Adjunto un informe de política publicado ayer por mis colegas del Centro de Políticas Comparadas de Educación (CPCE) de la UDP que presenta datos (rendimiento acádemico, datos demográficos, y otros indicadores) de las 321 escuelas (168,279 estudiantes) derrumbadas o con daños severos a causa del terremoto (8,8 en la escala richter) en Chile del 27 de febrero de 2010.
Los autores sostienen que la tragedia representa una oportunidad para el gobierno chileno de mejorar las escuelas vulnerables y de bajo rendimiento en las zonas afectadas. Se presentan 6 propuestas concretas, la mayoría basadas en la experiencia del distrito escolar de New Orleans post-Huracán Katrina.
Puede ver el informe con las tablas y las citas a los artículos sobre la experiencia de reconstrucción e inovación en el sistema escolar de New Orleans Post-Katrina en:
http://www.cpce.cl/es/publicaciones/docman/cat_view/32-noticias
Terremoto 27/2: Oportunidad para mejorar las escuelas en Chile
Gregory Elacqua, Humberto Santos y Felipe Salazar
http://www.cpce.cl
“Llegó el tiempo, no de olvidar, pero sí de ser capaces de secar nuestras lágrimas, poner manos a la obra y trabajar sin descanso para enfrentar esta tragedia, para superar esta emergencia y para reconstruir, y mejor, nuestras viviendas, nuestras escuelas y nuestros hospitales.” (Primer mensaje en cadena nacional del presidente Sebastián Piñera, 18 de marzo 2010). En las palabras del Presidente hay un mensaje claro. Su objetivo no sólo es reconstruir, sino mejorar la calidad de las viviendas, escuelas y hospitales destruidos por el terremoto. Sin embargo, hasta ahora el acento parece estar puesto en la urgencia de que todos los estudiantes estén asistiendo a clases. Las lecciones aprendidas en otras tragedias nos pueden dar luces del camino a seguir.
El 29 de agosto de 2005 el Huracán Katrina devastó la ciudad de New Orleans, incluyendo sus escuelas. Casi dos tercios de los establecimientos de la ciudad fueron dañados por las inundaciones, ocasionando costos estimados en 800 millones de dólares. Más que limitarse al levantamiento de las escuelas, el proceso de reconstrucción incluyó la discusión e implementación de políticas destinadas a entregar a todos los estudiantes una educación de calidad. Aceptando las diferencias con el caso chileno, la experiencia de New Orleans ha demostrado que dentro de la tragedia hay oportunidades para mejorar.
Efectos del terremoto en cifras1
Datos Generales
• Existen, según el catastro de MINEDUC, 321 establecimientos totalmente derrumbados o con daños severos y 4,546 con daños leves o moderados a nivel nacional. Considerando a los estudiantes en establecimientos totalmente derrumbados o con daños severos, la matrícula total afectada (parvularia, básica y media) es de 168,279 estudiantes.
• El costo estimado de las reparaciones en los establecimientos dañados es de 1,600 millones de dólares. (Fuente: MINEDUC).
Establecimientos totalmente derrumbados [Ver anexo 1]
• A nivel nacional, 30 establecimientos se derrumbaron completamente (afectando a 8,568 estudiantes).
• Subvencionados – Todas las construcciones derrumbadas corresponden a establecimientos que reciben subvención estatal (26 sostenedores municipales y 4 sostenedores privados).
• Alta vulnerabilidad escolar – Son establecimientos que atienden a alumnos de nivel socioeconómico bajo y medio bajo, con un alto porcentaje de estudiantes prioritarios (alumnos en condición de vulnerabilidad, según está definido por la ley SEP). En algunos casos, el 100% de su cuerpo estudiantil pertenece a algún pueblo originario.
• Pobre desempeño – Varios de estos establecimientos tienen porcentajes muy altos de alumnos que no han alcanzado las competencias básicas (nivel inicial), según los últimos resultados disponibles de la prueba SIMCE, incluso comparándolos con establecimientos que atienden a alumnos del mismo nivel socioeconómico.
Establecimientos con daños severos no totalmente derrumbados [Ver anexo 2]
• Existen 291 establecimientos con daños severos que no se derrumbaron en las regiones V, VI, VII, VIII, IX y Metropolitana (159,711 estudiantes afectados).
• Mayoría municipal – Tres de cada cuatro establecimientos con daños severos corresponden a establecimientos municipales.
• Varios colegios nuevos – Existe un porcentaje importante de establecimientos particulares subvencionados con daños severos que son relativamente nuevos. Uno de cada tres empezó a funcionar después de 1993.
• Alta vulnerabilidad – Dos de cada tres corresponden a establecimientos que atienden a alumnos de nivel socioeconómico bajo o medio bajo y uno de cada cuatro tiene más de 70% de estudiantes en condición de vulnerabilidad (definido por la ley SEP).
