Luz roja a un grave desacierto de la actual política educativa
A propósito de semáforos, información a los padres y calidad de la educación, quisiéramos advertir a esos padres y a la opinión pública acerca de un proyecto de ley en trámite en el Parlamento, el cual puede afectar gravemente la calidad educativa.
Se trata de un cuerpo legal patrocinado por el gobierno y aprobado recientemente por la Cámara de Diputados que permite a los sostenedores educacionales, tanto públicos como privados, que se hayan incorporado al régimen de subvención escolar preferencial, redestinar los recursos que recibirán de esa subvención los años 2010 y 2011 a gastos de reparaciones y reconstrucción de sus establecimientos escolares, cuando éstos se encuentren en las regiones más afectadas por el terremoto.
La anterior propuesta, aún más desacertada que la medida del semáforo, es pan para hoy y hambre para mañana. Muestra además, como el actual gobierno pierde la brújula al atacar el grave problema de la mala calidad de la educación, según ellos mismos lo califican.
Esta medida resulta profundamente errada. No resulta aceptable y es de la mayor gravedad que con este proyecto, en vez de apoyar con más recursos de la subvención preferencial a los mismos establecimientos que el gobierno declara deficitarios en calidad, marcándoles con colores rojo o amarillo, les esté quitando esos recursos, para que reparen sus infraestructuras. Si la calidad educativa es tan importante, por qué no destinar para las reparaciones nuevos recursos, sin distraer en otros fines los destinados a la calidad. No hay otra explicación, con tal de ahorrar, se sacrifica la calidad.
Resulta francamente imperdonable lo que se intenta hacer. Más aún, si la ley de subvención preferencial fue largamente debatida y todos los sectores políticos con representación parlamentaria coincidieron en que esos recursos debían ser sólo para calidad. Recordamos ahora a los parlamentarios del actual gobierno, en ese entonces de oposición, quienes señalaban reiteradamente que lo verdaderamente importante era lo que ocurría en la sala de clases y que allí había que poner toda la atención. Qué pasa, olvidan lo que dijeron antes ahora que son gobierno. La calidad del aprendizaje es un intangible, consiste en invertir en los cambios de las prácticas docentes, en la transformación de las formas de enseñar y aprender, es centrarse en la tan mentada “sala de clases” y en asegurar que, lo que en ella ocurre, sea significativo para el aprendizaje de los alumnos. Para eso es la subvención preferencial y el actual gobierno no lo puede olvidar si su propósito declarado es la calidad.
Para justificar esta medida, ya se escuchan voces señalando que sólo parte de los recursos de esta subvención se reorientaran para infraestructura o que, en realidad, no resulta grave gastarlos en un fin distinto al que motivó su creación, pues hoy se usan en cuestiones administrativas o de orden menor.
Hay que informar la verdad, al restar esos recursos al fin para el cual fueron creados, se está poniendo en serio riesgo la viabilidad de iniciativas ya emprendidas por un gran número de escuelas, las cuales buscan mejorar lo que ocurre en sus respectivas salas de clases.
De persistir el gobierno en su propuesta, más que incurrir en un grueso error de política, nos estará mostrando que el problema de la calidad le importa de verdad muy poco. Por ello merecería una intensa y muy notoria luz roja.
Pedro Montt
Experto en educación
Centro de Estudios del Desarrollo
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