Aprensiones ante nuevo escenario: Guerra Insulza-Lagos desconcierta a la centroizquierda
Diciembre 4, 2016

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Los sectores más identificados con el ADN concertacionista temen que la disputa termine frustrando plan para reinstalar un proyecto socialdemócrata.

M. Soledad Vial, 4 diciembre de 2016
El 23 de noviembre marcó un antes y un después. No solo subió la temperatura de la carrera presidencial en la Nueva Mayoría, sino que entraron en competencia dos ex aliados y figuras emblemáticas de la centroizquierda. Ese día, José Miguel Insulza, el ex ministro, ex secretario general de la OEA y panzer de La Moneda en dos gobiernos sucesivos, decidió entrar a la cancha y salir al paso de su ex jefe, el ex Presidente Ricardo Lagos.
Su irrupción se había anunciado, pero en las filas del sector la apuesta era que finalmente se restaría frente a un Lagos ya lanzado. Y hasta ahora, la contienda no ha sido precisamente con guante blanco: “Lagos no tiene el apoyo que pensaba iba a tener”, fue la primera frase del flamante candidato, mientras el ex Mandatario ironizaba diciendo que tal vez su ex ministro quería “un ascenso”. Más aún, la disputa siembra el desconcierto entre sus más cercanos, los más genuinos representantes del ADN de la otrora Concertación.
A una parte de ese mundo, Insulza lo tomó por sorpresa. Con Lagos en carrera, veían que la reconquista del proyecto de centroizquierda, luego de la hegemonía alcanzada en la Nueva Mayoría por los antiguos autoflagelantes, estaba en curso. Hoy muchos ven como peligroso el efecto que el lanzamiento del panzer introduce en el tablero político. “Representan al mismo mundo, una alternativa socialdemócrata y no de izquierda corrida. Lo ocurrido nos complica la vida”, dice uno que prefiere hablar en off y que tiene amistad e historia antigua con ambos candidatos.
Otros van más allá. “Se está repitiendo el 2009”, afirman, y recuerdan cuando el ex Mandatario PS-PPD finalmente descartó la competencia con Piñera, Insulza también y hubo que recurrir al ex Presidente Eduardo Frei. El resultado es conocido y temido en las filas oficialistas: Sebastián Piñera llegó a La Moneda. Dicen que esta vez podría pasar igual… O quizás no, porque tras las encuestas de esta semana y “el caso de la pesquera peruana” también ven peligrar las posibilidades del ex Presidente de centroderecha.
Las razones de Insulza
Ese “factor 2009” jugó un rol decisivo en el paso dado por Insulza, dicen quienes lo conocen. El recuerdo del ex ministro es que para esa elección él esperó una definición de Lagos, quien dilató las cosas, no le dio nunca la pasada y terminó por “neutralizar” sus opciones, para luego desistir también él. Algo de eso ven sus cercanos en el irónico intercambio sobre “ascensos” que tuvieron hace unos días, cuando el panzer se lanzó. “Debe creer que me lo merezco porque me dejó como cuarenta veces a cargo del país cuando ocupaba la Vicepresidencia”, fue la aguda respuesta del flamante candidato Insulza ante la estocada laguista.
Otro elemento que pesó en la decisión también está fechado en 2009: el ex secretario de la OEA todavía resiente los dardos que recibió del PS “por no haberse atrevido” aquella vez. Esta vez despejará esas pullas e irá hasta el final, dicen quienes han conversado con él.
Y la coyuntura fue el empujón final y decisivo. Ante la fría respuesta que Lagos encontró en los partidos y los magros números que le otorgan las encuestas, Insulza vio una “oportunidad” sin ningún costo. “Ricardo Lagos no tiene hoy el apoyo que pensaba” dijo, elocuente, al lanzarse.
“Y es que José Miguel no tiene nada que perder -sostiene un cercano-, y en una eventual primaria ganaría en el PS, porque las bases están más con él que con Lagos”.

Vallas en el camino
Lo cierto es que la competencia entre los antiguos aliados complica al mundo de la antigua Concertación, esa que integran transversalmente democratacristianos, algunos PPD y muchos socialistas, varios de ellos ex Mapu como Insulza, y que cifran en Lagos su esperanza de recomponer el proyecto desplazado por el bacheletismo y la Nueva Mayoría.
Los más laguistas sienten que no hay “explicaciones políticas” para lo ocurrido en los últimos días, y quitan validez al factor 2009, argumentando que lo sucedido entonces no puede atribuirse al ex Presidente, sino que fue el propio Insulza quien esa vez no quiso perder la seguridad de la OEA. Y agregan que la entrada del panzer tiene su sello, el táctico, pero solo enreda el debate de fondo sobre el futuro del proyecto socialdemócrata.
