José Joaquín Brunner:
“El silencio de Bachelet no ha contribuido a lo que el país necesita en esta etapa”
El ex ministro que apoya la candidatura de Velasco dice que Chile requiere debate de ideas y agrega que la campaña del ex ministro apunta al largo plazo y trasciende la futura elección.
GUILLERMO MUÑOZ
Guillermo Muñoz, El Mercurio, 2 de marzo de 2013
José Joaquín Brunner (68 años) posee una trayectoria similar a la de la mayoría de los dirigentes históricos de la Concertación: militó en el Mapu, participó de la renovación socialista, fundó el PPD y fue ministro vocero entre 1994 y 1998. Hoy, sin embargo, su opción presidencial es atípica entre los dirigentes de su generación: colabora con el comando de Andrés Velasco.
“Él es un hombre de ideas y de propuestas, que es lo que Chile necesita en esta suerte de decaimiento que ha experimentado el nivel de comprensión y de debate en la clase dirigente chilena. La renovación de los cuadros de dirección política y técnica del país es una necesidad absoluta”, explica.
-¿Se agotó la clase política actual?
-No es que se haya agotado intelectualmente, cosa que en parte también ocurre. Aquí hay una clase dirigente que, digamos, viene desde los años 60 hasta el 2010. Hay una cierta renovación generacional, pero básicamente la distribución del grupo de gente que ha venido dirigiendo el país se ha mantenido muy estable y eso demográficamente se está acabando.
-¿Por qué?
-Esas generaciones, a las que yo también pertenezco, están en la última etapa de su vida y debieran dar paso a una generación que hoy tendrá entre 30 y 40 años, que son los que debieran hacerse cargo de dirigir el país y de traer las ideas y la visión que corresponde a esta etapa que no es ya la de fines del siglo pasado.
-¿Qué es lo que falta?
-Falta renovación en el pensamiento y la comprensión de los cambios que ha experimentado la sociedad chilena. Esa Concertación que por un buen tiempo fue un motor dinámico de proponer ideas y de articular visiones e intereses, dejó de existir. Es un grupo básicamente confuso sin identidad con su propio pasado y, en el presente, aparece con una sola expectativa, que es la llegada de una persona desde el exterior a dirigir a la Concertación.
-¿Usted cree que Bachelet va a ser candidata?
-No tengo la menor idea y creo que todo esto ha sido un drama desafortunado. Aquí hay personajes en busca de un autor, parafraseando el título de una obra de teatro. Un conglomerado que llegó a dirigir el país y a articularlo durante 20 años hoy aparece sentado esperando que llegue alguien que les va a escribir el guión de la obra que hay que representar.
-¿Sería un error esta espera?
-Si la gente cree que la profundidad de la crisis que ha experimentado la Concertación en los últimos años se va a solucionar por la llegada de una dirigente, por excelente que sea y creo que Michelle Bachelet es una persona de grandes capacidades, no va a ser esa la solución que se necesita.
-¿Usted es de los que piensa que el silencio de ella contribuye a esta situación?
-Contribuye poderosamente. Pocas veces uno ha visto un ejercicio político -que es fundamentalmente de palabras, de ideas, de persuasión-, un liderazgo que logre sostenerse sobre la base del silencio. Es un hecho extraordinario, pero ciertamente el silencio de Bachelet no ha contribuido a lo que el país necesita en esta etapa, que es debatir los principales problemas que tiene por delante. ¿Qué vamos a hacer con el problema histórico de La Araucanía, con la energía, con una reforma educacional? Son grandes problemas que Chile tiene que debatir y enfrentar en los próximos años, y respecto de eso el aporte del liderazgo que Michelle Bachelet tiene en la sociedad chilena no se ha traducido.
-Sin embargo ella tiene un contundente liderazgo en las encuestas. ¿Qué puede hacer Velasco ante eso?
-El error ahí está en pensar siempre la política en el más corto plazo. La candidatura de Andrés Velasco, de tener sentido, es en el mediano y largo plazo, pasando por el período actual y construyendo una plataforma de ideas y propuestas que se tiene que expresar en apoyo de grupos de opinión pública más comprometida con la política. Su proyecto tiene que trascender esta elección, tiene que ser para los próximos 20 o 30 años, generar una nueva corriente de ideas progresistas liberales que se haga cargo de la etapa que Chile tiene que atravesar en el futuro.
-Es decir, asumen que podría no ganar esta elección.
-Pudiera perfectamente ocurrir y las encuestas así lo indican. Trataremos de obtener los mejores resultados posibles y disputaremos todo lo que haya que disputar, pero nuestro proyecto no se agota con la próxima elección.
-¿Llegará la candidatura hasta la primaria o se bajará antes?
-Bajarla no. Es el mejor momento para una candidatura como la de Velasco porque se supone que todos van a estar de acuerdo en confrontar sus propuestas y en poner el proyecto de país por delante. La democracia no es una cuestión donde una mayoría aplasta a una minoría, es todo lo contario, es la capacidad de articular, y eso parece que se ha ido perdiendo en la política.
-¿Va a ser difícil para Velasco diferenciarse de la ex Presidenta?
