidías el centro de estudiantes del Instituto Nacional, el municipio también cambió de color político ¿Por qué crees que de igual manera los estudiantes se movilizaron?
-Yo creo que en las comunidades, sobretodo en la política secundaria, no hay colores políticos, no hay un partido ni un conglomerado que domine a una comunidad. Es lo más diverso y muy independiente de los colores políticos y gobiernos, por lo tanto no es que se siga esta visión de izquierda y derecha, sino que hay una crítica a las condiciones de vida y condiciones de estudio de la comunidad y mientras eso no se resuelvan claramente van a haber insistencias en las manifestaciones.
Movilizarse no es un fin
–¿Qué le aconsejarías a la alcaldesa de Santiago con respecto a plantear soluciones?
-El mejor consejo que le podría dar a la alcaldesa es que ella no tiene que caer en el error de la administración anterior y tratar este tema únicamente como uno policial. Este conflicto va más allá de las policías, es un tema que tiene que tener una profundidad.
-¿Qué crees que hace falta para que los hechos cómo los que vimos hoy en el Instituto, donde un estudiante terminó quemado por una molotov no se vuelvan a repetir?
-Yo creo que los colegios, sobretodo de la educación pública, se hagan cargo curricularmente de los fenómenos políticos que están viviendo los liceos emblemáticos. En general en la juventud hay mucha efervescencia y disposición a la movilizaciones, pero tiene que tener siempre un sentido y una conducción. Movilizarse no es un fin y yo creo que todos los secundarios lo tienen claro, sino que es un medio. Movilizarse siempre ha sido el medio para obtener los objetivos. En los colegios tiene que plantearse hoy una educación ciudadana que busque desarrollar el encuentro democrático de todos los actores de una comunidad: estudiantes, profesores, apoderados, eso creo que es la única forma de resolver el tema de los grupos más radicalizados de los liceos emblemáticos.
–Tú viviste una época histórica en el Instituto Nacional, donde se vivieron hitos como la inclusión del género femenino en el estudiantado ¿Crees que ese y otros hitos se habrían conseguido sin las manifestaciones estudiantiles?
-Yo creo que los hitos que se han desarrollado en los últimos tres años, claramente son frutos de las movilizaciones. No solo de las del 2019 sino que desde una larga data de manifestaciones que se han dado desde el 2000 en adelante, pero particularmente desde el 2016 al 2019 en mi liceo. Esos fueron tres años de un cambio importante y radical, en distintas esferas. En ese sentido creo que uno de los cambios positivos que se produjeron, fue la transformación a la perspectiva del proyecto educativo del Nacional y de los liceos que son monogenericos y lograron transformarse gracias a una perspectiva más igualitaria donde efectivamente lograron entrar mujeres y no se siguió discriminando por el sexo. Eso si es un fruto de la movilización.
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