De acuerdo a la información de prensa (ver más abajo), las universidades agrupadas en el CRUCH habrían propuesto ayer al Ministro de Educación una serie de medidas para acortar la duración real y formal de las carreras que imparten. El documento que contiene la propuesta no aparece sin embargo –hasta hoy (11:00 am)– en la página del CRUCH.
¿Qué pensar de las medidas propuestas? A continuación algunas reflexiones iniciales.
1. Las medidas enunciadas por el CRUCH sólo representan a una parte menor de la provisión de educación terciaria que existe en el país: un 29% el año 2011, según la información proporcionada por el SIES. Es un error que compromete tanto al CRUCH como al Ministro de Educación el insistir en “encajonar” la delibreción pública dentro de límtes tan estrechos, excluyendo a las instituciones que proveen más del 70% de las plazas de estudio.
2. El debate en sí está mal planteado, pues no se ha explicitado un marco de objetivos de política dentro del cual poder evaluar propuestas sobre acortamiento o alargamiento de carreras. ¿Qué se busca? ¿Reducir el costo de las carreras para los estudiantes y sus familias y/o para reducir el subsidio del Estado vía becas y créditos? ¿O mejorar la calidad de la enseñanza? ¿O incrementar el acceso y crear mayores portunidades en una perspectiva de equidad? ¿O bien producir una modificación en la aqruitectura curricualr y de grados y títulos? ¿O mejor la empleabilidad de la oferta de personal calificado en el mercado laboral? ¿O adoptar estándares de duración de un primer grado (o título) acordes con la mayoría de los países de la OCDE? ¿La intención es abarcar todas las carreras, solo las carreas universitarias, también los programas vocacionales (Tipo 5B del CINE 1997), en cualquier área del conocimiebto o sólo en algunas? ¿Se desea combinar algunos de estos objetivos entre sí, cuáles y cómo? Mientras estas cuestiones de fondo no se aclaren, el debate será artificial, superficial y no conducente.
3. El gobierno debería explicitar cuáles son sus objetivos y, en función de ellos, como suele hacerse en el caso del Reino Unido y otros países –que el Ministro Bayer bien conoce– consultar a las instituciones de educación superior individualmente en una primera ronda del proceso, pues las diferencias entre ellas son tan significativas como para ameritar respuestas también diferenciadas y no solo la voz de entidades gremial-corporativas, que podrían ser consultadas en un segundo momento.
4. En cuanto a las propuestas del CRUCH para el acortamiento real de las carreras, que es lo que interesa e imporat, cabe señalar lo siguiente:
a. Se propone crear un programa integrado de nivelación de competencias básicas: en la práctica, podría entenderse que las universidades CRUCH proponen una fase o ciclo de nivelación para alumnos con diversas trayectorias formativas que sería el mismo en las diversas instituciones y podría durar entre 1 y 4 semestres. ¡Esto terminaría alargando los programas de estudio! Tampoco resulta claro por qué la nivelación habría de ser un ciclo integrado o único, cuando la demanda estudiantil y la oferta por parte de las instituciones son tan variadas. Ni es claro a quien correspondería ofrecer este ciclo: ¿A la enseñanza secundaria, mediante un año agregado a los cuatro actuales? ¿Para todos sus estudiantes por igual, alumnos secundarios de la enseñanza científico humanista y técnico profesional? ¿A un nuevo, cuarto tipo, de instituciones de educación postsecundaria? ¿A los CFT, IP y las universidades? ¿A todas ellas, independiente de su misión y niveles de selectividad? Resulta evidente que estas interrogantes no pueden responderse al margen de un debate serio sobre la reforma de la enseñanza sceundaria y las modalidades de admisión a la enseñanza terciaria.
b. Se sugiere establecer un sistema de créditos transferibles y, para ello, se reclama mayor financiameinto del Estado. Hace por lo menos 20 años que se viene hablando de la necesidad de flexibilizar el régimen curricular, basándolo en créditos de aprendizaje, medida que debería ser adoptada por las propias instituciones mediante un amplio acuerdo que debe incluirlas a todas. Solo de esta forma podría lograrse una mayor movilidad horizontal y vertical de los estduiantes. Sin embargo, hasta el momento los avances son parciales y más bien escasos, sin que se haya creado un régimen de créditos transparente y universal para el sistema nacional de educación superior.