Ello, al tiempo que se muestran preocupados ante “la trampa de osos” en que está Lagos producto de haber optado por la ruta institucional de los partidos. “No los conoce bien, le van a pasar cuentas históricas, las pegas que no dio en su gobierno”, afirma un ex colaborador, de los que prefería que el ex Mandatario fuera directamente a primera vuelta. Cree que la lógica de no romper la Nueva Mayoría y someterse al tortuoso camino actual -precampaña en el PPD y posibles primarias internas en el PS- ha complicado y dilatado brutalmente las cosas, por lo que habría sido mejor una “candidatura ciudadana”.
Eso también le habría recomendado al ex Presidente su círculo de amigos cercanos, quienes no compartirían la estrategia que hoy lleva adelante. Tampoco el discurso de “continuidad”que ha levantado, desdibujando el proyecto socialdemócrata que esperaban reconstruyera.
“Ambos, Lagos e Insulza -concluyen-, están leyendo mal a las capas medias, que quieren que Chile vuelva a encarrilarse, y no lo que quiere el PS, que solo es el 8% del país”.
Los dos, Lagos e Insulza, han hecho lo que tenían que hacer”
Sin “drama” ve el ex ministro José Joaquín Brunner, la carrera en paralelo de Lagos e Insulza. “Los dos han hecho lo que tenían que hacer: Lagos, preocuparse de que el país recuperara una conversación sobre ideas de largo plazo, y José Miguel, entrar, decir que está disponible porque este bloque que se origina en la Concertación tiene un candidato que es el ideal, el preferido de todos nosotros, pero que pareciera no estar teniendo respuesta”.
Pero Brunner cree que el desafío de fondo de la centroizquierda es otro: “Renovar su visión, ideas, liderazgo, organización y alianzas para ofrecer un nuevo pacto de gobernanza al país”. Eso, cree él, es un proceso en desarrollo que dista de agotarse en esta elección y en la Nueva Mayoría, que en “su actual estado, ya no representa una alternativa de futuro. Llegó a su fin incluso como ilusión”.
Lo relevante, a su juicio, es “reponer un programa que permita recuperar la vigencia y el peso mayoritario del pensamiento democrático de centroizquierda. Un programa que articule acuerdos y ofrezca gobernabilidad. Ni populista ni destrucción de nuestro sistema de convivencia”.
Piensa que Lagos o Insulza, “sin descartar otros liderazgos que puedan emerger”, están en condiciones de encabezar un programa de ese tipo, “a condición de romper con la inercia de una continuidad que nos llevaría a una mayor confusión y desorden”.
Agrega que ambos -“dos de los mejores líderes de nuestra generación”- debieran abrirles el paso a nuevas generaciones con “un programa democrático, con crecimiento económico y cambios sociales realistas y seriamente diseñados y gestionados”. Una tarea cuesta arriba, admite, pues el clima de opinión, en Chile y en el resto del mundo, pareciera favorecer hoy alternativas más “emocionantes” : populismos de derecha e izquierda, movimientos antisistema, utopías, liderazgos con carisma televisivo y de redes sociales, autoritarismos plebiscitarios.
Era momento de unir fuerzas, más que dividirlas”
Pese a las complicaciones que han surgido en el camino y a la frialdad de las encuestas, Jorge Burgos cree que la candidatura Lagos “sigue siendo una opción; es la que mejor cautela desarrollo económico y desarrollo social”. “Por cierto que resultó más compleja de lo previsto -admite el ex ministro del Interior-, y puede haber múltiples causas, pero si debo elegir una, creo que nuestra sociedad descree de las élites. Lagos es élite política y quieren creer que alguien que dice viene de otro lugar puede ser mejor, aunque no quede claro qué se propone hacer”.
Su confianza está en que llegue “el momento de las ideas, no de los silencios, ni del populismo”.
-Y qué rol juega la irrupción de Insulza, ¿vino a complicarle la vida?
-Insulza está en su legítimo derecho, pero son muchas las similitudes entre ambos. Si el debate interno se crispa, será complejo. Era el momento de unir fuerzas más que dividirlas.
Burgos representa el mundo que quiere volver a un eje socialcristiano-socialdemócrata como fue la Concertación, una especie de “público objetivo” natural para la candidatura de Lagos. Y frente a la pregunta de si fue correcta la apuesta del ex Presidente de definirse como continuista de este gobierno, su respuesta es clara. “Era más recomendable no haber establecido el continuismo como elemento central. Vaya a saberse por qué se hizo una cosa tan a contracorriente. Lagos, como oportunidad de volver a crecer para retomar el ritmo perdido, habría sido mejor”.
