Fracaso relativo en alcanzar las metas del milenio
Diciembre 6, 2014

“La enseñanza primaria universal no es suficiente. Y ni siquiera se cumple”

El relator de la ONU para el Derecho a la Educación achaca el incumplimiento de los Objetivos del Milenio a un sistema de control poco exigente

 

“La educación no es uno más de los Objetivos del Milenio, es el objetivo de los objetivos. Apostar por la educación de calidad es el mejor método para luchar contra la pobreza en el mundo y poner la base para que se puedan cumplir los demás objetivos”. Así de contundente se muestra el indio Kishore Singh, relator especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para el Derecho a la Educación. Este economista y exfuncionario del Servicio Administrativo de la India desempeña su cargo en la ONU desde agosto de 2010 con el cometido de levantar acta de las violaciones de este derecho que se producen en cualquier parte del mundo.

Singh aprieta su ya exprimida agenda para atendernos en Logroño. Disponemos de poco tiempo, pero el relator nos atiende solícito y cercano; su trato es todo dulzura, haciendo gala de la habitual amabilidad india. La entrevista se enmarca en una visita relámpago de Singh a nuestro país para impartir la conferencia inaugural del VII Encuentro de la Red Española de Aprendizaje-Servicio (ApS), organizado por la Universidad de La Rioja y la Cátedra Unesco de Ciudadanía Democrática y Libertad Cultural. Casualmente, nuestra cita tiene lugar el 20 de noviembre, fecha declarada Día Universal del Niño por la Asamblea General de la ONU en 1954. Una buena excusa para hablar de educación, tema inherente a la propia infancia y cuyo derecho fue incluido entre los Objetivos del Milenio con el reto de lograr la enseñanza primaria universal para 2015. Sin embargo, y a pesar de los avances registrados en este campo durante la última década en muchos países pobres, Singh lamenta que aún estamos muy lejos de lograrla. “Y lo peor es que además esto no es suficiente, ya que habría que aspirar a conseguir una educación secundaria universal, con una formación conectada con la realidad, que tenga un importante componente técnico y profesional que permita a la gente desempeñar un empleo”, explica.

Este relator explica el fracaso en la consecución de los Objetivos del Milenio cuando está a punto de expirar el plazo de 15 años marcado por la ONU en 2000 para su cumplimiento: “Ha habido mucha diferencia entre las promesas que se hicieron y su realización. Y ha sido así porque no ha habido un sistema suficientemente exigente de control. Y sería muy necesario que en los nuevos objetivos que se establezcan en la agenda para después de 2015 se implemente un sistema de control eficaz respecto de las obligaciones que se contraigan. Y esto no es algo que solo competa hacer al Estado, ya que también deberían involucrarse el sector privado, la sociedad civil, los profesores… para que se convierta en un verdadero proyecto nacional. Y para conseguirlo deben estar bien definitivos los roles que deben cumplir todos”.

Sin embargo, lejos de haberse quedado en papel mojado, Kishore Singh considera que los Objetivos del Milenio han cumplido una función fundamental desde el mismo momento de su enunciado: “La conciencia de la existencia del derecho a la educación. Antes se hablaba de la educación, pero ahora ya se asume el derecho, hay un consenso internacional de su importancia. El problema que tenemos es que estamos ante un mundo que ahora es mucho más complejo que hace solo unos años, y hay muchas disparidades. El escenario ha cambiado mucho. Los niveles de pobreza se han reducido pero sigue siendo el mayor problema que tiene el mundo”.

Hace falta una visión holística de lo que es la calidad en la educación

Y aunque en los últimos años muchos países en vías de desarrollo han generalizado el acceso a la educación de sus habitantes, las precariedades materiales y las carencias en la formación de sus docentes limitan la utilidad de la enseñanza. El relator de la ONU califica como “un problema” la implantación de un sistema educativo que no esté basado en la calidad. “Hoy en día necesitamos una educación de calidad para hacer frente a todas las transformaciones sociales que estamos viviendo. Por eso hace falta una visión holística de lo que es la calidad en la educación. Aquí la calidad no son solo los resultados, también comprende los derechos humanos, una visión humanista de la educación, con una dimensión de derechos humanos y de ciudadanía democrática, respeto de la diversidad, pluralismo cultural… Debe preparar para un empleo y contribuir al desarrollo de la personalidad de la gente. Y como digo, la calidad no es solo la enseñanza básica, sino también la enseñanza técnica y profesional, el desarrollo de competencias. Se deben enseñar conocimientos y también la capacidad de aplicarlos a algo concreto”.

