Criterios propuestos por la CNA
Es hora, pues, de que prime la razón y la propia CNA, como ha sugerido su presidente, dé pronto remedio a esta situación y proceda a reparar los errores que la han empujado a esta situación insostenible.¿Cuáles son esos errores?
Primero, imaginar que la calidad académica de las instituciones se logra imponiendo un modelo abstracto de excelencia uniforme, burocrático y por completo ajeno a la diversidad de nuestro sistema universitario. Segundo, apartarse de la corriente principal del aseguramiento de la calidad a nivel internacional que promueve el mejoramiento continuo y, en cambio, elegir un diseño inspirado en la desconfianza y una voluntad sancionatoria. Tercero, pretender un control exhaustivo de las instituciones en todas las dimensiones de su quehacer, con un centenar de criterios y estándares minuciosos, en vez de priorizar la auditoría de sus procesos internos de gestión de la calidad y aplicar unos pocos criterios críticos para la evaluación de su docencia. A fin de cuentas, esta es la materia de mayor responsabilidad e impacto público de nuestras universidades que la sociedad y el Estado deben cautelar.
Espero que la campanada dada por el informe publicado ayer en sus páginas corrija una trayectoria que, de persistir, nos conduce a un desgraciado desenlace.
José Joaquín Brunner
Académico UDP
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