México: El sistema educativo 2006-2012, entre logros y metas aplazadas
Septiembre 15, 2012

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El sistema educativo 2006-2012, entre logros y metas aplazadas

Carlos Reyes, Campus Milenio, septiembre de 2012
Con altibajos. Con contrastes. Así debe leerse el balance final del sexto informe de gobierno del Presidente Felipe Calderón. Ni los asuntos pendientes empañan los logros. Ni los logros sacan a flote esos huecos que no pudieron colmarse en esta ruta.
Seis años en el que las políticas educativas se propusieron cubrir los desafíos que marcaban el Plan Nacional de Desarrollo 2007- 2012. Con la cobertura, la calidad y la equidad como ejes centrales en todos los niveles educativos.
El balance pasa por la superación de metas tangibles, como los índices de cobertura y la mejora de la calidad en el sector educativo, en la entrega de becas para frenar la deserción y la reprobación. Mejorar, como dicen los expertos, la eficiencia terminal.
Pero también pasan por esos acuerdos inconclusos, como el de la Alianza por la Calidad de la Educación o la falta de profundidad en los esquemas de descentralización educativa.
Una ruta que en la educación superior también dejó un equilibrio. La cobertura tuvo un incremento considerable y rebasó las expectativas, pero sigue siendo insuficiente, sobre todo cuando se mira a otras latitudes. Ahí es donde el ritmo de crecimiento no es tan satisfactorio como se quisiera.
Las universidades avanzan en la calidad de sus programas, pero un gran porcentaje de los que ofertan las instituciones de educación superior siguen sin ser acreditados ni someterse a estándares muy puntuales y precisos para la evaluación de la calidad.
Poco más de 3 de cada 10 jóvenes se encuentra en las aulas universitarias, pero esa diferencia sigue sin encontrar cabida, sin encontrar respuestas y oportunidades para su desarrollo profesional y su formación personal. O viceversa, como quiera verse.
Las instituciones contaron con un presupuesto que pudo salvar los intentos de recortes y sacaron a flote su operatividad y su financiamiento, aunque no fueron tantos como éstas exigieron y pidieron, año con año, durante este sexenio.
Se trata, en suma, de un balance que toca los dos extremos. Hay pendientes. Pero hay metas que no deben soslayarse. Una base que tiene que ser considerada y aprovechada para dar continuidad a esos proyectos que permitieron avanzar en calidad, cobertura, equidad y otras áreas.
En todos los niveles
La última lectura del sexenio habla que desde 2008 hasta el cierre de esta Administración, se concursaron y otorgaron más de 140 mil plazas , de manera abierta y transparente.
Se estableció por vez primera, la Evaluación Universal para los docentes y directivos de educación básica pública y privada.
En estos seis años, entregamos más de 774 mil estímulos, 235 mil en 2012, con una inversión federal total de 2 mil 600 millones de pesos.
Con el respaldo de varias instituciones de educación superior, a partir del ciclo 2008-2009, se diseñó un catálogo de Formación Continua, con una oferta inicial de 142 programas académicos impartidos por 16 universidades, y que hoy alcanza los mil 115 programas, que incluyen cursos, diplomados, especialidades, maestrías y doctorados, ofertados por 320 instituciones de educación superior.
Se incorporó el idioma inglés como segunda lengua en más de 26 mil escuelas de todo el país (5 mil 731 prescolares, 15 mil 273 primarias y 5 mil 2 secundarias, en beneficio de más de 7 millones de alumnos.
En 2007, se crea el Programa Escuela Segura, en el que participan más de 47 mil escuelas de preescolar, primaria y secundaria en las 32 entidades federativas, en beneficio de 10.1 millones de niños y jóvenes.
En educación media superior, se puso en marcha la Reforma Integral en 2008. A cinco años de iniciada, se amplió la cobertura nacional de 58.6 por ciento a 69.3 por ciento, misma que llegará al 71 por ciento, al cierre del sexenio.
Se han alineado los planes y programas de estudio en 7 mil 310 planteles, al marco curricular común, que establece la Reforma y que impulsa la educación por competencias.
Es decir, en estos planteles estudia alrededor del 76 por ciento de todos los alumnos del nivel bachillerato; poco más de 3.3 millones.