c. Se propone una formalización de la certificación gradual, para lo cual se necesitaría introducir gradualmente “un mecanismo discreto para el reconocimiento de los logros alcanzados por los estudiantes”, haciéndolo acumulable y reconocible. La cuestión central no aparece respondida, sin embargo: ¿qué valor reconocerá el mercado laboral a los grados intermedios? Tampoco se abordan las preguntas anexas: ¿Qué reformas curriculares deberán hacerse para asegurar empleabilidad a esos grados intermedios? ¿Quedaría esto entregado a cada institución o habría una reforma de alcance-sistema o de sus tres niveles institucionales verticales? ¿Como se ajustarían los vínculos entre el pregrado y el posgrado bajo estas nuevas formas de articulación?
d. Se propone revisar aspectos administrativos y curriculares que demoran la titulación sin aportar aprendizajes. Preguntas: ¿Cuáles y cuántos son esos aspectos? ¿Por qué no se han abordado desde ya? ¿Qué obstáculos hay que remover? ¿Cuál es el diagnóstico universidad por universidad en estas materias de excesivo burocratismo o mal diseño organizacional
e. Completamente ausente de la propuesta parece estar el tema de la relación entre eficiencia interna de las instituciones (en términos de retención y graduación oportuna) y financiamiento estatal, cuestión que la literatura y la experiencia internacionales muestran resulta crucial al momento del diseño de políticas. Varios países vinculan, con éxito y positivo impacto, parte del financiamiento público de las instituciones de educación superior con la duración real de los estudios, ya sea incidiendo sobre los años de duración de las becas (Holanda) o sobre el número de créditos de aprendizaje aprobados válidamente por los estudiantes (Dinamarca). Medidas de este tipo han evidenciado ser las más efectivas.
En suma, un debate mal planteado, sin objetivos, limitado en su representatividad y alcance, y con medidas escasamente innovativas y poco promisorias.
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Plan del Cruch para acortar carreras propone nivelación y grados académicos intermedios
El documento entregado ayer al ministro de Educación en Puerto Montt plantea nueve medidas
por Carolina Araya A., La Tercera, 1 de junio de 2012
Ayer se cumplieron los dos meses de plazo que dio el ministro de Educación, Harald Beyer, a los rectores para presentar un informe que explicara la razón de la extensa duración de las carreras universitarias en Chile y que superan en dos años promedio a la de países de la Ocde. Sin embargo, además del diagnóstico, las autoridades académicas incluyeron en el documento de 67 páginas propuestas que permitirían aumentar la eficiencia y optimizar los procesos de titulación actuales y además comprometerse a estudiar un conjunto de medidas que permitirían acortar el tiempo formal de los programas académicos. Esto, siempre y cuando exista un compromiso del Estado a una regulación de la educación superior, en que además se realice una revisión del financiamiento institucional y estudiantil.
La propuesta señala que es necesario establecer un calendario de trabajo con el Mineduc durante cinco años, en el que en los primeros se establezca un plan de trabajo para abordar el problema, se realicen estudios de profundización y caracterización de las universidades y una revisión de los aspectos curriculares y administrativos.
Acortamiento real de las carreras:
1 Nivelación de competencias básicas: una vez que el alumno haya ingresado a la institución, se plantea establecer un programa integrado de nivelación, donde se realice un seguimiento y un reporte oportuno del estudiante. Esto, porque en varias universidades las carreras toman tres a cuatro semestres en equiparar el nivel académico de los estudiantes.
2 Sistema de créditos transferibles: “Se basa en considerar la carga académica de los estudiantes y hacerlas equivalentes para el conjunto de las instituciones con el objetivo de promover el reconocimiento académico, la movilidad estudiantil”, dice el texto. Según el informe, esta medida ya fue adoptada por las universidades tradicionales; sin embargo, ha sido financiada mediante fondos concursables. Para que se establezca como política institucional, el Cruch señala que es necesario que exista un financiamiento permanente.
3 Formalización de la certificación gradual: según el documento, para acortar el tiempo que toma titularse es necesario “revertir el esquema de todo o nada”, en que todo es estar titulado y nada es sólo tener enseñanza media a pesar de haber pasado por la universidad. Esto implicaría introducir gradualmente “un mecanismo discreto para el reconocimiento de los logros alcanzados por los estudiantes”, haciéndolo acumulable y reconocible.
4 Fortalecimiento de la movilidad estudiantil: el informe plantea que establecer un mecanismo que facilite la movilidad estudiantil dentro de una institución o incluso entre instituciones del Cruch permitiría “abordar la deserción y demora en la titulación por búsqueda vocacional”. Por eso se propone la creación de una Unidad en el Consejo de Rectores que cumpla este rol.
