Se ponen aquí a disposición los dos Informes publicados en Chile sobre Innovación para la Competitividad; el más reciente, de 2007, y el anterior, del año 2006.
El primero, producido por el Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad, designado por la Presidenta M. Bachelet, y presidido por Nicolás Eyzaguirre, de febrero 2007. Este Consejo está constituido por los siguientes miembros:
Nicolás Eyzaguirre Guzmán, Presidente del Consejo
Celia Alvariño V., Consejera
Ricardo Barrenechea A., Consejero
José Miguel Benavente H., Consejero
Edgardo Boeninger K., Consejero
José Joaquín Brunner R., Consejero
Servet Martínez A., Consejero
Mauricio Medel E., Consejero
Bernardita Méndez V., Consejera
Mario Montanari M., Consejero
Bruno Philippi I., Consejero
Alfredo Piquer G., Consejero
Andrés Velasco B., Ministro de Hacienda, Consejero
Alejandro Ferreiro Y., Ministro de Economía, Consejero
Yasna Provoste C., Ministra de Educación, Consejera
Eduardo Bitrán C., Ministro de Obras Públicas, Consejero
Álvaro Rojas M., Ministro de Agricultura, Consejero
Carlos Álvarez V., Vicepresidente Ejecutivo de Corfo
Vivian Heyl Ch., Presidenta de Conicyt
María Olivia Recart, Subsecretaria de Hacienda
Ana María Correa, Subsecretaria de Economía
Leonardo Mena C. Secretario Ejecutivo del Consejo
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Recursos relacionados con el Informe 2007
Discurso del presidente del Consejo de Innovación al presentar el primer informe de la Estrategia Nacional de Innovación a la Presidenta de la República, Michelle Bachelet.
Comunicado de la Presidencia de la República: Presidenta Bachelet recibió informe del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad.
Actas de sesiones del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad.
El segundo Informe, producido por el Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad, designado por el Presidente R. Lagos, y presidido por Edgardo Boeninguer, de febrero 2006. Este Consejo estuvo constituido por los siguientes miembros:
Edgardo Boeninger Kausel (Presidente)
Ministro de Hacienda – Nicolás Eyzaguirre Guzmán
Ministro de Economía – Jorge Rodríguez Grossi
Ministra de Educación – Marigen Hornkohl Venegas
Juan Asenjo de Leuze
Eduardo Bitrán Colodro
José Joaquín Brunner Ried
Juan Claro González
Servet Martínez Aguilera
Patricio Meller Bock
Bruno Philippi Irarrázabal
Vicepresidente Ejecutivo de CORFO, Oscar Landerretche Gacitúa
Presidente de CONICYT, Eric Goles Chacc
Secretario Ejecutivo – Subsecretario de Economía, Carlos Álvarez Voullième
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Caminando hacia una Estrategia Nacional de Innovación
El Consejo de Innovación presentó a la Presidenta Michelle Bachelet el primer volumen de su propuesta de Estrategia Nacional de Innovación que busca hacer posible el desafío de volver a duplicar el ingreso per cápita del país al cabo de los próximos 15 años hasta llegar a los US$25.000 per cápita, un nivel como el que muestran hoy países como España o Nueva Zelandia.
El documento, elaborado durante el segundo semestre de 2006, reconoce los avances económicos y las capacidades de Chile para imponerse un reto tan exigente, y sobre esa base plantea un camino de desarrollo que, sin dar la espalda a nuestra gran ventaja de contar con una enorme dotación de recursos naturales, propone avanzar hacia la economía del conocimiento sumando cada vez más conocimiento a la actividad productiva.
El Consejo plantea que los desafíos a los que se enfrenta el país requieren de una mirada amplia que conjugue los esfuerzos públicos y privados para lograr mover las que serán las palancas fundamentales de este modelo de crecimiento: el capital humano (donde la educación a lo largo de la vida es fundamental), la investigación científica y tecnológica, la diversificación productiva y, al final de la cadena, la innovación, entendida como el proceso de creación de valor que, a partir del uso de nuevo conocimiento o la aplicación novedosa de conocimiento ya existente, permite establecer nuevos procesos productivos o introducir nuevos productos o servicios en los mercados y en la vida social.
Afirma el documento, además, que esta nueva vía de desarrollo no sólo asegura un mayor crecimiento, sino que abre también la posibilidad de avanzar hacia una mayor equidad, pues tiene como recurso de base el desarrollo del conocimiento, un activo cuya propiedad se puede repartir de manera más igualitaria que la del capital o la de los recursos naturales, principalmente a través de la formación de nuestro capital humano.
La ruta hacia la innovación
A pesar de que Chile sigue siendo uno de los países con mejor desempeño económico y mayores niveles de competitividad en Latinoamérica -gracias a instituciones públicas sólidas, mercados eficientes y manejo macroeconómico correcto, entre otros aspectos-, de cara a los desafíos a los que debe hacer frente en el futuro, el país muestra aún algunas debilidades importantes, precisamente en aquellas áreas que son fundamentales para avanzar en la economía del conocimiento.
