Señor Director:

Hoy, el nuevo conocimiento que se genera en las universidades da origen a bienes públicos; aporte que se puede medir por el número de sus publicaciones científicas. Si analizamos los últimos cinco años e identificamos a las universidades chilenas que han contribuido con más de 100 publicaciones por año (indexadas en Scopus), se observa que son 31 instituciones. De ellas, 12 son del Estado, 9 son privadas tradicionales y 10 son privadas no tradicionales. Las universidades estatales y privadas tradicionales aportan con un porcentaje similar de un 40% de la producción científica, fuertemente influenciado por la contribución centenaria de la U. de Chile, U. Católica y U. de Concepción, mientras que las privadas no tradicionales contribuyen con alrededor de un 20%. Si aislamos de la medición la contribución de estas tres instituciones, el aporte en publicaciones de las estatales es 38%; privadas tradicionales, 30,5%, y privadas no tradicionales, 31,5%.

En cuanto al número de veces que la investigación fue citada, lo cual es un indicador de impacto, del grupo de 31 universidades se aprecia que las estatales tienen en promedio 5,9 citas por publicación, mientras que las privadas no tradicionales y las privadas tradicionales tienen 6,1 y 6,5, respectivamente. Así se demuestra que el escenario de la generación de conocimiento es compartido entre los tres tipos de universidades.

Estando frente a un nuevo Ministerio de Ciencia, parece razonable revisar las normativas que financian e incentivan la investigación, como por ejemplo el Aporte Fiscal Directo, en el que se entregan incentivos a solo un grupo de universidades. Quizás tiene más sentido transformarlos en fondos competitivos que apoyen las mejores ideas, provenientes de todas las universidades, incorporando a investigadores jóvenes y ampliando la base de generación de nuevo conocimiento en el país.

Dr. Ariel Orellana
Vicerrector de Investigación y Doctorado, Universidad Andrés Bello