5 Revisión de aspectos administrativos y curriculares: se establece que hay todavía procesos administrativos “prescindibles” que demoran la titulación sin aportar aprendizajes.
Acortamiento formal de las carreras.
1 Nivelación de competencias: se propone establecer un “programa de nivelación de competencias previo al inicio de la carrera”. Esto significaría realizar un diagnóstico al estudiante. Si no está suficientemente preparado para ingresar a la institución, porque tiene deficiencias en su formación secundaria, tendría que realizar un programa de uno o dos años que le permita mejorar su formación.
2 Formación continua: se plantea que debe existir un aumento en la cobertura del financiamiento hacia postgrados que permita que el alumno siga con los estudios de manera más rápida y continua.
3 Marco regulatorio: que exista un mecanismo que permita regular el sistema para transparentar y legitimar los títulos y grados que se entregan independiente de la institución.
4 Habilitaciones profesionales y modificaciones legales: diversos organismos del sistema de administración pública o municipal realizan especificaciones en la cantidad de semestres cursados por los estudiantes para postular a un trabajo. Por lo general, se plantea entre 8 y 10 semestres universitarios como requerimiento.
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Inclusión del ranking de egreso del colegio y fecha de la PSU 2012 al proceso de selección se definirán en 10 días: Consejo de Rectores propone cronograma de cinco años para acortar carreras universitarias
Los planteles presentaron agendas de corto y largo plazo. El ministro Harald Beyer afirmó que el planteamiento no lo deja contento.
Alejandra Muñoz, El Mercurio, 1 de junio de 2012
Dos caminos para conseguir que los estudiantes tarden menos años en conseguir un título universitario presentó ayer el Consejo de Rectores (CRUCh) al Ministerio de Educación.
El análisis de los planteles tradicionales -solicitado por el ministro Harald Beyer hace dos meses- considera una agenda de corto plazo, en la que se comprometen a reducir las tasas de deserción y acercar los plazos de titulación efectivos a los tiempos previstos. En el largo plazo, propone un cronograma de cinco años para abreviar la duración formal de los programas de estudio.
Para el corto plazo, los rectores plantean que se requiere establecer sistemas integrados de nivelación de estudiantes (hoy cada universidad tiene programas independientes), avanzar en el sistema de créditos transferibles que permiten más movilidad entre planteles, organizar las carreras en ciclos que permitan obtener grados intermedios y revisar trabas curriculares y administrativas.
El documento plantea que “la implementación estable de las acciones de intervención para mejorar la titulación oportuna requiere de igual estabilidad de financiamiento. Resolverlo exclusivamente por la vía de fondos concursables mantiene estas acciones como experiencias piloto”.
A largo plazo, la idea es abordar aspectos como el perfil de egreso de los estudiantes de la enseñanza media y se especifiquen temas como la formación continua de los profesionales y el tipo de formación que se quiere entregar (grados académicos o títulos profesionales habilitantes para el mundo laboral).
El cronograma de cinco años plantea que en los dos primeros el CRUCh y el Mineduc diseñen un plan de trabajo, hagan estudios sobre el tema y revisen aspectos administrativos y curriculares.
Al tercer año debería estar funcionando un sistema integrado de nivelación de competencias de los estudiantes y, al quinto, formación continua con posgrados amplios y financiamiento.
En forma paralela, el Mineduc debería preocuparse de mejorar el perfil de egreso de los alumnos de enseñanza media. “No es sólo un problema de colegios buenos o malos, sino de que los mismos contenidos de las mallas curriculares de la educación media no tienen las materias que son necesarias en la universidad; por ejemplo, un estudiante que va a ingeniería no sabe integrar, no sabe derivar, eso nunca se lo van a pasar en el colegio”, dijo el vicepresidente del CRUCh y rector de la Usach, Juan Zolezzi.
La autoridad académica añadió que desde 2005 las universidades tradicionales han reducido en 10% las brechas entre duración real y teórica de las carreras, lo que implicó un ahorro de $300 mil millones para el país.
Aunque no quiso pronunciarse en profundidad sobre la propuesta, el ministro Harald Beyer afirmó que “no me dejó muy contento”. Ello porque no le parece evidente que se requiera de un cronograma y más fondos para avanzar en la reducción de las carreras.
Además de oír a los rectores, el ministro les expuso, en Puerto Montt, su propuesta de fórmula de cálculo de los nuevos aranceles de referencia, que fija el valor máximo que cubrirán las becas y créditos estatales para cada carrera.
