Universidad ARCIS, ¿deberá cerrarse?
Diciembre 10, 2016

Captura de pantalla 2016-08-12 a las 1.43.29 p.m.Expertos en educación le dan portazo a U. Arcis: afirman que debe cerrar

Sábado 10 de diciembre de 2016

 

Sábado 10 de diciembre de 2016
José Joaquín Brünner (UDP) y María Paz Arzola (ex LyD) consideran difícil revertir la situación actual de la universidad. De paso, niegan que esto sea un fracaso del sistema educacional.

La larga agonía que está teniendo la Universidad Arcis -desde que hace dos años se destaparan serios problemas financieros y administrativos que la tienen al borde del cierre-, es otro de los capítulos amargos que ha experimentado el sistema educativo chileno en el último tiempo, tras el anterior cierre de la Universidad del Mar por motivos similares.

A diferencia de lo que ocurrió con esta última casa de estudios, el episodio Arcis tienes además un fuerte componente político, marcado por el rol que tuvo el Partido Comunista en la propiedad y administración de este plantel a través del Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz (ICAL), de la cual se desvinculó el 2014, año en que precisamente se agudizó la crisis.

Frente a lo que está sucediendo con esta institución de educación superior, el partido encabezado por Guillermo Teillier ha asumido una estrategia de dos cabezas: por un lado se lava las manos frente a la responsabilidad que le cabría en el estado terminal en que se encuentra la entidad, y por otro, presiona al gobierno de Michelle Bachelet (del cual forma parte) para que impida que la universidad sea cerrada.

Es decir, no solo se ha desligado del problema, sino que le está traspasando la responsabilidad de lo ocurrido al Ejecutivo, en un claro intento por evitar pagar los costos políticos de lo que está sucediendo con la Arcis.

Costo del que no le será sencillo desmarcarse, considerando que miembros de la denominada bancada estudiantil del Congreso, como Gabriel Boric, ha apuntado los dardos contra el PC en esta materia, tal como lo hizo también el historiador Gabriel Salazar hace algunos días, culpando directamente a la colectividad de izquierda de hacer fracasar el proyecto educacional del plantel.

Así, el anuncio que hizo el lunes pasado la ministra de Educación, Adriana Delpiano, dando a entender el inminente cierre de la universidad debido a su insolvencia institucional, volvió a reavivar el debate en torno al modelo educacional, y en el caso puntual de la Arcis, al rol del PC en este capítulo.

Consultado por El Muro, el ex ministro de Estado, y actual investigador de la UDP, José Joaquín Brünner, señaló desde Estados Unidos, que la situación de la universidad es un hecho singular, previsible y enmarcado en un proceso de intervención legal de una universidad que enfrenta una severa crisis económica y de gestión, la que a su juicio no ha podido superarse.

Para el académico, lo ocurrido no afecta al sistema en su conjunto, argumentando que tiene más de 1,2 millones de estudiantes y funciona con completa normalidad, aprestándose a abrir próximamente un nuevo proceso de admisión.

Sobre el rol del Partido Comunista en la crisis, el personero manifiesta que personeros del PC, e instituciones vinculadas a la colectividad, fueron parte responsable de la crisis de gestión y económica de la universidad. “El PC como tal, formal y legalmente, como entidad jurídica, no parece estar involucrado, pero grupos relacionados al PC no son ajenos a la crisis. Convendría al PC dar una explicación detallada de los hechos, pues al no hacerlo, se sitúa bajo un signo de interrogación”.

El ex ministro de Estado es tajante en señalar que lo razonable sería proceder a nombrar un administrador de cierre que actúe cautelando los derechos de los estudiantes en primer lugar. “El Mineduc tiene que proceder de forma expedita, sin esperar que la situación se deteriore aún más y le reviente en la cara. La gestión reciente de este asunto ha sido descuidada y confusa. El administrador previsional debiera rendir una detallada cuenta pública de su gestión y explicar por qué y cómo se produjo la crisis de la universidad”.

A esto agrega que es necesario e inevitable que las instituciones inviables enfrenten de una vez la hora de la verdad: “o tienen un plan y los medios para asegurar su viabilidad y calidad, o deben ser intervenidas y cerradas. De esta forma el sistema se vería fortalecido”.

