Entrevista publicada por el diario El Comercio a Arturo Villavicencio (en la foto), Presidente del Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (Conea) de Ecuador. Profesor investigador y coordinador de investigación de la Flacso, Doctor en Sociología en la U. SorbonneNouvelle-Paris.
El Comercio.com, 31 agosto 2009
Su punto de vista. Existe un cuello de botella con maestros no jubilados porque no quieren una pensión baja.
El Consejo Nacional de Educación Superior acaba de presentar un informe que dice que en 15 de las 71 universidades no se investiga. ¿Cuán grave es esto?
La situación es grave pero no desesperada, es bueno que al menos haya un informe. El Mandato 14 sirve para alertar sobre l problema y dimensionarlo.
Estoy de acuerdo, es parte del edificio que constituye el sistema de educación superior. En ese sentido, es imposible construirlo partiendo del techo, para tener un sistema de investigación integrado al sistema de educación superior primero es necesario contar una planta docente calificada y dedicada a la docencia en los centros académicos.
¿Cuál es el punto más preocupante del informe?
Apenas el 30% de la planta docente de las universidades está en relación de dependencia, significa que uno de cada tres profesores tiene disposición a investigar. Alguien que comparte su tiempo entre dos o tres universidades para juntar un salario decente no va a dedicarse a eso. La dedicación exclusiva es una condición para incrementar el nivel de producción de investigación.
El Conea analizará, en su informe, el escalafón de los maestros. Villavicencio fue crítico al decir que algunos cobran USD 5 por hora de clase dictada…
Es escandaloso, no sé hasta hoy en qué magnitud esto sea representativo de las condiciones de remuneración de los profesores. Pero preocupa que quien tiene una formación académica deba pedir limosna para enseñar.
¿Qué conoce Ud. de eso?
El círculo vicioso de explotación es mayor para las profesoras. Hay una por cuatro hombres en el sistema. Algunas universidades no han pasado la transición postdolarización, se devaluaron los salarios y no fueron ajustados a un ritmo decente.
¿Qué otro problema hay?
Existe una laguna en nuestro sistema de Seguro Social que hace que nuestros profesores e investigadores no se jubilen en la docencia. Si lo hicieran su pensión sería irrisoria y se mantienen de modo artificial en su cargo, casi como profesores honoris causa, pasados los 65 años. Eso crea desequilibrio en la planta docente, en la pirámide de edad y salarios, eso es un cuello de botella para nuevos reclutamientos de docentes con menos experiencia pero quizá con mayor formación académica.
Para elevar la calidad de la educación, ¿hay que empezar por la carrera docente?
Es la historia del huevo y la gallina, uno no puede elevar masivamente los salarios sin criterios de selección de calidad, de evaluación del rendimiento académico, de competencia. No se puede acentuar una situación que ya existe: “malos profesores”, sin doctorados, que pretenden enseñar una maestría, con tres empleos o registrados a tiempo completo en dos o tres universidades. Los salarios no resuelven el problema de la calidad.
¿Qué tan connatural a la academia es la actividad investigativa?
Vamos al tema de posgrados, que no es la Academia. Hay poco menos de 19 000 profesores con contrato en las universidades, solo 360 de ellos tienen doctorado. La docencia en el posgrado descansa en profesores con posgrados, no de cuarto nivel. Quienes tienen maestría son un 17% de la planta, uno de cada seis. En este contexto hablamos de investigación en Ecuador.
Aunque esa sea la realidad nacional, ¿En la universidad se debe investigar?
Es como decir, yo soy un muy buen conductor de carreras de autos deportivos, hasta de Ferrari, y quiero manejar un avión. No es tan así. La investigación es a la carrera docente lo que la aviación a la Fórmula Uno.
Pero, si no se investiga y se crea nuevo conocimiento en las universidades, ¿entonces dónde?
La investigación requiere destrezas específicas, que se adquieren en el doctorado. No es una maestría más grande. El doctorado es aprender a investigar, construir elementos metodológicos y conceptuales para contestar preguntas sustentadas en hipótesis, a partir de esto hablamos de la investigación verdadera.
¿En qué condiciones se investiga en el país?
Desde hace 30 años , la investigación la realizan ONGs no enmarcadas en el sistema universitario. Hoy se habla mucho de los “reservorios del pensamiento”.
¿Qué es eso?
Es una figura de moda sobre el panorama de la investigación en Ecuador. Al igual que las fundaciones es una entidad con capacidad para levantar fondos, con conexiones entre la cooperación internacional y vínculos más o menos cercanos con el Estado.
¿Eso qué efectos tiene?
La investigación depende del financiamiento externo y condicionado (en temáticas y agendas planteadas de antemano). Se piensa que un investigador es quien ve el mundo desde una torre de Marfil, distanciado de las personas reales. Otro efecto es la discontinuidad en los trabajos, no se piensa en largo plazo.
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