La nueva fórmula incorpora aspectos como los ingresos promedio de los egresados de los últimos cinco años, tasa de deserción, duración promedio y composición socioeconómica de los estudiantes de las carreras. Sobre este último punto, el ministro afirmó que la idea es que “en caso de que el nivel socioeconómico de los alumnos de un plantel sea muy bajo, sube el arancel de referencia y si la composición socioeconómica es muy alta, con jóvenes que vienen de hogares acomodados, baja”.
Según el Mineduc, su propuesta tendrá efectos positivos: instará a los planteles a mejorar las habilidades de sus egresados, bajar las tasas de deserción y reducir la duración de las carreras.
El cambio de los actuales aranceles de referencia a los propuestos por el ministerio se realizaría en forma gradual. El rector Zolezzi afirmó que analizarán el documento presentado por el ministro y que pedirán simulaciones sobre programas concretos, para ver cómo funciona la fórmula ministerial en la práctica.
Ranking y PSU se definirán en sesión extraordinaria
En la reunión de ayer, el Consejo de Rectores analizó la posibilidad de incorporar el ranking de egreso del colegio del estudiante como factor en el proceso de admisión 2013.
Como algunas universidades regionales pidieron más plazo para analizar la idea, se acordó realizar un encuentro extraordinario dentro de 10 días, donde se zanjaría el tema.
“Algunos rectores quieren ver simulaciones. La idea es ver cómo se redistribuyen los estudiantes del año pasado o del antepasado si incorporamos el ranking y le damos una ponderación del 5%, 10% o 12%”, explicó el rector Zolezzi.
El rector de la UC y presidente del grupo de planteles no estatales del CRUCh (G-9), Ignacio Sánchez, se mostró satisfecho con la buena disposición para incorporar esta variable. “Está claro que es un tema importante. Diría que está la voluntad de todos de hacer los mayores esfuerzos para, solucionando las dudas que existen, poder aprobarlo e implementarlo en el próximo proceso de selección”, dijo el rector de la UC.
Otro tema pendiente es la fecha de la PSU: ayer se plantearon como alternativas la última semana de noviembre y la primera de diciembre. El tema se zanjará en la misma sesión extraordinaria.
Además, los rectores se reunieron ayer con dirigentes de la Confech, quienes también abogaron por incluir el ranking .
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Rectores entregan propuesta sobre acortamiento de carreras y plantean reducir deserción
El Consejo de Rectores, reunido en Puerto Montt, dio a conocer el informe que les pidió el ministro Harald Beyer sobre la duración de las carreras de pregrado. Titular de Educación, por su parte, les presentó una formula que permite conocer el valor esperado que va a tener el estudiante como pago futuro de la carrera y lo que significa el valor que la carrera le va a aportar a él.
Jueves 31 de mayo de 2012| por Nación.cl
En el Centro de Eventos del Hotel Gran Pacífico, en Puerto Montt, se realizó este jueves la tradicional asamblea de fin de mes del Consejo de Rectores (CRUCH) – reúne a los 25 rectores de las universidades públicas y tradicionales- a la que asistió el ministro Harald Beyer.
En la jornada el vicepresidente ejecutivo del Consejo y rector de la USACH, Juan Manuel Zolezzi, explicó los detalles del informe que prepararon los jefes de las casas de estudios superiores sobre la duración de las carreras de pregrado, tarea que les había impuesto a fines de marzo el titular de Educación.
Beyer, por su parte, les detalló la propuesta para un nuevo sistema de aranceles de referencia.
LÍNEAS DE TRABAJO
En relación al informe sobre la duración de las carreras, el CRUCH planteó dos líneas de trabajo: una que tiene que ver con profundizar la titulación oportuna concentrándose en la disminución de la deserción y otra línea, que se relaciona con comprometerse con el Mineduc en converger en una línea de acortamiento que permitiría que en algunas carreras se pudiera llegar a los estándares que están establecidos en los países de la OCDE.
El Consejo planteó un itinerario de 5 años para cumplir con la propuesta de acortamiento de carreras y en su estudio señaló que es fundamental hacer la distinción de que en algunos países se habla de carreras más cortas pero no se habla de carreras sino de grados que es muy distinto a entregar una carrera que otorgue un título profesional habilitante donde la persona sale directamente al trabajo y no tiene que seguir estudiando.
En este punto, Zolezzi agregó que “no necesariamente se podría reducir la duración del tiempo en todas las carreras, pues depende si lo que queremos es que la persona termine con un título habilitante profesionalmente o que termine con un grado académico y tenga que seguir estudiando”.
