Tu hijo es un maleducado
Los alumnos destacados en lectura, matemática o ciencia son muy pocos
Primero y principal, los estudiantes secundarios que se destacan son muy pocos. Como Soledad Bos y Emiliana Vegas y yo demostramos en un nuevo brief del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el porcentaje de alumnos que se desempeñan en los niveles más altos de las pruebas PISA––es decir, los niveles 5 y 6, de un total de 6 niveles––es diminuto. Por ejemplo, en matemática, es 0.3% en Argentina, 0.8% en Brasil, 1.6% en Chile, 0.3% en Colombia, 0.6% en Costa Rica, México y Perú y 1.3% en Uruguay. Como comparación, el porcentaje de alumnos en estos niveles es 55% en Shanghái-China, 40% en Singapur, 16% en Canadá, 15% en Nueva Zelanda, y 13% en el país promedio de la Organización de Cooperación Económica y Desarrollo (OCDE).
El porcentaje de alumnos destacados ha disminuido en matemática y lectura
El porcentaje de alumnos en los niveles más altos en la región no ha cambiado en la última década—y cuando lo ha hecho, ha disminuido. En matemática, el porcentaje de alumnos en los niveles más altos se redujo desde cualquier punto de referencia desde el 2003. En lectura, este porcentaje bajó en Argentina (desde el 2000), Brasil y Chile (desde el 2009), y Uruguay (desde cualquier punto de partida desde el 2003). En ciencia, no ha cambiado en ningún país desde ningún año de referencia.
Casi ningún estudiante latinoamericano se destaca en más de una materia
Aún los alumnos latinoamericanos que se destacan, lo hacen solo en una materia. Aquellos padres aventajados de la región que piensan que sus hijos están recibiendo una educación holística se sorprenderán al saber que el porcentaje de estudiantes que se desempeña en los niveles más altos en las tres materias de PISA es 0.2% en Chile y Uruguay, 0.1% en Brasil y Costa Rica y 0% en Argentina, Colombia, México y Perú.
Las grandes ciudades latinoamericanas no son la excepción
Estos porcentajes nacionales pueden llevar a algunos a pensar que las ciudades latinoamericanas, que albergan a algunas de las mejores universidades de la región, son la excepción. Lamentablemente, esto no es así. En matemática, el porcentaje de alumnos en los niveles más altos es 0.3% en Bogotá, 1% en la Ciudad de Buenos Aires, 0.9% en el D.F., 0.3% en Rio de Janeiro, 1.1% en São Paulo.
A los alumnos más ricos de la región le va como a los más pobres de la OCDE
Esta es quizás la noticia que más contradice las expectativas de los padres aventajados latinoamericanos que piensan que sus hijos reciben una educación de primer nivel. PISA tiene su propio índice de nivel socio-económico y cultural que contempla la ocupación y educación de los padres de los alumnos, así como el número y tipo de recursos de la familia del alumno (incluyendo recursos que indican el nivel de riqueza de la familia, sus posesiones culturales y recursos educativos). Con la excepción de Uruguay, el 25% de alumnos más ricos en todos los países de América Latina se desempeña peor que el 25% de alumnos más pobres en el país promedio de la OCDE en matemática. De hecho, en Colombia, el 25% más rico se desempeña casi un año de escolaridad por debajo del 25% más pobre de la OCDE en matemática.
A las escuelas con alumnos más ricos de la región les va igual de mal
A pesar de que a los alumnos ricos les vaya mal, uno podría esperar que las escuelas que agrupan a estos alumnos alcancen los niveles de las escuelas más aventajadas en el primer mundo. Sin embargo, esto no es así. Nuevamente, con la excepción de Uruguay, el 25% de las escuelas “más ricas” (definidas como escuelas en las que el alumno promedio tiene un nivel socio-económico y cultural por arriba del alumno promedio del país) se desempeña peor que el 25% de las escuelas “más pobres” de la OCDE en matemática.
Aún los “súper-nerds” latinoamericanos no son tan “nerds”
La negación de los padres aventajados latinoamericanos puede llevarlos a pensar que sus hijos son la excepción. Pero esto es muy poco probable. Aún si tomamos a los alumnos de la región que se desempeñaron en el percentil 95 (es decir, que se desempeñaron mejor que el 95% de los alumnos en su país), con la excepción de los chilenos, se desempeñaron como un alumno del percentil 75 (es decir, un alumno que superó a un 75% de sus pares) en el país promedio de la OCDE. Y aún los “súper-nerds” chilenos tan sólo le ganan a los del percentil 75 de la OCDE por pocos puntos.
Estos datos son una mala y una buena noticia para la región. La mala noticia es que el escaso nivel de estudiantes destacados en PISA es preocupante, porque son éstos los que pueden ejercitar pensamiento crítico y basar sus decisiones en evidencia––dos cualidades que nos gustaría tener en nuestros futura clase política y generación de emprendedores. La buena noticia es que quizás al darse cuenta de que la baja calidad educativa de América Latina no los escapa, los líderes de la región vean que es en su propio interés (y el de sus hijos) empeñarse en mejorar la educación de sus países.
Crédito de la foto: A private school courtyard in Brazil/Paulo Otávio /Wikimedia Commons/CC BY 2.0
0 Comments