Cambios en educación: José Joaquín Brunner sostuvo que siempre está disponible para una discusión técnico-política
En conversación con Punto de Encuentro de Radio Agricultura el académico de la Universidad Diego Portales y ex ministro, José Joaquín Brunner, con respecto a la aprobación del proyecto de reforma a la educación superior por parte de la Cámara de Diputados, la que contempla aumentar la gratuidad a un 60% más vulnerable.
Mientras que, en relación a la reforma a la educación superior comentó “El proyecto de ley que ha cambiado múltiples veces de contenido, con pasos adelante y pasos hacia atrás, la verdad es que es un proyecto muy incoherente, potencialmente muy dañino para el sistema de educación superior del país que afecta principios más bien básicos de funcionamiento de un sistema universitario en cualquier parte del mundo y a mí me sorprende realmente que la Cámara haya actuado como actuó en el sentido de no llevar una discusión mucho más acompasada y sería, más en profundidad tomando en cuenta las aspectos técnicos y los aspectos políticos como se hace en un parlamento y todo piensa ahora bueno esto tiene que ser corregido en el Senado”.
Consultado si existe la posibilidad que puede tener algunos cambios en la Cámara Alta sostuvo que “un proyecto que viene propuesto por el Gobierno, cambiado por el Gobierno, recordar que se presentó un proyecto y después de tres años ese proyecto que fue criticado prácticamente por todos por distintas razones terminó siendo cambiado por una indicación sustitutiva donde se recortaron alrededor de 80 o 90 artículos del proyecto original y eso fue lo que se aprobó ahora en algunas partes tal como el Gobierno lo pedía, en otras partes incluso se ha vuelto más contradictorio porque la Cámara fue aprobado por su cuenta varios tipos de cosas (….) Es un proyecto muy mal llevado, muy mal diseñado, sin un diagnóstico de fondo, con una concepción de la educación superior bastante decimonónica y bueno habrá que ver primero que todo si el proyecto va a lograr salir. En realidad a esta altura sería mejor que este proyecto no fuese aprobado”.
A su juicio “Al Gobierno le interesa más básicamente que sea aprobada en una ley por una cosa meramente simbólica la gratuidad universal (…) de modo tal que en realidad este va a ser un estudio de caso creo yo en el futuro de cómo no debiese llevarse a cabo una reforma importante en un sistema que todo el mundo dice que es clave para el desarrollo del país en el futuro que es el de la educación superior”.
En el caso que la iniciativa no logre ser aprobada en la actual administración la gratuidad no quedará establecida por ley. “Va a quedar aprobada como ha sido aprobada en estos últimos años, glosa en el presupuesto, lo cual significa que es válida por un año y que entonces habrá que resolver en el próximo período efectivamente qué tipo de gratuidad es la que va a quedar en la ley. La solución llamémosla Valdés, que es la que está actualmente, que es este invento que hizo el ministerio de Hacienda en el fondo para poder decir estamos aspirando en algún momento del siglo 21 a la gratuidad universal, pero no va a existir por lo menos no antes de 40 o 50 años, bueno esa no es una solución es simplemente evitarse un problema y asumir que en realidad fue un garrafal error proponer algo que era inviable en este momento”, explicó.
Brunner manifestó que tampoco es que se cumpla con la gratuidad para el 50% de los jóvenes más vulnerable sino que con parte de ellos, porque hay algunos que van a los recintos con educación superior que no cumplen con los requisitos. “De modo que cuando uno dice el 50, 60 está diciendo una especie de cifra mágica, pero la verdad es que la gratuidad no va a llegar al final de este Gobierno completamente a los jóvenes del 50% de menores recursos de modo tal que habrá que crear un sistema coherente en el futuro”, dijo.
Con respecto a la propuesta “de mejorar” el CAE, donde no se contempla a la banca privada, indicó que los estudiantes van a seguir insistiendo en la gratuidad universal , “están en el fondo ellos mismos atrapados en esta utopía que creó el Gobierno, pero eso en realidad ya no les rinde mayormente de modo tal que ellos han perdido su influencia. Hoy día el movimiento estudiantil la verdad es que tiene una influencia muy menor a lo que se vaya a decidir de modo tal lo que hay que volver a tomar es el sistema en su conjunto y resolver para el sistema en su conjunto los aspectos que tienen que ver con financiamiento con regulación en el mercado de la educación superior y con la fiscalización, supervisión y aseguramiento de la calidad”.
Además, manifestó que el proyecto “desagraciadamente” no tiene mucha relación con la calidad en la educación superior sino con más aspectos como la envoltura que son la institucionalidad.
Para Brunner el proyecto del proyecto tiene su origen en un mal diagnóstico inicial que “en realidad nunca hubo un diagnóstico compartido, nunca se actuó como se actuaría en cualquier parte … Hay especialistas y mucha experiencia acumulada y además, está la experiencia acumulada a nivel internacional durante no digamos décadas digamos siglos y las reformas bien hechas parten de compartir un diagnóstico que el Gobierno busca armar con las instituciones, con todas las partes interesadas tanto internas como externas …. A través de un proceso de consulta y luego hace una propuesta, acá nunca hubo una especie de libro blanco que dijera en 40 páginas dado este diagnóstico esto es lo que pretendemos hacer y las metas que proponemos”.
Añadiendo que “acá el Gobierno improviso un proyecto muy a la rápida, muy mal pensado, sin referente. El Gobierno hasta hoy día no tiene claro donde quiere llegar no se sabe cuál es la meta, qué tipo de sistema quiere tener…”.
Por lo que a su juicio aquí habría que volver a plantear una reforma “donde partamos por el camino que yo decía antes o sea, pongámonos de acuerdo en un mínimo diagnóstico y a partir de ahí en vez de estar discutiendo cómo sacamos retazos y salvamos pedacitos de un proyecto que a todo el mundo lo tiene descontento”. Para el ex ministro la reforma es “parchable” por todos lados por lo que se termina con cosas totalmente contradictorias.
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