Harald Beyer dijo que el ministerio quería tener resultados rápidos en esta materia porque resulta algo de primera necesidad para la familia chilena.
“Queremos avanzar rápido en esa materia, en plazos prudentes, pero queremos tener carreras más breves, que los estudiantes se titulen en forma oportuna, que las carreras no sean prolongadas porque eso afecta sus bolsillos, los de su familia y eventualmente al Estado cuando apoya a los estudiantes”, explicó.
ARANCELES DE REFERENCIA
En cuanto a los aranceles de referencia el ministro presentó una formula que permite conocer el valor esperado que va a tener el estudiante como pago futuro de la carrera y lo que significa el valor que la carrera le va a aportar a él.
Beyer señaló que el objetivo de los aranceles de referencia es regular la pertinencia de las carreras a lo que el rector Zolezzi señaló que es “un tema que preocupa pero que no es válido para todas las carreras”.
Juan Manuel Zolezzi indicó va a “analizar las simulaciones que ha hecho el ministerio, vamos a pedirlas si es que las hay sino vamos a tener que hacerlas nosotros mismos. El ministro dijo que no había un gran apuro sobre este tema, estaba interesado en que se avanzara pero no necesariamente tenía una urgencia inmediata”
En el tema de la Superintendencia, el rector Zolezzi señaló que el proyecto no responde a lo que fue en un momento la aspiración de regular el tema del lucro. “Pensamos que el tema de la calidad debió haber quedado incluido y dado que el proyecto no se ha aprobado, una posibilidad concreta es la de mejorarlo”.
Espacio para acortar las carreras universitarias
Ricardo Paredes, Profesor Escuela Ingeniería UC y ex presidente Comisión de Expertos en Educación del Mineduc
La Tercera, 1 de junio de 2012
EL ALTO costo en el que incurren las familias cuando sus hijos asisten a la universidad obedece en gran parte a la excesiva extensión de los estudios universitarios en Chile. El ministro de Educación ha planteado la necesidad de reducir la duración de las carreras como una forma de reducir este costo, para lo cual solicitó al Consejo de Rectores un informe con propuestas al respecto, documento que le fue entregado ayer.
Si bien las particularidades de cada caso sugieren avanzar con cautela, existe espacio para tomar la petición por parte de las universidades, particularmente las que han liderado el diseño curricular. Para ello es necesario introducir elementos de gestión e incentivos a los alumnos para que terminen sus carreras en los tiempos que teóricamente debieran hacerlo, lo que sin cambios curriculares reduciría la extensión y el costo de la demora.
Es que la varianza de excesos de duración entre carreras es síntoma de que hay espacios para la acción. Según datos del Mineduc, las carreras de agronomía, derecho, ingeniería forestal y medicina veterinaria tienen duraciones reales que exceden el 60% de la duración teórica. Por otra parte, educación, odontología y medicina tienen excesos que no superan el 18%, lo que en parte obedece a los requerimientos legales de tener títulos para la habilitación profesional en este grupo de carreras.
Si las diferencias en los excesos de duración obedecen a los requerimientos legales, es evidente que los requerimientos de habilitación generados no por la ley, sino por las demandas productivas son menores a los que en promedio las universidades determinan en sus currículos. En otras palabras, es posible que el mercado no reconozca como productiva ni habilitadoras las materias o los requisitos que explican parte de la duración de un conjunto de carreras y que, consecuentemente, los estudiantes, sin necesidad de título, ya puedan conseguir trabajos.
Pero aunque hay espacio para reducir la duración por efecto de graduación oportuna (gestión) y curricular, se requiere enorme prudencia. Un currículo que formalmente extiende carreras puede deberse a la necesidad de reforzar o crear una base de conocimiento mínimo que el sistema escolar no entrega, lo que pudiera ser cierto en universidades que reciben alumnos con formación precaria. En este caso el currículo no debiera ser el mismo entre universidades. Alumnos con formación más precaria no requerirían de la misma manera reforzar o crear conocimientos como sí lo requerirían universidades que reciben alumnos con bases más precarias. De ser esa la razón, el currículo formal debiera tener una estructura diferenciada entre universidades. Incluso, la necesidad de reforzamiento o de creación de habilidades básicas pudiera proveerse a un nivel no universitario.
Otra razón que pudiera estar detrás de un mal diseño curricular es el proceso de elaboración y actualización curricular. El puede darse en contextos de capturas de grupos de académicos, que en el diseño y actualización curricular velan por sus nichos e impiden una modernización curricular. De ser éste el caso, los cambios que emerjan de los propios académicos sin directrices serán poco relevantes.
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