Y para hacer viable esta educación de calidad resultan determinantes los recursos invertidos por los gobiernos. En su primer informe, Kishore Singh calculó que para conseguir una verdadera enseñanza de calidad, cada estado debería invertir al menos un 6% de su PIB, o entre el 15 y el 20% de su presupuesto en educación. “La educación debe ser la primera inversión de cualquier gobierno, ya que es la base del desarrollo humano. Y no es lógico que en un momento como este no se invierta más. No puede ser que se qreduzca el gasto en esta materia. Precisamente, hay una resolución del Consejo de Derechos Humanos que habla de no recortar en periodos de crisis el dinero consagrado a la protección de los derechos humanos y particularmente al derecho a la educación, ya que este derecho posibilita otros derechos”.

En este punto le preguntamos por su visión de la situación en España, donde la crisis se ha traducido también en gastos en Educación. Singh nos advierte de que “no estoy aquí para hacer una evaluación de este país, porque para eso tendría que venir en un marco específico”. Aun así, confiesa valorar “muy positivamente” nuestra legislación “por su sistema de evaluación continua a lo largo de todo el sistema educativo. Esto es muy necesario para dar calidad a la educación. Y en la nueva ley de educación se habla mucho de la formación profesional, muy adecuada para reducir el desempleo. Creo que, desde 1995, en España siempre se han aprobado novedades en favor de la calidad. Y si quieres que la educación mejore en un país, hace falta una decisión constante por parte de los gobiernos para mejorar la calidad. Esto tiene que hacerse de forma sistemática”.

Para conseguir una verdadera enseñanza de calidad, cada estado debería invertir al menos un 6% de su PIB, o entre el 15 y el 20% de su presupuesto en educación

Kishore Singh visita cada año dos países para conocer de primera mano su situación en materia educativa. Se entrevista con las principales autoridades en la materia y elabora informes que remite al Consejo de la ONU. Le ha tocado ver de todo. “He conocido lugares donde entienden la educación como un bien público, como Ecuador; vinculada al bienestar y la felicidad, como Bután; o con la democratización, como Kazajistán. Pero una tendencia que cada vez veo más a nivel mundial es la mercantilización de la educación y su abandono como bien público. Este problema me preocupa mucho. Los estados tienen que velar por esto. No se puede permitir que la gente haga dinero con la educación sin ningún tipo de control”.

En sus próximos informes, el relator especial de la ONU para el Derecho a la Educación abordará el impacto de las nuevas tecnologías. A su juicio, “deben ser siempre una herramienta. Para utilizarlas hay que preparar a los profesores en un proceso de formación continua porque las nuevas tecnologías también pueden vehicular cosas que no son nada favorables al sistema educativo. Hace falta que acompañen, no son el centro de la educación. Deben estar siempre al servicio de los valores fundamentales y con los mismos objetivos que la propia educación”.

Kishore Singh recuerda que el derecho a la educación está “reconocido por las normas internacionales de los derechos humanos” y esto implica que “los estados tienen una obligación jurídica de cumplir con este derecho según las normas de las Naciones Unidas. Y con esto me refiero al acceso universal a la educación de todos, sin discriminaciones ni excepciones. Hay que asegurar una calidad de educación para todos, tanto para chicas como chicos. Y debería ser gratuita, sobre todo en el nivel básico. En cuanto relator especial, debo determinar las prioridades de la comunidad internacional y trabajar sobre ellas. Y para ello tengo que someter informes a la sociedad en general y al comité ejecutivo de la ONU. Y en el tiempo que llevo desempeñando mi mandato me he dado cuenta de que el principal problema es el acceso universal de todos a la educación en igualdad de condiciones y sin discriminación. En estos momentos en el mundo hay una gran disparidad en el campo de la educación, hay mucha gente excluida del sistema. La igualdad de oportunidades continúa siendo un desafío permanente”.

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