¿Por qué hay Sistema Nacional de Investigadores (SNI-México) y no más bien nada?
Mayo 12, 2010

conacyt.gif Ponencia presentada por los colegas mexicanos Manuel Gil Antón (UAMI), Jesús Francisco Galaz Fontes (UABC) y Juan José Sevilla (UABC) al I Congreso Nacional de Miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) de México, celebrado en la ciudad de Querétaro, 6 de mayo 2010.
Bajar la Ponencia aquípdfIcon_24.png 116 KB.
En el acápite de conclusiones, los autores señalan:
El asunto no es dejar al SIN como está o desaparecerlo, y menos de manera abrupta: estamos proponiendo un ejercicio analítico, un experimento mental: ¿Y si no hubiera SNI mañana, nuestras IES ya habrían reestructurado sus instancias para hacer posible la actividad de investigación, diferenciar ingresos – o salarios con consecuencias en prestaciones y jubilación – y producir sistemas de estatus diversos de acuerdo a disciplinas, género, edades…?
Tendemos a pensar que no. De tal modo que, quizá, un efecto no esperado del Sistema esté siendo la falta de incentivos para que las IES mejoren: muchos de sus problemas los resuelve un actor externo. ¿Heteronomía o autonomía? ¿Comodidad? ¿Se culpa o se agradece al sistema externo que no causa problemas al interior?
Paulatinamente, creemos, el Sistema debería colaborar, pues no es el único actor, a producir como parte de su agenda, o la de las autoridades educativas y científicas, efectos positivos que hagan que en las IES existan:
• verdaderas carreras académicas pautadas, productivas, exigentes, atractivas,
• posibilidades de integración de jóvenes investigadores,
• esclarecimiento de la naturaleza del trabajo académico, que ya de por sí es complejo (Boyer: descubrimiento, enseñanza, aplicación e integración),
• apertura a la presencia, y el respeto a su saber específico, de actores profesionalmente preparados al máximo nivel para, por ejemplo, recaudar fondos (no lo sabemos hacer, ni quizá nos corresponda, dado que hay profesionales que conocen el procedimiento adecuado para ello), atender a los estudiantes en aspectos extraacadémicos (y dejar de lado la tutoría materna y paterna lista para centrarnos en la asesoría académica…), y
• otra serie de aspectos como el reconocimiento de la vida académica no sólo guiado por el modelo del investigador de las supuestas ciencias sólidas, la reducción de la evaluación como contabilidad, el respeto por las trayectorias de nuestros mayores a través de procesos de jubilación decentes…

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