En cuanto a la idea de levantar una carta en la DC, su partido, advierte que “oportunidad tiene, el problema es de candidatura con opción. Pero sin duda el crecimiento de Alejandro Guillier y las dificultades de Ricardo Lagos pueden obligar”.
Complica, pero la gente entenderá que Lagos es el indicado”
“La única figura que une a la centroizquierda es Ricardo Lagos”, dice con convicción el senador Rabindranath Quinteros (PS), minutos antes de tomar el vuelo a Osorno para acompañar al ex Presidente en gira por la X Región. Comprometido a mil, el socialista hace hincapié en que si bien su partido es importante en la coalición de centroizquierda, también lo es sumar a la DC, al PC y a los independientes.
“Insulza siempre ha tenido estas dudas existenciales”, dice sobre la irrupción del ex canciller”. “En 2009 quiso proclamarse hasta el último momento, el presidente del partido se jugó y al final dijo que no. Ahora estaba como agente de La Haya y uno suponía que iba a terminar ahí, y de un día para otro anuncia su candidatura”.
-¿Le complica el escenario en el PS a Lagos?
-Complica el escenario dentro del PS, pero a la larga la gente va a ir entendiendo que Lagos es la persona indicada, no hay otro.
Por eso les resta importancia a las pifias que recibió su candidato en el comité central socialista el pasado fin de semana. “Son maniobras que algunos acostumbran”, dice. “Hay gente que en el PS ha tomado como hobby sacarle la mugre a Lagos, pero se olvidan de la historia, del papel que cumplió durante la dictadura, en la unificación del PS”, continúa con cierta molestia. Confía en que todo se irá despejando y que la “tenacidad, coraje y voluntad” del ex Mandatario se impondrán. “Hay un mundo de diferencia con los otros candidatos; las suyas son convicciones, no posiciones que se acomodan como el camaleón”, enfatiza.
Quinteros pone marzo como plazo para que su partido se convenza y Lagos sea proclamado. No es partidario de primarias internas; espera que la directiva socialista tome la decisión.
La competencia puede ser beneficiosa, como en Francia”
“Insulza está en todo su derecho, no puede estar toda su vida en un rol influyente pero secundario. Uno se aburre de ser el Richelieu”, sostiene el sociólogo Eugenio Tironi.
Dicho lo anterior, agrega: “No hay duda de que es bastante tardío, enredado, muy a lo Insulza…estuvo tanteando mucho tiempo la temperatura del agua antes de lanzarse”.
Pero el hecho es que se lanzó y el resultado no es malo, afirma. “Es un lujo tener a Lagos e Insulza de candidatos; tienen bagaje, ideas, son audaces, dicen las cosas con claridad”.
-Insulza intenta “pasar por la izquierda” a Lagos, forzarlo a extremar sus posiciones.
-Si Insulza quiere presentarse como un candidato más de izquierda, le da a Lagos la posibilidad de diferenciarse, le da más libertad para decir lo que siente sin tanta inhibición. Esto va a vitalizar el debate.
-¿No se están repartiendo la misma torta y sin guante blanco? Hartas pesadeces se han dicho.
-Aún no nos acostumbramos todavía a que la política es competencia, y esta puede ser muy beneficiosa, como lo fue para la centroderecha francesa. ¿Qué diferencia había entre Fillon y Sarkozy? Uno había sido ministro del otro. Muy parecido a este caso. Insulza está soñando con ser el Fillon de la centroizquierda chilena.
A su juicio, la suma de Insulza y Lagos “reequilibra” las cosas en favor de la corriente más concertacionista dentro de la Nueva Mayoría, frente a un Fernando Atria (PS) o el independiente Alejandro Guillier. “Introduce -por fin, dirá alguien- a un MAPU en la papeleta”, añade el sociólogo, también ex militante del grupo que, repartido transversalmente, fue clave en la antigua Concertación.
Tironi ve que ambos candidatos se juegan cosas distintas. “A diferencia de Lagos, Insulza tiene una carrera por delante y ya debe haber pensado en la segunda y tercera jugada. Insulza da sorpresas, tiene audacia para hacer movimientos que nadie prevé y zafar bien de compromisos previos. Son figuras en condiciones muy distintas: lo de Lagos es un acto a lo Arturo Prat y está quemando las naves sin ningún beneficio personal, pero está logrando mover el tablero, resucitar la Concertación que parecía estar más que enterrada”.

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