El académico espera que el proyecto de ley de educación superior que sustituirá al presentado originalmente, sea de mejor factura y mayor coherencia que el anterior.

Cuestiona que hasta el momento el gobierno no haya entregado ninguna señal clara de cuál será su nuevo proyecto y cómo pretende asegurar la calidad del sistema. “Al contrario, tras tres años de inútil debate, reina la confusión, y el mundo de la educación superior se encuentra dividido, crispado y funciona sin un horizonte definido”, concluye.

Bajando el telón

En tanto, la economista (ex Libertad y Desarrollo), especializada en educación, María Paz Arzola, plantea que independiente del papel que haya tenido el Partido Comunista en la crisis de la universidad, lo que está detrás de esta situación, según su opinión, es una muy mala gestión del plantel educacional. “Que en esa mala administración esté o no involucrado un partido no es el tema de fondo, sino la manera en que se llevó adelante ese proyecto educacional”, afirma la investigadora.

Para la experta, se debe separar lo que es el tema político del educacional, ya que para ella, el trasfondo de lo ocurrido tiene que ver con anomalías en el funcionamiento de determinadas instituciones de educación superior que es necesario abordar y resolver.

Por lo mismo, descarta que lo sucedido con la Universidad Arcis sea un problema del sistema educacional, sino que lo atribuye a un asunto puntual de ese plantel, tal como sucedió hace un tiempo con el cierre de la Universidad del Mar.

“Si uno mira en perspectiva el sistema educacional chileno, en la actualidad la mayoría de los alumnos (casi el 90%) se encuentra estudiando en entidades que están acreditadas por el Estado. Por lo tanto, son revisadas y fiscalizadas por este, lo cual demuestra que el sistema no está a la deriva”.

Agrega que precisamente la Universidad Arcis es uno de los planteles que no está acreditado, lo que según su opinión demuestra la importancia que tiene el sistema de acreditación para el buen funcionamiento de las instituciones de educación superior.

“La forma de evitar que ocurran situaciones como esta es precisamente contando con un buen sistema de acreditación, ya que así se mantiene una supervisión permanente del proyecto educativo, su calidad, y del estado financiero y administrativo de las universidades”, afirma Arzola.

Una de las preguntas que se ha tomado el debate en torno a la Arcis es si en el estado terminal en que se encuentra la institución, tiene sentido prolongar su agonía.

Para la investigadora ex LyD es una difícil pregunta, “porque nunca es bueno que se cierre una universidad ni fracase un proyecto educacional, pero tampoco es bueno mantener una institución de este tipo si no tiene la capacidad para sostenerse en el tiempo y entregar una educación de calidad”.

Para Arzola, si la autoridad competente estima que el cierre del plantel es lo que corresponde, no se debe dilatar esa determinación ni extenderla artificialmente. Eso sí, remarca que el proceso se debe hacer de forma adecuada, según lo establece la ley, y velando porque los alumnos afectados puedan reinsertarse en otras instituciones.

Mecanismo que en la normativa vigente no está establecido, ante lo cual el Ministerio de Educación estaba buscando hace un tiempo una fórmula con la Universidad de Chile para intentar dar continuidad de estudios a los alumnos perjudicados con la situación de la Arcis.

Ese dato profundizó las críticas hacia el Ejecutivo por el manejo de este caso, ya que revela que el gobierno había asumido que el plantel no era viable, pese a que en la actualidad cuenta con un administrador provisional para intentar su rescate. Pero lo afirmado por la ministra Delpiano esta semana no deja dudas de que el ministerio está pensando en el cierre, sobre todo porque el nivel de matrícula de la universidad no es el que proyectaban las autoridades para mantener con vida a la institución.

Finalmente, Arzola apunta a la importancia que tiene el proyecto de ley de educación superior que se está tramitando, porque de ello dependerá en gran medida que el sistema de educación terciara se perfeccione, no presente este tipo de problemas y permita un mejoramiento sustantivo en la calidad de los proyectos educativos.

“Hoy podemos ver como cada vez más universidades han comenzado a aparecer en ranking internacionales y a ser reconocidas. Ese es el camino que debemos seguir y fortalecer”, concluye la investigadora.

Carlos Cuadrado S./El Muro

Foto: Agencia Uno

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