• Pobre desempeño – Existe una fracción importante de establecimientos (25%) con una alta concentración de estudiantes que no han alcanzado las competencias básicas (nivel inicial), según los últimos resultados disponibles de la prueba SIMCE. Por el contrario, existen también establecimientos con alumnos que obtienen buenos resultados: El 15% tiene a más de la mitad de sus estudiantes alcanzando el nivel avanzado en Lenguaje y un 7% en Matemática).
No existe una única solución
Si bien es cierto, es de suma urgencia restablecer el servicio educacional en las zonas devastadas por el terremoto—sobre todo considerando que muchas de las escuelas con daños atienden a una fracción importante de estudiantes vulnerables—es necesario aprovechar la oportunidad para mejorar la calidad de la educación entregada. La forma en que esto se puede conseguir dependerá de la evaluación de cada caso en particular. Existirán tantas opciones como escuelas destruidas.
El bienestar académico de los estudiantes exige que no se reconstruyan escuelas de mala calidad. Es probable que la asistencia a un establecimiento de buena calidad académica compense las semanas perdidas de clases en una mala escuela. Esta situación se presenta por ejemplo en el Colegio Insular Robinson Crusoe ubicado en Juan Fernández (Ver ficha), el cual fue totalmente derrumbado por el maremoto. De 100 establecimientos que atienden a estudiantes de nivel socioeconómico similar, este colegio está en el puesto 95 en Lenguaje y 97 en Matemática, pero es la única opción que tienen los habitantes de la isla. Una situación similar se vive en la comuna de Carahue, con la Escuela Particular Vista Hermosa. De los 11 estudiantes que rindieron la prueba SIMCE 2008 (todos indígenas), 10 se encuentran en el nivel inicial de lectura y matemática (es decir, no logran las competencias básicas).
En el otro extremo está la Escuela Enrique Donn Muller ubicada en Constitución (Ver ficha), una de las zonas más devastadas por el terremoto. A pesar de tener una importante fracción de estudiantes vulnerables, esta escuela había sido capaz de subir 39 puntos en la prueba SIMCE de Lenguaje y 48 en la de Matemática entre el 2007 y el 2008, ubicándose dentro de las mejores de su grupo socioeconómico.
Claramente la estrategia de reconstrucción en ambos casos debe ser distinta. Por un lado, en el caso de los establecimientos de buenos resultados, es necesario apoyar el proceso de reconstrucción de la infraestructura, para restablecer el servicio educativo en forma pronta, manteniendo los recursos humanos y la capacidad administrativa, las cuales representan aspectos claves que explican los buenos resultados. Por otro lado, en el caso de las escuelas de resultados deficitarios, es necesario evaluar la conveniencia de su restablecimiento, analizando en forma profunda las causas de su bajo desempeño. Dicho diagnóstico permitirá no replicar un modelo educacional que ha sido poco efectivo en mejorar los aprendizajes.
¿Cómo construir mejores escuelas en las zonas afectadas?: 6 propuestas
1) Entregar más recursos focalizados: Subvención terremoto
Una condición necesaria para mejorar la calidad de las nuevas escuelas es la disponibilidad de mayores recursos. Por ejemplo, una opción sería entregar una subvención especial transitoria para los establecimientos que se establezcan en las zonas afectadas, la cual actúe como incentivo para el arribo de sostenedores privados que hayan dirigido procesos exitosos y que garantice la disponibilidad de recursos para los establecimientos municipales, considerando el aumento de la carga financiera que tendrán los municipios en las zonas de catástrofe. También se podría implementar la entrega de créditos blandos a sostenedores privados de buenos resultados académicos, cuyos establecimientos hayan quedado con daños severos.
2) Acelerar Aprobación de Ley de Aseguramiento de Calidad
En forma simultánea, el proceso de entrega de recursos debería ser acompañado de un sistema de Aseguramiento de Calidad, reforzando la autonomía de los establecimientos y al mismo tiempo estableciendo los estándares que regulen la calidad del servicio entregado. Esto deja de manifiesto la importancia de acelerar la aprobación de la Ley de Aseguramiento de Calidad que crea la Agencia Nacional de Calidad y la Superintendencia de Educación, proyecto que tiene el apoyo transversal del gobierno y la oposición (aparte de algunos diputados de la Concertación).