En este contexto, recientemente ingresaron al Sistema Nacional de Bachillerato, los primeros 206 planteles de educación media superior, y alrededor de 320 planteles más han dado los primeros pasos para tramitar su ingreso al Sistema en lo que resta de este año.
La última lectura en nivel superior
En este nivel, se logró elevar la cobertura de educación superior de 25.2 por ciento en 2006, a casi 33 por ciento al cierre del ciclo 2011-2012. Al cierre de este 2012, será de 35 por ciento, 10 puntos porcentuales por encima de la existente en el 2006.
Este aumento de matrícula equivale al que se llevó a cabo en el periodo comprendido entre 1950 y 1982.
Para ello, se crearon 140 nuevas universidades y 96 nuevos campus de instituciones ya existentes.
En el ciclo escolar 2006-2007, la matrícula nacional de educación superior, sin incluir el posgrado, era de 2.5 millones de alumnos. En el ciclo 2011-2012, alcanzó los 3 millones 275 mil estudiantes; en el ciclo que inicia aumentó a casi 3.5 millones de estudiantes.
En materia de evaluación y acreditación, el número de programas reconocidos por su buena calidad aumentó de mil 868 a 3 mil 681 entre 2006 y 2012.
Esto significa que hoy más de la mitad de los alumnos universitarios (57.5 por ciento, cursan en programas evaluados y acreditados por su buena calidad. Menos de 18 por ciento comparado con 2006.
De igual manera, cada vez más instituciones de educación superior adoptan el Examen General para el Egreso de la Licenciatura, EGEL, diseñado por el Ceneval.
Así, entre 2006 y 2011, se aplicaron más de medio millón de pruebas a estudiantes al término de sus estudios.
En 2011 se aplicaron casi 110 mil exámenes, con la participación de 548 universidades y tecnológicos, cifras que contrastan con las 74 mil 500 pruebas aplicadas en 2006, y las 371 instituciones de educación superior que participaron en ese año.
La ruta apenas comienza, ya que 1 de cada 4 egresos de la educación superior presenta el EGEL. Los otros 3 aún no son parte de esta dinámica.
Los inconvenientes no resueltos
Sin embargo, más allá de las metas alcanzadas, también se encuentran los problemas que prevalecen y los asuntos que no terminan por resolverse en el ámbito educativo. Y uno de ellos pasa por aquellos jóvenes que están, por ahora, excluidos y sin posibilidades de continuar sus estudios.
De acuerdo con el Panorama de la Educación 2012, presentado esta semana por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en México, la proporción de jóvenes entre 15 y 29 años de edad que no estudian ni trabajan aumentó en 2009 y en 2010.
En México, esta cifra se elevó en un año en 0. 5 por ciento, con lo cual la proporción es de 24 . 4 por ciento. Un dato que lo coloca como uno de los tres países con mayor porcentaje de jóvenes que no estudian ni trabajan.
Aunado a ello, la Encuesta Nacional de la Juventud 2010, habla de que en México, el 77 por ciento de este grupo se compone de mujeres.
A pesar de que la participación de las mujeres en el sistema educativo y en el mercado laboral ha aumentado significativamente en los últimos años, el elevado porcentaje de mujeres jóvenes que no estudian ni trabajan se relaciona con aspectos culturales, desigualdades de género y decisiones personales del curso de vida, como la determinación de unirse con su pareja, 59.1 por ciento, y/o iniciar y formar una familia, 67.2 por ciento tienen hijos.
Hoy, más de dos tercios de las mujeres jóvenes que no estudian ni trabajan se dedican a las tareas domésticas, es decir el 72.1 por ciento.
De acuerdo con los datos de la OCDE, uno de cada diez jóvenes varones mexicanos entre 15 y 29 años no trabaja ni estudia, uno de los niveles más bajos entre los países de la Organización.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de la Juventud (2010), el 74 por ciento de ellos desea continuar estudiando, el 58 por ciento tiene experiencia laboral previa y el 9.8 por ciento de las mujeres y 41.1 por ciento de los varones que no estudian ni trabajan se encuentran buscando activamente un empleo.
Y, como lo advirtió la OCDE, el fenómeno de los jóvenes que no estudian ni trabajan es un asunto de la mayor importancia que exige la intervención de todos los órdenes de gobierno.
Por ello, se deben coordinar acciones para ampliar las oportunidades educativas y laborales entre los jóvenes.
