La OCDE y la educación chilena
A propósito del reciente Informe sobre la Educación Chilena dado a conocer por la OCDE y con el fin de evitar su utilización con fines puramente coyunturales, conviene aclarar que:
1. Este informe se refiere al período 2004 a 2016, y adopta una perspectiva de largo aliento.
2. La evaluación del estado de nuestra educación que realiza muestra un cuadro realista que nos debiera llenar de preocupación: tuvimos la tercera más baja performance en el examen PISA 2015; no alcanzamos el umbral mínimo de logro en comparación con el promedio de países de la OCDE, y el peso de los antecedentes socioeconómicos de la familia sobre el rendimiento escolar se mantiene entre los más altos de ese grupo de países, a pesar de los avances obtenidos durante la última década. No hay motivos, pues, para el conformismo.
3. En cuanto a la educación superior, el informe insiste en la necesidad de contar con: una visión de largo plazo para el desarrollo de nuestro sistema; una gobernanza adecuada para lograr esa visión, y con políticas para fortalecer la equidad del acceso a una educación terciaria de calidad, así como la relevancia de esta. Asimismo, recomienda que la gratuidad sea complementaria con las inversiones en los niveles más bajos del sistema, sin desviar recursos de estos, y compatible con un control de costos que no limite el acceso ni conduzca a nuevas formas de segregación. Llama, pues, a abordar con seriedad esta materia, sin perder de vista que la prioridad debe ser el gasto en la educación temprana y en el ciclo escolar obligatorio.
4. Por último, el informe reconoce las importantes reformas emprendidas por los gobiernos democráticos desde 1990 en adelante, así como las reformas impulsadas durante los últimos años, pero que aún no pueden evaluarse, más que en cuanto a su buena intención. Llama a implementarlas con atención en los siguientes principios: poner el aprendizaje de los estudiantes (la sala de clases) en el centro del sistema; apoyar a los actores clave (como los sostenedores de todo tipo) para que puedan comprometerse con las políticas promovidas, y alinear las políticas con vistas a su coherencia, asegurando la continua adaptación de estructuras, procesos y recursos a la visión educativa nacional que se persigue.
En suma, el documento entregado por la OCDE servirá al próximo gobierno para orientar su acción en el sector educación, corregir las debilidades de diseño que puedan tener las políticas actuales y otorgar mayor efectividad a la implementación y evaluación de las medidas gubernamentales.
José Joaquín Brunner
Académico UDP y ex ministro
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