Sobre la base de comparaciones internacionales con grupos de países que son referencia obligada para Chile (porque han crecido a tasas importantes en los últimos años o porque alcanzaron el desarrollo aprovechando inicialmente sus recursos naturales), el Consejo ha establecido brechas en áreas fundamentales que se deberían cerrar hacia 2020.
En materia de educación, el informe plantea como las falencias más importantes la aún baja cobertura en la educación terciaria y los bajos niveles de calidad que muestran especialmente la educación básica y media.
Por ello, plantea como uno de los desafíos centrales elevar la calidad de la educación sobre la base de cuatro pilares fundamentales: i) una importante mejora a nivel de gestión del sistema educacional que eleve su eficiencia, ii) una real rendición de cuentas de los participantes de este mercado respecto del uso de los recursos y sus resultados, iii) una adecuada relación entre el mandante (el Estado) que aporta (aunque sea parcialmente) los recursos y los operadores del sistema y iv) una solución a las fallas de información que impiden que los usuarios -y el Estado, si este aporta recursos- puedan ejercer un control efectivo de los oferentes en este mercado.
Además, propone los retos de:
– Pasar de los 10 años de escolaridad media de la población (año 2000) a 12 hacia fines de esta década, y a 14 a inicios de la tercera década del siglo.
– Aumentar la matrícula en la educación terciaria desde el actual 43% (de las personas entre 18 y 24 años edad) hasta cerca de un 80% al cabo de 15 años.
– Avanzar de manera significativa en el resultado que obtengan los estudiantes chilenos en las pruebas internacionales que miden capacidad de comprensión lectora y destreza en matemática.
Respecto del segundo pilar (de la economía del conocimiento), la investigación científica y el desarrollo tecnológico, el Consejo destaca el esfuerzo que debe hacer el país aumentando el gasto en investigación y desarrollo (I+D) desde un 0,68% del PIB (año 2004) a un 2,3% al cabo de 15 años. Lo anterior, duplicando el gasto público y quintuplicando el gasto privado en I+D como porcentaje del PIB a partir de las cifras actuales.
Como un tercer elemento clave, el documento destaca la necesidad que tiene el país de avanzar hacia una mayor diversidad productiva, con el fin de pasar de una economía centrada en las ventajas estáticas de los recursos naturales a una que base sus fortalezas en la construcción de nuevas ventajas dinámicas. Este proceso debe partir inyectando conocimiento a nuestros productos todavía insuficientemente elaborados, pero, además, potenciando los clusters existentes ligados principalmente a los recursos naturales, y luego transitando de manera paulatina a sectores basados en mayor medida en una utilización intensiva del conocimiento.
El rol público y privado
Una parte importante del informe está destinada a dilucidar cuáles son las razones para que la producción, diseminación e intercambio del conocimiento no se den en los niveles que el país requiere para seguir siendo competitivo a nivel mundial y para crecer de manera sostenida en los próximos años.
Afirma el documento que alcanzar el éxito en la tarea de agregar conocimiento a la producción requiere de una mirada sistémica y de una nueva alianza que conjugue el esfuerzo emprendedor privado con una participación pública orientada a asegurar la provisión de los bienes públicos que sustentan la innovación: el capital humano (a través de la educación y la capacitación), las redes de infraestructura física y tecnológica y la investigación científica; y el marco de incentivos y reglas del juego que promuevan el desarrollo tecnológico y una mayor diversidad productiva.
Ello obliga a que la acción del Estado se ciña estrictamente a cumplir un rol subsidiario, corrigiendo las fallas de mercado y de sistema que afectan el proceso innovativo, pero cuidando de no caer en fallas de Estado o de gobierno que podrían restar efectividad e incluso hacer estéril el esfuerzo público en pro de la innovación.
Así, remarca el Consejo, El tránsito hacia la Economía del Conocimiento y la necesidad de un esfuerzo conjunto de los sectores público y privado en la generación de innovación requieren de una institucionalidad que garantice la coherencia al sistema y que permita definir objetivos estratégicos hacia los que deben avanzar todos los actores de manera coordinada y colaborativa. Una solución institucional eficiente pasa obligadamente por hacer una división clara entre, de una parte, la responsabilidad de proponer un diseño y un modelo de seguimiento de las políticas pro economía del conocimiento y, de otra, la tarea de instrumentar y ejecutar dichas políticas.
Por ello, la propuesta plantea la necesidad de que exista por ley un Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad integrado por distintos actores del Sistema Nacional de Innovación (públicos y privados) y que, como asesor independiente de la Presidencia de la República imprima una mirada sistémica al quehacer público en materia de innovación, proponga una estrategia de largo plazo y evalúe el cumplimiento de los compromisos que finalmente asuma el Ejecutivo.
Fuente: Consejo de Innovación
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