3) Entregar administración de establecimientos municipales a sostenedores privados: Modelo charter schools
Una solución alternativa es la entrega temporal (o permanente según el caso) de la administración de establecimientos municipales a sostenedores privados, similar al caso de las charter schools en Estados Unidos. La municipalidad firmaría un contrato con un sostenedor privado que haya demostrado buenos resultados en sus colegios, cediendo la gestión de las escuelas públicas por un plazo fijo. Para poder renovar el contrato con el municipio, el sostenedor tendría que demostrar buenos resultados académicos en el periodo estipulado. Después del huracán, el distrito escolar de New Orleans entregó la administración de varios de sus establecimientos públicos de baja calidad a charter schools – que habían demostrado buenos resultados en forma sistemática en otros estados. La experiencia ha sido bastante exitosa en la mayoría de los casos2.
4) Vouchers de transporte y para asistir a colegios pagados
En el caso de escuelas de pocos estudiantes, es posible reemplazarlas por un medio de transporte que traslade a los estudiantes a escuelas de mayor tamaño en sectores cercanos geográficamente3. En New Orleans se exploró también la alternativa de utilizar vouchers para asistir a colegios privados pagados4. El gobierno podría generar acuerdos con establecimientos particulares pagados para que estos abran cupos a estudiantes de establecimientos destruidos, entregando a cambio un subsidio que cubra una fracción de la mensualidad.
5) Reclutar docentes de calidad con vocación de servicio
La presencia de docentes de excelencia es un aspecto clave para garantizar buenos resultados educativos. Se debe estímular a docentes que puedan lograr buenos resultados con alumnos vulnerables a trasladarse hacia las zonas afectadas y al mismo tiempo asegurar la permanencia de aquellos profesores bien evaluados. En New Orleans se reclutó a 75 profesores de Teach for America para trabajar en las escuelas afectadas por el huracán Katrina. Esta organización recluta jóvenes motivados y recién egresados de las mejores universidades de EEUU para trabajar en las escuelas más vulnerables del país. El gobierno chileno podría generar un convenio con organizaciones privadas que tienen una misión similar – como Enseña Chile – para reclutar nuevos docentes con vocación de servicio, altamente motivados y con altas capacidades académicas dispuestos a trabajar en las zonas afectadas.
6) Aumentar la capacidad de gestión
Finalmente, la capacidad de gestión de los establecimientos es otra de las condiciones necesarias para conducir el proceso de cambio. Estímulos para el traslado de directores líderes y la capacitación de profesionales para administrar establecimientos educacionales es una forma de desarrollar capacidad administrativa al interior de los establecimientos. Experiencias de este tipo han sido importantes en el caso de New Orleans. Por ejemplo, New Leaders for New Schools – organización que capacita a directores líderes para trabajar en escuelas vulnerables de bajo rendimiento – colaboró con el distrito escolar de New Orleans, introduciendo capacidad de liderazgo en las escuelas más necesitadas. El gobierno chileno podría colaborar con instituciones académicas en Chile que tienen programas de formación de directores – como Fundación Chile, PUC, UDP entre otros – para identificar y reclutar a los líderes escolares con vocación de trabajar en los nuevos establecimientos.
Conclusión
Los efectos del terremoto han sido devastadores. Más de 300 escuelas han quedado totalmente derrumbadas o con daños severos, afectando a más de 160 mil alumnos. La tarea de reconstrucción será difícil y costosa. Pero tal como ha señalado el nuevo Presidente, deberíamos tomar el terremoto como una oportunidad no sólo para reconstruir, sino para levantar mejores escuelas.
Las escuelas de buenos resultados que resultaron afectadas, deben recibir el apoyo necesario para volver a funcionar lo antes posible. En el caso de las escuelas de mal desempeño,
Notas
1 Los datos de esta sección fueron construidos a partir del catastro de establecimientos elaborado por el MINEDUC. Los datos están actualizados al 17 de marzo de 2010. Se consideraron sólo establecimientos de educación básica, media o parvularia, excluyendo aquellos de educación diferencial, escuelas de cárceles y escuelas de adultos. Además se excluyen establecimientos que no han completado información del catastro. La cobertura alcanza al 79% de los establecimientos de las regiones V, VI, VII, VIII, IX y Metropolitana.
2 Ver Tough, P. (2008). A teachable moment: Education in post‐Katrina New Orleans. New York Times Magazine. August, 17. http://www.nytimes.com/2008/08/17/magazine/17NewOrleans‐t.html
3 Ver Tironi, E. “No reconstruir todas las escuelas”. Columna El Mercurio, 13 de marzo de 2010. http://www.mer.cl/modulos/generacion/mobileASP/detailNew.asp?idNoticia=C32348620100313&strNamePage=MERSTOC002AA1303.htm&codCuerpo=705&codRev=&iNumPag=2&strFecha=2010‐03‐13&iPage=2&tipoPantalla=240
4 Ver Newmark and De Rugy (2006). Hope after Katrina. Will New Orleans become the new city of Choice? Education Next, Fall 2006. http://educationnext.org/hope‐after‐katrina/
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