-Conocemos poco de lo que va a proponer la ex Presidenta Bachelet y creo que tiene que haber una confrontación respetuosa de ideas. Ambos candidatos, también Orrego y Gómez, pertenecen a una misma matriz de pensamiento y supongo que ninguno va a experimentar una especie de travestismo tan grande como para actuar completamente al margen de lo que ha hecho durante 20 años. Me extraña, por ejemplo, que la gente piense que Michelle Bachelet va a llegar con ideas radicalmente distintas a las que, entre otras cosas, le dieron el éxito y le granjearon el enorme apoyo que hoy tiene. Ella como cualquier persona tendrá un eje de continuidad y tendrá también la capacidad de plantear nuevas cosas.
-¿Teme que la llegada de Bachelet en marzo opaque a los demás candidatos?
-La gente quiere ver la diversidad. Desde ese punto de vista, Michelle Bachelet va a tener más bien un desafío de revelar cuáles son sus propuestas, el tipo de equipo que pretende ir construyendo a lo largo de la campaña o cuáles son sus propuestas económicas: si son en la línea de continuidad, como ella manejó junto a Velasco exitosamente la economía, o si propone en esa dirección algo un poco distinto, más o menos distinto, o muy distinto. Son muchas incógnitas que se han ido acumulando y por lo tanto ella va a tener el desafío de mantener la atención, pero no puramente con su ausencia y su figura esperada, sino con sus expresiones y propuestas reales.
-¿Ve a Velasco en un eventual futuro gobierno de Bachelet?
-Eso dependerá de cómo la ex Presidenta constituya sus equipos. Lo importante es que el estilo, las ideas, el cuidado con que se manejaron las finanzas públicas y a la vez se crearon las políticas sociales, que fue lo que caracterizó al gobierno de Bachelet y que tuvo tanto que ver con el manejo de Hacienda de Velasco, se pueda reproducir con la persona que sea, porque nadie está porque se estén repitiendo los ministros.
-¿Usted integraría un gobierno?
-No, puedo jugar un papel más importante, a esta altura de mi vida, asumiendo responsabilidades que como dice el Papa no requieren el grado de energía de los jóvenes. Quienes ya hemos pasado por esos cargos, tenemos que dedicar la energía que nos resta a construir en el plano justamente de las ideas, apoyar críticamente, mostrar posibles caminos y también los peligros que esos caminos tienen.
-Claudio Orrego también busca votos del centro político. ¿Perjudica a Velasco el impulso que recibió el ex alcalde con las primarias DC?
-No. Representan intenciones semejantes y convergentes. En vez de contraponerse lo que deben buscar es complementarse en este proyecto de renovación. Mientras más apoyo obtengan los dos en votos, en ideas, apoyo intelectual y político, mejor será para la renovación de la Concertación.
-¿Cuáles cree que son las tareas urgentes de un futuro gobierno?
-Hay tres tareas: ver cómo se sostiene un crecimiento alto, mejor distribución de oportunidades y permanente pluralización de la cultura.
-Algunos en la Concertación acusan a esta candidatura de ser cercana a la derecha. ¿No puede la Alianza ofrecer lo mismo que usted está mencionando?
-No creo que para nada esté en su horizonte una liberación y profundo compromiso con la pluralidad de la cultura. Por el contrario, tiene la derecha una actitud muy conservadora. Y en el plano económico y social me parece que han hecho políticas interesantes de continuidad con lo que venía haciendo la Concertación. Por eso tienen una enorme discusión interna entre los más puristas y los más pragmáticos, porque primó una línea pragmática que significaba reconocer que lo que la Concertación hizo durante 20 años era valioso y había que proyectarlo.
Brunner reafirma que la postulación de Velasco se enmarca dentro de la Concertación.
“Mi interés es contribuir desde la candidatura de Velasco al conjunto de la Concertación”, afirma.
-Después de la reestructuración del comando, en enero, usted dijo que fue un error del ex coordinador, Cristóbal Aninat, cuestionar la participación de Velasco en las primarias opositoras.
-Sí. Si en algo Velasco ha insistido permanentemente es en que el compromiso de participar en las primarias es inamovible y que esta candidatura no está construida para llegar a una primera vuelta y competir contra un candidato que surja de la Concertación. No digo que (las declaraciones de Aninat) sean la única razón por la que se realizó una reestructuración. Hay toda una recomposición, porque todas las candidaturas tienen ahora que constituir el equipo que va a llevar la campaña entre marzo y la elección primaria. Es decir, hay que recalibrar los recursos humanos, redisponerlos en términos de fortalezas y debilidades, y eso es lo que ha hecho Velasco.
-Juan José Santa Cruz, el nuevo jefe del comando, representa mejor lo que se quiere?
-Si el candidato lo ha puesto en el cargo que lo puso, sentirá que él es la persona indicada precisamente para conducir y coordinar esta nueva etapa que tiene que enfrentar la campaña.
-¿Y cuáles son los desafíos de esta etapa?
-Es una etapa en que la competencia es más abierta, directa, y todos los participantes van a estar en la cancha. Es algo que hasta ahora no había ocurrido. Había una especie de prejuego, donde algunos tenían a sus jugadores en la cancha, otros todavía no los mostraban y algunos no contaban con el plantel definitivo. Ahora están la cancha, las reglas relativamente claras y hay que jugar el partido. Desde ese punto de vista, el entrenador que Andrés Velasco decidió para este equipo es Santa Cruz, y él tendrá las capacidades y habilidades para conducirlo.
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