El cristal con que se mire
En otra vertiente, si bien la cobertura rebasó el 30 por ciento trazado para finales de sexenio, conviene, conviene advertir que no se trata de un indicador que ponga con ventajas al país en el contexto internacional.
Se tiene casi el 35 por ciento, pero se concluirá el sexenio con una cobertura universitaria por debajo de países de la región como Chile, Argentina y Brasil quienes tienen coberturas superiores al 50 por ciento.
Incluso, como lo puntualiza el propio sexto informe de gobierno, hasta el ciclo escolar 2011-2012, seis entidades federativas permanecen por debajo del umbral del 25 por ciento en cobertura universitaria: Estado de México, Guanajuato, Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Quintana Roo.
Y aunque la calidad es un aspecto que se trabajó con mucho detalle en este sexenio, el 45 por ciento de los estudiantes universitarios realizan sus estudios en instituciones cuyos programas no están reconocidos por su calidad educativa.
Como lo reconocen las propias cifras de la Subsecretaría de Educación Superior, en la educación privada el problema es aún mayor, ya que entre 70 y 80 por ciento de la matrícula de las instituciones de educación superior particulares, es decir entre 700 mil a 800 mil alumnos, aproximadamente, cursan programas o carreras que no están reconocidos por su buena calidad.
Asimismo, en cuanto al gasto por alumno en educación superior para el ciclo escolar 2012-2013, éste es de 67.6 mil pesos, es decir, tres veces más que en el nivel secundaria, el cual es de 21.6 mil pesos.
Por ello, la investigadora de la Universidad Iberoamericana (UIA), Sylvia Schmelkes, advierte que esta diferencia juega en sentido contrario a lo que se marca en el resto de los países miembros de la OCDE.
La diferencia entre la inversión por alumno en educación básica y educación superior, en el promedio de los países miembros de la OCDE, es de 1.5 veces más y no de tres veces más como en el caso de México.
Diferencias y pendientes que registra la actual administración. Entre logros y metas superadas. Todo, como parte del mismo balance.
La autocrítica y la evaluación
Otro de los asuntos que fueron centrales en esta administración fueron las pruebas de aprovechamiento en varios niveles educativos. De hecho, las autoridades se pusieron una serie de metas, incluidas en el Plan Nacional de Desarrollo 2007- 2012, para incrementar los porcentajes y mostrar una evidencia del avance de los alumnos en matemáticas, comprensión lectora, ciencias y otras materias.
Tras la entrega de los resultados 2012 de las pruebas ENLACE, el Secretario de Educación Pública, José Ángel Córdova Villalobos, les dio una lectura, a lo que se hizo durante este tiempo.
“Los resultados de ENLACE, tanto en básica como en media superior, nos muestran avances, aunque también importantes retos, principalmente en el nivel de secundaria y en la asignatura de español y competencia lectora en los tres niveles educativos”.
“Somos los primeros en admitir que faltan mayores esfuerzos de todos, autoridades educativas, magisterio, comunidad escolar, padres de familia, sociedad, porque en una democracia como la nuestra, la mejora educativa nos convoca a todos, para dar a nuestros niños y jóvenes la educación de calidad que queremos y que necesita México.
“Sin embargo, estos resultados también nos dicen que, aunque nos tardamos como país en darle la relevancia a la calidad y a la evaluación, para mejorar nuestra educación, caminamos en la dirección correcta”.
“Entre los muchos logros educativos de este Gobierno, como es la universalización de la educación primaria, la ampliación de coberturas en media superior y superior, por arriba de las metas propuestas por el Presidente Calderón, y el programa más grande de becas de la historia de la educación en México, creo que el logro más importante y que este gobierno dejará como semilla es, sin duda, la cultura de la evaluación y de la calidad”.
“Como Secretario de Educación Pública, no espero resultados espectaculares en este tipo de pruebas de un año para otro, porque los cambios estructurales, los verdaderamente profundos son por definición graduales en la expresión de sus resultados”.
“Lo importante para nosotros y para las autoridades educativas de todo el país es mantener un ritmo constante en las acciones y en los programas, contando siempre con la participación y compromiso de los maestros, de los padres de familia y de la sociedad, a fin de que los resultados mejoren año con año de manera sistemática”.
Carlos Reyes

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